Una desconocida muy complaciente (2)

Aprovechamos para follar por toda la ciudad. Probadores y en cualquier lugar.

Una desconocida muy complaciente (segunda parte)

Al día siguiente, me desperté y ella me estaba chupando la polla, y sin darme cuenta me levanté con un orgasmo monumental. Ella se apartó la boca de mi miembro para darme los buenos días, y se encontró con una corrida en plena cara y con la boca abierta. Sin darme tiempo a darle los buenos días la estaba llenando la cara y la boca con mi esperma matutino. - Que a gusto me quedé? Ella al sentir mi corrida ardía de deseo carnal y tuvo su premio – Carne en barra y leche en toda su cara.

Se metió en la ducha y se acicaló para salir a visitar la ciudad. Yo le prometí que si se seguía portando tan bien y si hacía todo lo que yo le pidiera, tendría un regalito.

Durante todo el día estuvimos viendo tiendas y le compré todo lo que le apetecía. Fuimos en mi descapotable por toda la ciudad comprándole joyas, ropa, etc...

El verla probándose cosas aquí y allí y como todo le sentaba tan bien y estaba tan buenísima, me ponía muy cachondo, no paraba de mirarse en los probadores, a los que yo entraba con ella y nos metiamos mano sin parar, hasta que en uno de ellos sucedió lo impensable. Ella estaba completamente desinhibida pues sabía que nadie la conocía y no le importaba que la vieran y yo no paraba de meterle mano y de provocarla levantándole la falda para que los dependientes le vieran las braguitas y las ligas, a lo que ella se hacía la molestada y me bajaba la mano. En el escaparate de la tienda de Carolina Herrera había un vestido y unos zapatos que la volvieron loca y como había sido mi putita la noche antes le dije que me podía pedir lo que quisiera que se lo iba a regalar, así que ni corta ni perezosa, entró en la tienda. La dejé entrar sóla mientras me fumaba un cigarro en la puerta. Desde fuera la observaba como coqueteaba con el chico que la estaba atendiendo.

El chico era joven de unos 25 años, alto, fuerte y de buen ver, vestido con un traje de chaqueta y corbata, mi chica le puso el ojo encima y lo provocaba sexualmente con miradas y posturas, luego me miraba descarada y se repasaba con la mirada al chico. Después de hablar un rato con él, este la pasó al probador y le trajo el vestido. El vestido, era un modelo de noche corto, negro con un gran escote por detrás de tejido drapeado, que estaba conjuntado con unos zapatos de tacón color violeta en tejido de charol que le quedaban estupendos y que realzaban su precioso culete. Yo entré en la tienda y me dirigí al probador, al ver que estaba acompañada, el chico nos hizo pasar a un probador más grande que tienen en la tienda para clientes de alta costura, dónde íbamos a estar mas cómodos. Era una habitación con un pequeño mobiliario de lujo con sofá, espejo, sillón calzadora y demás (supongo que lo utilizaban para hacer las pruebas de los trajes de novia y cosas así), me senté en el sofá y ella se empezó a cambiar esperando a que le trajeran el vestido y los zapatos del otro probador. Mientras se desnudaba, empezamos a tirarnos miradas de complicidad por los diferentes espejos de la habitación. El chico llamó a la puerta (ella estaba detrás de un biombo preparado a tal efecto) y acercó el vestido y nos avisó que si querían ayuda para verlo puesto, nos podían traer a una modelo para que mi chica viera el efecto de como quedaba puesto.

