Una Confesiones muy personal
Esta confesión esta dedicada a una persona muy especial, a mi chica, mi amiga, mi amada, mi ama, mi señora, a esa persona que solo ella sabe comprenderme, escucharme, que sabe lo que busco, lo que siento, lo que deseo.
Una Confesiones muy personal
Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatarlos.
Esta confesión esta dedicada a una persona muy especial, a mi chica, mi amiga, mi amada, mi ama, mi señora, a esa persona que solo ella sabe comprenderme, escucharme, que sabe lo que busco, lo que siento, lo que deseo. Para Andrea, con todo mi amor y cariño (a la dueña de mi corazón). Sabéis una cosa, cuando comencé a escribir mis experiencias, no fue una decisión tomada por mi, sino fui animada por mis amigos, puntualizare exactamente fue, por mis dos mejores amigos Andrea y Josh (mi actual pareja). Me aconsejaron, que me podría ayudar a desahogarme, y dicho y echo, lo he hecho, es una gran decisión por mi parte el relatar mis experiencias, el confesarme (aunque también, me han causado mas de un atolladero).
Aunque lo sabéis bastante bien como soy, de todas forma me voy a describir. Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 22 años (recién cumpliditos), morena de cabellos, de ojos castaños, y bisexual. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo. De mi dicen, que soy una chica de muy buen cuerpo, tanto físicamente, como por mi forma de vestir bastante provocativa, me da igual si voy por casa o por la calle, creo que es la razón por la que siempre acabo metida en algún lió, fregado o apagando algún "incendio".
Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta).
Si lo se, que no comprendéis (es normal en vosotros, que solo pensáis con vuestra cabeza pensante, aquella que se encuentra entre vuestras piernas, y de las neuronas, que vamos hablar, ya que son bastantes escasas). Tengo una manera muy especial, de cuidar mi libertad, la intimidad es algo muy serio y es lo más importante. Solo yo, soy la que elijo, con quien acostarme, con quien elijo a la persona que me haga disfrutar. Estoy cansada, de los graciosos que en la calle se hacen los interesantes y me hacen proposiciones sin esperar a que me encuentre sola, me acusan de pesada, pero os agradecería no me digáis nada, por fa, se que es mucho pedir. Me gusta mucho mi intimidad, creo que tanto como a vosotros la vuestra (Si queréis mantener algún contacto, os recomiendo que sea a través del Messenger o email. No quisiera, tomar medidas mas serías, pues soy muy celosa con mi libertad).
He de explicaros, que mis gustos en general, es la morbosidad que me produce ser manoseada en publico, el sentirme acariciada, sobre todo en transporte urbanos o lugares públicos. El sentir como entre la multitud, se atrevan a manosearme, me excita enormemente, e incluso me excita que me observen mientras me tocan y aun más cuando lo hacen contra mi voluntad (la excitación que siento es extraordinario, es un morbazo que os lo recomiendo), sentir como me humillan, y notar sus miradas lascivas en mi, como entre tanto silencio me observan y no hacen nada por remediarlo, solamente disfrutar de la visión (estos son tan culpables o incluso aun mas, de los que me vejan y me manosean).
Solo de recordarlo siento mis braguitas húmedas, sintiendo la necesidad de poderme satisfacerme, por lo que no tengo mas remedio de buscar remedio sea donde sea, o donde me encuentre, en mas de una ocasión, me he tenido de ir al aseo para poderme introducir la funda de mi escalímetro. Muchas veces, he estado pensando en mis relaciones, he estado reflexionando sobre ellas, pues he hecho cosas, que han ruborizado a más de uno (se por vosotros, ya sea por Messenger o por email, que vuestros pensamientos, referentes sobre mi, es o soy una "putilla", o una "zorra", e incluso a veces dudan de mi persona), pero pienso que del pasado no debo avergonzarme, aunque eso si he gozado plenamente haciéndolas, de todas ellas.
