Una de mis mejores experiencias, muy excitante

Relato 100% garantizado, muy diferente a los demás, ya verás por qué lo digo. Como lo indico, te garantizo un 100% que te gustará, realmente te recomiendo leerlo.

EL MUCHACHO DEL PERIÓDICO

Desde hace mucho tiempo que fantaseo y fantaseo con una penetración, probablemente el lector crea que ya soy un experto en el tema pero no podría ser más novato, tan novato que a lo máximo que había llegado era a penetrarme con objetos, hasta que un día sucedió lo inesperado.

Estoy hojeando las páginas del periódico local y como siempre revisando la sección de sexo. De pronto me encuentro con un mensaje que dice ser de un activo desesperado en su búsqueda de un pasivo, por supuesto un mensaje muy disimulado para que no cualquier persona pueda notarlo.

Al principio la idea me parece muy excitante, pero lo pienso más profundamente y me invade una gran sensación de miedo. Hasta que al fin, y luego de discutirlo conmigo mismo durante muchas horas, decido tomar el teléfono y hacerlo. Es la primera vez que hago algo así, por eso la sensación de miedo es extrema; siento una especie de cosquilleo por todo mi cuerpo y tomo el teléfono, procediendo a discar el número en cuestión. Después de algunos intentos frustrados, consigo hacer ingresar la llamada y con cándida voz le indico a mi interlocutor que estoy interesado en su anuncio, él me dice que quiere conocerme y yo le digo que bueno, él me dice con una voz muy segura de sí mismo si sé de qué se trata el asunto y le digo que sí. Así que simplemente quedamos en un lugar y tiempo determinado para encontrarnos y conocernos mutuamente. Antes de colgar él me indica que en nuestro primer encuentro no haríamos nada, sino conocernos, entablar una pequeña conversación y que él me iba a informar sobre unos asuntos más que consideraba importantes.

Los minutos pasan, las horas pasan, trato de sentirme lo menos nervioso posible, y de pronto, son las tres y media de la tarde, falta media hora para que nos encontremos. Yo ya estoy listo, me acabo de rasurar la barba, bañar, y perfumar. Es así que me dirijo al lugar y allí lo encuentro, no voy a describirlo físicamente pues les quitaría su magnífica imaginación, sino que simplemente diré que era "el adecuado".

Al principio, nos damos la mano como dos compañeros de trabajo, me pregunta si yo soy el que lo llamé, le digo que sí, y me dice que no sea tan callado ni tímido y que me invitaba a tomar un café a un restaurante cercano. Acepto la invitación y una vez adentro, luego de ordenar una pequeña taza de café y luego de un silencio bastante considerable, él toma la iniciativa y comienza a hablar.

Según recuerdo esta conversación, primero me cuenta que él es un chiquillo bastante pudiente económicamente, tiene una adicción terrible al sexo, pero la única forma de buscar personas con quién meterse es mediante el periódico local, utilizando un teléfono celular que nadie de sus conocidos tiene a fin de evitar problemas. Me pregunta si me cuido, yo le digo en qué aspecto y me dice en las enfermedades sexuales, le digo que sí, que por supuesto. Él me dice que me iba a pagar una suma de dinero, cuantiosa para mí a pesar de mi ubicación en la clase media de la sociedad, pero que antes que nada debía realizarme una prueba sanguínea para el VIH que él mismo pagaría. Al principio y luego de escuchar esto, yo le advierto que tiene muy poca confianza en mí y que también yo debería pedirle esta prueba considerando la infinidad de hombres con los que se debió haber metido. Él me responde que los hombres con los que se relaciona si bien son escogidos desde un periódico, son muy selectos, y se hicieron todas las pruebas pertinentes ya que él tiene muchísimo temor de adquirir esta enfermedad, como muchos de su tipo (homosexuales) ya lo hicieron.

Luego de una pequeña discusión, él saca de su billetera un pequeño papel, me lo entrega, yo lo abro y descubro que es una prueba para el VIH, la fecha, bastante reciente, los resultados, negativos por supuesto. En vista de este acto de confianza (ya que yo también tenía miedo de que él pudiera estar infectado, aunque no se lo dije), accedí a realizarme la dichosa prueba. Entre otros, también conversamos en ese café sobre el lugar donde lo haríamos, yo le dije que no tenía ningún lugar y él me dijo si estaría de acuerdo en hacerlo en un hotel de la ciudad, me costó mucho aceptarlo pues su propuesta incluía quedarme a dormir una noche con esta persona. A duras penas la acepté.