Nos quedamos solos y me acerqué a ella cuando justo estaba quitándose la blusa. Con su mirada me comía y empezé a tocarle los pechos por encima de un sujetador color blanco con encajes, y a besarla y sobarla de la forma más perra, que era la que a ella le gustaba. Le quité la falda mientras me metía mano por debajo del pantalón queriendo cogerme el rabo, se empezó a poner el vestido, pero me la traje al sofá y la desnudé quedándose en ropa interior, liguero y medias, me senté a su lado y la cogí de la cabeza para, mientras me comía la polla, le iba tocando el cuerpo de diosa, cuando en aquel momento tocaron la puerta y. entró el chico y me comentó – que? Como le queda? Se dio cuenta de nuestra postura, aunque ella se tapaba con el vestido, se empezó a ajustar el vestido sin vergüenza delante del chico, que aunque no quería mirar, se había quedado con la copla y no paraba de hablar. Ella no paraba de mirarlo, y el chico con descaro me miró y me dijo – puedo ayudarla? - Y se acercó a ella y la empezó a sobar simulando que la ayudaba con el vestido. Ella me dijo con un lenguaje de complicidad

– me has dicho que me dabas un regalo y que me podía dar cualquier capricho

– Vale, está bien, lo prometido es deuda.

Empezó a meterle mano al dependiente y a jugar con su pantalón intentando bajarle la bragueta. Este enseguida se encendió y se los bajó de una vez. Ella le empezó a masturbar con la mano mientras me miraba a mi para buscar su autorización. El chico iba a ser un simple juguete para ella y lo podía usar siempre que yo la dejara. Se vinieron al sofá y mientras le empezó a chupar al chico, me senté al otro lado y empezé a masturbarme yo sólo. Ella acercó su mano y acompañaba mis movimientos con sus preciosos dedos a lo largo de mi enorme polla mientras observaba los gemidos de ambos.

La puse a 4 patas y mientras el dependiente disfrutaba de la comida de rabo, ella me pedía que se la metiera hasta el fondo, mientras le decía al chico que mi polla era la mas gorda que se había metido nunca en el culo, luego se metió la del chico por el culo pero para ella no era lo mismo y me suplicó que se la volviera a meter yo, y le siguió comiendo el rabo al chico. Se corrió 4 ó 5 veces y cuando no pudimos mas y nos íbamos, se puso de rodillas y nos corrimos los dos en su boca abierta.

Luego, el amigo, se la folló por el coño, mientras yo le follaba la boca y me volví a correr en ella. El chico se le corrió dentro del coño y la dejó toda llena de esperma, pues el chaval era joven y le pilló muy caliente. Cuando terminamos de follarla, el dependiente nos dejó pasar a unos servicios que tienen para clientes VIP, y allí comentamos la jugada.

  • Que buena está tu chica? Y como la chupa. Qué envidia.

  • Tu polla también le ha gustado mucho. No veas como gritaba con tu polla metida en la boca.

Terminamos la prueba y nos llevamos el vestido y los zapatos. Luego fuimos a una tienda de lencería de lujo. La dependienta estaba mas que buena, unos 21 años, morena, de 1.65 de altura y unas curvas de infarto, así que me interesé por conversar con ella. Iba vestida de uniforme de traje chaqueta con una faldita a media altura con medias y zapato de tacón. Estaba preciosa. Miré a mi chica y le dije:

  • Tu te has divertido, no? Ahora me toca a mi.

  • Bueno, ya veremos. Ahora me voy a comprar un conjuntito sorpresa para que lo disfrutes esta noche así que no puedes verlo. Quédate ahí fuera que no me puedas ver.

La dependienta le llevó todos los modelos que quería y se los empezó a probar en un probador. Yo me quedé conversando con la dependienta en la tienda. La conversación la llevé a dónde yo quería que era que me mostrara el conjunto que ella llevaba puesto para que cuando estuviera más desinhibida follármela. Y fui comentándole:

  • Y a ti que tipo de lencería te gusta?

  • Me gusta ponerme tangas con un corpiño arriba a juego, y medias con encaje.

  • Me parecen prendas superfemeninas y por el tipo que tienes seguro que te sientan muy bien. Eres una chica muy guapa.

Se puso un poco colorada por lo que le decía pero le gustaba escucharlo.

  • ¿tu crees?

  • Estoy seguro. Por ejemplo; no hace falta que me lo enseñes, pero que llevas puesto hoy.

  • Uy que preguntas haces?

  • Es normal, me voy a gastar una pasta en lencería para mi chica contigo y quiero ver que estilo tienes para ver como aconsejarás a mi chica, y ver si me puedo fiar.

