Una combinación perfecta - Cap. XIII
Hoy no hay resumen, capitulo romántico, ahora si se me salió mi lado cursi jajaja, capítulo dedicado a los enamorados, al amor y a los que aún creen en él....
CAPITULO 13
Hola a todos perdón por el retraso pero esta semana sí que me paso de todo mi querida Karola conoce los detalles jajaja, un despido, una pelea, varios, disgustos, y para cerrar con broche de oro hace unas horas nos asustó un pequeño sismo, en fin… aquí les dejo la siguiente parte, espero que les siga gustando, mi querido Sasia, un gustazo saber de ti nuevamente, querida Kibray a ver qué te parece esta parte, por un momento pensé que te había perdido jajajajaja. Perdón de antemano si tiene alguna falla pero lo escribí lo más rápido que pude y ya no lo revise, saludos desde México a todos los que lean este relato, besos!!!!!
P.D. se aceptan quejas y sugerencias….
…salieron de la oficina y bajaron junto a los invitados, todo seguía como si nada hubiese pasado, nadie había notado lo que había ocurrido, y juntas Brenda y Fernanda, tomadas de la mano subieron al escenario y René dio la señal al Dj para que detuviera la música……
…las chicas fueron recibidas con silbidos y aplausos de parte de sus amistades, Brenda le acomodó la silla a Fernanda y después se sentó ella, cada una tomo su respectiva guitarra, Fer sin saber que canción tocaría y Brenda buscando entre su repertorio que tenía en el celular, había escuchado unas canciones que le habían gustado para ellas, pero no recordaba sus nombres, tal vez su doctora las conociera y las tocaría con ella, o tal vez no, en ese caso ella se las cantaría como muestra de su amor, aunque deberían tomarse un momento a solas para aclarar bien todo lo que había sucedido en ese largo mes. La contadora le mostro su celular a Fer, que de inmediato sonrió y asintió con la cabeza, afinaron sus guitarras, encendieron los micrófonos y se escuchó la voz de la doctora…
- Hola a todos… no saben lo feliz que me hacen sentir con su presencia… -hablaba mientras sus dedos jugaban con las cuerdas, estaba encontrando la tonada correcta para empezar a tocar mientras Brenda estaba atenta y sonriente pues ya conocía el modo de su mujer para iniciar sus conciertos- … todos saben que para mí es muy importante la presencia de mis amistades en mi vida… sobre todo en mis cumpleaños… porque todo se reduce al amor… -les sonrió a Nicki y René que estaban tomadas de la mano y a Raquel que abrazaba por la cintura a Silvia- porque sin el amor no somos nada… -volteó a ver a Brenda y le guiño el ojo, ya había encontrado lo que buscaba- porque sin tu amor, yo no soy nada…
Con nada comparo
cuando tú me besas
con esa boquita
hermosa y perfecta
Deveras me atrapas
con cada mirada,
me encantan tus uñas
que marcan mi espalda…
Todos le hicieron bulla a Fer, admirando sus dotes musicales, esos que sólo salían a flote cuando le cantaba a su amada novia.
Con nada comparo
cuando estás conmigo,
disfrutar tu aroma
cuando te respiro
Alegras mi vida
con cada palabra,
me pones nerviosa
con cada mirada…
Cantó Brenda mientras le sonreía a su Fer, que bien se sentía estar como antes, como cuando nada las hacía sentirse lejos de la otra a pesar de tenerse a un lado. Y después vino el turno en el que las dos se cantaron, haciendo un dueto tan lindo en voz y en persona que muchos sintieron un poco de envidia de la buena.
Cuando tú me besas
todo es diferente,
ya no hay más tristezas
Mi cuerpo se eriza
de pies a cabeza,
eres tan bonita con esa sonrisa
y toda tan perfecta…
Cuando tú me besas
te adueñas de todo
lo que hay en mi mundo
Quiero estar contigo
a cada segundo,
nada es más bonito
hoy te lo repito...
por Dios te lo juro…
Fer nuevamente le cantó a todo pulmón a su contadora… como si no hubiera nadie más a su alrededor…
Con nada comparo
cuando estás conmigo,
disfrutar tu aroma
cuando te respiro
Alegras mi vida
con cada palabra,
me pones nerviosa
con cada mirada…
Juntas se cantaron mirándose a los ojos, Brenda lanzándole mil preguntas al aire, Fernanda pidiendo perdón por todas y cada una de las veces que permitió que otras manos tocaran lo que por derecho le pertenecía a su contadora.
