Una de las visitas de mi hija

Este relato es la continuación del relato “De hija a mujer”. Aquí les dejo el enlace.

https://www.todorelatos.com/relato/168052/

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Soy Alejandro, delgado, rubio y mido 1,74m. Mi hija Lucía es de pelo castaño, mide 1,69m y tiene un cuerpo que si no es 90-60-90 le falta muy poco (creo que un poco más pero no mucho).

Después de lo que pasó unos días atrás con mi hija, la relación entre ella y yo cambió por completo, habíamos pasado a otro nivel en nuestra relación.

Tras lo ocurrido yo sólo pensaba en mi hija con mucho deseo, deseo de…

Llega mi hija para pasar el fin de semana.

Suena el timbre. Es mi hija en una de sus visitas. Abro la puerta y nos fundimos en un gran abrazo. Ella entra y se va directo a su habitación que tiene en mi casa a dejar sus cosas para pasar otro fin de semana.

Yo, cierro la puerta y regreso a la cocina para terminar de preparar la comida. Unos minutos más tarde viene Lucía a la cocina y se queda en el marco de la puerta.

-      ¿Qué haces, papi?

Pregunta ella. Levanto mi mirada dejando por un momento lo que estoy haciendo y miro donde ella. La miro y veo que trae sólo una camiseta que le llega hasta por debajo de su hermoso culito, un moño en su cabello y unas zapatillas de estar por casa.

Intento disimular y sólo contesto:

-      Estoy terminando de preparar la comida. Si quieres puedes poner la mesa.

Y vuelvo a lo que estaba haciendo, preparar la comida. Por mi mente pasaba de todo, si debería abalanzarme a ella… Un montón de pensamientos pasaron por mi cabeza. Incluso pensar que lo que deseaba estaba mal porqué ella es mi hija pero con lo que pasó en la otra ocasión ya habíamos traspasado una gran línea.

Comimos y hablamos de todo, hasta que Lucía me dice:

-      Lo que hicimos el otro día me gustó mucho, pero me quedé con ganas de más.

En ese momento soy consciente de que ha empezado algo entre Lucía y yo que ya no tiene marcha atrás. Todos los pensamientos de que yo soy su padre y ella es mi hija se desvanecen y sólo la veo como la mujer en la que se ha convertido.

-      Estuvo muy bien lo del otro día pero…

Lucía me interrumpe.

-      Pero quiero que me hagas tuya.

Se levanta y se acerca a mi, me mira a los ojos y con una mano me toca mi pene, el cual entre las palabras de ella y ahora con el contacto con su mano empieza a crecer dentro de mis pantalones. Me invade una corriente por todo mi cuerpo cuando Lucía me besa en los labios con los suyos. Unos labios carnosos y delicados. Mientras nos besamos yo aún sentado en mi silla la echo para atrás y agarro a Lucía por la cintura y ella se sienta encima mío.

Pone una mano en mi hombro y mete su otra mano dentro de mi pantalón buscando mi pene ya en plena erección. Ella se detiene un instante, me mira y me regala una de sus sonrisas más bonitas.

-      Veo que aquí hay otro a parte de ti que se alegra de verme.

Sin decir nada la acerco a mi y nos seguimos besando. Bajo mis manos en busca de sus pechos y juego con ellos por encima de su camiseta. Lucía empieza a soltar pequeños gemidos y mover su cintura hacia delante y hacia atrás sin dejar de masturbarme con su mano.

Siento su vulva y su mano frotarse contra mi pene y como gime Lucía.

-      Papi, quiero que me cojas.

Me dice ella en el oído y me besa la oreja. En ese momento la agarro entre mis brazos, me levanto y la llevo a mi habitación. Por el camino seguimos besándonos y en cuanto llegamos la siento en la cama con las piernas en el suelo. Le quito la camiseta y por fin tengo esos maravillosos pechos ante mi sin nada por en medio (ya que Lucía no traía sujetador). Ella queda sentada enfrente de mi sólo con una tanga de encaje de color negro. Sin perder el tiempo me arrodillo en el suelo para quedar a la altura de sus pechos, los agarro y empiezo a amasarlos con firmeza y me llevo uno de ellos a la boca. Siento su pezón duro dentro de mi boca y le paso la lengua alrededor y lo succiono. Lucía suelta vuelve a gemir y me agarra la cabeza con las manos y me lleva hasta su otro pecho y repito lo mismo que he hecho con el otro, lo amaso con firmeza me lo llevo a la boca lo succiono y le paso la lengua dibujando círculos.

Después de estar un tiempo jugando con sus pechos empiezo a bajar besando todo su abdomen hasta llegar a su tanga. Pongo mi cabeza entre sus piernas y le beso la vulva por encima de la tanga. Lucía suelta otro gemido de placer y se arquea hacia atrás como acto reflejo. Su tanga está completamente empapada por sus jugos y me encanta sentirlos en mis labios.

Pongo mis manos a cada lado de su cintura y le empiezo a bajar la tanga. Ella pone sus manos en mis hombros para sujetarse y levantarse para facilitar que le quite la tanga. Se la quito y dejo a un lado. Cuando vuelvo la mirada hacia su vulva veo que la tiene depilada con sólo un pequeñito triangulo de vello muy bien cuidado.

Le agarro las piernas por detrás de las rodillas y ella queda tumbada en la cama. Ante mi queda su vagina rosada, no lo dudo ni un segundo y me dispongo a saborear cada milímetro de ella.