Luego del café, me dijo que lo acompañara a una tienda de lencería que quedaba a unas cuatro cuadras para escoger ropa para esa noche, yo le dije que en ese momento no tenía dinero y me dijo que no se preocupara, que él correría con todos los gastos.

Así que llegamos a la tienda, entramos a ella, yo me siento extremadamente avergonzado por la situación en la que me veo metido, y él le indica a la vendedora que estaba buscando el regalo perfecto para su futura esposa pues mañana iba a ser su primera noche de bodas. Me presenta como su amigo. Esto me reconforta tanto que pierdo gran parte de la vergüenza y él le pide a la vendedora que nos deje solos escogiendo las prendas, obviamente ella obedece y él comienza a mostrarme unas tangas casi hilo dental, luego de presionarme un poco yo acepto y él compra una tipo hilo dental de color blanco y otra más al estilo calzoncillo de color negro.

Salimos de la tienda, fuimos hasta un centro médico que él conocía donde realizaban la famosa prueba, me la hice y nos dijeron que los resultados saldrían en tres días. Él me dijo, antes de despedirnos, que él mismo recogería los resultados y que lo llamara en cuatro días para quedar el día y lugar adecuados. Me dejó las dos prendas y me dijo que escogiera la que más me gusta y que la llevara puesta para esa noche.

Así pasaron los días, mientras yo esperaba impacientemente, sin poder dormir noches enteras pensando en lo que sucedería, hasta que llegó el tan esperado día.

Yo lo llamo y me dice que todo está perfecto, que estoy completamente sano y que nos veríamos ese mismo día a las ocho de la noche. Yo acepto, me encargo personalmente de poner todos los pretextos necesarios (arguyendo que iba a estudiar hasta muy tarde a casa de un amigo y que era preferible quedarme a dormir en su casa debido a lo inseguro de las calles) para salir esa noche y comienzo a prepararme para la noche.

Me afeito toda la barba, me cepillo los dientes con insistencia, me corto las uñas muy bien y me desnudo por completo. Al observarme en el espejo, quiero ver que todo esté perfecto pues si no lo estaba, él me dijo que no lo haríamos y sinceramente en ese momento yo me moría por hacerlo. Los glúteos están bien, todo está bien, observo el vello púbico cercano a mi pene y me doy cuenta que, en vez de ser una molestia y una fealdad, me queda bastante bien y es más bien un embellecimiento. Antes de terminar, me doy la vuelta y observo mi trasero, abro las dos nalgas y observo demasiado vello, inmediatamente veo necesario el removerlo. Me cuesta mucho removerlo (ya que es la primera vez que lo hago), pero trato de hacerlo cual si fuese una barba, usando crema de afeitar y mi afeitadora desechable, al final, y luego de varios artificios con dos espejos, logro removerlo y ponerle mucha crema para evitar que se irrite.

Comienzo a bañarme, y al final de hacerlo, me lavo de la forma más concienzuda y profunda la región anal para evitar cualquier molestia higiénica que él pueda tener.

Ya estoy listo, luego de una corta tregua y selección, me decido por la tanga que se parece más a un calzoncillo y es de color negro. Me la pongo y encima me pongo perfume y mi ropa usual.

Acudo a la cita en el lugar donde quedamos, él está ahí, me lleva hasta el hotel en su automóvil, el hotel es una especie de motel y queda en la periferia de la ciudad, sin embargo, parece un hotel de clase regular.

Entramos al hotel, nos registramos, nos dan la llave de la pieza, y es ahí cuando me doy cuenta (no lo había hecho hasta ese momento) que mi acompañante llevaba un pequeño maletín deportivo. Llegamos al cuarto, no nos besamos ni nada pues él me dice que detesta esos besos y esas cosas de "amor", nos sentamos un rato en la misma cama, a lo que él enciende la televisión y empieza a mirar cualquier programa al azar.

