Una esposa complaciente II

Sigo contando los acontecimientos que convirtieron a mi esposa, de mujer casada a zorra consumada.

Lo primero es dar las gracias por vuestros comentarios, esperando que os guste este relato con la continuación, de lo que sucedió esa noche de iniciación de mi mujer, en el mundo del sexo fuera de las ataduras del matrimonio.

Lo que os voy a contar en este relato, es tal cual me ha ido contando Eva, aunque puede que yo lo haya adornado un poco.

Yo soy Luis su afortunado marido, afortunado porque a pesar de lo que Eva haga con otros, su amor solo me pertenece a mi, los demás son solo una herramienta para llegar al placer. Por eso su amor es mio y me vasta para seguir queriéndola mas que nunca.

Pero dejemos de hablar de mi y hablemos de ella. Ya sabéis que Eva a sus 30 años, es una estupenda morena de 1,70 de estatura, con una figura imponente gracias a sus visitas al gimnasio. Bonitas y largas piernas que terminan en un apretado culo en forma de pera, ideal para pantalones ajustados. Cintura estrecha y estupenda delantera, con 120 de talla de sujetador, que carga con unos pechos nada caídos para su tamaño y que se mantiene erguidos gracias a que los cuida como un tesoro. Es de naturaleza ardiente y le gusta vestir como ya dije, de forma un tanto atrevida cuando salimos, que se note su presencia vamos. Toda esta descripción es por si no habéis leído el relato anterior, pero sigamos con lo que nos interesa.

Después de dejar a Eva en el hotel con Ramiro, yo me vine para casa, a esperarla descansando en mi cama. Aunque no descanse mucho, ya que no podía dormir pensando en lo ocurrido y lo que estaría haciendo Eva en aquellos instantes. No todos los días dejas a tu mujer en manos de un desconocido para que disfrute a su antojo de ella, sin saber si estaría segura o estaría en malas manos. Por eso mas que lo que ella hiciera con aquel hombre, lo que me preocupaba era su seguridad.

Así que allí estaba yo pensando en ella, con el diminuto tanga que me dio en la fiesta, después de quitárselo por que le molestaba. Lo tenia en mi mano, aspirando su esencia de mujer de vez en cuando. Era un aroma delicioso, mezcla de los jugos de su sexo y de unas gotas de perfume que se aplicaba en su escaso mechón de vello púbico, que adornaba su almeja justo encima de la raja. Se lo perfuma cuando cree que podemos tener sexo entre los dos y la verdad que resultaba delicioso, cuando bajabas a devorar su rica almeja. Recordando su presencia me dormí unas pocas horas, hasta que oí la cerradura.

Mire el despertador y eran las 07:00 de la mañana. Pensé que ojala no la hubiera visto ningún vecino chismoso, entrando en casa a esas horas.

Cuando entró en nuestro dormitorio, casi no la reconocía de la manera que iba vestida, con un bonito y lujoso abrigo de piel hasta los tobillos, sus sandalias de tacón y ni rastro del antifaz. Se quito el abrigo al llegar al lado de la cama, arrojándolo al suelo y me regalo la visión de su esplendido cuerpo totalmente desnudo, ya que estaba en pelotas debajo del abrigo.

Parecía algo cansada, pero aun así su aspecto era radiante. Verla venir así tenia un morbo tremendo, imaginar que hubiese hecho el viaje de regreso a casa desnuda, debajo de su abrigo se la levanta a un muerto, o por lo menos eso me pasó a mi.

Como bienes así? le pregunte, y me contesto que el vestido se lo quedo Ramiro de recuerdo, ademas no te gusta lo que ves? me pregunto y se sentó a mi lado.

Me dio un beso en lo labios y me toco la frente como cuando tienes fiebre.

  • Que haces? me encuentro bien, le dije.
  • Te estoy midiendo los cuernos que te he puesto esta noche, cariño.
  • Eres una pequeña zorra y te voy a dar tu merecido por ser tan guarra.
  • Si cabrón, tu pequeña zorra se a portado hoy como una autentica puta de lujo, deberías darme mi merecido con un castigo ejemplar, por haberme portado mal.
  • Esas son tus ganancias le dije, señalando el abrigo.
  • Si me contesto, y también esto otro; se levantó cogiendo un sobre de un bolso del abrigo para lanzarmelo a la cama. Lo abrí para ver su contenido y vi varios billetes de 500

€. * Joder te han pagado por follar y tu lo as aceptado, que pasa que te as convertido en una fulana que folla por dinero o que?

