Una excelente cogida
Me tiré a la esposa de mi empleado.
Zulema es la esposa de mi gerente de ventas. En aquel entonces era una mujer de 28 años de muy buen ver con un carácter muy amigable y sobre todo, era una coqueta de primera. A ella lo conocía muy poco, pues solo en las reuniones llegaba a platicar muy poco con ella.
Yo tenía 31 años en aquel entonces, todavía soltero, y con Manuel (34), su esposo me llevaba y llevo muy bien y de repente cuando salimos a provincia por cuestiones de trabajo nos vamos a divertir y pues bueno, el conoce mi actividad sexual pues no es presunción, pero en las 4 ciudades que tengo oficina, tengo por lo menos un querer, y Manuel también ha tenido sus aventurillas por ahí y ya en ese sentido somos muy abiertos y nos conocemos y sabemos demasiadas cosas el uno del otro.
Ya desde hacía un tiempo que viajábamos ambos contábamos nuestras fantasías y por supuesto que la de ambos era estar con dos mujeres y bueno, más locuras. Poco tiempo después me empezó a contar sobre sus relaciones con Zulema y de lo golosa e insaciable que era a lo que a mi me extrañaban sus comentarios pues aunque hablábamos del tema, Zulema y mi "novia oficial", nunca habían entrado al tema.
Una ocasión el me comentó que platicando con Zulema sobre fantasías sexuales, ella le dijo que por ella no había problema, que cumpliera sus fantasías, pero que también le había dicho que ya entrados en el tema y hablando con confianza, que a ella le encantaría tener sexo con otro hombre únicamente por el hecho de sentir otras emociones y otro pene en su interior pues desde los 18 años en que con él había perdido su virginidad, nunca había estado con otro hombre.
Yo me quedé muy sorprendido y le contesté que él que pensaba y me contestó que no sabía, que lo había sacado de onda y más aún por su insistencia, a lo que él ya de pensarlo bien, le dijo que si, pero que el lo viera o participara en un trío pensando en que ella no iba a aceptar y para su sorpresa, ella aceptó poniendo otra condición, que ella escogería al susodicho, a lo que le pregunté que a quién había escogido su vieja, respondiéndome que a mi!!!!!
Yo no pude evitar sentir emoción y a la vez incredulidad, pues no podía creer que él me lo estuviera diciendo y a la vez pensar en coger con Zulema que para nada está de mal ver, al contrario, en una escala del 1 al 10, le daría un 9 ó 9.5
Sólo le dije que me estaba cotorreando y el pronto respondió que no y que la quería tanto que estaba dispuesto a hacer ese sacrificio por ella, pero yo seguía sin creerle y me dijo que habían acordado que él me lo iba a pedir en nombre de ella, pero como no le creía, en ese momento se comunicó con ella y me la pasó para que ella misma me lo dijera, así que al escucharla en el teléfono diciéndome que le atraía mucho, que desde hace mucho había fantaseado en hacer el amor conmigo y que me traía unas ganas inmensas y que ahora que Manuel le había dado permiso, estaba dispuesta a entregarse a mi.
Obviamente que mi primera reacción fue de no aceptarlo, pero ante la insistencia diaria de Manuel, de las llamadas de ella y el pensar en cogerme a Zulema que la verdad está muy rica, me dije: "bueno, pues que chingados, si ella esta queriendo y este wuey ya le dio chance, y con lo que me ha platicado de ella, pinche Zulemita vamos a darle candela, de modo que le dije a Manuel que aceptaba, pero que nada de tríos, aceptaba pero con mis condiciones y que se las diría a los dos tomando un café para platicar y cerrar el trato.
Ya en el café, de inmediato les dije mis condiciones y estas eran muy simples, nada de tríos, sólo estaríamos Zulema y yo, y que me la llevaría algunos días de vacaciones sin ella ni Manuel saber a donde, cero llamadas entre ellos esos días y sobre todo para Manuel, nada de preguntas.