Saca del famoso maletín una videocámara, yo muy sorprendido le digo que para qué era, y él me dice que quería tener un recuerdo grabado de esa noche sensacional, que si no tenía problema para mí. Le digo que no había ningún problema (después de todo, el estaba pagando todo). De pronto conecta su videocámara a la televisión del hotel reflejando en la pantalla de la tele nuestros rostros y me dice si ya estaba preparado para mostrarle la lencería que había escogido. Yo le digo con voz temblorosa y miedosa que sí. Él me dice si quiero quitarme la ropa yo mismo ó si quiere que él lo haga. Yo le digo que lo haga él.

Así es como me quita la camisa suavemente, la camiseta debajo de la camisa dejando mi pecho desnudo; me quita el cinturón y cuando comienza a bajarme la bragueta y abrir el botón de mi pantalón, yo lo rechazo con un fuerte miedo. Él me dice que no tenga miedo y poco a poco me va bajando el pantalón, hasta que finalmente lo logra. No recuerdo exactamente sus palabras, tan sólo que me dijo que estaba justo para su gusto, que de otra manera, me hubiese rechazado. Yo le agradezco sus halagos.

Él me dice que me parece y le muestre mi cuerpo girando, así que me paro mientras él sigue sentado en la cama y me doy una vuelta, él me dice si puede tocarme y yo le respondo que claro que sí. Agarra sus manos y comienza a tocarme el trasero, me agarra las dos nalgas y las aprieta una contra la otra como cerrándolas, luego las abre. Me halaga sobre mis nalgas y yo le agradezco nuevamente. Se dirige hacia la parte de adelante, y comienza a frotar la tanga por encima de mi pene, me dice si le gusta que lo haga y le respondo excitadamente que sí. Entonces agarra con sus dos manos los sujetadores de la tanga y con mucha fuerza los sube hacia arriba, haciendo que la tanga se introduzca en mi trasero, lo hace con tanta fuerza que eso me excita demasiado.

Se empieza a quitar la ropa muy rápidamente y ni siquiera pide mi ayuda para hacerlo, cuando de pronto y sin ninguna vergüenza se baja el calzoncillo y me muestra su pene, que a mi parecer era realmente grande, y muy grueso. Yo le miro y le doy un halago, él me agradece y me dice gentilmente que no había venido a recibir halagos, sino a hacer cosas reales y verdaderas. Yo le digo ruborizadamente que es la primera vez que hago algo así, que me gustaría mucho que él me guíe porque me es muy difícil tomar las riendas de la situación. Él me dice –contrariamente a lo que yo me imagino- que no hay ningún problema, entonces me dice que se la comience a lamer y chupar suavemente, que si no sé hacerlo que al menos improvise. Su pene no está erecto, yo lo tomo con mi mano derecha y comienzo a lamerlo suavemente, ese sabor salado me molesta un poco al principio pero ya luego comienzo a excitarme más y más y hasta adquiero un ritmo.

Comienzo a mover mi cabeza rítmicamente, siento un poco de arcadas pero es más fuerte la excitación que estas pequeñas molestias. De pronto su pene está ya erecto, es demasiado grande, él me aleja de su pene y comienza a bajar mi tanga descubriendo poco a poco mi vello púbico, y luego mi pene muy erecto, incapaz de contener la excitación que sentía en aquél momento.

Toma mi pene con su mano y comienza a masturbarme muy fuerte, incluso hasta que sale un poco de líquido preseminal de mi pene. Me pregunta si me gusta que me masturbe y le digo que me encanta. Luego me pregunta si estoy preparado y le digo que sí. Abre su maletín, y saca de allí una botellita, la cual viendo de más cerca me di cuenta que era un lubricante, y un vibrador. Me dice que me agache mirando hacia abajo y que abra mis nalgas con mis dos manos. Le obedezco, él me dice que mis nalgas estaban realmente en su punto y que le encantaba mi agujerito. Yo le agradezco y más que todo aumento mi excitación.