Tranquilo cabroncete me contesto, que esto mas que una paga, es mi regalo por haberme portado bien con mis amigos, los he dejado sin fuerzas a los tres.

Desde luego me estaba dejando alucinado, no solo venia en pelotas con un abrigo como única vestimenta, después de haber follado toda la noche con desconocidos, si no que en vez de hacer un trío como les había oído en los lavabos, se había tirado a tres tipos ella solita.

Le pedí que me lo contara todo cuanto antes y también le dije que en la fiesta, los había seguido hasta los lavabos del hotel. Allí escuche como se la chupabas a tu querido Ramiro le dije, y después como se te tiraba llamándote de todo, incluso como quedabais para hacer un trío con alguien que le esperaba en su habitación. Y ahora me dices que eran tres los tíos que te han follado, que mas sorpresas me vas a dar esta noche, le pregunte.

Creo que no hay mas me dijo mientras agarraba mi mástil, eso si esta erección que tienes te la tendrás que bajar tu mismo, ya que estoy muerta de cansancio y encima tengo el chichi algo lastimado y el culete ni te cuento.

Me levante de la cama para beber un poco de agua, por que de los nervios y la excitación, tenia la boca seca. Cuando volví al dormitorio con otro baso de agua para Eva, ella estaba inclinada sobre la cama, doblando el abrigo. Tenia una vista espectacular de su retaguardia, pero observe que los labios de su almeja estaban colorados y algo inflamados, sin duda de la batalla sexual con los tres tipos.

Me fije también en la zona de su apretado culo viendo que la entrada de su cueva, también estaba enrojecida y dilatada, debido a las visitas que seguro había tenido.

Deje el baso en la mesilla y le eche mano a sus deliciosas nalgas, llegando con mi manoseo hasta sus dos orificios, centrando mis caricias en su ahora dilatado ano, mientras le decía; También le has entregado esto, pensé que tu culito solo me pertenecía a mi.

Eva me aparto la mano mientras decía que de verdad los tenia algo, lastimados por el ajetreo de esa noche y que una buena puta lo entrega todo para el disfrute de sus hombres. Entre tu y mis amigos, me habéis echado casi una docena de polvos esta noche decía, pero lo he pasado genial y me gustaría repetirlo de vez en cuando si a ti no te importa.

Tu me pides repetir la experiencia, y a mi me dejas así, le dije señalando mi pene erecto, joder como eres Eva. Tranquilo cariño y no te enfades que yo me ocupo de ti, ya sabes que tu eres mi dueño, así que no te voy a dejar con las ganas, pero conformate ahora con una mamada porque estoy reventada.

Se sentó en la cama y me atrajo hacia ella, cogiéndome por el miembro. Saco la lengua para darle unos lametones a toda la verga y cuando la tuvo ensalivada se la introdujo en la boca, empezando a chupar como ella sabe, deleitándose en su tarea.

Desde luego tienes arte para chupar pollas le dije, no me extraña que te hallan pagado por tus servicios y que hayas terminado con los tres tu sola, que vicio tienes cariño, ohmm si sigue chupando mamona. Te dejare repetir la experiencia, para que acabes de sacar la puta que llevas dentro, pero sigue no pares ahora y sacale la leche a tu papi.

Me miraba a los ojos mientras seguía mamando, ya que le gusta ver el placer que provoca sobre los demás y me guiño un ojo a modo de respuesta. Si seguía así acabaría pronto en su boca, así que la cogí por la cabeza y empece a empujar, follando su boquita sin piedad, ya que esa noche no iba a follarme otra cosa, según me dijo. Hoy me conformo con una mamada, pero mañana te voy a reventar a polvos mientras me lo cuentas todo, quiero saber lo que te han hecho esos cabrones, le dije.

Ella se agarraba a mis caderas , mientras engullía mi verga y notaba el roce de mi capullo en la campanilla, produciendole alguna arcada de vez en cuando.

