Una entrega voluntaria

Tras conocernos en el chat, ambos tramamos un plan para que yo llegue a ser el esclavo de su esposa.

CAPITULO 1 COMO NOS CONOCIMOS

Como casi todas las noches, el chat estaba aburrido, se hablaba de comida, de los programas de televisión, de política, de todo menos de dominación y sumisión que era el eje sobre el que se basaba el canal. Como siempre pocas amas, exceso de amos buscando sexo encubierto a través de la dominación y luego un amplio abanico de hombres y mujeres cada uno con un tema diferente, unos buscando morbo, otros mirar, otros que los miren, travestirse, relaciones lesbicas, homo y fetichismo en todas sus variedades.

Yo como casi todos los hombres del canal buscaba una relación de dominación sumisión con una ama, cosa casi imposible y digo casi por dejar una puerta abierta a la esperanza, de ahí que de un tiempo a esta parte me decidí a hablar también con parejas dominantes, lo cual estaba también difícil, primero porque había pocas y segundo porque la mayoría buscaban

sumisas o parejas sumisas.

Solía charlar con gente casada por si alguno se decidía a intercambiar zapatos de nuestras esposas, mi principal fetiche junto con los pies, pero el fracaso estaba asegurado, la mayoría buscaban sexo fuera de la relación, nada de meter a las esposas por medio, he de reconocer que a veces se tenían charlas interesantes y como casi siempre nunca se reanudaban, comentabas cosas y ahí quedaban, entraban a formar parte del baúl de los recuerdos.

Entraba la primavera cuando tuve una charla interesante y prolongada, estuvimos hablando durante una hora y media aproximadamente, el perfil era casi perfecto y digo casi porque fallaba el eslabón principal, la esposa, la ama en definitiva, la que tenia que mandar en la relación.

El era un hombre casado, maduro de 56 años al que le gustaban las situaciones morbosas, había intentado implicar a su esposa alguna vez con el resultado que la mayoría de las veces conocemos, su negativa. Pese a todo entablamos conversación, le comente mi situación, mi carácter sumiso y mi atracción por el fetichismo del calzado femenino y pies, no le desagrado la idea pero me dejo caer que el no era dominante, que desconocía el tema pero que su esposa aunque no siendo dominante si que tenia bastante carácter. Fui directo a la cuestión para ver que pensaba sobre una relación en la que su esposa tuviera un criado, una persona sobre la que ella pudiera ejercer un dominio y cual fue mi sorpresa cuando la idea le atrajo bastante.

Era el matrimonio perfecto, maduros, en la cincuentena, ella con carácter y el no dominante deseoso de ver como una persona doblaba las rodillas ante su esposa y se plegaba a sus caprichos

Seguimos conversando durante algunos días y profundizando un poco mas, la verdad es que no paraba de pensar en ello, tener una pareja de amos, en la que ella ejerciera la dominación y el disfrutara viendo como su esposa lo hacia.

Aunque no se consideraba dominante había momentos en las conversaciones en que mostraba dotes y arte para hacerlo y tampoco le faltaban ideas para practicar alguna que otra humillación, eje principal de la relación, ver como su esposa practica mil y una humillaciones mientras el lo disfruta a pocos metros sentado cómodamente en su sofá.

Me pregunto varias veces si en algún momento se planteara el tema de servirlo a el, cosa que me hacia dudar, por supuesto admitía que debía de obedecer sus ordenes pero y si ¿ en esas ordenes había contacto físico? ¿y si tuviera que lamerle los pies por ejemplo?

Nunca había servido a un hombre, es mas tenia clara la superioridad femenina, pero al hombre lo consideraba un igual, otra cosa distinta era un matrimonio o pareja en la ella llevara las riendas aunque el participara indirectamente. Lo que si era cierto es que eran matrimonio y no podía tratarlos con distintos grados de obediencia para uno y para otro, así que le propuse unos limites, todas las personas lo tenemos en mas o menos grado, no le pareció mal con lo que respire varios días tranquilo mientras los pensaba claramente.

Aunque estaba dispuesto a entregarme a una relación de sumisión, tenia una vida privada al igual que ellos que era fundamental respetarla por ambas partes, sabia que era materialmente imposible tener una relación 24-7, sobre todo cuando se es una persona casada, pero también sabia que en los horarios acordados estaría a su merced para lo que ellos desearan.

Mi primer limite fue ese, respetar nuestras vidas privadas, no sabia que caminos podría tomar la relación de sumisión por eso puse unos limites de castigo por si surgían en algún momento, eran los normales que se suelen poner, sangre, marcas, dolor extremo y agujas, en cuanto al sexo si surgía, prefería mantener la distancia, aunque si tenia seguro que no quería relaciones homosexuales, si aceptaba si ellos lo deseaban por supuesto castigos y humillaciones relacionadas con el sexo.