Ella entró en el juego y por su cara sabía a dónde íbamos, así que me siguió el rollo como queriendo saber hasta dónde sería capaz de llegar yo delante de mi chica. Supongo que como estaba ella en el probador le daba morbo que me arriesgara a que mi chica pudiera pillarme y echarme una bronca.

  • Pues llevo un tanga blanco, semitransparente, pero no del todo pues me parece muy vulgar. Me gusta así, pues te deja entrever pero no deja verlo del todo, luego llevo puesto un corpiño a juego y unas medias con encajes en el liguero muy finas ¿quieres tocar lo finas que son?

  • Déjame ver. Es verdad son muy finas.

Fui subiendo la mano y subiendo su falda hasta encontrarme con su mano y su mirada,

  • tus manos son muy varoniles y me gusta su tacto.

La cogí por sus manos y la metí en uno de los probadores libres. Allí mismo le levanté la camisa y empecé a meterle mano por debajo del corpiño. Ella empezó a gemir, pero yo le tapaba la boca con mis besos. La fui desnudando y ella empezó a quitarme la ropa. La puse contra la pared del probador y puso sus manos en mi culo que tenía sólo los boxers. Ella de espaldas me metía mano hasta encontrar mi pene que estaba empezando a calentarse pero aún estaba un poco morcillona y en ese momento se puso mas dura que una vela. Ella al notarlo apoyado contra su espalda, se asustó por el gran tamaño que tenía y empezó a separarse pero yo la apretaba contra la pared, y mas sentía ella el calor de mi bulto en su culo. Le empecé a desabrochar la falda que cayó en segundos al suelo y quedó en tanga, medias y el corpiño a medio desabrochar. La imagen de tenerla de espaldas con ese precioso culito tapadito por un pequeño tanguita tan sexy y femenino y tan expuesto a mi lujuria, me puso a 1.000 y mi polla se puso tan dura y tiesa que ella la notó como le rozaba por su espalda.

  • Joder, pero me vas a meter esa polla tan grande? – gritaba – No, no, no lo hagas.

Al escuchar los gritos, se acercó mi chica a ver lo que pasaba y empezó a tocarla. Diciéndome:

  • No te preocupes cariño, me encanta verte disfrutar, y esta calientapollas aprenderá que no se puede ir con esa cara de niña mona calentando el pedazo de polla que tienes.

  • No, no me hagas daño, si yo me dejo hacer lo que quieras, pero no me hagas daño, eh?

Con las manos me bajaba los boxers para tenerla en sus manos pues igual que sentía miedo por el pollón, estaba deseando recorrerlo con sus manos y su boca. Mi chica terminó de bajar mi boxer, mientras la dependienta se concentraba en tocármela. Empecé a tocar su coñito húmedo por encima de su tanga que estaba empapado por los fluidos de su coño y mi chica me besaba mi ano. Yo estaba en medio de dos preciosidades para mi disfrute. La dependienta no aguantaba más, aunque se temía lo peor...

  • ah, ya siiiii, me la vas a meter?

Y bajándose las bragas con su culete erguido en pompa me miraba de espaldas.

  • No, no lo hagas.

Pero más ponía su coño contra mi y más caliente me ponía.

Mi chica me cogió la polla, cogió de los pelos a la dependienta y le acercó su boca a mi pollón.

  • Si quieres cómetela primero y que mi chico disfrute y goce de ti????

  • Siii, dame eso.

Con las manos me la cogió y empezó a meterse el rabo en la boca. Como no le cabía entera, se la metía doblada, y con la otra mano me cogía el resto de la polla y me masturbaba.

  • mmm, hhaaahhhh, mmmmhhhhhmmmm, hhhaaa, siiii , ¿Te gusta como te la chupo? Madre mía, que rabo tienes, - y volvía a callarse para metérsela en la boca. No paraba de darme besos, caricias, se la metia y la sacaba con una cara de deseo y placer que yo iba a reventar en su boca.