Sin mas me deje ir, llenando su boca de su manjar preferido, ya que dice que le encanta el sabor del semen. Me quede aplanado del placer que me produjo y le di las gracias por ello. Gracias a ti cariño me dijo, después de tragarse mi semilla y de limpiarse la comisura de los labios, con el dorso de la mano. Creo que a partir de hoy vamos a disfrutar del sexo como nunca. Nos dimos un beso con sabor a mi y nos acostamos a descansar de tan ajetreada noche, no sin antes aplicarse Eva una crema hidratante en sus irritados orificios.

Al día siguiente era fiesta, así que nos levantamos tarde y después de disfrutar ambos de un baño reparador y un suculento desayuno, se decidió a contarme lo que paso en el hotel.

Parecía que estaba emocionada, cuando se sentó en mis regazo, frotando sus posaderas contra mi paquete y dispuesta a contarme su aventura.

Antes de que empezase, le dije;

  • Eva te veo excitada otra vez, se nota que disfrutaste con esta experiencia.
  • Si cariño, lo disfrute de verdad.
  • Quiero que me cuentes todos los detalles de tu aventura.

Mientras subíamos en el ascensor, me decía empezando a contar su historia; Ramiro me tenia cogida por la cintura, llegando con su mano hasta mis nalgas amasándolas a su antojo. Me besaba y me iba diciendo que lo pasaríamos genial haciendo un trío, con un alemán que nos estaba esperando en la habitación, al que conocía gracias a un negocio que tenían pendiente. Me explico que se dedicaba a cerrar tratos de negocios para distintas empresas que le contrataban y en esa ocasión, tenia que convencer a Johan que así se llamaba el alemán, para que le firmase un contrato millonario, de donde sacaría una buena comisión para él.

Cuando subió la primera vez a la habitación, le había hablado de mi, alabándole mi belleza y contándole la historia de que era una mujer casada, con ganas de fiesta y de vengarme de mi marido, poniéndole unos buenos cuernos por abandonarme esa noche.

Johan le propuso a Ramiro que si yo le gustaba y me ofrecía a el, para tener sexo, tendría la firma del contrato hecha, pero tenia que reservarle un polvo a solas conmigo.

Me quede un poco perpleja con el ofrecimiento y empece a arrepentirme de haber subido con el, pues me parecía que me estaba tomando por una vulgar prostituta, aprobechandose para su beneficio, en parte con razón gracias a mi actitud con el en los lavabos.

Ramiro me vio con dudas y me siguió explicando la situación;

  • No quiero que pienses que quiero aprovecharme de ti, pero si es verdad que me arias un gran favor del que yo estaría muy agradecido. Ahora bien, si decides no hacerlo, te comprendo y no pasa nada, quedamos tu y yo como buenos amigos y aquí no a pasado nada, pues por nada del mundo quisiera perder nuestra “especial amistad” de esta noche. Lo pensé un momento y aunque el asunto era un poco fuerte, acepte.
  • Vale te ayudare, pero dile a tu amigo que no se os ocurra tratarme como si fuera una furcia cualquiera, si no me levanto y me voy, para que os la machaquéis el uno al otro.
  • Gracias Eva eres la mujer mas especial que he conocido, te pediría matrimonio si no estuvieses casada.

Desde luego Eva sabe desenvolverse en situaciones delicadas, pensé yo y le pregunte por que acepto su propuesta. No se me dijo, tal vez Ramiro me resulte atractivo, me siento atraída y segura a su lado y me sabe manejar en el terreno sexual, a pesar de ser un hombre mayor. O tal vez porque siempre me llamo la atención saber lo que se siente al negociar con tu cuerpo, y ofrecerte sin mas para el goce de hombres que buscan sexo sin complicaciones.

Después de aceptar la propuesta de Ramiro, le pedí que cuando acabase con Johan, se uniese él a la fiesta para formar el trío que me ofreció, pues yo había ido allí para eso y quería a dos hombres conmigo.

Tranquila preciosa me dijo, que puede que incluso te lleves una sorpresa y me dio otro beso antes de salir del ascensor.