Le exprese los limites y volví a respirar aliviado cuando me dijo que no le parecían mal, aunque de todas formas había que dejar correr la relación y que éramos libres de romper la relación cuando así lo deseáramos, asentí pues era lógico.

CAPITULO 2 LA CITA

Tras varias semanas de conversaciones en las que nos fuimos conociendo concertamos la primera cita. Quede con el señor en la cafetería de un hotel, llegue aproximadamente 15 minutos antes de la hora fijada, quería causar buena impresión y lo primero era ser puntual, yo llevaría vaqueros y un jersey burdeos, el traería una bolsa roja de compras, jersey azul y chaqueta sport también azul.

Había llegado el momento de conocernos, de sentarnos frente a frente y conversar no a través de una maquina sino directamente amo y sumiso juntos.

Me comento que vivían en una urbanización de casas con pequeñas parcelas independientes, así que tendría trabajo extra asegurado, cuidar el césped, cortar los setos, mantener una pequeña piscina que se encontraba en la parte trasera y atender la gran cantidad de plantas que tenia la señora.

Me causo buena impresión, llevaba la madurez bien y no se le veía una persona desagradable, creo que yo a el también le cause la misma sensación por lo que considere que la cita estaba siendo positiva, me hablo principalmente de ella, no detalladamente pero si por encima, me comento que era una mujer algo desordenada, que le gustaba la lectura, maniática a veces, media 1.60 pesaba 58 kilos rubia con el pelo rizado, que vestía muy normal y nada de tacones de aguja y sexys, que le gustaba la playa, la buena comida y salir a cenar, estuvimos sobre una hora en la que charlamos también de cosas superfluas, fue al concluir con la conversación, ante mi sorpresa, cuando puso sobre la mesa la bolsa de compras roja que había traído y me dijo

Aquí dentro hay unos zapatos de mi esposa bastante

usados y viejos, aunque se que todavía no has hecho ningún esfuerzo para merecerlos, quiero que te vayas familiarizando con ellos, bésalos diariamente y ruega porque mi esposa te acepte a su servicio, no me des las gracias tómalo como un detalle, quiero que veas que soy una persona generosa.

Ya iré pensando en como convencer a mi esposa, alguna idea que otra tengo en la cabeza, pero hay que ir despacio, no quiero perder esta compra dijo, esbozando una sonrisa

Se levanto, me dio las buenas tardes y se marchó, mientras yo me quedaba pensativo con la caja de los zapatos de la señora entre mis manos.

Pasaron dos días en el que no tuve contacto con el y en los que por supuesto bese los zapatos de la señora y rogué porque algún día me aceptara a su servicio, eran unos zapatos rojos planos de piel mate sin puntera parecidos a unos mocasines.

CAPITULO 3 LAS NORMAS

Coincidimos a la siguiente noche y nos saludamos como de costumbre, me comentó que deberíamos de ir confeccionando un contrato y una normas, que una vez aceptara y diera el visto bueno la señora, firmaría y cumpliría mientras que estuviera al servicio de ellos, independientemente de la rescisión voluntaria de este por cualquiera de ambas partes, si así una de ellas lo decidía.

empezaremos por las normas, he redactado una serie

de normas las cuales creo que serian del agrado de mi esposa y mías también, claro que todas están sujetas a la aprobación o desaprobación que luego ella decida.

La primera de ellas es de cómo debes de dirigirte a nosotros una vez entres a nuestro servicio, he pensado que SEÑOR y SEÑORA estarían bien, en cuanto a nosotros dirigirnos a ti lo he dejado en el aire, que sea ella quien decida como llamara a su mascota.

Mientras decía esto soltó una sonrisa entre picara y maliciosa

-La segunda es que siempre pedirás permiso para hablar y es

que mientras se habla no se trabaja

volvió a sonreír

-la tercera, no levantaras la vista por encima de nuestras

rodillas a no ser que se te indique lo contrario.

la cuarta, siempre pedirás permiso para ir al baño, por

supuesto no usaras nunca nuestro baño, por lo que seria

aconsejable que vinieses con tus necesidades hechas, de

todas formas ya se pensara algo.

La quinta, cuando se requiera tu presencia, acudirás de

Inmediato, te colocaras de rodillas y pronunciaras la frase

"a su disposición señora", señores etc. dependiendo de

quien te llame.

Las siguientes normas se refieren al aseo, deberás seguirlas

estrictamente al igual que las otras, a mi esposa no le gustan

las malas apariencias y por supuesto la gente desaseada,

esta seria la sexta, estarás siempre perfectamente afeitado.

La séptima, el pelo siempre lo llevaras corto.

La optaba, las uñas las llevaras siempre cortas y

impecablemente limpias al entrar a nuestro servicio, otra

cosa es que a causa de los trabajos que se te ordenen se

te ensucien.

La novena, no lucirás anillos, pulseras, cadenas, ni

cualquier otro adorno.