Empiezo con lo lengua de abajo hacia arriba. Cada vez que le paso la lengua Lucía suelta un gemido. Repito esto unas cuantas veces hasta que me centro en su precioso y abultado clítoris. Lo succiono y le doy lengüetazos y Lucía cada vez grita más y más de placer. Empieza a mover su pelvis arriba y abajo, agarra las sabanas de la cama con fuerza y empieza mover todo su cuerpo, arque la espalda y suelta un gemido muy fuerte y se viene en mi boca y cara llenándola de sus jugos. Yo no los dejo escapar, pero son tantos que no puedo con todos y se resbalan por mi cara y Lucía que tumbada inmóvil por unos segundos en la cama.

Aprovecho esos momentos para sentarme a su lado al filo de la cama y acariciar su abdomen. Ella al recuperarse me sonríe, se acerca a mi y me da un beso en los labios. Sin perder el tiempo agarra mi pene y empieza a masturbarme.

Se pone en el suelo ante mi y empieza con una gran mamada. Al sentir sus labios en la punta de mi pene siento una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Lucía pasa su lengua por mi glande dibujando círculos seguido de pequeños besos en la punta. Sujetándolo con una mano pasa la lengua de abajo hasta arriba, se mete el glande en la boca, lo succiona y aparta la cabeza mientras lo succiona sonando como una botella de champagne al descorcharla, eso lo repite unas cuantas veces hasta que empieza a metérsela casi todo en la boca y empezar un sube y baja cada vez con más ritmo, sube y baja y juega con la lengua pasándola alrededor de todo el tronco y glande. Su boca se siente genial cálida y húmeda.

Lucía se levanta sin soltarme el pene y se pone encima de mi. Me mira a los ojos y sin decir nada pero sin quitar su mirada de la mía se sienta encima de mi y poco a poco se lo introduce dentro de su vagina.

Siento como sus labios vaginales rozan con mi glande y éste poco a poco se abre camino hacia el interior de Lucía. Sus cálidas paredes vaginales se adaptan poco a poco a mi pene y una vez ya está toda dentro de ella Lucía suelta un tímido gemido de placer y me mira a los ojos.

Lucía pone sus manos en mis hombros y empieza a moverse muy lentamente arriba y abajo. El frotar de su vagina alrededor de mi pene me hace sentir otra descarga eléctrica por todo mi cuerpo y suelto un gemido de placer. Ella al ver y sentir eso empezó a aumentar su ritmo de sentones, le agarro los pechos y aumenta aún más el ritmo y empieza gritar más y más fuerte hasta estallar en otro orgasmo. Nos quedamos los dos quietos hasta que se recupera.

La tumbo en la cama y nos ponemos de misionero, ella tumbada en la cama con las piernas abiertas y yo entre ellas. Agarro mi pene lo encaro a la entrada de su vagina, mirándole a los ojos se lo meto dentro, ella suelta otro tímido gemido. Empiezo un mete saca lento, mirándole a los ojos, disfrutando de su belleza y del momento. Poco a poco aumento el ritmo de las embestidas cuando siento que las paredes de su vagina aprisionan a mi pene y Lucía estalla en otro orgasmo, a lo que yo me abrazo a ella y ella a mí.

Después ella me dice que quiere en 4, me levanto para dejar que se mueva y se pone en 4 regalándome una imagen increíble de su culo y vagina. Ante tal vista me acerco a ella y le meto el pene disfrutando de una lenta penetración hasta tenerlo todo dentro de ella.

Una vez ya dentro de ella la agarro por la cintura con las dos manos y empiezo a moverme con un ritmo bastante alto, dado que la imagen de Lucía en esa posición me llena de mucho morbo al ver rebotar ese culito en cada una de mis embestidas.

Lucía en cada embestida mía grita más y más y yo empiezo a sentir que me voy a venir, le doy unas cuantas embestidas más fuertes y rápidas y le digo que me voy a venir. A lo que ella me responde:

-      Quiero que te vengas en mi boca.

Al escuchar esas palabras se lo saco de dentro, me pongo de pie a un lado de la cama y Lucía se acerca a mí, me lo agarra con una mano y se lo mete en la boca. Con la boca cubriendo todo el glande y con la mano subiendo y bajando a un ritmo frenético y mirándome a los ojos le aviso de que me vengo y estallo en su boca. Chorros y chorros salen de mí llenando su boca.

No deja escapar ni una gota. Una vez ya con toda mi leche en su boca me la enseña y se la traga toda.

Me limpia el pene con su boca y acto seguido se pone de rodillas a la altura de mi boca y me besa con pasión.

Una vez nos separamos ella me se va al baño a ducharse.

FIN

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Tengo más de un relato pensado para subir aquí, pero, sí alguien quiere que publique alguna historia o aventura sexual suya (de forma anónima) que me mande un e-mail (lo podéis encontrar en mi perfil).

También si os gustaría que hiciese algún relato con algún tipo de fantasía que tengáis os poneis en contacto conmigo y yo lo haré en función de lo que me pidáis.

Dicho esto, sólo me queda daros las gracias por leer esto, dejad un comentario si queréis (siempre con respeto), también valoradlo si queréis y deciros que en breve subiré alguno de mis relatos, algunos reales y otros de fantasías que tengo.

Un saludo.