Una esposa ejemplar (6)
Malena pasa el examen, sometiendose a algo que nunca habia hecho.
CAPÍTULO 6
LA PRUEBA DECISIVA .
" María Elena te entrego a estos caballeros para que les obedezcas, hagas que estén a gusto y aprendas a ser una esposa ejemplar del CÍRCULO"
" Nosotros te entregamos a nuestras mujeres como tributo de placer por tu superación de las pruebas de iniciación"
Juan se fue de la sala donde nos encontrábamos con Daniela y Piedad, yo me quedé con los dos hombres.
La habitación no tenía prácticamente muebles, una cama de dosel y tres sofás de una plaza.
Mis futuros maestros iban trajeados con smokin y como la noche anterior cubiertos sus rostros , esta vez con unas capuchas blancas , parecidas a las del Ku-Kus- Klan.
Yo llevaba una capa negra que me tapaba por completo. Se sentaron , quedé parada ante ellos.
" Descúbrete"- me ordenaron.
Deshice el nudo y la prenda cayó al suelo. Imaginé, tras la máscara , su sonrisa babeante de lujuria con lo que yo les ofrecía.
Todo lo que llevaba, era un corsé de terciopelo negro que amén de apretarme y hacer más estrecha mi cintura resaltaba la rotundidad de mis caderas y sobre todos de las lolas , que dos aros hacían que se irguieran aún más de lo que normalmente están.
Unos botines negros de tacos altísimos, con unas medias del mismo color que sin ligas quedaban por encima del medio muslo eran todo mi vestuario.
Benigna me había peinado con el pelo en cola de caballo, y maquillado con especial esmero, de modo que destacaran mis ojos , mi boca pintada en un rojo casi violeta y una ligera crema que daba brillo a mis pezones y a los labios de mi sexo.
"Dado que eres el más veterano, es tuya. Luego será mía. Mientras os miraré con deleite"
"Gracias. Ven acá , comenzaremos con un baile"
Se levantó para enlazarme por la cintura , me pegó a su cuerpo y arrancó con el "Danubio azul". Era un buen bailarín de valses. Giré como una peonza en sus brazos, me dejé llevar mientras pensaba , ironías de la vida, que había sido lo que Juan y yo habíamos bailado en nuestra boda.
Al acabar , se miró el saco que estaba manchado con la crema de mis pezones.
"Quítame la chaqueta"- le obedecí poniéndome a sus espalda para ayudar a sacársela. La doblé cuidadosa y le fui a depositar en uno de los sillones.
Procuré que moverme sinuosa como una serpiente , algo muy fácil, pues la altura de los tacos hacía que mis pasos fueran cortos y me ondulara al andar .
"Ahora quítame las botas"- se había sentado en uno de los sillones , me di cuenta de lo que quería . Lo había visto en alguna película .
Le di la espalda para que pudiera contemplar a la perfección la rotundidad de mi colita parada, puse una de sus piernas entre las mías , me agache un poco más, agarré la bota y ...noté como su otro pie se apoyaba en mis nalgas y me empujaba. Casi me caigo , los tacos eran muy altos , y al sacar la bota perdí un punto de apoyo.
Mientras me preparaba para repetir la operación para descalzarle, pensé que aquellos tipos eran además muy raros , porque no me parecía lógico usar smokin con botas.
Los calcetines era de hilo negro y tras dejarle descalzo me arrodillé para quitárselos . Debía tener una vista privilegiada del balcón de mis pechos.
Desnudos los pies me los puso sobre mis lolas. Las moví para que mis pezones cosquillearan sus plantas. El sobeteo duró unos minutos.
Casi sin darme cuenta , iba entrando en una situación desconocida que me excitaba Me tomó de la mano para levantarnos ambos.
"Maria Elena , desnúdame".
Le solté la pajarita, y le fui desabrochando los botones de la camisa blanca. Al abrirla vi su pecho, estaba cubierto de pelo prácticamente gris. Para quitársela apoyé mi cuerpo en su torso, al dejarla caer al suelo , me apretó contra él. Restregamos nuestros pechos y a mi ,acostumbrada a Juan que no tiene vello , el roce de su pelambrera sobre mis pezones me excitó. Se irguieron como pequeñas fresas y dejé escapar un suspiro.
"Sigue"- me ordenó.
Le solté el cinto y me arrodillé para quitarle la ropa . Al desabrocharle los botones de la bragueta, fui metiendo los dedos tomando contacto con sus partes más íntimas.
Al caer los pantalones , pude ver como el boxer blanco se amontañaba por el pene , no estaba apuntando al cielo pero si tenía suficiente abultamiento.
Para bajar los calzoncillos le agarré el miembro de modo que con la otra mano pudiera superar el impedimento de su erección.
Era un hombre velludo, delgado, al que se le notaban los años , pero que seguía siendo hermoso. Su pija estaba semidura y la acaricié despacio con toda la palma de la mano , en la que descansaba.
La agarré con el puño y tiré hacia atrás dejando el glande liberado de su funda. Lo lamí . Lo rodeé con los labios y moví la mano masturbándole. Se fue poniendo mas duro.
Arrodillada me sentía una sacerdotisa de venus que estaba dedicada al suministrar placer. Y ese pensamiento me calentaba. Sabía lo que quería aquel hombre y yo podía hacerle feliz a mi voluntad.