La décima, cuando nos tengas que servir comida o bebida

utilizaras siempre guantes destinados para ello, como ves

son unas pocas de normas sencillas, por supuesto que si

entras a servirnos, me imagino que mi esposa te ira

añadiendo todas las que ella vaya creyendo oportunas, ´

como por ejemplo la uniformación que deberás llevar etc.

No creo que haga falta que te diga que las normas son para

cumplirlas, aunque viendo el interés que tienes por servir a

mi esposa, no dudo que las cumplirás, éstas y otras muchas

mas que como ya te he dicho imagino que ella irá

incluyendo

me había mostrado atento y en silencio mientras me redactaba toda esta serie de normas, me parecen bien dije, a lo cual me contestó

  • me alegro por ti, mañana viernes me gustaría quedar en la

cafetería, tengo un regalo para ti, es tarde y estoy cansado

así que mañana seguiremos

Nos despedimos y al instante el messenger se cortó, me quede pensativo delante del ordenador, normas, regalos, habían sido muchas cosas en poco tiempo, unas normas que suponían un paso agigantado hacia la sumisión y un regalo, ¿de que se trataría? , Mi corazón empezó a latir mas fuerte, empece a sentir miedo, también felicidad, ¿ habría mostrado su esposa algún signo positivo? , mi corazón no paraba de bombear cada vez mas fuerte, abrí el cajón de la mesa y del fondo saque los zapatos rojos de la señora, retire el teclado y los coloque en su lugar, hundí mi cara en ellos y eso me tranquilizo, mi corazón empezó a tomar su ritmo normal, comencé a sentir paz, a sentirme relajado, no nos conocíamos y ahí estaba yo con mi cara hundida en sus zapatos, sintiéndome su mas fiel servidor, aspirando el aroma de su interior y no dejando escapar ni una sola gota de aire de ellos, besando por donde ella pisa, sintiéndome su esclavo en la distancia, no nos conocíamos y sin embargo yo ya me sentía su criado, su sumiso, su esclavo, sus zapatos me daban paz, me tranquilizaban y sobre todo hacían volar mi imaginación.

No sé cuanto tiempo había pasado cuando retire mi cara de ellos, pero no debió de ser poco por la cantidad de imágenes que pasaron por mi cabeza. Durante ese tiempo me sentí preso, la imagine caminando con ellos, colocados en su armario o a los pies de su cama, los imagine abrigando los pies de la señora, ajustándose a ellos y acurrucando sus dedos, ¿cómo serian sus pies?, ¿ y sus uñas y dedos?, Cientos de imágenes pasaron por mi cerebro intentando imaginar los suyos, finos, gruesos, ásperos o suaves, dedos largos o cortos, ¿ cómo serian los pies de la mujer ante los que deseaba arrodillarme?, No sé cuanto tiempo había pasado cuando retire mi cara de ellos, pero sí sé que durante todo ese tiempo los envidie, envidie no ser yo quien pudiera abrigar esos pies, sentir el roce de sus dedos o el tacto de su piel, cuando retire mi cara de ellos me di cuenta de que me había sentido como ellos, útil y usado y me alegre. Los besé, los envolví en un paño y los volví a meter en el fondo del cajón.

CAPITULO 4 MI SEGUNDA CITA

Llegué antes que él, me senté y espere sin tomar nada a que llegara. Nos saludamos, nos dimos la mano y empezamos a charlar de temas triviales, así estuvimos durante unos quince minutos, cuando ya apurábamos los cafés, me dirigió una sonrisa y a la vez que requería al camarero con la mano me dijo,

tengo buenas noticias para ti

guardo silencio durante unos segundos mientras nuestras miradas se cruzaron

hemos despedido a la muchacha del servicio domestico que venia un par de veces a la semana, así que se ha quedado la plaza libre, aunque mi trabajo me ha costado convencer a mi esposa, claro, que el que la ocupe tendrá que demostrar su valía y ofrecer un mejor servicio por supuesto.

-¿Os dio algún motivo para que la despidierais?

no, ninguno, aunque era bastante contestona y eso a mi esposa no le hacia ninguna gracia, pensamos que se podría encontrar mejor servicio y lo que es más importante a mejor precio, la verdad es que para lo que hacia resultaba cara, además nos interesaría una persona que se encargara también de la parte exterior de la casa, césped, piscina y demás, llega el buen tiempo y hace falta prepararlo y acondicionarlo y como es normal requiere un mantenimiento, este año queremos sacarle partido, sobre todo a la piscina, el año pasado la disfrutamos poco y se previene un año de bastante calor, bueno ¿no dices nada?

Pasaron varios segundos sin decir nada en el que nuestras miradas se volvieron a cruzar, me había quedado bloqueado, por fin acerté a decir:

  • claro que es una buena noticia, si le parece bien preparare un curriculum para esta misma semana

si, creo que no lo debes de demorar, vamos a poner un anuncio en Internet, se presentaran mas candidatos sin ninguna duda, por cierto, todos tendréis que pasar por una entrevista personal que la realizara mi esposa, espero que estés a la altura, solo tienes esta oportunidad.