Dicen que soy muy ardiente, que soy una "zorrita", soy una chica de mente abierta, coño liberal para entendernos, me gusta probar cosas nuevas, no me quiero quedar estancada (aunque cuando la siento, bien dentro si me gusta estar estancada), me gusta como hobby seguir ampliando mis conocimientos, mis experiencias (joder, que soy muy joven).
Los contactos que he mantenido con hombres maduros, han sido bastantes satisfactorios (han cumplido ampliamente mis expectativas, y todas mis exigencias), ya que son minuciosos a la hora de darme placer, e incluso sus caricias son diferentes, no se si será por el tacto, o quizás por la piel (arrugada, áspera y basta). El explicar mis relaciones respecto a ellos, me es algo difícil, pues quizás es el morbo que me producen, o quizás, sea mi búsqueda por el amor paterno. Desde mi punto de vista, mis relaciones con ellos, es puramente sexo, saben como hacerme disfrutar, sin buscar su propia satisfacción, me enseñan a disfrutar de mi sexualidad, y os puedo asegurar, que logran de mi orgasmos inolvidables.
Esta es una nueva confesión, como su condición alberga la gran mayoría de mis experiencias respecto a ella. Andrea me hace sentir, distinta, deseada (aunque se que lo soy, pero a veces se me olvida por experiencias personales, que me ocurren. Y es ella, la que me lo recuerda), y lo mas importante me hace olvidarme de mi familia, de esos pensamientos de mi padre. Ella, es en cierta forma, es ese lugar que siempre busco para esconderme, donde poder cobijarme. Es la persona ideal a quien acudir, por que sabe escuchar, y me sabe comprender, que me aconseja y me hace relajarme (me hace más bien, que los sicólogos que solo me sacan dinero).
Esta nueva confesión comienza por el año 2003, creo que ni siquiera había cumplido los 18 años. Recuerdo bien que fue un fin de semana (no solo, por que mi relato lo reseño, sino por que es cuando mis padres se alejan de mí). Me ocurrió un viernes, en teoría debía de estar sola en casa, pues mi madre me comento días antes de su marcha, me acuerdo como antes de marcharse, el cabron de mi padre, se giro dirigiéndose hacia a mi, y tras colocar su brazo alrededor de mis hombros, me dijo a modo de amenaza, que no pretendiera hacer algo, que pudiera poner en peligro la armonía del hogar.
Nada mas soltarme, dándome un beso en la frente, desapareció por la puerta, escuche el motor del coche. Toda nerviosa y loca de alegría, corrí rápidamente hacia el diván donde se encuentra el teléfono. De un salto me senté sobre el, marque el numero de Andrea y la llame, deseaba escuchar su voz, le comente que me había quedado sola, que podríamos irnos de compra, y quizás quien sabe "comernos algo", quedando en una hora, más o menos en su casa. Nada más colgar, escuche un portazo, el corazón se me hizo un nudo, quien coño sería no esperaba nadie (la chica de la limpieza, no viene entre semana), rápidamente alce la vista, dándome cuenta que mi padre estaba ahí mirándome de pie (que susto me dio el cabronazo, su mirada lasciva y enojada. Aunque con el tiempo, me he estado acostumbrando a sus cambios de humor, sobre todo a sus pretensiones e incluso a sus abusos).
Pero su presencia, me hacia sentirme insegura, sus manos sobre mi cuerpo aunque sean afectivas, me dan arcadas, e incluso a veces me han hecho hasta vomitar. Bueno sigo, me lleve un susto de muerte, al ver a mi padre allí, mirándome fijamente, comenzó a caminar, dirigiéndose hacia mi, mientras me preguntaba "quien coño me creía yo, tratando algo de su valor como si se tratara de un trapo". Os puedo asegurar que mi cara se desencajo, no solo con su presencia, sino con sus palabras severas y autoritarias, estaba cagadita de miedo. Rápidamente le respondí a mi padre, que no me había dado cuenta, e incluso le pregunte por su presencia, si acaso se había dejado algo (no se, por que se me ocurrió preguntarle), me respondió como el solo sabe, en plan déspota, con ironía y maldad, que no me importaba por que había regresado.