Le mamé bien mientras se la meneaba. Oía su respiración cada vez más rápida.
"Vamos"- se separó de mi para que pudiera levantarme y tomándome de la mano me llevó a la cama.
"Ponte como una perrita"- le obedecí , el lecho no era alto de modo que en esa postura mi grupa quedaba a una altura de fácil ataque.
Su dedo exploró mi sexo, estaba húmedo, y gemí recordando los consejos de Piedad. Me hizo abrir las piernas para dejar mas claro el camino hacia mi concha.
Apoyó la cabeza de su minga y de un golpe la metió. Quedó parado un momento que aproveché para dar un suspiro y luego un mete saca rítmico , que me llegaba hasta lo más profundo.
Yo decidí que era el momento de empezar con los "ays "y con "que lindo".
Dejó de moverse y puso sus piernas alrededor de las mías. Al obligarme a cerrarlas las paredes de mi vagina eran como un guante para su pija. Me agarró por las caderas y me pegó a su vientre. La notaba toda dentro.
Yo estaba muy excitada y mis gemidos empezaron a ser reales.
Sus movimientos eran muy rápidos , toda ella hasta el fondo , prácticamente era una vibración dentro de mi que me tenía ardiendo.
Su último empuje coincidió con la explosión de su leche que se derramó en mi interior. Di un grito simulando un orgasmo , aunque no me había venido.
Se retiró despacio, dejando que fuera perdiendo su tamaño , hasta que quedó fuera. Me dejé caer sobre la cama.
" Ven"- me mandó el marido de Piedad. Estaba parada ante él, notaba el semen que me escurría por los muslos.
"Date la vuelta"- me asusté al ver que sacaba un cuchillo. Cortó las ataduras del corsé que cayó al suelo.
"Quítate las medias y los zapatos"- lo hice . Descalza me di cuenta que era mucho más alto que yo.
" Arrodíllate y chúpamela"
Me arrodillé y le abrí la bragueta , metí la mano y le saqué la minga. Era muy gruesa pero no muy larga. Estaba dura como una piedra.
Me la metí en la boca , me agarró la cabeza y me utilizó como si mi cara fuera mi concha. Me llegaba a la garganta , pero sabía que no podía darme arcadas. Me apretó contra su pantalón. Casi no podía respirar.
Me agarró del cola de caballo y me levantó tirando y llevándome al lecho.
" Ponte como antes , como una perra"
Sabía lo que me esperaba y estaba asustada. Piedad me había avisado que a su marido le gustaba usar la puerta oscura. Yo por el orto era virgen. Aquel salvaje iba a romperme el culo.
Cerré los ojos, me acarició la hendidura entre las nalgas, yo temblaba. Sus dedos llegaron hasta mi concha , se introdujeron brutalmente en ella y los sacó mojados del resto de la leche de su amigo. Untó mi esfínter.
Pasaron apenas unos segundos que me parecieron horas. Noté como su porra se apoyaba en mi pequeño agujero. Empujó despacio y sentí un dolor desgarrador cuando forzó la puerta trasera. Chillé.
" Veras como te gusta"- dijo el bestia.
" Me duele, por favor no siga"
"Tienes que obedecer y además te va a volver loca"
Lentamente me iba penetrando, no podía más de dolor. Mi ano era estrecho y su pija muy gruesa. Estaba aterrorizada.
Recordé lo que me había dicho Piedad. Que intentara relajarme, que me quedara blanda totalmente, y que además no iba a durar mucho.
Respiré hondo , puse la mente en blanco y apliqué las técnicas de yoga que permiten la insensibilización.
"Ves como te gusta"- me tenía agarrada por la coleta mientras me sodomizaba.
Sus movimientos eran bruscos, brutales , pero ahora los podía soportar. No fue mucho tiempo, apenas diez o quince embestidas cuando sentí la oleada de semen descargándose en mi .
Cayó derribándome en la cama.
Juan dormitaba a mi lado, me daba asco y rabia como entre él y su hermana me habían usado para la escalada social. Pero iba a ser rica, y siendo como era la mas joven podría reconducir la situación. Los dominadores acaban siempre dominados por los sometidos y mas en este caso que los sumisos éramos mujeres , y nos llevábamos bien.
En la cena , por fin pude ver la cara de los socios de mi marido y conocer sus nombres : Rodrigo y Javier.
Daniela , Piedad y yo estábamos preciosas con tres vestidos iguales , pero uno blanco, otro azul y otro rojo. Eran largos pero de escote generoso de modo que podíamos lucir nuestros senos casi al descubierto.
Esta vez fueron las criadas las que sirvieron la comida , éramos ya unas señoras, habíamos dejado de ser sus putas por un tiempo, aunque sabía que tendríamos que satisfacerles de vez en cuando.
Después en la habitación le dije a Juan mientras lo besaba y acariciaba que todo lo había hecho por él, por mi amor , que quería ser la "esposa ejemplar" que él deseaba. Intenté motivarle para coger , pero mis amigas lo habían dejado destrozado.
Me dolía el ano, pero mis dedos caminaron hacía el clítoris, comencé a acariciarlo mientras pensaba en Piedad , Daniela y en mi venganza pero como decía aquel :"Eso ya es otra historia"