Sonrío levemente

de todas formas ya te indicare lo que debes de resaltar y

omitir en el curriculum, no quiero que metas la pata,

seguro que los nervios te traicionan

volvió a sonreír

espero que no dije con poco convencimiento, la verdad es que me aterraba la idea de estar frente a ella, cara a cara y además jugándome el puesto de trabajo, brotaba inseguridad por todos mis poros, empezaba a sentir nuevamente la aceleración del corazón, empezaba a sudar, me sentía como un castillo de naipes viendo como sube la marea a punto de ser deshecho y solo lo estaba pensando, ¿cómo me sentiría realmente cuando la tuviera frente a frente? La sola idea de pensarlo me hacia erizar la piel, estaba nervioso, muy nervioso, igual que un niño al levantarse el día de reyes, él me lo noto, tampoco había que ser muy experto

tranquilo hombre, intentare echarte una mano en lo que pueda, a mí también me interesa que ese puesto sea para ti, es mas, quiero que sea tuyo, aunque no todo depende de mí, deberás de agradarla para conseguirlo, ya me encargare yo con el tiempo de que te vaya perdiendo cariño

sonrío ampliamente

creo que seria el mejor regalo que le podría hacer a mi esposa en nuestro matrimonio y el más original

volvió a sonreír

te imaginas que te metiera en la caja de una lavadora y cuando ella lo abriera ¿ te encontrara a ti? Seria genial, cariño hay tienes tu nueva mascota, es grande pero dócil, claro que tendrás que enseñarlo

soltó una gran carcajada

yo reí también, no sé si de emoción o de terror, se acercaba sin duda el momento de conocerla, de saber como era físicamente, de cómo sonaría su voz, de cómo seria su mirada, sus pies, sus manos, su pelo, eran demasiadas sensaciones las que sentía por mi cuerpo, mientras el me observaba, como el depredador que estudia a su presa y yo hacia ya varias semanas que me sentía cazado, enjaulado y sin voluntad

quiero que tengas claro una cosa, todo esto que estoy haciendo tiene un fin, aunque los dos deseamos que esto salga bien, por motivos distintos, debes de ser cociente de que tu serás el que tendrá que entregarse y el que tendrá que amoldarse a nosotros, te convertirás en un ser sin derechos, que trabajaras y cumplirás ciegamente los deseos y las ordenes de mi esposa y será una relación en la que yo pondré todo de mi parte para que ella te humille y te rebaje de una y mil maneras, tu obligación será darnos una vida mas placentera a costa de tu trabajo y tu humillación, procurándonos a nosotros bienestar y recordando siempre que ser sumiso no es hacer lo que a ti te guste, sino hacer lo que mi esposa desee, te guste o no y ten por seguro que intentare ir por ese camino, quiero regalarle a mi esposa un esclavo que se desviva por ella y la haga sentir una reina, que sea su felpudo cada vez que ella quiera limpiarse los zapatos, en definitiva quiero que seas un perro a sus pies y quiero que te lo ganes.

Asentí con la cabeza pues sobraban las palabras, había sido claro, no iba a ser un camino de rosas y tendría que hacer muchas cosas que no me gustarían.

Respetando los limites, tenían carta blanca para humillarme hasta donde quisieran, para vejarme, para hacerlo pasar mal y sabia perfectamente que esa era el fin que él buscaba, ese era su placer, su morbo, verme a mi degradado por su esposa, sometido, humillado y pisoteado, hacerme sentir cada día un poco mas inferior, mas insignificante, menos persona.

Volvía a sentir miedo, miedo al fracaso, miedo a no ser el esclavo deseado, miedo a derrumbarme, miedo a no superar sus humillaciones, pero también sentía fuerza, fuerza para servir, me sentía útil, siempre había querido demostrar mi sumisión y respeto a una mujer, una mujer a la que no me unían lazos sentimentales, una mujer que no buscaba sexo pues estaba casada y además su matrimonio iba bien, claro que podría humillar mi sexo y se positivamente que el lo buscaría a través de ella, degradarme a través de él seria una manera eficaz de humillar a un hombre, de destruir su masculinidad.

por cierto, los zapatos que te regale de mi esposa los tendrás bien conservados, seguro que ya te has corrido en ellos muchas veces

  • No, no señor, no me he corrido, aunque lo he deseado, solo me correré en ellos cuando tenga el permiso de su señora, seria una falta de respeto hacerlo, aunque todavía no sea su esclavo para mí es como si lo fuera.

Llevas razón, seria una falta de respeto hacia ella, darte tu placer y mancharle los zapatos con tus corridas, además a mí tampoco me gusta, será una de las cosas que tengas prohibida.De todas formas no desesperes, a lo mejor ella tiene otra opinión, también ten en cuenta que va cambiando su calzado, si eres bueno a lo mejor ella te premia con algún par de vez en cuando, pero estamos hablando por hablar, luego ella será la que decida.