Mi chica empezó a desnudarse de forma tan sensual, que me ponía aún más y cuando estuvo en pelotas cogió las manos de la dependienta y empezó a forzar a esta a que le masturbara el coño. Yo cogí la cabeza de la chica y se la acerqué al coño de ella, mientras le levantaba el culo y la colocaba de tal forma que tenia su coño preparado para follármelo. Lo tenía tan mojado que mi polla resbalaba en la entrada del coño. Ella decía:

  • ah, espera, me vas a follar?, no, uhy cuidado, me harás daño, noooo, ohhhoohh y no paraba de mirarme con cara de vicio, mientras seguia chupandole el coño a mi chica.

  • Si, vas a gozar como nunca, pues esta verga la vas a sentir bien dentro 

  • y mi chica no paraba de gemir mientras le daban un buen repaso a su coñito.

  • Mmm,, hhaaaahhhh,

Yo acerqué mi polla a su vagina y empecé una penetración poco a poco.

  • ahhh, ahhhh, ahhhh

  • tranquila putita, tranquila

Le metí la mitad y la saqué, y así poco a poco hasta meterla entera. Sus gemidos se clavaban en el coño de mi chica que no paraba de disfrutar de la respiración de deseo de la dependienta que le estaba comiendo el coño y el culo. Empecé una repetición de movimientos ritmicos metiendo y sacando la polla del coño de la dependienta, primero horizontales y despues en círculos dentro de su vagina. Esta no paraba de gemir mas y mas y mientras más gemia más caña le metía. Cuando no podía aguantar y veía que la chica estaba disfrutando como una loca, empecé a frotarle el ano y hacer que mi chica se lo chupara mientras yo le iba metiendo deditos y lubricándolo. Al sentirlos empezó a dar repullos de entre dolor y placer y acabó por mover su culo pidiendo más, mi chica al verla tan dispuesta, la puso a cuatro patas, agarrándola para que no se moviera, así que le saqué la polla del coño y se la metí por el culo. Empezó a soltar lagrimones y espasmos que mi chica reprimía sujetándola con firmeza, pero al poco tiempo de sentirla dentro empezó a moverse con gesto de placer y empecé a ofrecerle un mete-saca descomunal. Sentí como se corrió en segundos, del placer incommensurable que sentía, por sus grititos:

  • Ah, que polla, madre mía. Me está rompiendo el culo. Dale más a tu putita. Ohh, esto es una polla. Ohhhh, ahhh, siiiii, bien, ohhlsajldjflsdkah hhjhask, mmmmmmhhhhhsiiiii.

Yo le iba dando palmaditas en el culo mientras manejaba el vaivén de sus caderas y el sentir como se corría con mi polla dentro, me hizo explotar. El primer lechazo lo pegué en su culo y le salía a borbotones desparramado, para el segundo mi chica y la preciosa dependienta de la tienda de lencería se pusieron de rodillas pidiendo leche en sus boquitas y las llené a las dos. Tenían la cara llena de semen, y la boca la mantenían abierta esperando que les diera más, cuando terminé mis descargas empezaron a chuparla para dejarla limpita.

Para finalizar no besamos todos y mi chica se compró un conjuntito del color de los zapatos.

Por la noche la llevé a cenar a uno de estos sitios caros, se emborrachó un poco y nos fuimos al hotel. Allí me hizo unos pases de lencería de los modelitos que tenía y un streaptease con los modelitos que se había comprado. Conforme la iba viendo pasar, me la comía con la mirada mientras me hacía pajas. Ella viendo mi verga se ponía como una moto y estuvimos follando como locos toda la noche.

Al día siguiente nos levantamos tarde y le propuse que se quedara en mi casa en España el tiempo que quisiera.

Ahora es mi putita y me la follo cuando yo quiero a cambio de mantenerla en mi casa. Ella siempre está dispuesta a follar, porque siempre está deseosa de comerse un rabo grande y que la haga temblar todo su cuerpo.

A veces me gusta ver como se la follan otros y me traigo desconocidos a casa para que se la follen y a ella le encanta (una de sus fantasías era que se la follasen desconocidos), pero eso será fruto de otro relato que ya os contaré, pues llegamos a un acuerdo muy placentero para ambos.