Una de vampiros
La respiración agitada de rubio se veía con claridad y Alice se sentó de nuevo en su asiento con suma calma, mientras pasaba dos de sus dedos por la camisura de sus labios limpiandose los restos de semen y sonrió picaresca.
Kristoff cruzó su mirada con la de una hermosa joven que estaba en la pista de baile, ella le hizo un gesto y él fue a bailar con ella, fue cuando la vio con claridad.
Ella tenía una hermosa cabellera pelirroja, sus ojos eran grandes y verdes. Su cuerpo era perfecto para Kristoff, su cadera daba paso a unas piernas hermosas, su cintura parecía la de una muñequita y su pecho sin ser demasiado grande, ni demasiado pequeño, captó las miradas discretas de Kristoff, cuando al fin estuvieron cara a cara, la joven lo miró inclinando su cabeza hacía arriba que estaba justo a la altura del estómago del fornido rubio. Ella sonrió dulcemente y poniéndose de puntillas, cruzó sus dedos tras la nuca de Kristoff. Entre susurros pegados a su oído, nuestro hombre le preguntó su nombre, mientras rodeaba la cintura de la muchacha con sus manos.
Alice... ¿Y tú? - Susurró de vuelta la bella muchacha.
Kristoff. Alice ¿Qué te apetece tomar? - Preguntó sonriente Kristoff.
A ti. - Dijo de forma directa con tono dulce, el rubio fortachón se quedó algo parado con una sonrisita que le calaba hasta los huesos, él reaccionó buscando sus labios y ambos comenzaron a besarse de forma continúa, mientras sus lenguas se entrelazaban, a la vez que sus manos acariciaban sus espaldas con el vaivén de los besos. Sus cuerpos se encontraban totalmente pegados, entre el bullicio de música y gente, la pareja estaba completamente aislada del lugar.
Quieres ir a ...
Sí. - Alice cortó las palabras de su acompañante. La sujetó de la mano y él caminó abriéndose paso entre la gente, hasta sacarla de allí, ambos caminaron hasta el coche de Kristoff, era un clásico del sesenta y nueve, marca Ford mustang.
Abrió la puerta del copiloto cediendo el paso a Alice y salieron de aquel aparcamiento, Kristoff conducía de camino a su casa, cuando Alice comenzó a juguetear sobre su entrepierna, el sonido de la bragueta del rubio hizo que una sensación de excitación recorriera su cuerpo, sintió como la suave mano de Alice se colaba en su bóxer y agarraba su miembro, la atención en la carretera disminuyó para centrarse demasiado en el interior del coche, momento en el que Kristoff decidió desviarse a un apartado mirador deteniendo la acción de Alice con una de sus manos.
Al llegar aquel apartado y solitario punto, las ganas de los dos se desataron. Alice liberó el miembro de Kristoff y se inclinó sobre él. Resoplo al sentir en contacto los labios de Alice con su barra de carne.
La cabeza de la joven comenzó a subir y bajar, mientras Kristoff comenzó a recoger el pelo de ella, hasta llegar hacerle una coleta que la sujetaba con su mano izquierda.
El glande era repasado por la lengua de la pelirroja, centrándose más en el orificio del semen, dando movimientos constantes con la punta de su lengua. Mientras su mano agarraba la base masajeandola con maestría y la mano libre masajeaba sus testículos.
Los jadeos de Kristoff eran constantes y los agresivos movimientos de succión iban en aumento, haciendo que cada vez perdiera de vista más parte de su miembro, realmente nunca ninguna chica anterior con la que había estado había sido capaz de hacerlo así, y sin cesar en el masaje de los testículos, aumento el ritmo de la mamada, haciendo que los succiones se escucharán con más claridad y poniendo en tensión el cuerpo entero de Kristoff.
El climax llegaría pronto y Alice lo sabía, apretó con firmeza sus testículos y metió casi en toda su totalidad el gran miembro de Kristoff en su boca, sintiéndolo hasta su garganta, momento en el que un chorro de semen, seguido de otros más recorrieron su garganta, llegando a desbordar por la camisura de sus labios.
La respiración agitada de rubio se veía con claridad y Alice se sentó de nuevo en su asiento con suma calma, mientras pasaba dos de sus dedos por la camisura de sus labios limpiandose los restos de semen y sonrió picaresca, ante la mirada sorprendida de Kristoff, él le devolvió una sonrisa afectiva y le pidió ir a la parte trasera del vehículo. Ambos jóvenes pasaron a la parte trasera del vehículo y ya completamente desnudos, Kristoff abrió las piernas de Alice, apoyando sus rodillas sobre el suelo de la parte trasera, su lengua recorrió el muslo de la pelirroja hasta llegar a su ingle y recorrió desde su agujerito hasta el clitoris, donde comenzó a recrearse dando movimientos cortos y rápidos, que después pasaron a ser constantes y en forma circular, excitado cada vez más a Alice, que no había dejado de gemir, ni un instante, mientras desde abajo, sus manos buscaban los pechos de la pelirroja, apretando entre sus dedos sus pequeños pezones, haciendo que Alice se estremeciera y arqueara su espalda.