  • claro, claro conteste aceleradamente

bueno me tengo que marchar, en cuanto tengas preparado el curriculum me avisas, cuídate y no te demores hay gente que en vez de correr vuela.

  • así lo haré, agradezco todo lo que esta haciendo, espero no defraudarle

tendrás tiempo de agradecerlo si todo va bien

se levantó y se marchó, me quede sentado unos minutos con la mente en blanco y con la vista en el infinito, pero rápidamente volví a la realidad, no debía de perder el tiempo, me esperaba el curriculum mas difícil de mi vida.

CAPITULO 5 LA ENTREVISTA

Llevaba dos días intentándolo y muchos los folios rotos, no sabia que poner o que omitir, era un puro flan, me temblaba el pulso, se me nublaba la mente, debía de encajar perfectamente en el puesto y no sabia como ordenar las piezas, mi edad, mi experiencia, menos mal que todo esto termino cuando recibí un correo de él diciéndome que no hacia falta curriculum que seria la entrevista directamente y ya esta, menudo peso me había quitado de encima, por otro lado sabia que me la jugaría en vivo y en directo, no era una ventaja y lo sabia, pero intentar escribir el curriculum me estaba poniendo al limite, me sentía incapaz de confeccionarlo.

Junto con algunos consejos venia el día de mi entrevista, martes 19, con un recordatorio "sé puntual", y una dirección. Martes 19 era dentro de dos días, creo que fueron pocos los minutos durante esos dos días que no había pensado en ello, pero se puede detener el reloj pero no el tiempo.

Había llegado la hora, estaba recién duchado, peinado y perfumado, me puse unos zapatos de color negro, pantalón de vestir y camisa a rayas, cerré la puerta y tras una ultima revista frente al espejo del ascensor, salí a la calle.

Llegue a la urbanización en mi coche, busque la calle y aparqué, era un día soleado, habíamos quedado a las 5, hacia bastante calor, normal para estas fechas pues estabamos en el mes de Abril y en el sur suele ser un mes caluroso. Comencé a andar, su casa era el numero 8, había aparcado cerca del numero 4 así que no andaba muy lejos, conforme me acercaba, empezaban a pesarme las piernas, era como una fuerza que me intentaba detener, era el yo contra el yo, un pulso a mi mismo, por fin llegue al numero y sin pensarlo dos veces apreté el portero, eran de los que tienen visor de imágenes, noté como se descolgaba al otro lado, se hizo una pausa de unos diez segundos,

hola buenas tardes te abro

era él, me había estado observando durante esos diez segundos, quería ver mi cara, y casi seguro que notó mi descomposición, estaba disfrutando el momento, sabia que lo haría desde el primer segundo, desde que pisara su casa, su territorio, yo era como el ratoncito que se acercaba al queso, sabiendo que detrás hay una trampa. Entré, me separaban diez metros de la puerta de entrada, a mi lado derecho todo era césped y a mi lado izquierdo el suelo era de cemento, imaginé que para aparcar los coches. Me dirigí hacia la puerta, llegué y espere, sabían que estaba allí, por lo que supuse que no haría falta llamar, sin embargo, pasaron varios minutos y la puerta no se abrió, si lo que pretendía era ponerme más nervioso de lo que estaba, lo estaba consiguiendo, sin duda estaba saboreando el momento. Por fin la puerta se abrió, era él

Buenas tardes me llamo Marcos, vienes por el anuncio del trabajo

-así es, asentí con la cabeza

Espera un momento, ahora te atiende mi esposa

-bien, muchas gracias

Se retiro mientras yo me quedaba esperando en la entrada, por un momento se me pasó salir corriendo, huir, no sabía que me iba a resultar tan difícil, no sé si fueron dos o tres minutos, pero me parecieron eternos, escuché pasos que venían del piso de arriba y el inconfundible replicar de unos tacones, era ella sin duda.

Desde la entrada podía observar la parte media y baja de la escalera, tenia la mirada puesta en ella, como hipnotizado, sabia que lo primero que aparecería por ella seria su calzado. Oí como bajaba, era un taconeo firme, sin duda el calzado que llevaba era cerrado, tenia el corazón a mil, parecía que me iba a estallar, fueron unos segundos interminables. Por fin el sonido del tacón al pisar y mi visión se juntaron, llevaba unas botas de piel vuelta, color marrón claro, cubiertas en su parte superior por unos vaqueros, su cuerpo iba apareciendo despacio pero sin detenerse, observé su cintura, portaba en su mano derecha una carpeta, sus manos eran finas y pequeñas, un corpiño de color beige cubría la parte superior de su cuerpo, y su cara, dos escalones mas y podría verla, por fin dije para mis adentro, ¿cómo seria?, era todo un enigma para mi, un enigma a punto de resolver, aparecieron sus cabellos, eran rizados , rubios, sus labios finos, su nariz pequeña y respingona, y su mirada, no fui capaz de mirarle a los ojos cuando me miró, instintivamente agache la mirada y me deje llevar por el sonido que producían sus tacones al bajar los peldaños, estaba cerca muy cerca, tan cerca que temí que escuchara el bombeo incesante de sangre de mi corazón

buenas tardes

nuestras miradas se cruzaron a la vez que se estrechaban nuestras manos, pude ver sus ojos, marrón claro y expresivos, muy expresivos, tan expresivos que su mirada bastaba para decirte lo que pensaba, no eran ni grandes ni pequeños