Cuando tú me besas
todo es diferente,
ya no hay más tristezas
Mi cuerpo se eriza
de pies a cabeza,
eres tan bonita con esa sonrisa
y toda tan perfecta…
Cuando tú me besas
te adueñas de todo
lo que hay en mi mundo
Quiero estar contigo
a cada segundo,
nada es más bonito
hoy te lo repito...
por Dios te lo juro…
Todos los invitados les aplaudieron, las chicas estaban emocionadas, más Vero, pues mientras la pareja cantaba, Rebeca no hizo otra cosa que aferrarse a ella mientras la abrazaba desde atrás, y enterraba su cara en el cuello de la odontóloga, en algún momento le cantó un trozo de la canción y le susurró un “cásate conmigo”, tal vez no era el momento, tal vez no era el lugar, tal vez no estaba lista, pero lo había sentido y definitivamente no esperaba una respuesta afirmativa de parte de su mujer, pero tenía que sacar lo que ya venía pensando desde meses atrás…
- Te amo… -fue la respuesta de Vero, que sentía su cuerpo vibrar por la adrenalina que corría en su sistema- … ¿dónde y cuándo nos casamos?
- ¡El día que tú quieras mi amor! –respondió Becka, casi gritando de la emoción, pues ahora serían esposas y madres, algunas miradas fueron sobre ellas e inmediatamente calmaron sus ansias, pero sus sonrisas nadie las apagó.
Brenda le enseñó la siguiente canción a Fer, afirmó nuevamente y le hizo señas con la cabeza hacia donde estaban el par de militares junto con las otras parejitas, que se daban unos besos de vez en cuando, mientras los meseros movían mesas y sillas, reacomodando el lugar para el próximo show sorpresa, aún tenían tiempo para cantar al menos una hora.
- Quiero dedicar esta hermosa canción a todas las parejas aquí presentes, pero en especial a la mujer de mi vida, la hermosa cumpleañera del día de hoy, porque juntas mi amor, somos una combinación perfecta…
Fue la vida quien me trajo a donde estabas
Y tu aroma provoco que me acercara
Un abrazo me invito a que te besara
Y ese beso me obligo a que te necesitara…
Encontrarte me salvo la vida
Me curo los síntomas de mi agonía
Cuando mis mañanas no tenían sentido
Tuve tanta suerte me encontré contigo
Te vieron mis ojos y a control remoto
Volví a hacer yo…
Y desde entonces te convertiste en lo mejor de mi vida
Y le trajiste a mis mañanas alegrías…
Y desde entonces todo mi mundo lo volviste perfecto
Y te confieso me enamoran tus defectos
Tu mi complemento…
Encontrarte me salvo la vida
Me curo los síntomas de mi agonía
Cuando mis mañanas no tenía sentido
Tuve mucha suerte me encontré contigo
Te vieron mis ojos y a remoto
Volví a hacer yo…
Y desde entonces te convertiste en lo mejor de mi vida
Y le trajiste a mis mañanas alegría
Y desde entonces todo mi mundo lo volviste perfecto
Y te confieso me enamoran tus defectos
Tu mi complemento…
Después de eso continuaron cantando, “es por ti” de juanes, “creo en ti” de Reik, “arrullo de estrellas” de Zoe, “desde cuando” y “mi marciana” de Alejandro Sanz, entre otras, haciendo corear a la mayoría de los invitados, incluso la ruda Elena le cantó unas cuantas a su novia; cuando dieron por finalizado el concierto era hora de entregarle su próximo regalo, para sacarla del lugar y cuando regresarán darle una sorpresita más…
- Ahora… me robaré unos minutos a esta belleza –dijo Brenda levantándose y tomando a Fer de la mano, que la miraba interrogante- …por supuesto, me gustaría que nos acompañaran todos –habló al micrófono antes de empezar a caminar para bajar los escalones mientras jalaba a Fer.
- ¿a dónde vamos? –preguntó divertida, pues Brenda casi corría hacía la entrada, y todos los invitados empezaban a levantarse para caminar tras de ellas.