Comenzó a hacerme gestos, a indicarme que me levantara del sofá, comentando que era de su propiedad, como todo lo que hay en su casa, incluida yo (como no, se que para el solo soy un objeto, machista de mierda). Me levante como una bala del sillón, quedándome de pie junto a este, mi padre se acerco, y antes de sentarse comenzó a darle unos manotazos al asiento, a modo de limpiarlo, indicándome de nuevo mi pocos cuidados, una vez finalizado se sentó, acomodándose en el. Sin dejar de mirarme, me indico que me sentara sobre sus muslos, a modo de palmadas, me comento que me iba a explicar algunas cosas, girándome y dándole la espalda, deje caer mis nalgas sobre sus muslos, algo cautelosa la verdad.
Una vez sentada sobre el, coloco mi padre una de sus manos en mi cintura, echándome un poco hacia atrás. Una vez sentada como el pretendía, me dijo voy a explicarte unas reglas, que no debes de romper nunca, ni aunque el no este en casa, a no ser que me te vayas de casa. Mientras tenía una de sus manos sujetándome por la cintura, observaba como la otra la dirigía hasta posarla sobre mis rodillas, la sentí húmeda seria acaso por la sudorización. Sabía lo que pretendía, por lo menos lo intuía, comenzó a ascender por mi muslo a modo de caricia. Le comente a mi padre, que había quedado con Andrea (el la conoce, y se que le cae bien), a lo que me dijo, que lo sabia, que solo me retendrá unos minutos, que todo dependerá de mi como me encuentre de comunicativa, pues debía de tener claro algunas cosas.
Observaba temerosa, como ascendía su mano por mi muslo hasta mi falda, la cual llevaba puesta una mini vaquera, me daba la sensación que se lo había puesto muy fácil (que repugnancia, nada mas sentir sus manos). Comenzó a hablarme algo, que ni siquiera le echaba cuenta, sus palabras eran sordas para mí, ya que estaba más atenta a sus manos. Le miraba y como aturdida, solo observaba sus labios moverse, bajando de nuevo la vista hacia esa mano, como manoseaba mi piel desnuda, como ascendía y volvía a descender por mis muslos, como descendía por la parte superior de mis muslos para ascenderlas por el interior (le pedía, una y otra vez, no padre, por favor no sigas).
Cada vez, echaba mas hacia arriba mi falda (me quede casi petrificada, haciendo lo único que podría hacer en ese momento, resignarme, y sujetarme al sillón, como única manera de ahogar mi odio, mi dolor y toda esa mezcla que sentía en mi interior). La mano que me tenia sujeta por la cintura, comenzó a subirla, hasta tenerla debajo de mi brazo (por debajo del sobaco), arrastrando su mano por mi costado, subiendo de paso la blusa, hasta notar el frió de la habitación, del ambiente. Note las yemas de sus dedos rozar mi pecho (proteste de nuevo, e incluso eche mi brazo hacia abajo, presionando su mano a modo de que me soltará), mi padre solo comento, no te veo comunicativa.
Sentía sus manos, como alternaba sus caricias en mi cuerpo. La gravedad de su voz , o acaso seria como me lo dijo, me saco de mi ausencia, me comento si había comprendido las normas, pero en vez de responderle rápidamente con una afirmación, me quede por algunos segundos en silencio, algo que mi padre aprovecho, pues ascendiendo su mano por el interior de mis muslos, introduciéndose por debajo de mi falda y tocar mi entre pierna, para ser exacto toco mi pubis sobre mis braguitas (joder, di un sobresalto, que el muy cabron soltó una carcajada). Dirigí mis manos, hacia mi entre pierna pero sin poder lograr que mi padre saque su mano, respondiéndole afirmativamente que lo había comprendido, y sin darme tiempo a levantarme, comenzó a levantarse, un poco mas y acabo en el suelo, sin dejar de darme la enhorabuena, por haber comprendido quien mandaba en casa, y que debía de ser consiente, que debía de ser obediente en todo (o en otras palabras, el usarme a su antojo).