  • buenas tardes señora, respondí con la mayor entereza posible

-vienes por lo del anuncio de empleo en Internet ¿verdad?

  • si así es señora

yo buscaba en principio a una chica, pero mi marido quería una persona que se encargara de la parte exterior de la casa, por lo que decidimos que mejor seria un chico, teniendo en cuenta, que las labores del interior de la casa no incluyen cocinar, que en un principio era el principal problema al contratar a un chico

  • entiendo señora

vamos al despacho, quiero que me contestes a unas preguntas

La seguí, como un perro sigue a su dueña, tenia mi mirada clavada en el movimiento de sus botas, si llegaba a ser su sumiso probablemente seria la parte de su cuerpo que tendría mas cerca de la cara. Entramos y me invitó a sentarme

te haré unas preguntas y luego realizaras unas pequeñas pruebas practicas para ver tu experiencia

  • claro, de acuerdo señora

bien, bueno como te llamas

  • Pedro señora

¿edad?

  • 40 años señora

¿vives en la localidad?

  • Si señora vivo en la misma ciudad

¿eres soltero?

  • No, casado señora

Seguía el movimiento de sus manos conforme iba escribiendo las respuestas, llevaba las uñas cortas y pintadas de rosa pálido, le quedaban muy bien, aunque yo las prefería largas, me fije también en sus hombros, eran pecosos, en su cara también tenia, aunque menos

¿ Por qué quieres este trabajo?

Difícil pregunta, menos mal que ya estaba advertido

-bueno vi el anuncio en Internet, vi que era a tiempo parcial y dos días en semana, eso y que el tema de la jardinería y de la casa me gustan, me hicieron animarme, pense que seria una buena oportunidad de ponerme a prueba, de que otras personas valoraran mi valía y de demostrarme que realmente lo hago bien

por cierto me llamo Rosa

  • bonito nombre , señora

El despacho no era muy grande, una librería, un mueble tallado y la mesa donde estabamos también tallada. Desde mi lado podía observar la parte inferior de sus botas, tenia apoyado solo el tacón y su puntera iba de un lado a otro, mientras el otro pie permanecía quieto, así hasta que cambiaba de bota, me gustaba el juego, era como un péndulo al que sigues con la mirada. Mientras yo permanecía inmerso en sus botas y en su juego, ella me había estado observando, levante la mirada y nuestros ojos se volvieron a enfrentar, enrojecí al instante, pense que se había dado cuenta. Pasaron dos o tres segundos que se me hicieron interminables, era incapaz de sostener su mirada y la mía, así que decidí romper el silencio

  • ¿ no pasa calor con las botas señora?

¿ Con las botas?

La pregunta le había sorprendido sin duda

pues si, la verdad es que ya hace calor para llevarlas, hay que ir pensando en limpiar todo el calzado de invierno para guardarlo y sacar el de verano, aunque quiero hacer limpieza antes, hay algunos pares que están bastante usados y es hora de renovar el zapatero

  • pues si soy el elegido y entro a trabajar señora, será la primera cosa que haga, si le parece bien, dije esbozando una sonrisa

pues si, no me parecería mal, además no me gusta nada tenerme que poner a limpiar y lustrar todas las botas y zapatos de invierno que tengo

  • no se preocupe señora, seria un placer, además forma parte de mi trabajo

por primera vez sonrío

la verdad es que en la casa siempre hay muchas cosas que hacer, nunca se acaba, ¿ has trabajado para otras personas antes?

  • no señora, no lo he hecho, no por eso quiere decir que tenga menos experiencia

bueno, ahora podrás demostrármelo, por lo menos por encima. El horario seria por la tarde, tres horas, dos veces en semana y el sueldo seria de 25 euros por tarde, no es mucho pero solo son tres horas, tampoco quiero decir con esto que te lo vayamos a regalar, tendrás trabajo de sobra

  • lo entiendo, claro

una cosa si quiero que tengas clara, independientemente de que sepas hacer las cosas, se harán como yo te diga, no quiero tener los mismos problemas que con otras contrataciones, si tienes alguna duda con cualquier tarea, pregunta siempre antes de tomar tu propia decisión, se te paga para hacer la tareas no para que tomes decisiones las que haya que tomar las tomaremos mi marido y yo ¿ tienes carnet de conducir?