- ¡es una sorpresa, no seas tan curiosa!
- ¡oh vamos!, dame una pista.
- No, ponte esto –dijo dándole un pañuelo con el que las chicas las esperaban en el escenario para sus fotografías.
- ¡así que mi corazón es tu nación! –dijo leyendo la frase.
- Ya lo sabes princesa –respondió dándole un beso en los labios- ahora póntelo y confía en mí.
- Perfecto –empezó a colocárselo- no le hubieran enseñado a ser tan mandona –dijo en broma, dirigiéndose a las militares que seguían en su nube.
- Ya venía así cuando la recibimos –dijo Becka riendo, pues, si algo sabía de Brenda desde que la conoció, era que era mandona, posesiva, celosa, pero muy amorosa y tierna.
- ¡ya basta de burlas!, camina mi amor –dijo tomándola de las manos y ayudándola para bajar esos escalones, que por el mármol recién pulido eran un peligro total.
- ¿a quién le pidieron el lugar, no pudo haber puesto menos escalones? –preguntó nerviosa la doctora, pues a cada escalón y a ciegas, sentía que terminaría por perder la dentadura.
- Ya conocerás a la dueña mi amor –le dijo Brenda sonriéndole, aunque sabía que no la vería, la ayudó a bajar el último escalón y con unos cuantos pasos más estaba frente a su regalo- además, deberías aprender a contar –le susurró divertidamente mientras empezaba a desatar el pañuelo que cubría esos tiernos ojos- ¡sorpresa!...
- ¡Brenda! –fue lo único que pudo salir de su boca al ver el lindo regalo que le tenía.
- ¿te gusta?
- ¡por supuesto que me gusta!, ¡diablos, esta increíble! –dijo tocando con las puntas de sus dedos el cofre de aquel hermoso Mustang 68, que relumbraba en ese color rojo y esa franja negra pintada a lo largo del auto…
- Es tuyo… -le dijo abrazándola por la cintura y pegando ligeramente su pubis a los glúteos de la doctora, mientras Silvia le entregaba un juego de llaves, sus llaves- ¿lo probamos cuando termine tu fiesta?
- ¡claro mi vida! –dijo con las llaves en sus manos, se volteó y se lanzó a besarla sin importarle la cantidad de gente que las viera, total, eran sus amigos y ya las conocían, cuando se despegaron de aquella demostración de amor, ya estaban casi solas, pues así lo había pedido Brenda desde un principio, para seguir sus planes pues, sólo algunos invitados estaban terminando de subir los escalones para entrar de nuevo al club- me encantas ¿sabes? –dijo recorriendo el cuerpo de Brenda con las palmas de sus manos.
- ¿entramos? –dijo Brenda nerviosa, pues si le seguía el juego, lo más seguro es que la fiesta terminaría sin la festejada presente, pero Fer se lo tomó a mal.
- ¿estás molesta?, si es así lo entiendo… tal vez lo mejor sea que demos por terminada la fiesta…
- No seas tonta –le dijo besándola de nuevo, ésta vez mas apasionadamente y posando sus manos sobre los senos de la doctora, haciendo que se recargara un poco sobre ese clásico- me traes mojadísima desde que te vi con este “retazo” de tela- le dijo apretando ligeramente sus pechos y empujando su pelvis contra la de ella- pero si no entramos vas a romper mis planes, ¿vamos? –dijo dándole un piquito.
- Vamos… -le dijo sonriendo y empezando a subir nuevamente- ¡veintiocho! –grito cuando llegaron al último escalón.
- ¿cómo?
- Son veintiocho escalones.
- Ah, vaya, pensé que no sabías contar –dijo bromeando y jalándola hacia adentro.
- ¡oye! –le dijo a manera de reclamo mientras le daba una palmada en el trasero.
- Ahora, sé que adoras esa música, y créeme que me has hecho amarla también, porque cada que la escucho me recuerda a ti, cuando me cantas después de una rica sesión de sexo salvaje –le decía con voz baja mientras caminaban para sentarse en una de las mesas de alrededor, pues los meseros ya habían despejado la pista, la banda ya estaba en su lugar, oculta por el telón que ahora estaba cerrado, y el pastel estaba en una mesa, junto a la mesa de regalos, exactamente entre el escenario y la barra.
