Una enseñanza de la pasión
Un alumn@ escribe una carta erótica para mí, y la encuentro por accidente.
Hola queridos lectores, una vez más estoy aquí con y para ustedes, gracias, por sus comentarios y sus correos que muy amablemente me hacen llegar. Paco a lo que me trajo de nuevo a ustedes.
Si no mal recuerdo, en relatos anteriores les conté que era/soy maestra, pues bien, el pasado lunes 6 de agosto, empezaron las clases para aquellos alumnos que deben materias. Me fueron asignados 3 grupos de 20 alumnos entre chicos y chicas de entre 16 y 17 años, todos muy alegres, y entusiasmados por pasar para cursar su siguiente semestre, pero este viernes, al término de una de las clases, al recorrer mi camino del escritorio a la puerta, me encontré una hoja de papel olvidada en una de las bancas.
La curiosidad me embargó, y me acerqué para levantarla y leerla, a simple vista, parecía una carta de amor cualquiera, pero al leer con más atención, me quedé de piedra. Describía con precisión el vestuario que llevaba, incluso, la ropa interior que ese día me había puesto, y cada uno de los movimientos que había hecho, ¡era un texto erótico dedicado a mí!.
No me espanto ni nada, pero detallaba demasiado bien movimientos, gestos, incluso el perfume que uso, y sin que enseñara más allá, mi ropa interior, lo más increíble, es que era una escritura delicada y sin faltas, como de una chica, quise hacer memoria para recordar quien se sentaba en ese lugar, pero al ser tan pocos en un salón en donde caben hasta cincuenta alumnos, se cambiaban de lugar frecuentemente, así que podía ser cualquiera de ell@s.
¿Y saben qué?, el anónimo me gustó, y sea quien sea quien lo halla escrito, se nota que le excito lo suficiente como para escribir de esa forma, y por eso, aquí les presento la pequeña declaración, que claro, como han de imaginarse, me la traje a casa, y la pegué en las puertas de mi armario.
Una enseñanza de la pasión.
El día de clases inicia con tu llegada a ese salón, los tacones suenan como aviso de tu llegada, la forma de caminar me cautiva cuando atraviesas la puerta y tu silueta refleja tu sombra en la pared, llevas una hermosa mini falda negra que se adhiere a la perfección a ese hermoso par de piernas, una blusa de color azul completa tu atuendo, miro fijamente y puedo apreciar la hermosa forma de tus senos, tus labios, llenos de una sensualidad con ese labial que combina con tu vestimenta, lucen tan apetitosos para mi, deseo sentir el sabor de tu saliva confundirse con la mía, oler el perfume que usas de tu cuello e impregnarme de ese aroma que me transporte a otro lugar donde pueda apreciar la maravilla de ese suculento cuerpo que posees y que cada vez que entras a clases me llena de una alegría que va mas allá de asistir a la escuela.
Colocas tu portafolio en tu mesa y nos observas con sumo cuidado, cuando llegas hacia mi quiero que sientas mi mirada, que veas a través de ella el deseo que nace dentro de mí por ser algo más que solo un admirador de tu belleza, te invito a que tus ojos sientan con esa luz invisible que producen las emociones que bañan mi cuerpo, te digo en silencio que te quiero abrazar y que sientas el calor de mi pecho, que sientas el aliento sobre tu rostro como una señal de calma a tu día atareado, pero no logro que te enfoques en mis ojos y nuevamente la tristeza me abate como un caballero que no ha podido sostener su lanza hasta el final de una dura batalla.
Comienzas la lección y anotas algunas cosas en el pizarrón, observo desde esa primera fila tus hermosas curvas, aprecio que se marca en tu linda mini falda una lencería que perfila de forma divina tus glúteos, me imagino que debe ser de color negro, acompañado de las medias del mismo color, que sostienen tus piernas, no quiero parecerte obvia y olvidarme que hay mas compañeros dentro del salón, tus movimientos me parecen tan candentes, cuando te colocas de lado es cuando más hermosa te veo, puedo delinear cada parte de tu cuerpo y ver lo hermosa que eres, sonríes porque te han hecho reír y tocas tu cabello dejando apreciar parte de tu rostro, llevas uno de tus dedos a tus labios y quisiera que ese dedo fuera el mío que marcara el camino a seguir, besarte desde los labios a tu cuello abrirte tu blusa y mojar tiernamente tu pecho, regreso a mi realidad y sigues ahí pero ahora más cerca de mi vista y cuando me das la espalda, compruebo tu lencería diminuta se aprecia exquisitamente, los deseos de mi piel no se contienen, el sudor recorre mi rostro, mi respiración se agita y tú te acercas a decirme si me encuentro bien, este momento me permite oler tu perfume, ver ligeramente tus senos y apreciar que tu brasier también es de color negro, ese olor lo llevaré en mi memoria desde este momento, no puedo evitar morderme mis labios para no decir lo que verdaderamente siento por ti, solo atino a responder que ahora me encuentro mejor.
Te vuelves a alejar y ahora veo tu cuerpo suculento solo con esa lencería, un coordinado de color negro radiante, unas medias a los muslos que al caminar marcan de forma sensual cada paso que das dentro de ese salón de clases, me froto los ojos para saber si esto no es producto del intenso deseo que siento porque sepas lo mucho que añoro despertar contigo, y sigues estando solo en lencería, ahora de frente puedo apreciar el perfecto triangulo que marca tus pantaletas, la forma perfecta que se amoldan tus muslos y tus caderas, subo un poco mas mi vista y veo tus pechos como manantiales de un licor exquisito el cual bebería hasta saciar las ansias por tenerte sobre mi piel, el color de tus ojos me hipnotiza porque emite una luz seductora que debilita mi voluntad y se vuelve un impulso para desear sentir la suavidad de tu piel, el fuego de tu mirada, la pasión de un beso prohibido, así me siento ante ti impotente y deseosa por que sepas que delante de tu postura de profesora hay un ser que te admira y a su vez desea ser parte de ti.
La campana suena, tu vuelves a estar vestida, pero en mi mente esta tu imagen llena de sensualidad, se acercan a despedirse de ti y yo hago lo mismo con la intención que veas en mis ojos el placer que produces en mi y veas la reacción que siente mi cuerpo cuando un pedazo de tela no puede ocultar la excitación, creo te percatas de esto último y una sonrisa de tus labios me indica que sabes lo que siento por ti, me voy agradecida con tu belleza y esperando de nueva cuenta el día para que nuevamente me enseñes algo mas a cerca de la pasión.