La historia de Eva me estaba excitando sobremanera, por lo que antes de que siguiera, la cogí en brazos y me la lleve a la cama para gozar de su cuerpo mientras me lo contaba. De camino al camino al dormitorio le dije;

  • Siempre supe que eras una mujer ardiente, pero me estas sorprendiendo gratamente.
  • Pues no es nada me dijo ya veras, y siguió su relato mientras yo empezaba besar y acariciar su deseado cuerpo, disfrutando de sus ricas tetas, con intención de bajar después a su recuperada almeja.

Mientras, Eva seguía contándome con todo lujo de detalles, interrumpida solo por los lances del sexo.

Entramos a la lujosa habitación y allí nos esperaba Johan, el típico alemán alto y fuerte, de mentón cuadrado y algo mas joven que Ramiro, no era muy guapo pero tampoco estaba mal del todo. Cuando me lo presento me miro de arriba a bajo, con una sonrisa de satisfacción.

La sorpresa de la que me habló Ramiro, me la lleve al ver que detrás de Johan, había un mulato enorme como un armario ropero, con pinta de guardaespaldas y que era muy guapo. Ramiro vio como le miraba y me dijo; él es Max, va conmigo a todas partes, me protege y también hace de chófer, si quieres también puede participar, pues ademas de tener mi total confianza, calza con un buen bastón entre las piernas.

Le dije al oído que si, que siempre quise probar a hacerlo con alguien de color, aunque también pensé si no serian demasiados para mi sola, pero aquel mulato quería tirármelo como fuera.

A continuación me llevo hasta una mesa donde había preparadas varias rayas de cocaína, ya sabes cariño que cuando la pruebo me pongo eufórica me dijo, aparte de que me daría fuerzas. Todos la catamos menos Max que permanecía a parte, invitándome a ser la primera en probarla, no solo por caballerosidad si no por que al inclinarme sobre la mesa con mi pequeño, vestido les regale la visión de mis tesoros, que agradecieron con alguna exclamación de admiración.

Luego le pedí a Ramiro darme una ducha rápida, para refrescarme y limpiar los restos de la batalla en los lavabos, ya que notaba mi concha empapada con el semen de Ramiro. Una vez limpia salí solo con las sandalias, desnuda por completo y dispuesta a tirarme a un regimiento, gracias al alcohol y las drogas.

Tal como había quedado con Ramiro, decidí encargarme de Johan, al que se le ilumino la cara cuando me vio de esa guisa. Yo que soy coqueta les quise impresionar con el movimiento de mis nalgas al andar y el bamboleo de mis turgentes senos.

Esplendida, una mujer impresionante Ramiro, tienes buena puntería para las mujeres, decía Johan con un fuerte acento alemán. Lo cogí del brazo y me lo lleve hasta la cama donde me empujo, haciéndome caer de espaldas, lanzándose sobre mi antes de que pudiese reaccionar. Me pareció algo ansioso el alemán, así que me deje hacer por el.

Empezó a besarme bruscamente, comiendo mis turgentes pechos a continuación, haciéndome daño cuando me mordía los pezones, pero esa brusquedad me ponía cachonda. Cuando se harto de mis tetas, bajo lamiendo mi abdomen y mis piernas hasta llegar a devorar los dedos de los pies, donde se entretuvo hasta dejarlos relucientes, para después volver a subir y encargarse de mi almeja.

Que bien me comía el coño el cabrón, me hizo levantar las piernas hasta sujetármelas yo misma y así toda ofrecida, se dedicaba a pasar la lengua por toda la raja, devorando mis labios y succionando mi clítoris, recreándose en su labor hasta martirizarme por la intensidad. Luego para aflojar, se desviaba al ano donde se dedicaba a lamer e introducir su lengua como si quisiera perforar un pozo, metiendo algún dedo en mi interior.

Era todo un guarro y un salvaje el alemán, pero me hizo llegar a un orgasmo muy intenso, provocando que al estar tan ofrecida le lanzase mis jugos al correrme, lo que él aprovecho para degustarlos, dejándome el coño reluciente.

Yo no quise ser menos, así que cuando me repuse un poco le ayude a despojarse de su ropa, ya que todo me lo había hecho mientras seguía vestido. A pesar de tener un poco de barriga cervecera, tenia su morbo estando en pelotas, con un pene de tamaño normal que parecía una seta, pues su capullo tenia forma de champiñon, pero mas grande.