- ¡Shhh! Alguien puede oírte –dijo divertida.
- ¡Todos saben que cogemos como conejos! –dijo levantando las manos y haciéndola reír.
- Jajajaja ya….
- ¿lista?
- Ajam…
- Presiona este botón –dijo alcanzándole un control que tenía Raquel.
- Ok, espero que no estallemos –dijo presionándolo y haciendo reír a los que estaban a su alrededor y las habían escuchado.
El telón se abrió, y enseguida empezó a sonar la batería marcando un ritmo desconocido, le siguió una guitarra, después un bajo, un teclado, y el vocalista inició felicitando a la cumpleañera y agradeciendo la invitación para amenizar ese bonito evento, se escuchó el conteo con las baquetas y empezó a sonar “vía láctea”, las luces se apagaron dejando solamente las del escenario, Brenda le sonreía a todo el mundo, pues las miraban felices, Sam pensando en que por fin habían retomado la bonita relación que llevaban, Michael y su esposa comentando que ya esperaban verlas con un par de doctorcitos o pequeñas contadoras, Carla y Tania por su parte las felicitaban contentas, pues gracias a ellas habían terminado juntas, la tarde se fue, entre pláticas con todo el mundo, abrazos y recepción de regalos, escucharon “soñé”, “nada”, “love”, “arrullo de estrellas”, “labios rotos”, “10:00 am”, “souvenir”, “brillas”, y después se cambiaron a tocar música de otros grupos “sabor a chocolate”, “la que se fue”, “piérdete conmigo”, “de la noche a la mañana”, “ángel de la madrugada” y “la planta” de elefante que fue coreada por la contadora, y cerraron cantando algo de Maná, “labios compartidos” fue la petición de Brenda, que ya estaba un poco pasada de copas, aunque no ebria pero si desinhibida, al igual que las demás y uno que otro invitado, Fernanda la miró con mala cara, pues mientras el grupo tocaba y los invitados coreaban, Brenda se la cantaba directamente a ella, a todo pulmón, cuando terminaron pidió una última canción, ésta vez le entregó una servilleta a una de las meseras, empezó a sonar “mariposa traicionera”, y ésta vez Fernanda si ya no se aguantó y se levantó para salirse del lugar, Brenda caminó detrás de ella y disimuladamente la jaló para la barra, se abrieron paso y la hizo entrar a la bodega, en medio de jaloneos y reniegos por parte de la doctora, Brenda la empujo contra unas cajas de vino, las que servirían esa noche cuando la banda que estaba por salir dejara de tocar, y empezó a besarla, sin freno, sin límites, sin pudor… Fernanda por su parte, estaba sorprendida, pues según las palabras que algún día le dijo Brenda jamás la trataría así en un lugar público, sólo en su nido de amor, pero ella que tanto lo había deseado ahora tenía la oportunidad y no iba a desaprovecharla, le correspondió el beso, dejando que la lengua de la contadora explorara a diestra y siniestra su cavidad bucal mientras le acariciaba las piernas y de a pocos subía su vestido, dejando el descubierto sus sexys tatuajes, metiendo sus manos entre el “retazo” de tela y la suave piel de sus senos, los jaló hacia el centro, haciendo a un lado la tela y dejándolos descubiertos, chupando los pezones excitados y pegándose peligrosamente a su cuerpo.
- Amor…
- Mm… -le dijo mientras la cargaba tomándola de sus glúteos y la subía a las cajas que estaban pegadas a la pared.
- ¡cógeme! –la abrazó con sus piernas y la jaló de nuevo para besarla.
- ¿eso quieres? –dijo despegándose de su boca y mirándola a los ojos- ¡vamos a ver si esa puta puede superarme! –le dijo mientras jalaba la pequeña escalera que tenían adentro y se sentaba frente a ella, sin dejar de mirarla metió sus manos entre las piernas de Fer y las abrió completamente- ¡wow!
- ¿qué? –dijo Fer enderezándose pues ya se había recostado en la pared- ¿te gustan?
- Sss… si… -dijo acariciando con las yemas de sus dedos los ligueros que tenía tatuados la doctora, uno en cada pierna-debió doler bastante.