Las manos de la muchacha apretaron con fuerza la cabeza de Kristoff contra su vagina, momento en el que el rubio aprovecho para meter su lengua con alevosía dentro de ella, moviendola sin parar, mezclando su saliva con los jugos de su amantes, mientras su nariz se rozaba constantemente contra su clítoris y comenzó a succionar sus labios vaginales de forma agresiva, mientras comenzó a meter su dedo corazón dentro de ella, la excitación de Alice se junto con la de Kristoff, su barra de carne volvía a estar durisima y entre gritos, mientras le daba succiones en su vagina se hacían más rápidas y más sonoras, llegó al orgasmo en la boca del rubio.
Kristoff saboreó aquel jugo que le estaba regalando y levantó su vista, para buscar la mirada cómplice de Alice. Todo el cuerpo de la muchacha estaba impregnado en sudor, al igual que el de Kristoff y las ventanas del coche estaban empañadas, con ansiedad el joven busco los labios de Alice y los dos se besaron de forma pasional, buscando sus lenguas mutuamente, momento en el que Kristoff se puso sobre ella, que se encontraba sentada con sus piernas abiertas, el miembro erecto de Kristoff se pegó a su vagina mojada, las manos de Alice se cruzaron tras la nuca de él y sonrió juguetona.
Hace tanto tiempo que no tengo a nadie en mi interior... - Susurró Alice, mientras se mordía el labio inferior, mirando cara a cara a Kristoff.
Voy hacer que eso cambie nena. - Las manos de Kristoff subían por los muslos de ella, mientras hablaba y comenzó a mover su pelvis rozando su miembro contra la raja de Alice.
Mmmm... Aaaaw... - Alice pegó sus labios a la oreja de Kristoff y susurro de forma morbosa. - Me encanta que sea tan grande. Kristoff sonrió y guiando su miembro con su mano lo rozó contra el clítoris de Alice, para seguidamente penetrarla, entró en su total plenitud y se detuvo por unos instantes, Alice sentía la respiración de Kristoff en su cuello. La besó varias veces, haciendo un recorrido hasta su clavícula y comenzó a penetrarla suavemente, sacando la base de su miembro y volviéndola a meterla de forma continúa, mientras la rodeaba con sus brazos. Alice por su parte, acariciaba la espalda de su fornido acompañante e intentaba cruzar sus piernas tras su gran espalda sin éxito. Se dejó llevar por el placer que aquel exuberante miembro le estaba otorgando, sentía como apretaba sus paredes vaginales, llenándola por completo, sentía que le llegaba hasta las entrañas, los gemidos iban en aumento, mientras sus fluidos empapaban aquel mástil de dura carne, cuando comenzó a sentir como el pulgar del rubio comenzó a estimular su clítoris, mientras le comía uno de sus pechos.
Kristoff comenzó a penetrarla con más firmeza de forma seguida, sin dejar ni un momento de estimular su clítoris, Alice le besó de forma agresiva, para Kristoff aquello fue una señal para penetrarla frenéticamente y así comenzó hacerlo. El ruido de la penetración era sonoro, al igual que los gemidos de Alice que se estaban convirtiendo en gritos de placer, a ellos se sumaron los jadeos de Kristoff, cuando comenzó a sentir como la pelirroja contraía su vagina para presionar su miembro y darle un mayor placer, cada vez que los testículos de él golpeaban el cuerpo de Alice, esta se contraía presionando su miembro, sintiendo juntos un sumo placer, que volvió a llevar al orgasmo a Alice, que estalló en gritos de placer. Kristoff sintió como los fluidos de ella mojaban a ambos y le sonrió satisfecho.
Se besaron, liberando a su dilatada vagina del miembro de Kristoff, mojando parte de la tapicería del coche.
Esta vez fue Kristoff quien se sentó, recostandose un poco, para que ella pudiera ponerse sobre él, sin pensarlo ni un instante, agarró su hombría y se sentó sobre ella, gimiendo mirando a los ojos a Kristoff.
Él puso sus manos sobre las nalgas de Alice, con una de sus manos lo acariciaba, mientras la otra se perdía en su raja, llegando a quedar entre sus dedos su miembro, mientras acariciaba sus labios vaginales. La excitada mujer comenzó a cabalgar sobre él, haciendo rebotar sus pecho, a los que Kristoff le daba diversos lametones, sin dejar de disfrutar con sus manos de su vagina y su culo.