Antes de irse, me comento que debía de tener cuidado con los chicos que salgo, pues ante todo debo de elegir bien, no deben ser solo buenos estudiantes, sino tienen que ser los primeros de la clase, que sean de buena familia y de posición. Que con lo mucho que me "quería" y me "cuidaba", no iba a permitir que ningún gilipollas, me dejara preñada, sino ya cuidaría el, de hacerme comprender o enseñarme a quien debo de elegir. Que esos pensamientos, de amor, o esa mariconada del príncipe azul no valía en la vida (eso es un padre comprensivo y lo demás es tontería, como temía eso de "hacerme comprender", por lo menos en ese momento).
De nuevo, le recordé que había quedado con Andrea, para irnos de compra y quizás quedarme en su casa a dormir si era muy tarde, que se lo había dicho a mi madre, teniendo de ella su consentimiento. Me dijo que vale, cuando me iba a marchar, me comento sino le daba un beso de despedida, por lo que me acerque a el, alzándome para darle un beso en la mejilla, acercándose mi padre me sujeto por la cintura a la vez que se inclinó para darme un beso, pero en vez de darme su mejilla me puso sus labios, y sin darme ni tiempo para retirarme me dio un beso en la boca. Mientras que sentía como su mano, descendía por mi cintura hasta posarse sobre mis nalgas, apretándolas hacia su cuerpo (con asquerosidad, sentí al pegarse nuestros cuerpos, algo duro).
No paso ni segundos, cuando una vez me soltó, rápidamente me gire para dirigirme hacia la puerta, cuando sentí una palmada en mis nalgas, sin decir ni una palabra, me dirigí rápidamente hacia la puerta, solo cogiendo el bolso, me marche a casa de Andrea, teniendo cuidado de no dar portazo.
Nada mas llegar a casa de Andrea, esta me estaba esperando y ante la expresión de mi cara, no quiso preguntarme nada, hasta no verme mas tranquila. Le comente que había tenido de nuevo un rifi rafe con mi padre, a lo que ella me respondió que se lo contará, mientras iban de camino hacia el centro, donde pretendíamos compramos una serie de ropa (ya sabéis, conjuntos, lencería, zapatos y maquillaje, me tenía que gastar de alguna manera el pastón, de mi padre). En el transcurso del viaje, ya de regreso hacia su casa, me comento que estaba sola como de costumbre (mientras se rozaba, con algún chico que estaba detrás suya, le gusta ponerse a tono).
Nada llegar a su casa, abrió la puerta, me indico que subiera a su dormitorio, donde estaríamos mas cómoda, para hablar y estaríamos mas tranquilas, mientras ella iría a la cocina a coger algo de beber. Nada mas entrar en su dormitorio, solté las bolsas dejándolas tiradas en el suelo, y me deje caer sobre la cama, mientras observaba como Andrea entraba con una botella de coca cola y un par de vasos. Antes de sentarse, se quito los zapatos, me comento que le relatará con pelos y señales, que me había echo mi padre, mientras que le contaba lo sucedido. Ella se inclino hacia abajo, agarrando mis pies, primero uno al tiempo que me despojaba del zapato, para luego hacer lo mismo con el otro. Comenzando con sus dedos, a masajear mis pies, le comente, lo que me hizo, las sensaciones que sentí, sus comentarios, Andrea me aconsejo, haciéndome sentirme bien, pues me dijo que aunque es difícil de llevar, he de admitir que lo llevo bastante bien.
Comenzó a llevar la conversación en otra dirección, de manera que me olvidará de lo sucedido, la fue dirigiendo hacia nuestras propias relaciones, aquellos contactos que hemos tenido, aquellos rollos que han comenzado a partir de una confusión o de algún manoseo o tocamiento en algún lugar público. Sentada frente a mí, nos entro la risa tonta por aquellas situaciones, que al final han sido muy satisfactorias (comenzaba a humedecerme, entre sus masajes y la conversación me estaba poniendo cachonda). Sin apenas notarlo, pues no lo pretendía, con mi mano derecha, comencé a acariciarme mis muslos, descendiendo y volviendo a ascender a lo largo de mis muslos torneados, comenzando a notar una agradable sensación, hasta notar un agradable cosquilleo entre mis piernas, sin darnos cuenta estábamos ambas una enfrente de la otra masturbándonos.
