Una cruda pasión (2)
Ya estábamos los dos muy excitados...nos levantamos y fuimos a un callejón próximo. En el camino, la paré y la puse de espaldas a mí. Echó su cabeza hacia atrás , entregándose a mí ofreciéndome todo su cuerpo. Pellizqué sus pezones , que estaban duros como piedras y se marcaban muchísimo a través de la camiseta mientras le besaba el cuello y mis dedos buscaban su coño.
Os doy las gracias a todos los que habéis leído el relato y a aquellos que me habéis animado a seguir escribiendo. Y como lo prometido es deuda , retomaré la historia en el punto en que la dejé.
La noche de esa primera vez, que era un día 13 de febrero , le confesé a mi amiga lo que había ocurrido. Esta amiga , a la que llamaré Rosa, he de decir que es una persona maravillosa, con un corazón que no le cabe en el cuerpo. Habíamos ido a pasear y no me sentía bien. Ella lo notaba y me preguntó . Ahora que lo recuerdo siento una tristeza inmensa. Su primera reacción fue de aturdimiento, no daba crédito a lo que estaba oyendo. A pesar de que la noticia la había dejado rota, no se enfureció conmigo. Nos despedimos
Por la mañana recibí una llamada en mi teléfono móvil. Era la mujer con la que había ocurrido todo el día antes. En ese momento no pude atenderla pues estaba trabajando. Unos quince minutos después , se presentó en la oficina junto con una compañera del curso que estábamos haciendo. Me preguntó porqué no le cogía el teléfono. Estaba descolocada. Me dijo que Rosa le había mandado un mensaje a su teléfono móvil ( las presenté yo hace un tiempo ). Cerró la puerta del despacho y nos quedamos solos.
Se dirigió a mi muy seriamente y me preguntó qué íbamos a hacer, que tenía previsto casarse dentro de cuatro meses. En ese momento atravesaron mi mente mil sentimientos y experimenté una gran confusión. Lo que creí que era más correcto en ese momento fue decirle que habríamos de seguir adelante con nuestras vidas, que no podía truncar su proyecto.
Efectivamente, se casó aproximadamente a los cuatro meses y Rosa fue la encargada de prepararle el ramo de novia. Ninguno de los dos fuimos a la boda.
Por no complicar las cosas, traté de dejarla hacer su vida, sin éxito, pues fue a Estados Unidos de luna de miel y desde allí me escribía mensajes de correo electrónico . Al final accedí a que nos viéramos a la vuelta. Me dijo que me había echado muchísimo de menos y no había parado de pensar un momento en mí.
Quedamos en la facultad. Ella apareció vestida con un chándal que tenía el pantalón muy ajustado; lo que resaltaba de una manera deliciosa la preciosa forma de su culo. Me excitó muchísimo , de manera inmediata , mirar su camiseta ceñida que remarcaba sus durísimas y grandísimas tetas. Se acercó a mí nerviosa , nos dimos un abrazo y un beso suave, muy dulce.
La tomé de la mano y rodeamos el edificio hasta llegar a un lugar apartado donde no podíamos ser vistos. Nos sentamos y hablamos de sus vacaciones, de cosas sin importancia. Volvimos a besarnos. Deseaba acariciarla con todas mis fuerzas y mis manos recorrieron su espalda , al principio despacio, después más atropelladamente. La besaba y metía la mano bajo su camiseta. Al fin llegué a sus deliciosas tetas. Las había echado tanto de menos . Aunque no las abarcaba enteras con las manos trataba de sentirlas completamente en ellas. Las presionaba al tiempo que acariciaba cada vez más profundamente sus muslos , sin dejar de besarla. Noté que el pantalón del chándal estaba mojado y sobre el mismo pantalón empecé a acariciar suavemente su coño.
Ya estábamos los dos muy excitados...nos levantamos y fuimos a un callejón próximo. En el camino, la paré y la puse de espaldas a mí. Echó su cabeza hacia atrás , entregándose a mí ofreciéndome todo su cuerpo. Pellizqué sus pezones , que estaban duros como piedras y se marcaban muchísimo a través de la camiseta mientras le besaba el cuello y mis dedos buscaban su coño.
Se puso contra la pared . Me bajó el pantalón . Agarró fuertemente mi polla y empezó una deliciosa paja que me estaba llevando al borde del orgasmo. Le miraba las tetas , que había dejado descubiertas levantando la camiseta y las sobaba y en el momento en que iba a correrme le dije que quería acabar en sus tetas. Se colocó a propósito para dicho fin y a borbotones me derramé sobre ellas embadurnándola entera de miel, sintiendo una descarga eléctrica recorría todo mi cuerpo.
Muchas gracias a todos/as.
Espuma de Venus