Le hice sentarse en la cama con las piernas abiertas y me arrodille a sus pies. Luego cogí su verga y empezando a menearsela le dije;

  • Te gusta que te la chupen verdad, pues yo te are disfrutar de una buena mamada.
  • Si, empieza a chupar ramera, que quiero saber si eres tan buena mamona, como dice Ramiro.

Me decía esto, mientras me cogía la cabeza y me empujaba hacia su entrepierna, obligándome a que empezara, ya que era un poco dominante. Mientras se la meneaba le empece a comer sus pelotas, lamiéndolas y mordiéndolas incluso pasando después a engullir el falo, lo que le hacia ver las estrellas al alemán.

En un momento me dijo que parara y que empleara mis tetas, así que después de dejar caer algo de saliva en ellas, acomode su pene en medio de mis dos pechos y le hice una buena cubana.

  • Te gusta eh guarro! seguro que esto no te lo hace tu mujer, le solté al alemán.
  • No claro que no, con esas ubres que tienes tu seguro que no, que bien la meneas golfa no pares.

Parecía una actriz porno haciendo aquello con Johan, se la hacia desaparecer entre mis pechos, provocando que se le volvieran los ojos de placer. A continuación se tumbo en la cama y me hizo señas para que lo montara, lo cual hice sin perdida de tiempo.

Colocando su polla a la entrada de mi conejito, me lo introduje dejándome caer de golpe y provocando que Johan exclamase algo en alemán. Me cogió de las tetas y después me dio un azote en el culo para que empezase a cabalgar como si fuera una amazona, saltando y moviendo mi culo en círculos en ocasiones, mientras él seguía agarrado a mis tetas, retorciéndome los pezones con saña.

Sentía en mi vagina como me rozaba su capullo en forma de seta, lo que me provocaba placer por partida doble, ya que al estar yo arriba, hacia frotar mi clítoris contra su pubis, hasta que nos corrimos los dos casi a la vez, cayendo yo encima de su pecho.

Mientras nos relajábamos un poco y me abrazaba como un oso, me alagaba diciendo que era toda una hembra hecha para hacer gozar a los hombres y que no entendía como podía estar casada, con lo bien que follaba. Le di un beso en la frente y fui al lavabo a limpiarme, ya que el cabrón me soltó una buena lechada.

Cuando salí me esperaban todos en pelotas, ofreciéndome una copa de champán frío, Monté concretamente.

Estaba delicioso, así que la apure y pedí mas, mientras me fijaba en el ramillete de hombres tan distintos, que me estaban esperando.

El que mas me llamo la atención fue Max, con su moreno cuerpo musculado y tan alto como para sacarle una cabeza los otros dos. Era el que cargaba con la verga mas grande, pues solo en reposo ya impresionaba, pero después cuando se la vi tiesa parecía un vaso de tubo, de los que se usan para servir cubalibres, toda de color purpura, con un par de huevos como los de un burro. Desde luego yo nunca había visto una tan grande.

Dispuesta a seguir con la juerga, me arrodille a los pies de los tres machos, que me rodeaban expectantes y con cara de sátiros, menos Max que permanecía serio sin decir nada. Fue al primero que me dedique, cogiendo su polla con las dos manos se la meneaba con fuerza, viendo que poco a poco iba creciendo. Cuando ya estuvo en plena erección, le di un par de salivazos y procedí a tragar tan enorme manjar, pero solo me cabía su glande, por lo que me entretuve en pasar la lengua por toda su longitud.

Mientras, a los otros dos les tenia que menear sus tiesas pollas a turnos, pues complacer a tres machos a la vez, no es tan fácil como pensaba. Pero dio resultado pues a pesar de haberse corrido los dos hacia poco, ya estaban otra vez en forma. Después me contó Ramiro que Johan y él habían tomado viagra, ya que querían aprovechar la noche conmigo y por eso se recuperaban tan fácilmente.

A los tres se la tuve que chupar hasta dolerme la mandíbula, dedicándole a cada uno un rato de mis habilidades como felatriz. Cuando estuvieron los tres empalmados pasamos a la enorme cama, donde me llevaron en volandas entre todos.