  • si, si tengo

bien, alguna vez puede que te necesite para ir a algún lado, yo no tengo. Déjame tu correo electrónico o teléfono para poder localizarte en caso de que estemos interesados.

  • Le dejare el correo electrónico si le parece, lo miro todos los días

Cómo quieras a mí me da igual, vamos a bajar a la cocina, quiero que pongas una lavadora a ver como te desenvuelves, también quiero que planches unas prendas y que limpies los cristales de la ventana del despacho, con esas tres pruebas creo que será suficiente, a veces puede que te necesite de ayudante en la cocina, pero eso no es problema, por cierto, ¿ sabes cortar jamón?, a nosotros nos da mucho coraje cortarlo, nos gusta mas comérnoslo, cuando te lo ponen por delante sabe de otra manera

  • le doy toda la razón señora, creo que ha todo el mundo le pasa lo

mismo, no es que sea un especialista, pero me defiendo cortando, espero

que el corte sea de su agrado

ella volvió a sonreír, nos levantamos y le cedí el paso, otra vez clave mi mirada en sus botas, me encantaba el replique de sus tacones conforme bajábamos los escalones.

Llegamos a la cocina, junto se encontraba la terraza lavadero, se detuvo delante de la lavadora, al lado había un bombo lleno de la ropa sucia, sabia que había llegado el momento de mi primera prueba.

si tuvieras que lavar toda esta ropa, como lo harías

vacíe el bombo y comencé a separar la ropa blanca de la de color, separe los colores claros de los oscuros, también tenia que separar los tejidos de algodón de los sintéticos, mientras ella a escasamente metro y medio observaba cada paso que iba dando, una vez hecha todas las separaciones, le pedí me indicara donde estaba el suavizante y el detergente, me indico con el dedo hacia un mueble que había junto al bombo, así que lo abrí, cogí el detergente y el suavizante y tras mirar detenidamente en el frontal de la lavadora, abrí la tapa y los eche en su lugar, era uno de los consejos que me había dado marcos, ¡ estúdiate el funcionamiento de la lavadora zanussi electrónica de 7.5 kg. de carga de ropa, creo que será una de tus pruebas !

Había acertado de pleno, veía la cara de aprobación que la señora Rosa tenia y sabia positivamente que había superado la prueba.

bien, veo que no es la primera vez que haces la colada,

pocos hombres saben desenvolverse en este campo,

veamos si la plancha se te da tan bien

me señalo enfrente de la lavadora, allí se encontraba colgada la tabla de planchar, la cogí la abrí y espere sus indicaciones

ves esa ropa que esta ahí colgada, coge una camisa y un pantalón de mi marido y mía coge una falda y la blusa blanca, la plancha la tienes en el mismo mueble de antes, te diré como funciona.

Tras una breve explicación me dispuse a realizar mi segunda prueba, no sabia por donde empezar así que elegí el camino más fácil, empecé por el pantalón, mientras la señora se sentó enfrente, marcó un número en su móvil y empezó a entablar conversación, imagine que por el tipo de charla, estaría hablando con una amiga, hablaban de peluquería y de compras, había cruzado las piernas y balanceaba su bota arriba y abajo, me estaba poniendo nervioso así que intente centrarme en la plancha. La segunda prenda que elegí fue la camisa, quería dejar para el final la ropa de ella, no se me dio mal, así que me dispuse a planchar la falda que tampoco presentó problemas, solo tenia que seguir algunos plisados, tan solo me quedaba su blusa, la prenda mas delicada, fue en ese momento cuando colgó el teléfono y empezó a prestar atención. Empece por las mangas, era lo menos complicado, ella seguía con su mirada mis pasos, seguía con las piernas cruzadas y sus manos abrazaban la parte inferior de sus rodillas, el planchado estaba quedando bien y eso me daba seguridad

veo que colaboras en tu casa, no eres de esos maridos que llegan a casa y solo ven el sillón, muchos deberían de tomar nota

  • lleva razón señora, pero cada matrimonio es un mundo y cada uno de

ellos tiene sus reglas y se organizan como quieren. De todas formas

creo que todos deberíamos de saber hacer estas tareas, nunca viene

mal. Otra cosa es la comida señora, eso si que es un mundo aparte.

si te entiendo, claro, pero también es cuestión de aprender, uf hoy hace un calor tremendo, no aguanto mas las botas ¿me harías el favor de sacarme unas zapatillas de el mueble que tienes al lado?