- Nena... Que bien lo haces... - Dijo Kristoff entre jadeos, mientras ella aceleraba sus movimientos, ante los comentarios de Kristoff que fueron muchos y morbosos. El rubio piropeaba su cuerpo sin parar y su lengua recorría todas las partes de su torso que era capaz de entrar, Alice se agarró a su cuello, pegando sus senos al pecho del rubio y comenzó a mover solo su cadera, saliendo y entrando su miembro en su completa plenitud muchas veces. Kristoff comenzó también a moverse debajo de ella, haciendo más dura la penetración, haciendo que la ya excitada vagina de Alice, llegara al orgasmo, retorciéndose de placer sobre Kristoff, que la agarró con fuerza para dejársela clavada en su interior.
Entre morreos y respiraciones agitadas, cambiaron de postura, esta vez Anna se puso a cuatro patas, apoyando sus codos sobre la tapicería y Kristoff pegó su pecho a su espalda, haciéndola sentir su respiración en su nuca, su miembro se introdujo dentro de Alice de nuevo de una sola embestida y comenzó a penetrarla de forma violenta.
Ella le pedía que no se deteniera y agarrandola con fuera, la penetro duramente desde atrás. Alice sentía como caían por sus muslos los fluidos de los dos. La mano de Kristoff se coló entre sus piernas y sin césar en la penetración, la comenzó a masturbar, rozando su punto de placer con gran rapidez, volviendo hacerla gritar de nuevo.
El miembro de Kristoff se encontraba en todo su esplendor, muy hinchado. Alice había vuelto a correrse, ante las embestida y caricias en su extasiada vagina. Había llegado a un punto de placer con aquellas manos expertas, que cada roce de sus dedos le hacía llegar, cuando Anna sintió como los jadeos de Kristoff se entrecortaban.
Alice... Estoy apunto... - Jadeo.
Lo... Aaaaaah... sssse....Aaaaw. - Gimió ella.
Él aumento el ritmo de sus embestidas, mientras se aferraba a su cintura, cada vez de forma más ansioso, cuando en una de las embestidas la dejó en su interior, derramando su semen dentro de ella. Alice sintió como el primer chorro caliente la inundó, seguidos de otros más que la llenaban por dentro y que desbordaban de su interior, chorreando por sus muslos.
Después de aquel momento intenso que ambos vivieron, volvieron a la posición inicial, Kristoff se encontraba entre las piernas de Alice, con sus rodillas apoyadas sobre la alfombrilla trasera y ella estaba sentada frente a él. Los dos se miraron con una sonrisa en los labios y se besaron con profundidad.
El rubio cogio papel en una caja de pañuelos que se encontraba en el hueco de la puerta izquierda del coche y agarrando varios, limpio las ingles de Alice y su vagina con delicadeza, que no pudo evitar suspirar, Kristoff había dejado su sexo en la mayor de sus sensibilidades, seguidamente limpió los rastros de semen de su miembro, el rubio levantó la vista, esperando buscar los labios de Alice, pero su rostro cambió, la joven exigía unos ojos donde no se distinguía pupila, acompañados de unos largos colmillos, sus uñas se clavaron en la piel de Kristoff haciéndole sangrar, antes de que Kristoff pudiera asimilar que ocurría se abalanzó sobre él, buscando su cuello, el rubio detuvo su con una de sus manos, haciendo gran presión contra ella, que tenía una gran fuerza. Logró apartarla de él con brusquedad, haciéndola caer sobre el sofá y abrió la puerta apresurado y nervioso, prácticamente tirándose más que saliendo del coche. Cuando el rubio tocó suelo, sintió de forma automática a la vampiresa sobre él de nuevo, volvía a estar sobre él, pero de una forma muy distinta, él extendía sus manos y la sujeto del cuello intentado defenderse, mientras ella de forma violenta, también pelea con Kristoff, para llegar al lugar deseado su cuello. Entre forcejeos logro ponerse sobre ella y con su antebrazo en el cuello la miró a los ojos, estaba consiguiendo ahogarla. Kristoff la miró, parece que Alice había vuelto, sus ojos verdes volvían a estar allí y miraban al rubio con miedo en la mirada. Kristoff la soltó de inmediato y ella se desvaneció entre sus brazos, convirtiéndose en un murciélago. Kristoff la observó alejarse en la inmensa oscuridad, quedándose tirado sobre el suelo de aquel mirador natural.
- ¿Qué eres? - Preguntó en lo que era un susurro, sin dar crédito a lo que acaba de sucederle, subió a su coche y salió de aquel lugar intentando buscar una explicación a lo que acababa de ocurrirle.
Al llegar a casa se dio una ducha, que era aquella chica se preguntaba sin parar. Llegó a pensar que había sido parte de una alucinación, no sabía cómo explicárselo, pero no le había ocurrido, al salir de la ducha y secar su cuerpo, pasó la mano por el cristal empañado y pudo ver las marcas de las uñas en su piel.