Una vez que me posaron boca arriba, Johan trajo la botella de champán y me ofreció de beber, para después rociarme con la bebida, mojando sobre todo mis pechos y mi vulva, donde me produjo un escozor excitante por las burbujas. Yo estaba preparada para recibir sus caricias y confieso que era muy fuerte sentirte besada, acariciada y adorada por tres machos a la vez, así que les increpaba;

  • Vamos cabrones, haber si sabéis complacer a una mujer como Dios manda.
  • No te preocupes nena, tu disfruta que te daremos lo tuyo, me dijo Ramiro.
  • Siii... quiero lo que bine a buscar, una buena ración de polla.

Tenia a Ramiro y a Johan a cada lado de mi cuerpo acariciando y besando cada uno un pecho, y se turnaban para comerme la boca. Mientras, Max se ocupaba de mi coño con su áspera lengua, repartiendo sus pasadas entre los labios y la pepitilla, que la notaba ya super sensible de todo el ajetreo de esa noche.

Todas esas sensaciones juntas hacían que me corriese, una y otra vez sintiendo unas convulsiones tremendas y que sino fuera por los besos que me daban para acallarme, hubieran oído mis gritos en todo el hotel.

Luis cariño, era fantástico sentir el sexo de esa manera tan radical me decía, pero estaba salida como una perra y les pedía mas todavía.

Cuando se hartaron de devorarme, Max se subió encima de mi con intención de penetrarme, así que los otros dos me cogieron una pierna cada uno, levantándolas para dejarme totalmente ofrecida, para recibir el oscuro ariete. Al principio no llegaba a meterla del todo para no hacerme daño, pero aun así sentía mi almeja mas llena que nunca, pues aquel trabuco era de los grandes.

Vamos le animaban, clavasela hasta el fondo a esta guarra, no ves como lo acaba de pedir.

Así que Max la dejo ir hasta dentro, cogiendo un ritmo divino en la follada que me estaba dando.

Mientras sus dos compañeros se entretenían con mis melones, que parecían tener un imán para sus manos.

Todo eso sin dejar de besarme y decirme burradas del tipo de;

  • joder preciosa el negro este te va a dejar el coño, como un túnel soltó el alemán, y se reían entre ellos.

Ramiro tampoco se quedaba atrás y me decía, que me iba a secuestrar para tenerme como su puta particular, para follarme a su antojo. A mi todo eso me ponía mas cachonda todavía, así es que con ese tratamiento y gracias a los pollazos de Max, me corrí otra vez, alcanzando un orgasmo tremendo que parecía no tener fin.

Me corrí gracias a las dimensiones de aquel aparato que limaba mi coño como nunca antes y que se repetía incesantemente hasta que me la saco para correrse en mi tripa, llegando los cañonazos casi hasta mis tetas.

Los guarros de ellos me lo esparcían por mi cuerpo como si fuera crema solar, quedando toda embadurnada del semen del mulato.

El siguiente en penetrarme fue Ramiro que se acostó boca arriba, y sin dejarme recuperar, me hizo sentarme sobre su rica verga, que casi le bailaba dentro de mi, después de la visita de Max.

Me animaba mientras me cogía por las nalgas para ayudarme a cabalgar y me decía;

  • Vamos puta no era esto lo que querías, pues venga mueve tu culo que hoy vas a llegar a casa bien follada.
  • Oh, siii... por favor seguid follando mi caliente coño, lo tengo ardiendo como un horno.
  • Ademas de estar buena, follas como la mejor de las putas, que vicio tienes zorra.

Yo mordida en mi orgullo por esas palabras y fustigada por los azotes que Ramiro me daba en el culo de vez en cuando, sacaba fuerzas para saltar sobre su polla, que empezaba a acoplarse a mi dilatada almejita, y que ya volvía a sentir placer otra vez.

No veía a Johan que estaba a mi espalda divirtiéndose con la escena y con oscuras intenciones, ya que sujetando mis nalgas para que bajase el ritmo, me empezó a lamer mi indefenso ano.

Vi lo que pretendía y le dije que fuese con cuidado, pues tu y yo solo lo usamos alguna vez, cuando me caliento lo suficiente, así que como no quería que me lastimase, pero tampoco quería negarme a nada, le pedí que fuera suave.

Johan a pesar de parecer un salvaje me trato con mimo, usando la lengua hábilmente para ablandarme el orificio y así consiguió ir metiendo algún dedo en mi interior.