Me deje llevar, dejando descender mis dedos por mi ingle, hasta tocar la fina tela de mis braguitas que oculta mi pubis, ese cosquilleo me gustaba tanto que comenzó, a humedecerse siendo visible en mis braguitas blancas, comencé a frotarme por encima de mi vagina, hasta casi introducirse mi dedo corazón e incluso con las bragas puestas. Recorrí la tela hasta el borde de esta, levantando el elástico, comencé a introducir mi dedo, hasta notar la húmeda y el ardor, que transmitía mi vagina.
Andrea por su parte, mientras me miraba, tenia su mano dentro de sus braguitas, con movimientos circulares y creo ya con varios de sus dedos, bien dentro. Observaba sus pechos, notándose como se le estaban poniendo duros, no por los pechos sino por los pezones, pues como sobresalían en la camiseta, al no llevar esta sujetador.
La situación comenzó a subir de tono, Andrea se acerco un poco mas a mi, dirigiendo una de sus manos hacia mi, retiro mi mano de mi pubis, mientras me observaba comenzó a recorrer sus dedos por su cuerpo, desde sus pechos hasta su vagina, haciéndome ver lo mojada que se encontraba, pues nada mas pasar ese dedo por su rajita, casi se introdujo dentro. Se giro aun más hacia mí, colocando una de sus piernas sobre mí (a modo de que no me moviera, le gusta tenerme presa, le excita mi sumisión), acerco su brazo hacia mis piernas, recorriéndolas hacia arriba, haciéndome estremecer.
Sentí, la necesidad de saber cuanto de caliente estaba, por lo que, sin pensármelo dos veces, dirigí mi brazo hacia su cuerpo, hasta introducir la mano en su entrepierna, Andrea no opuso objeción, al revés abrió sus muslos. Nada mas colocar, la palma de mi mano sobre sus braguitas por debajo de su vagina, note lo húmeda que se encontraba (mi confesión le había excitado, la muy zorra se había calentado), comencé a acariciarle suavemente, a frotarles mis dedos sobre sus labios vaginales, hasta observar como se mordía sus labios, comencé a introducirle mis dedos por dentro de sus bragas, pasándole las yemas de los dedos a la altura sobre su vulva, haciéndole suspirar aceleradamente, logre arrancarle algún que otro gemido, y aun mas cuando le introduje varios de mis dedos en su interior, la muy cabrona estaba encharcada, apenas me hizo falta dilatarlo aun mas.
Mientras Andrea, no me dejaba de acariciarme mientras se dejaba masturbar, levanto su vista hacia mí, mirándome con cara de vicio, sus ojos picaros se mostraban enigmáticos. Sin dejar de mirarme, coloco su otra mano sobre la mía, note la suavidad de su mano, la ternura de sus dedos, el calor que me transmitía, comenzó a guiarme, aunque no me dejaba de hablar (no quería que me traumatizará, y la verdad es que su labor era maravillosa), me estaba poniendo muy cachonda, no dejaba de decirme que desea recorrer mi cuerpo, hasta que sienta el placer intenso, mientras yo no dejaba de escucharla y me dejaba llevar tanto por sus palabras como por los hechos.