Él saca un condón de su maletín y con mucho cuidado lo pone encima del vibrador. A continuación pone un poco de este líquido transparente lubricante en su mano y comienza a ponerlo en su vibrador. Luego vuelve a poner más líquido en su mano y con sus manos lubrica suavemente mi ano. Me dice que esto tal vez me iba a doler y que fuera fuerte y soportara el dolor, le dije que no había problema y luego me dice que me abra con toda la fuerza posible, como nunca lo hice, las dos nalgas. Yo le obedezco, me abro con toda la fuerza las dos nalgas, y de pronto siento la punta del vibrador rozando mi ano, le digo que lo haga con mucha delicadeza y sin embargo lo empieza a empujar y empuja, lo empuja con mucha fuerza hasta que entra.

Entra y a la vez que entra sale de mi pene un pequeño flujo de líquido preseminal (que curiosamente no era semen). Comienza a meterlo y sacarlo, primero lento y luego a gran velocidad. Mientras lo hace, toma con su otra mano (la derecha) mi pene y me masturba suavemente. La excitación en ese momento es terrible. A tiempo para y retira el vibrador. Hacemos una pequeña tregua de unos minutos. No puedo creer lo que está sucediendo, me excita tanto ese momento, me dice si puede acercar la videocámara para que yo pueda ver en la pantalla de la tele como su pene entra a mi orificio. Yo acepto inmediatamente. Toma la cámara y muy difícilmente la coloca en una posición muy estratégica cercana a mi ano. Le cuesta mucho hacerlo pero finalmente logra una imagen perfecta de mi orificio. Lo veo claramente en la pantalla, me da un poco de vergüenza al principio pero también estoy excitadísimo de verlo tan cerca.

Me dice que no dejara de abrirme las nalgas y nuevamente me pide que me agache y abra las nalgas, pero esta vez se pone el líquido lubricante en las manos y como si masturbara su pene, lo pone encima de este. Me dice que está muy excitado y que me va a lubricar el ano manualmente sin necesidad de ese líquido. Así que con toda su gran fuerza me abre las nalgas (más de lo que ya las había abierto yo hasta ese momento), hasta que sinceramente me hace doler y me escupe una gran cantidad de su saliva en el agujerito del ano. Lo vuelve a repetir unas dos veces más, siento la saliva caliente recorrer la región cercana a mi ano y mi ano. Veo en la pantalla como la saliva va bajando mi ano, es delicioso.

Mientras sigue abriéndome las nalgas con su tremenda fuerza, veo en la pantalla la cabeza de su enorme pene acercándose a mi orificio, creo que esto es lo que más me excita (poder ver ese momento tan tremendo en la tele, es realmente sensacional). De pronto acerca la cabeza de su pene a mi agujerito y empieza a empujar, sin lograr que entre, empuja y empuja. Hasta que en una de esas puedo ver claramente su pene entrando a mi ano.

No puedo describir lo que siento en ese momento, puedo decir que es fenomenal, increíble, fantástico. Empieza a realizar sus movimientos de vaivén y se agarra de mis caderas para mejorar la penetración. Luego de un largo tiempo de entrar y salir, me dice que ya no puede más y que si puede eyacular en mi ano, que le parecería muy rico. Yo acepto y antes de eyacular retira su pene de mi ano (para descansar supongo) y puedo ver en la pantalla lo dilatado que está el orificio de mi ano. Él me dice con palabras muy vulgares si me gusta lo mucho que me ha abierto el culo. Yo le digo que me encanta. Acto seguido vuelve a meter su pene con mucha más facilidad, comienza a embestirme con tanta fuerza, comienza a gemir más y más y de pronto comienzo a sentir un líquido muy caliente derramarse dentro de mi ano. Es una sensación increíblemente hermosa, la sensación es tan excitante que comienzo a tener un orgasmo, uno de los orgasmos más profundos que se pueda tener, siento contracciones en mi ano apretando su pene. Luego terminamos, él me pide que me quede con su leche adentro y no me bañe, yo le obedezco, me visto de nuevo, me pongo mi tanga y todavía sigo excitado, siento como la tanga se moja con su leche que sale de mi ano y moja todo mi trasero. Es muy excitante. Así es como terminamos y nos quedamos a dormir esa noche en el hotel. Lo que pasó al otro día ya es otra historia.

Espero que les haya gustado mi historia, quisiera que por favor me hagan llegar sus comentarios a mi email ferdelg146@hotmail.com , quiero saber si les gustó, o no les gustó para nada, o cualquier opinión que tengan. Gracias.