Después de conseguir meter un par de dedos sin dificultad, los quiso cambiar por su rabo, así que se lo lleno de saliva y haciéndome parar un momento la cabalgada, me la empezó a clavar en mi culo. Le costo al principio introducirla en el recto con su capullo en forma de champiñón, pero a base de empujar lo logro meter dentro, no sin hacerme lanzar algún alarido por el dolor de la penetración.

Luego fue moviéndose poco a poco, hasta lograr introducir la mayoría del miembro, sincronizando sus movimientos con Ramiro para alternar las penetraciones dentro de mis dos agujeros. Ya no tenia que moverme, eran ellos los que se movían, empezando yo a notar los resultados de la doble penetración, con un placer que no había sentido nunca, un placer por partida doble que me hacia gozar del sexo intensamente. En poco tiempo alcanzaron un ritmo endiablado, ya no había rastro de dolor gozando de lo lindo aquellas dos pollas dentro de mi y notaba un placer distinto que al hacerlo solo por el coño.

Alcance otro orgasmo sintiendo como me barrenaban las dos pollas, un orgasmo inigualable a pesar de las veces que ya me había corrido, y que me hizo perder casi el sentido mientras Ramiro me retorcía los pezones, ya que le quedaban a mano. Mientras, Max me mordía la boca, acallando mis gritos.

Cuando termine de correrme, Johan y Ramiro intercambiaron la posición, para que Ramiro también probara mi culito. Así que después de montar sobre Johan, espere la entrada de Ramiro desde atrás, costandole menos que antes por culpa del tratamiento que había recibido de Johan.

Gracias a que Ramiro tenia su miembro empapado de mis jugos vaginales, le sirvió de lubricante para perforar mi ya dilatado ano, sin miedo a lastimarme.

Otra vez esa sensación de estar doblemente penetrada;

  • Me vais a partir en dos les decía, muerta de lujuria.
  • Siiii...gracias por esto Ramiro, estaré en deuda contigo, seré siempre tuya.
  • Ya me lo estoy cobrando guarra, no te preocupes y mueve tu culo de golfa.
  • Ohhhhm si, soy vuestra golfa les decía, pero dadme vuestras pollas para que os saque la leche cabrones. Desde luego estaban enviciados conmigo.

Ramiro le dijo al mulato;

  • Max, metésela en la boca a esta puta, para que te la chupe y se calle, que va a despertar a todo el hotel.

Ya era la bomba, esa manera de tratarme y tener tres pollas a la vez dándome placer. Me estaban usando a su antojo, pero como lo disfrutaba, ni en mis sueños mas húmedos hubiera imaginado aquella situación.

Con mi enésimo orgasmo, sentí también como me inundaban con su semilla, mis dos jinetes blancos, cediendo Ramiro su sitio a Max, para que fuese el ultimo en profanar mi pobre culito.

  • No por favor, me va a destrozar con ese pollon, ya no puedo mas de verdad.
  • !Calla zorra¡ decía Ramiro animado también por el alemán, no querías que te follasen para meterle los cuernos a tu marido, pues este es un buen final para tu primera orgía.
  • Me vais a matar cabrones, pero venga que termine de una vez.

Max al escuchar eso me dijo;

  • Te vas a enterar puta, te la voy a clavar hasta dentro para que te acuerdes de mi.

La primera vez que hablaba en toda la noche y mejor que no lo hubiera hecho, porque de un empujón me la clavo hasta las pelotas, sintiendo yo como me partía el culo y me hacia saltar las lagrimas.

Por poco no me lo había desgarrado, pero gracias a la lubricación que había dejado Ramiro al correrse, entro hasta dentro y el dolor se transformo poco a poco en un intenso placer, mas aun cuando sentí la ráfaga de semen que inundo el interior de mi culo cuando se corrió y que me hizo perder el sentido con el ultimo orgasmo de la noche.

Que zorra te has vuelto cariño, estas totalmente degenerada le dije, justo antes de corrernos otra vez, gracias al morbo que nos producía el relato de su orgía particular. Luego mientras nos solazábamos en nuestra cama, me termino de contar el final de la historia y así proponerme nuestro pequeño trato.