Retiro sus manos de mi, y liberó mis piernas del peso de su pierna, colocándose de rodilla ante mí, dirigió sus manos hasta sujetar una de mis piernas, y con suavidad me hizo flexionarla, dirigiéndola hacia su cuerpo, ascendiendo mi pie (los cuales estaban descalzo) hasta levantarlo a la altura de su barbilla, mientras no dejaba de acariciádmelos a modo de masajear no solo la zona de los dedos, sino el tobillo, el puente haciéndome estremecer pues es algo que me hace estremecerme de placer llegando hasta alcanzar el orgasmo y ella lo sabe, observaba como me retorcía entre convulsiones de sensaciones, observando como la falda se bajo hasta dejar completamente mis braguitas a la vista, y como esta, entre mis movimientos se habían introducido entre mis labios aumentando aun mas mi placer, deteniendo sus dedos dirigió mi pie a sus labios ya entre abiertos, el cual sacando su lengua comenzó a chupar mis dedos (Dios, no sabéis como me gusta, me hace rendirme ante cualquier hombre o mujer).
Como chupa mis dedos, esa manera de introducir la punta de su lengua entre ellos, es una sensación maravillosa, siento, como un repeluco recorren mi espina dorsal, hasta notar como me viene mi primer orgasmo. Mientras me observa como estoy rendida completamente sobre la cama, deja mi pie quedando ella en medio, se acerca junto a mí, como un felino, noto su respiración sobre mis muslos, y mi pulso se acelera, mientras me mira con una sonrisa malévola, se acerca junto a mi. Comienza primero a quitarme la falda, para luego comenzar a desabrocharme los botones de la camisa, mete sus manos por detrás de mi espalda, soltando el cliché del sujetador y retirándolo, para dejar mis pechos desnudos. En vez de deleitarse con ellos, comienza a descender por mi hombrigo hacia mi pubis.
Noto como su rostro sobre mis braguitas, como aspira y huele el olor de mi orgasmo, pasa su nariz por la línea de mi vagina de abajo hacia arriba (haciendo un surco entre mis hinchados labios vaginales, dejándolos marcados sobre mis húmedas bragas blancas. La muy puta, sabe como conseguir de mi lo que se proponga). Le gusta escucharme como gimo, como entre murmullos le pido que no se detenga, que continué, aunque se de todas formas que no se detendrá, por lo que sigue a lo suyo, posando sus labios sobre mi monte, comienza a darme pequeños piquitos (ya sabéis, besos muy tiernos y suaves, se que hay que explicarlos por que hay chicos cortitos), descendiendo hacia mi pubis (ella sabe como tratar a una mujer, y no hay que darle explicaciones, como a los chicos.
Dios odio, eso el explicarle o aconsejarles como deben hacérmelos, coño debería de saberlo, aquel que lo sepa hacer seria el amante perfecto, y que dejen de buscar su propio placer). Comienza a ascender, nuevamente hacia mis pechos, pasando su tierna lengua alrededor de mi mamas, para ascender por la masa hacia la cima, y encontrar mi duro y erecto pezón (joder, que buena es), coloco una de mis manos sobre su cabeza para que no se detenga, mientras que con la otra, me tengo que sujetar bien fuerte a las sabanas, por las intensas sensaciones que voy teniendo. Andrea continua, con mi pezón entre sus dientes mordisqueándolo, soltándose de la presión de mi mano, sigue subiendo hasta mi cuello, besándolo a la vez que olía su perfumé, que me embriaga.
Coloco sus labios sobre los míos, dándome tiernos besos, note sus dedos sobre las cinturillas de mis braguitas, pero sin dejar de notar sus calidos besos, como su lengua recorre mi boca, como juguetea con mi lengua, no me puedo negar ante ella. En un momento cesa, de besarme, a la vez que va besándome mi barbilla y descendiendo por mi cuerpo, a la vez que va retirando mis braguitas de mí, hasta sacarlas por mis pies. Colocando sus dos manos a la altura de mi pubis, comienza a pasarme su mano completa por mi vagina frotándola, su rostro a la altura de mi monte se va acercando cada vez mas a mi pubis, besando mi vagina, recorriendo con la punta de su lengua por mis hinchados labios vaginales, comienza a pasar su lengua, recorriendo mis labios superiores e introduciéndola hasta llegar a mis labios inferiores (Dios, que bueno, la muy puta sabe lo que se hace), le comento una y otra vez, no pares, siento como con su dedo corazón se introduce dentro de mi vagina, sacándolo todo humedecido lleno de mi fluido, hacia su boca.
