Una confesion mas
Había pasado casi un mes desde mi primera vez...
Había pasado casi un mes desde que tuve sexo por primera vez con mi amante canino, lo hicimos después de aquella vez unas diez veces más, (hubiera preferido más, pero no se nos dio el tiempo ni las oportunidades,) aunque siempre había un par de minutos para por lo menos chupársela, por ello siempre tenía el sabor de su verga en mi boca, me encantaba cada momento y cada expresión de sexo con mi amante, ya no había necesidad de masturbarme como lo hacía antes, tener sexo ocasional con mi amante o chuparle la verga tranquilizaba mis ganas de ser cogida. La oportunidad de hacerlo nuevamente llego un día, mi madre saldría a casa de mi padre, llevándose a mi hermano consigo, estaría sola en casa por lo menos por 6 horas como mínimo, ya que mi padre vivía lejos. Mi madre salió de casa alrededor de las 10:15 a.m. yo me levante de la cama alrededor de las 11:00 a.m, y me tome mi tiempo, no había prisa aunque ya quería ser cogida, desayune un gran plato de cereal mientras el boiler se calentaba, después de desayunar busque un par de ropa que tenía escondida en mi ropero, saque mi bóxer negro y un camisón medio transparente, también saque un bra nuevo que quería probarme después de ver en internet algo que me haría parecer que tenía pecho, estaba emocionada por esa nueva experiencia de aparentar pecho, al final saque mi peluca negra y la deje sobre la cama, me dirigí al baño, practique también mi limpiado anal, y al terminal me envolví en la toalla y me seque cada parte del cuerpo. Ya en mi cuarto me vestí y con la técnica que vi en internet me puse mi bra, me veía muy bien con mis nuevos pechos, me maquille un poco y me puse la peluca, el camisón y el bóxer. Les dejo la imagen de cómo lo vi en internet:
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Ya estaba lista, estaba bien vestida y maquillada para la ocasión, solo faltaba mi amante, fui al patio trasero donde se encontraba recostado, lo llame y obedeció rápidamente, al entrar hice lo de rutina, comenzamos a jugar y acariciaba su pene entre juegos, así por varios minutos hasta que se quedara totalmente quieto, lo recosté después y acerque mi boca a su pene, estaba solo unos centímetros de fuera, pensé que podría sacarlo totalmente, así que entusiasmada se la mame unos minutos, su pene creció otro poco, pero no al nivel que yo deseaba, se apartó rápido de mí, no me dejo saborear su semen, sabía lo que quería, pero yo quería provocarlo más, quería que me cogiera duro y sin pausa y para ello tenía que ponerlo más ansioso, me levante y él quería montarme, pero yo empecé a jugar con él de nuevo, de reojo podía ver su verga fuera de su funda y sus ganas de cogerme reflejadas en sus intentos por quererme tumbar para montarme, yo le enseñe un poco de mi trasero y baje un poco mi bóxer, el me seguía a donde yo caminaba, me baje el bóxer hasta las rodillas y le abrí mi trasero, mostrándole por donde me iba a hacer suya de nuevo, él me lamio dos o tres veces y de inmediato se abalanzo sobre mí, me deje llevar desde ese momento, me puse en cuatro y abrí mis piernas lo más que pude, para que me cogiera a placer y metiera todo lo posible su verga y su bola en mí. Comenzó el acto sexual con una gran rapidez y seguidas repeticiones, no sentía que toda su verga hubiera crecido totalmente, aun así siguió montándome, sentía mi culo un poco vacío, no era como otras ocasiones, y de la nada me desmonto, me quede en el piso unos segundos esperando que me montara de nuevo pero nada, al voltear vi que estaba recostado, no parecía interesarle mi ano y menos follarme, intente reanimarlo chupándole la verga, pero no funciono como yo quería, solo hacía que se le parara unos centímetros e intentaba cogerme, pero no funcionaba, solo se me trepaba unos segundos y me desmontaba casi de inmediato, era muy estresante, ya tenía mi ano bien lubricado y me había picado mi amante, estaba caliente y lista para ser cogida, pero por alguna razón mi amante no estaba de humor, quería sentir su verga dentro de mí, quería sentir como me la metía y sacaba como solo él sabe, solo de imaginarme que no la tendría me entro tremendo coraje, yo con ganas de ser cogida y mi perro sin ganas de cogerme, y peor aún, ya me había calentado, después de unos intentos mas (fallidos!!!) lo deje en el patio trasero, y ahí estaba yo, caliente, semi desnuda, y con ganas de ser cogida, así que recurrí a lo que hace mucho no hacía (masturbarme) era mi única solución posible, así que me dirigí al refrigerador, tome la zanahoria más bien formada que vi, la pele, la lave y así remojada me la lleve a mi cama, donde solía masturbarme, me puse boca abajo y pase mi mano hasta mi trasero sosteniendo la zanahoria, la metí lentamente hasta casi el fondo, dejando fuera solo un pequeño pedazo para sostenerla con la punta de mis dedos, después de meterla la saque bruscamente haciendo que mis rodillas temblaran y que mis ojos se cerraran del placer, continúe con esto varios minutos más, la metía y la sacaba repetidas veces, hasta hacerme gemir un poco y apretar suavemente la colcha de mi cama, hice esto pero no al ritmo que a mí me gustaba, podía desgarrarme si lo hacía demasiado rápido, por la dureza de la zanahoria, después de un tiempo mi ano estaba muy dilatado y yo seguía con ganas de ser cogida, la zanahoria no hizo nada mas que provocarme aún más de lo que ya estaba, no quería masturbarme y terminar con una simple eyaculación, quería ser cogida y punto, pfff ese día no hubo más acción para mi después de la zanahoria, todo el resto del día me la pase de malas incluso con mi familia. Así pasaron dos días más y yo seguía con ganas de coger, no tenía la oportunidad de intentarlo de nuevo con mi amante porque mi madre no salía por mucho tiempo de casa.