- No tanto como tu serpiente, me alegra que te gusten… te amo
- Y yo a ti princesa… -dijo lanzándole un beso y continuando con su labor, hizo a un lado la diminuta tanga de encaje y dio comienzo a la guerra entre su lengua y el clítoris de Fer, su habilidad de conocer lo que le gustaba y la práctica de ser una muy buena amante, hicieron que la doctora se corriera un par de veces en la boca de la contadora, que mantenía sus manos en los pechos y el cuerpo de su niña, escucharon que la manija de la puerta se movió, pero Brenda se había asegurado de cerrarla por dentro- vamos nena, debemos salir… –le dijo estirándose para agarrar una de las toallas de manos que había ahí y le limpió cuidadosamente su entrepierna, le acomodó la húmeda tanga y se levantó para darle un pico, aún con sabor a ella.
- Espera… no te he devuelto el favor… - dijo Fernanda jalándola por las manos para abrazarla y besarla, nuevamente fueron interrumpidas, ésta vez se escuchó que tocaron la puerta, continuaron con el beso y el celular de Brenda sonó, un mensaje de Silvia “ya salgan de ahí, el espectáculo está por empezar”.
- Me lo devolverás después de la fiesta cielo –dijo muy a su pesar, pues estaba que ardía de ganas.
- Ok, pero será bajo mis reglas –dijo bajándose y acomodándose el vestido con ayuda de su novia.
- Si mi amor, bajo las reglas que tú quieras –contestó sonriendo y abrazándola desde atrás- ¿ya te dije cuánto te amo? –le preguntó mientras abrían la puerta y salían de ahí, siendo objeto de las miradas de varios meseros, y la bartender encargada, que era nueva entre los empleados de sus cadenas, se acercó furiosa a ellas.
- ¿se puede saber con qué autorización entraron ahí?, si mi jefa se da cuenta me despedirá- dijo un tanto alterada.
- No se preocupe señorita, no tendrá ningún problema –contesto Brenda algo apenada y divertida, si supiera que tenía a su jefa frente a ella.
- ¿me puede dar su nombre? –dijo mientras le hacía señas a un tipo de los de seguridad.
- Contadora Brenda Peña Cazares, un gusto –dijo con una sonrisa más amplia que la anterior y sin soltar a su novia.
- Mierda… -susurró la chica- lo siento contadora, no tenía el gusto, discúlpeme por favor
- No te preocupes, no pasa nada, no le diré a tu jefa, ahora nos disculpas, que la festejada se perderá el espectáculo de la noche –dijo viendo su reloj 11:00 pm, el artista comenzaría puntual según las condiciones del contrato, le dio un empujoncito a Fer que se reía por la situación y continuaron caminando hasta llegar con los demás invitados.
- Te llevas muy bien con “la jefa” –dijo Fer con algo de celos.
- Muy bien, a decir verdad, celosita… -y le dio un beso en su desnudo hombro.
El telón había sido cerrado nuevamente, se escuchaban pasos detrás de él y los instrumentos ser movidos, Brenda aspiro el olor del cabello de Fer, suspiro y le susurró un “espero que te guste lo que va a comenzar, te adoro mi niña”, Fer sólo asintió con la cabeza y con los ojos cerrados, acariño las manos de Brenda con las suyas, por fin se sentía plena, feliz, y amada. Las luces nuevamente fueron apagadas y el telón se fue abriendo de a pocos, el escenario era iluminado por luces azules, controladas por el técnico junto al Dj, el escenario era invisible debido a una densa nube de humo artificial que habían dejado escapar para hacer más grande la sorpresa, todos estaban expectantes de ver qué era lo que Brenda tenía preparado, pues las fiestas que daba siempre se distinguían por ser de alta calidad y de terminar hasta que sus cuerpos aguantaran, los meseros ya se encargaban de repartir copas de vino blanco y llevar charolas con bocadillos a las mesas, algunos instrumentos de la orquesta empezaron a sonar y el humo se desvanecía, el artista salió de entre la niebla con una impecable vestimenta y empezó el concierto con “El Rey azul”, tema que le había