Me mira, sonríe, y con mirada picara se acerca de nuevo hacia a mi, comienza a pasarme sus dedos por mi cuerpo desnudo, hasta buscar y encontrar mi vulva, a la vez que se acerca tanto a mi, que de nuevo al recorrer mi vagina con su lengua, e incluso llegar a follarme con su lengua, no pudiendo aguantar mucho mas por lo que me corrí, llene sus labios de mi néctar. Pero Andrea no se detuvo (la muy puta le gusta verme como me estremezco, como me retuerzo de placer, de gozo, pues como ella solo sabe después de venir, tengo la vulva muy sensible y hasta una simple caricia, me hace temblar y hasta pudiendo alcanzar de nuevo otro), seguía chupando mi vulva, mi clítoris, mis labios vaginales, absorbía mis jugos, le chillaba y hasta le imploraba que se detuviera, que no podía mas, y aunque ella lo sabia seguía, pues se me ponen los pelos de punta, el vello se me eriza, sintiendo un nuevo orgasmo, sin apenas tiempo a reponerme del anterior e incluso menos el saborearlo.
Nada mas escuchar mi grito de placer, mis lamentaciones y exclamaciones por las sensaciones, se detuvo, levanto la vista hacia mi rostro, observando mi cara de agotamiento, de satisfacción, mi respiración agitada. De nuevo, con cara picara y con una sonrisa en sus labios, comenzó a incorporarse, apoyando sus manos sobre la cama hasta tensar sus brazos y levantarse, una vez puesta en pie, la vi caminar en dirección hacia la puerta hasta que desapareció por esta. La vi entrar por la puerta, mientras yo, seguía acostada, estaba girada hacia un lado, y mi rostro casi hundido entre las sabanas, la vi de nuevo dirigirse hacia mi, con sus manos ocultas detrás de su cuerpo, me dio la sensación que tenia algo, que no pude apreciar que.
Se coloco a mi lado, sentándose sobre la cama, mientras de nuevo, sentí una de sus manos acariciar mis piernas. Sentí su cuerpo, echarse sobre mis muslos, hasta notar sus labios besarlos de nuevo, le pedí, que me dejara descansar un par de minutos, pero ni caso. Colocando, una de sus manos sobre mis muslos, empujo fuertemente, haciéndome girar, hasta colocarme boca abajo, no se que pretendía pero por ella, me dejo hacer lo que sea. Echándose mi lado, sobre mi costado, sentí sus labios recorrer mi espalda, mientras me percate como una de sus manos, la poso sobre mis piernas, sobre mis tobillos. El sentir esa mano tersa sobre mi piel, hace que solo con una simple caricia se me erice la piel, mientras sus labios ascendían desde mi espalda hasta mi cuello, su mano igualmente ascendió hacia mi ingle, hacia mi entrepierna, sentí sus dedos. Tuve que morder las sabanas, por no gritar, por ahogar mis gemidos (Dios, que buena es, e incluso a veces siento celos de su chico, cuando esta con ella, en vez que conmigo).
Note su respiración agitada sobre mi cuello, mientras echaba de menos su otra mano, pero no mucho más cuando sentí, como las yemas de sus dedos recorría, desde mis labios vaginales hacia mi orificio anal, como amasaba mis glúteos. Su rostro comenzó a descender por mi espalda hasta detenerse sobre mis nalgas, sus labios calientes y húmedos mordisqueaba mis nalgas, y con ambas manos separaban mis glúteos, sintiendo como un calambre interno, al sentir como esa lengua caliente y viperina, se introducía sin avisar por mi agujerito. Es malvada, chupaba mi agujero, se detenía, y sentía el caer de algo húmedo (gota de saliva, entrar en mi agujerito), volviendo a taladrar con la punta de su lengua, que placer (en ese momento, se me pasaba por la mente, quien le habría enseñado eso, por que hubiera querido que hubiera sido yo, la aprendiz), mis múltiples sensaciones eran infinitas, pues note como una de sus manos, abandonaba mis nalgas para entretenerse en jugar con mi vagina, como jugueteaba y presionaba mi vulva.