Cuando regresaba de la tienda en aquellos días veía a una jauría de perros, los cuales siempre estaban recostados en la esquina, y entre ellos destacaba para mis ojos un perro alto (parecido a un labrador) algo delgado y con el pelo bien cuidado (para ser callejero), era algo alto, tanto que si me ponía en 4 fácilmente superaba mi altura, y para ser tan alto imagine que su verga debía de ser consistente con el resto de su cuerpo, aquellos dos días fantasee con él una que otra vez, estaba molesta con mi amante, porque parecía ya no querer nada conmigo.
La oportunidad de ser cogida se dio nuevamente, mi madre salió de casa y mi hermano estaba en la escuela, mi madre me pidió ir por mi hermano a la escuela, así que eso indicaba que se tardaría más de 5 horas, tiempo perfecto para ser la perra de mi amante, cuando mi madre se fue fui corriendo con mi amante para abrasarlo y calentarlo poco a poco, así que lo llame pero no obedeció, lo llame varias veces pero siguió igual, “si no tiene animo de levantarse menos para cogerme”, pensé, “quiero que me cojan” dije desesperada en mis pensamientos, el perro callejero regreso a mi mente, “tal vez…” pensé, “pero qué tal si me muerde”, esa sola idea no me dejaba animarme, después de media hora de pensarlo, me anime, Salí a la calle vestido normal, con un pedazo de jamón en mis manos, “mis vecinos ya me habían visto lanzarles comida a los perros callejeros así que darles un poco de jamón no tendría por qué verse sospechoso”, pensé rápidamente segundos antes de salir, al salir llame a la jauría, pero solo 3 perros se acercaron, entre ellos estaba el que tendría la oportunidad de cogerme, lanzándoles pedazos pequeños de jamón logre atráelos hasta dentro del portón de mi casa, parecido a este:
Después de ello con astucia logre sacar a los dos perros que no me interesaban y quedarme sola con mi posible futuro amante, le daba jamón mientras le acariciaba el lomo, tímida pero decidida comencé a jugar con el, el reacciono con agrado y jugamos un rato, entre juegos acaricie su verga, pensaba que me gruñiría pero al contrario me lamio la cara, lo recosté y después de un rato de masturbarlo comenzó a dar pequeños movimientos como si cogiera, sabía que era el momento, pensé en entrar y lavarme un poco, pero dentro de mí me dije “jamás lo volveré a hacer con él, déjate llevar” así que solo me baje el pantalón y el bóxer hasta las rodillas y en el suelo de mi patio delantero me puse de cuatro, el me olfateo un poco y me lamio la entrada de mi agujero, parecía dudar ya que me olio unos minutos y me lamio también, su lengua era más larga y gruesa que la de mi amante original, esta podía llegar un poco más al fondo de lo que llegaba la de mi primer amante, yo sentía delicioso, estaba comenzando a suspirar, de repente note como subía a mi espalda algo torpe, y su verga picaba la entrada de mi ano, después de varios intentos por entrar y yo desesperada porque me penetrara moví mi mano para guiarlo, cuando sentí como un lápiz largo mojado y carnoso entraba en mí, un largo “ahhhhhh” me provoco, era mi alma descansando de lo desesperada que estaba por ser cogida y por fin lo conseguía, me tomo de la cintura con sus patas y empezó el pompeo, me provocaba morder mis labios y dejar salir varios gemidos, estaba tan caliente que empujaba mi cintura hacia su verga, para que entrara todo lo posible, le decía “si…si, así…” con una voz muy femenina y caliente, abrí mis piernas de par en par, quería toda su verga dentro, no quería que ni un pedazo quedara fuera, era tan grande mi excitación que no pensé en el tamaño de su bola, ni en quedar pegados, solo disfrutaba, me hacía arquear la espalda del placer y sonreír por ser cogida de aquella forma, debieron haberlo visto lo desesperado, lo rápido y lo fuerte que lo hacía, era profundo y brusco su pompeo, pero era como hacerlo con alguien que solo quería quitarse las ganas y era exactamente lo que yo buscaba, quería ser usada para coger, me sentía completamente dominaba, estaba sobre mi completamente y apretaba mi cintura fuertemente, mis piernas temblaban y mis ojos se encontraban en blanco viendo hacia la nada mientras el abría más mi culo, tenía mi boca entre abierta para dejar salir mis “ahhhh” entre otros gemidos y jadeos, comencé a mojarme y a escurrir mis líquidos sobre el suelo, me había hecho eyacular sin haberme tocado ni un poco, era suficiente sentirme llena y caliente por dentro, estaba ardiendo de placer. Después de unos minutos de goce comencé a sentir como algo apretaba y extendía mi ano, sabía que era su bola creciendo en mi interior, esa