  • Si señora, ahora mismo

Abrí la puerta y eche un vistazo, en la parte de abajo había un par de pares, unos eran unas sandalias rojas de charol, planas con dos tiras, donde va metido el dedo gordo, el otro eran unas zapatillas de andar por casa de felpa abiertas por el talón, en color beige

  • ¿ cual quiere ponerse señora? Hay unas sandalias rojas y unas

zapatillas de felpa beige

tráeme las sandalias rojas, creo que me voy a quitar las medias también, por la mañana temprano hace frío y luego aprieta el calor y te asas

cogí las sandalias rojas por las tiras y cerré el mueble, me acerque hacia ella, estaba subiéndose el pantalón, mientras intentaba bajarse la cremallera de sus botas

  • déjeme que la ayude señora

vale, gracias, la edad no perdona

Me arrodille de una pierna mientras la otra la mantenía flexionada, cogí su bota por el tacón y termine de bajar la cremallera, tire del tacón suavemente hacia abajo para que fuera saliendo el talón, tenia las pulsaciones aceleradas, me lo notaba, mi corazón me delataba, estaba apunto de ver sus pies y lo más increíble, de tenerlos entre mis manos, cuantas veces me había preguntado como serian y ahora los tenia a escasos treinta centímetros de mis ojos. Vi su tobillo y su talón salir, llevaba unas medias color carne, muy finas casi transparentes, cogí su tobillo por atrás con mi mano derecha y volví a tirar suavemente de su bota, se desprendió totalmente y apareció ante mis ojos su pie, ese tesoro con el que llevaba varios meses soñando.

Me quede mirándolos fijamente, disfrutando del momento, embelesado, recorrí con mi mirada cada centímetro de él, quería guardarlo grabado en mi cerebro, quería saber como era su piel milímetro a milímetro. De repente su voz me volvió a la realidad.

¿ te ocurre algo?

  • No no, perdone señora es que tenia la mente en otro lugar, ¿ le quito

las medias?

si por favor, si no te importa, cuesta agacharse

Las baje despacio hasta su tobillo, metí la mano por detrás y la saque del talón, tire de la puntera y la media se desprendió totalmente, por fin pude ver su pie al desnudo, viajar por sus venas, disfrutar cada uno de sus dedos, era todo un espectáculo para mí, sus pies eran delgados y fibrosos, tenia las uñas sin pintar, al natural, las llevaba mas bien cortas y sus dedos eran anchos, tenia las venas pronunciadas y por un momento imagine mi lengua recorriéndolas una a una, como me hubiera gustado ser en ese momento esas sandalias rojas y tener el privilegio de calzar sus pies.

Intente no desviarme de la realidad, doble la media y la introduje en su bota, seguidamente le calcé la sandalia y me dispuse a quitarle la otra bota, repetí la misma operación, con el mismo mimo y le calcé la otra sandalia, dio un suspiro de alivio mientras abría una cajetilla de tabaco y extraía un cigarro

no sabes lo a gusto que me has dejado los pies, que martirio cuando hace calor y lo llevas aprisionados en unas botas

  • los pies es una parte fundamental del cuerpo que hay que cuidarla y

prestarle mucha atención, dejaré sus botas junto al armario señora, las

medias están dentro

si déjalas ahí mismo, gracias, dijo mientras encendía el cigarro y sonreía

antes de dejarlas mire disimuladamente en sus suelas que numero calzaba, un 38,ni grandes ni pequeños era la talla normal en las mujeres, también me había fijado antes en la marca de cigarrillos, fortuna, también muy habitual en las señoras, deje sus botas bien alineadas y espere de pie junto a la tabla de planchar, Rosa daba caladas a su cigarro mientras se observaba los pies

que blanquillos están cuando empieza el calor, claro después de cinco meses encerrados entre botas, zapatos cerrados y medias, es normal, la verdad es que es un alivio poder airearlos y dejarlos libres

  • es normal señora después del frío, con un poco de sol y un bonito

esmalte queda solucionado, es fácil

y unos bonitos zapatos y cómodos, no te olvides, dijo mientras reía. Creo que no hace falta hacer la prueba de los cristales, es suficiente con lo que he visto, en caso de que nos intereses, te mandaremos un correo, en esta semana veré a todas las personas que se han interesado, por lo que decidiremos la semana que viene, sino pues nada, ha sido un placer. Te acompañare hasta la puerta

le cedí el paso y me encamine detrás de Rosa hacia la entrada, la visión había cambiado, ahora eran sus pies desnudos lo que veía y el sonido de sus talones al chocar con las sandalias a cada paso lo que oía, era un sonido y una visión perfecta, sin duda una soñada despedida

lo dicho Pedro ha sido un placer y gracias

  • el placer es mío señora, espero que nos volvamos a ver, que tenga

buena tarde

igualmente, adiós

Caminé despacio hacia el coche, pensaba en todo lo que acababa de suceder, la entrevista, las pruebas, haberla calzado, ¿ la volvería a ver?, ¿ la serviría? Intente dejar por un rato la mente en blanco, habían sido muchas sensaciones todas juntas y en muy poco tiempo, hacia calor, mucho calor, así que apresure el paso hasta el coche, arranque y me dirigí casa.

Continuará

me gustarían sus comentarios, sobre todo de matrimonios, parejas o maridos que se sientan identificados y que hayan pensado alguna vez en esta situación