Sin esperarlo, ni me aviso la muy puta, sentí como me metía algo, duro y de un grosor considerable, no pudiendo evitar, el pegar un grito no solo de dolor sino de placer (Joder, la puta, me penetro con uno de sus juguetitos, ooohhh que perversa, que gusto). Pero eso si, entro perfectamente, como si lo hiciera diariamente, sacándolo de nuevo, bañado en mis fluidos para volverlo a insertar, sintiendo mas placer, comenzó a tratarme con suavidad, repitiendo esta acción una y otra vez, hasta que previniendo Andrea, que estaba apunto de volver a venirme, comenzó a acelerar las embestidas (la muy zorra, no dejaba de decirme, que la próxima vez se colocaba el arnés).
Gire mi rostro, para poder mirarla, y con la cara pagada a las sabanas, observaba como su mano izquierda, se encontraba hundida entre sus pierna, como al tiempo que me penetraba, alternaba sus movimientos. Es injusto, que solo sea yo, quien disfrute, que sea quien sienta placer mientras ella goce con una simple masturbación. Después de un mete saca casi interminable, sentí que volvía a venirme, sacando el consolador para llevárselo a la boca, chupándolo saboreo mis jugos. Me dejo exhausta, comenzó a recorrer mis agujeros, deseaba que me penetrara mi culito, y era como si lo hubiera adivinado o leyera mi mente, pues sentí como colocando la cabeza de látex sobre mi agujero, comenzó a presionar hasta que se introdujo la mitad de su juguete.
Echándose a mi lado, sin dejar de penetrarme, sus labios buscan los míos, besándonos con pasión, sacándolo de nuevo y volviéndolo a enterrar dentro de mi vagina, me deja exhausta, creo que algún vecino se habrá alarmado. Se levanto de nuevo, pero esta vez sentarse en un sillón que tiene enfrente de la cama, abriéndose de piernas para mi, comienza a masturbarse con una mano, mientras que con la otra se acaricia los pechos y pellizca los pezones, es una visión maravillosa, esta tan cachonda que sin esperarlo Andrea, me levanto y me dirijo hacia ella, agachándome y arrastrándome hacia ella, hasta introducir mi rostro entre sus piernas, saboreando su vagina al mismo tiempo que sus dedos penetran su orificio vaginal.
Ahora le toca a ella gozar, pues nada ver como le viene su primer orgasmo, sin dejar de chuparle comienzo a acelerar, a chupar y tragar sus jugos, pero sin dejar de acariciarle pues es importante no perder el ritmo, sigo hasta de nuevo volver a sentir otro, y haber gozado ambas, habíamos terminado sintiéndonos exhausta. Sentándome sobre ella, e igual manera que lo hice antes sobre mi padre, mientras me sujetaba Andrea, de un modo casi infantil, nos quedamos un rato abrazadas, entre besos y caricias. Nos echamos en la cama, quedándonos dormidas, hasta que Andrea me despierta, no se que tiempo habría pasado, pero ni me importa, Andrea me comenta, que desea que nos ducháramos juntas, no se lo podía negar, no se que nos ocurría pero estábamos muy caliente, nos excitábamos con rapidez. Ya en la ducha lo que paso, ya lo contare otro día, pero entre la pastilla de jabón, el teléfono de la ducha y sus labios, pasamos todo el fin de semanas gozando.
El domingo por la tarde, me acompaño a casa, donde nos encontramos a mi padre, extrañamente cordial y amable, quien una vez que Andrea, se marcho hacia su casa, mi padre le acompaño hacia la puerta, le dio un beso en la mejilla, al mismo tiempo que le daba una palmada sobre sus nalgas, por la expresión de Andrea, al verla cuando se giro hacia mi, me hizo entender que le gusto.
Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.
Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com