pedido Brenda, Fer emocionada se abrazó a Brenda y la lleno de besos tiernos, le pidió la mano y ellas fueron quienes abrieron el baile, lentamente bailaban pegadas, abrazadas una a la otra, Fer le canto toda la canción a Brenda, los invitados emocionados aplaudían y cantaban, pues ver a Emmanuel en una fiesta privada, tardaría para repetirse, al terminar, el artista pidió por favor, juntos le cantara Feliz cumpleaños a la festejada y bajo a felicitarla, acompañado de uno de sus guardaespaldas, Fer emocionada lo apapachó y le pidió un tema especial para las parejas de la noche, cuando subió al escenario los músicos bajo sus indicaciones empezaron a tocar “Es mi mujer”, y en esta ocasión todas las parejas se levantaron para bailar, Rebeca con su pulcro vestido abrazaba por la cintura a Vero, Silvia se movía a espaldas de Raquel que le seguía el paso, René y Nicki bailaban sueltas sonriéndose alegremente, y la pareja inseparable, que sólo se había soltado un par de veces en el día y la mayoría para ir al baño, Fer tomaba de las caderas a su contadora que la tomaba del cuello y le robaba besos de vez en cuando, el concierto continuó con “tengo mucho que aprender de ti”, “ella”, “detenedla ya”, “ven con el alma desnuda”, “pobre diablo”, “todo se derrumbó dentro de mí”, “quiero dormir cansado”, “con olor a hierba”, “tú y yo” “toda la vida”, “chica de humo”, “insoportablemente bella” y cerró con un tema especial que Fer le pidió, ayudando a Vero, pues a Becka le fascinaba cuando ella se la cantaba, siendo esa canción con la que le pidió fuera su novia. “Bella señora” fue el tema que la odontóloga le cantó a Becka mientras la abrazaba y la doctora le llenaba de besos el cuello. Una vez terminado el concierto, le pidieron la fotografía del recuerdo, en el pequeño escenario que Brenda había instalado, se tomaron una fotografía la pareja y el artista, y otra más donde Emmanuel aparecía en el medio abrazando a Fer y a la contadora y detrás de ellos las seis chicas, después de eso, el artista con sus músicos salieron del lugar y los demás invitados empezaron con la sesión de fotos con la festejada, Brenda la dejó por un momento para ir a preparar el último show de la noche, el Dj que las haría bailar hasta el amanecer.
Eran las 00:32 am, cuando en las bocinas se escuchó algo de música y el Dj pidió que la festejada partiera su pastel; un exquisito pastel de queso y zarzamora, decorado con rosas de chocolate blanco, Brenda corrió a ponerle una velita en forma de interrogación haciendo reír a la doctora, la encendió con un cerillo, pues los encendedores no eran de su gusto para una vela de cumpleaños, “debes pedir un deseo” le dijo al oído a su doctora y se paró junto a ella, Fernanda cerró los ojos y pidió en secreto lo que más deseaba en su vida, a continuación y con una hermosa sonrisa en su rostro sopló la vela y todos aplaudieron, pero venía lo difícil, la mordida, estaba segura que Brenda no le tocaría la cabeza, pero siempre se las arreglaba para hacer que saliera aunque sea un poquito embarrada de pastel; se preparó, con una mano sostuvo su cabello y con la otra sostuvo el dije que le había regalado su amor, se inclinó ligeramente y de reojo alcanzó a ver a Sam que iba a empujarla, se levantó nuevamente y lo amenazó divertida con la espátula en la mano haciendo reír a todos, nuevamente se inclinó levantando un poco su trasero, pues con los tacones que llevaba debía agacharse más, y como siempre fue su mujer, que con uno de sus dedos rozó ligeramente su trasero y un poco de su vulva haciéndola saltar y embarrarse la nariz con el pastel, los invitados le aplaudieron y enseguida empezó a retumbar la presentación del Dj, mientras ella partía el primer trozo de pastel y se encargaba de embarrar a Brenda mientras la besaba, dejaron que los meseros hicieran lo suyo y empezaran a repartir.