sensación me centro en el momento, era algo rico pero muy muy apretado, sentí por un momento como salió un poco y yo apreté mi ano para que entrara lo que me causo un gran placer, sentí algo derramándose en mí, llenándome, era muy caliente y sentía que ya no tenía espacio, que estaba a tope mi ano, no sé de qué tamaño seria aquella gran verga dentro de mí, pero estoy segura de que me llenaba por completo, duramos abotonados un rato, aprox unos 20 minutos, mi ano empezó a arder, quería que la sacara en ese instante, probablemente me había sobrepasado con dejarlo abotonarse, pero es una de las sensaciones más placenteras del sexo, y sin tener otra opción lo deje terminar, mientras yo me corría sobre el suelo, estaba exhausta, recibir a aquel hermoso animal fue algo increíble, tener esa verga llenando cada espacio de mi igual, me sentía en otro mundo, aunque con un poco de dolor en mi ano, después de minutos comenzó a sacarla, poco a poco, yo no quería dejarlo ir, así que apretaba mi ano para no dejarlo salir, lo que me provocaba mas placer, pero al final la logro sacar, cuando la saco me recosté sobre el suelo y lo mire, aún tenía la verga un poco erecta, pero lo había manchado un poco (ustedes saben de que) me dio un poco de pena pero sabía que muy probablemente no lo volvería a ver, así que temblando de mis piernas me pare y con una extraña sensación en mi ano lo lleve hasta la puerta del portón, abrí solo un poco la puerta lo suficiente para que saliera, le dije “gracias” con una voz algo agitada y el salió, sentía algo en mi pierna, y era su semen derramándose por la orilla de mi muslo, sonreí de aquello, entre a la casa con dificultad, mis piernas temblaban mucho y mi ano se sentía muy abierto, caliente y mojado, entre al cuarto de baño sin hacer escalas, abrí la regadera y me deje limpiar por el agua, intente tocar mi ano, pero en la entrada sentía una cortada, seguramente era un pequeño desgarre, pero no importaba me había satisfecho y era un muy pequeño precio por aquella gran cogida, después de bañarme me fui a mi habitación envuelta en toalla y me recosté boca arriba pensando en lo que me había dejado hacer, sin quitar una gran sonrisa de mi rostro, después de unas horas me levante, seguramente ya casi llegaba mi madre junto con mi hermano y no quería que me vieran en toalla, me vestí con dificultad, no me puse bóxer solo un short y una playera, estaba aún cansada de haber cogido de aquella manera, mi ano estaba exhausto y quería reposar, me quede despierta recordando cada parte y me reía en el interior, recordé algo que leí en una página, sobre que el semen del perro, el cual duraba 5 días dentro del cuerpo y eso me reconfortaba y me hacía suspirar.
Al día siguiente sentía algo raro en mi ano, no el desgarre si no algo más, me daba comezón constantemente, era algo desesperante, en cuanto tuve la oportunidad me vi en el espejo, y alrededor de mi ano había un salpullido rojizo, seguramente aquel perro tenía una infección y me la pego, “ahora qué?“ me daba ansiedad por no rascarme, tenía que estar rascando en aquella parte o tener algo adentro, comencé a tomar pastillas para infección y aplicarme algunas pomadas caceras, note que si presionaba en aquella parte la comezón era mucho menor, no me arrepiento de dejarme coger por un perro callejero ya que me hizo pasar un gran momento y tener uno de mis mejores orgasmos, no me arrepiento aunque me haya contagiado una infección, ya que gracias a eso compre mi primer consolador. Tenía que tener algo que presionara en mí, algo que no me hiciera agravara el problema, así que un consolador fue lo más higiénico que pensé, así que lo compre, la mayor parte del tiempo lo tenía dentro de mí y lo sacaba de mi cuerpo unas 10 veces al día para limpiarlo, la sensación de tener algo dentro era excitante, las personas me veían en la calle, incluso mi madre y no se daban cuenta, cuando tener aquello dentro me hacía estar siempre mojado, fue una linda experiencia.
Pasaron casi dos semanas para que la infección desapareciera por completo, no quería tocar a mi amante original antes de eso por miedo a contagiarlo, así que deje que la infección pasara y de nuevo me deje coger por mi amante original.
Bueno hasta aquí otra de mis experiencias, espero les haya excitado y aprendan de mis errores, si lo piensan hacer por primera vez con un perro asegúrense de que este vacunado y así disminuirán el riesgo de les trasmitan una infección. Saludos.
Y esta soy yo si quisieran conocerme un poco mas, esta soy en la actualidad:
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