Desperté en los brazos de Max, que me llevaba sonriente hacia el baño para dejarme sumergida, hasta el cuello en la enorme bañera. Allí me pude relajar mientras me limpiaba, los restos de la intensa batalla sexual que había durado casi 3 horas, de las que había salido ganadora, pues a pesar de todo pude con ellos.

El fornido mulato me ayudo en la tarea, frotando suavemente con la esponja todo mi cuerpo y dejando que yo disfrutara del agua tibia, mientras veía su tremendo pollón que parecía una morcilla, como reposaba entre sus piernas.

Lo siento me dijo, si te he hecho daño, seria una pena lastimar a una mujer tan hermosa, pero es que eres una tentación difícil de rechazar.

Una vez que me había secado y dispuesta a ponerme el reducido vestido, que me sirvió de disfraz esa noche, salí al dormitorio donde me encontré con los hombres ya vestidos, aunque el único que llevaba ropa de calle era Max, que esperaba para traerme a casa.

Ramiro al ver salir me dijo;

  • No busques tu vestido preciosa, que no es así como vas a volver a tu casa hoy.

Otra vez tenia ese rollo dominante que tanto me gusta de él.

  • Y como quieres que vuelva en pelotas o que, le pregunte.
  • No, Johan a dejado esto para ti, antes de irse y seguro que te queda mejor que a su mujer, por lo que ha dicho.

En sus manos tenia el abrigo que he traído puesto y que me encanto nada mas ponérmelo. Pensé que me lo había ganado con creces, así que lo hacete de buena gana.

A tu marido se le van a caer los ojos cuando te vea llegar así a casa, pero toma enseñale esto cuando se empiece a mosquear. Era el sobre con el dinero.

Es un detalle que tengo contigo por haberme ayudado en mi negocio, me dijo, aceptalo y no te lo tomes como un insulto, pues ese dinero lo tienes bien ganado.

Ramiro siguió diciendo; Si cuando le enseñes el dinero a tu marido se enfada en exceso, es que es un tonto y no sabe tratarte como te mereces, así que no te compliques la vida, abandonalo y vente conmigo, yo te tratare como una reina. Sin embargo, si después de contárselo todo lo acepta de buena gana, dile que me gustaría seguir viéndote de vez en cuando.

Ramiro seguía creyendo en el rollo que le conté al conocerle, sin darse cuenta que esta historia la habíamos preparado entre tu y yo para divertirnos, pero la verdad es que quiero seguir viéndole.

Joder Eva, siempre supe eras una mujer ardiente le dije, después de escuchar toda la historia, no en vano me gustaste por eso, ademas de por lo buena que estas claro, pero te das cuenta que lo que me acabas de contar, te convierte en su puta en propiedad. Lo sé querido me digo sin inmutarse, Ramiro me ha dicho de seguir viéndome de vez en cuando y le he dicho que si, aunque se que algunas veces lo hará para que le ayude en sus negocios. Pero aun así, dime que me dejaras volver a verle por favor, a cambio te seguiré contando mis aventuras.

Accedí a su reiterada petición de seguir viendo a Ramiro, ya que en esta situación prefiero saber lo que hace a descubrir que lo ve a mis espaldas, pero como yo también quería sacar partido le dije;

  • Vale, te dejare que le veas, pero a cambio quiero estar presente, cuando echéis un polvo, me da igual que sea con él o con otro, pero quiero verlo. Ya que te dejo ponerme los cuernos, tendrás que aceptar mis condiciones.
  • Te adoro cabrito mio, no te preocupes que ya me arreglare para que puedas verme zorreando con algún macho.

Con esta aventura estuvimos follando como conejos durante meses. Era empezar a recordarla y engancharnos como animales en celo.

Al fin y al cabo era lo que buscábamos, reavivar nuestras relaciones sexuales, aunque sentimentalmente también nos a unido mas, pues nos llevamos mejor como pareja.

Pero este ha sido solo el primero de una serie de devaneos sexuales, en los que Eva ha ido sacando a la luz, su instinto de mujer liberada y golfa. Eso si, en su primera aventura ya se doctoro con honores.

Mas adelante, Eva cumplió con la condición que le puse de verla en acción, con alguno de sus amantes pero eso ya lo contare mas adelante.

Espero vuestros comentarios, gracias.