A Zulema le encantó la idea, pero a Manuel como que no le gustó, pero ya había aceptado y se tuvo que resignar, así que convenimos que saldríamos el jueves por la mañana y que la esperara hasta el domingo por la tarde y que Zulema llevara lo necesarios para un viaje a una playa.
Ya el día del viaje habíamos quedado de vernos en un restaurante solo Zulema y yo para de ahí irnos a Veracruz, pero claro está, ella no lo sabía
Para no hacer el cuento largo, durante el viaje íbamos platicando sobre como le gustaría que fuera el fin de semana y lo que le gustaría hacer y por supuesto que ya los 2 íbamos muy calientes. Ella traía una minifalda que me daba oportunidad de acariciarle su panocha, dándole, a pesar del viaje, una muy buena masturbada que la dejó toda mojada. Entonces ella me bajó el cierre y me sacó mi verga, empezando a acariciármela y sobarla a un ritmo muy rico, para después, con todo y la incomodidad de la camioneta, empezar a mamármela hasta que me vine en su boca, gozando como un loco.
Ya cuando llegamos a Boca del Río, Veracruz como a eso de las 3 de la tarde, de inmediato nos fuimos al departamento que alquilo cuando voy a aquella ciudad, pues ya los 2 estábamos muy prendidos y ansiosos por coger, de modo que apenas entramos a la suite, nos empezamos a besar como desesperados, a acariciarnos todo el cuerpo y a desvestirnos para empezar a coger. De tal forma que después de una muy buena sesión de caricias y besos, poco a poco empecé a bajar mis besos y caricias a su vagina, para empezarle a dar una larga sesión de sexo oral, para ese entonces ella ya estaba súper mojada y no tardó mucho en venirse, por lo que me hizo hacer una pause para acomodarse y empezarnos a dar un exquisito 69 que a ambos nos hizo vibrar. Ambos estábamos ya extasiados, pero aún faltaba la cogida, así que la acosté y de a misionero se la dejé ir completa, sacándole un gran grito de placer, metiendo y sacándole mi duro pene una y otra vez, lento y luego rápido para evitar la eyaculación. Ella se movía riquísimo, no dejaba de gemir y de decirme que había esperado mucho por ese momento y que lo estaba disfrutando más de lo que había imaginado.
Nos cambiamos de posición varias veces y cuando ella me montó, guauuuu!!!, que espectáculo!!!!, mi primita era una batidora, se movía delicioso y eso me agradó muchísimo, de verdad se veía que lo estaba disfrutando y sus gemidos y gritos de placer así lo demostraban, cuando se cansó, todavía ensartada por mi se me recostó y empezó a moverse rítmicamente y yo empujando y sacándole mi verga, consiguiendo que tuviera otro orgasmo que la hizo ponerse con la piel chinita, y yo ya casi viniéndome también, sin embargo, aguanté y la puse de a perrito, penetrándola bien duro y metiendo y sacándosela rápido pues ya quería terminar y así es como a mi me gusta terminar, dejándoselas ir por atrás. Así terminé por fin esa sesión y nos quedamos acostados un rato más, reposando de esa tremenda sesión de un intenso sexo, que de verdad ha sido uno de los mejores que he tenido. Durante la tarde y noche de ese día lo hicimos otras 3 veces con la misma intensidad. Los siguientes 3 días fueron otras tremendas sesiones de muy buen sexo, todas ellas diferentes, pues lo hicimos en el mar, en la camioneta, en el jacuzzi, en fin, ese fin de semana con Zulema lo recordaré como un fin de semana de un delicioso sexo con la esposa de uno de mis empleados.
Actualmente sigo viendo a Zulema, aunque yo ya estoy casado, y aunque Manuel se lo imagina, el muy idiota no dice nada, así que seguimos cogiendo muy rico, y aunque ya no en viajes, si en salidas a comer o a un bar que siempre terminan en un hotel pues de verdad que en cuestiones de sexo, Zulema es una diosa.