Fer estaba más que agradecida por el festejo, todo la tenía maravillada, los peluchitos, las notas, el peluche gigante, las canciones que tocaron juntas, el coche, la cogida, Emmanuel cantándole especialmente a ella, el pastel que era de sus sabores favoritos, y ahora el Dj que había escuchado en los Cabos, ese que mezclaba como los dioses decía ella, pues tocaba desde lo más loco hasta lo más romántico, desde lo más viejo hasta lo más nuevo, y aun así tenía esa chispa de hacer bailar a todos. Juntas y platicando con las chicas, recibieron sus trozos de pastel y lo devoraron rápidamente, brindaron pues sus copas siempre estaban llenas, esa era la orden que había dado la Contadora a la organizadora, “así se vacíe el local atiendan bien a todos y si piden algo que no tengamos me avisas y se consigue”.
A Fer ya le brincaban los pies por bailar igual que a Vero, pues eran las más bailarinas del grupo de chicas que estaba ahí, las chicas siguieron bebiendo, a excepción de Fer, Becka y Nicki, que eran las que manejarían sus respectivos vehículos, pues Silvia y Raquel pedirían un taxi, la pista ya estaba llena de muchos invitados, algunos otros ya se habían ido, era la 1:48 de la mañana, y las bocinas retumbaban con algo viejo, pero muy bailable, aparte de que estaba mezclado haciéndolo muy muy sexy para bailar, “dos gardenias”, fue la canción que Brenda se levantó a bailar, llevando con ella a su Fer que le bailaba contoneando sexymente sus caderas mientras la contadora la recorría con sus manos y de vez en cuando sus caricias se concentraban en los ligueros de la doctora, haciéndola reír, pues por su estado de ebriedad ya no medía las consecuencias, las mezclas siguieron corriendo con “Havana” de Camila Cabello y entre bailes y manoseos Brenda ya estaba que se corría sólo con el roce de sus bragas, bailaron de todo, unas electrónicas, uno que otro reggaetón, varias bachatas, salsas y merengues, cambiando de parejas, unas veces bailaron Brenda y Becka, mientras Vero y Fer se desenvolvían, otras veces bailaron Brenda con Vero, y Fer con Becka, que terminó sudando, pues a pesar de que su Vero era bailarina, Fer la había hecho mover hasta las orejas, pues al ser bailarina sabía bien como llevarla para que aprendiera unos cuantos pasos y perfeccionara otros, después de bailar casi dos horas seguidas se fueron a la mesa donde sólo estaba Silvia y René platicando y viendo de vez en cuando a la pista, pues Raquel y Nicki habían ido a bailar al ver que sus mujeres ya estaban agotadas, pidieron agua a uno de los meseros y descansaron unos veinte minutos, para levantarse nuevamente cuando el Dj había empezado a hacer sonar una canción que Fer había mandado a pedir, tomó la mano de Brenda y la hizo dar una vuelta, ya se le había bajado un poco la borrachera, la pego a ella y tomándola de su cintura empezaron a bailar lento mientras le cantaba a su contadora…
Sé que aún me queda una oportunidad
Sé que aún no es tarde para recapacitar
Sé que nuestro amor es verdadero
Y con los años que me quedan por vivir
Demostrare cuanto te quiero…
- Perdóname…
Con los años que me quedan
Yo viviré por darte amor
Borrando cada dolor con besos llenos de pasión
Como te amé por vez primera…
- Siempre te amaré… pase lo que pase… no hay nada que perdonar…
Con los años que me quedan
Te haré olvidar cualquier error
No quise herirte mi amor
Sabes que eres mi adoración
Como serás mi vida entera…
- Estaré contigo hasta el fin de los tiempos…
No puedo imaginar vivir sin ti
No quiero recordar cómo te perdí
Quizás fue inmadurez de mi parte
Note supe querer
Te aseguro que los años que me quedan…
Los voy a dedicar a ti
A hacerte tan feliz que te enamores más de mi
Yo te amaré hasta que muera…
- ¿lo prometes?
Como comprobar que no soy quien fui
El tiempo te dirá si tienes fe en mi
Que como yo te ame
Mas nadie… te podrá amar jamás,
Dime que no es el final…
- Lo prometo mi niña…
Sé que aún me queda una oportunidad
Sé que aún no es tarde para recapacitar
Sé que nuestro amor es verdadero
Y con los años que me quedan por vivir
Demostrare cuanto te quiero…
- te amo mi doctora favorita…
- y yo a ti mi princesa encantada.
Sé que nuestro amor es verdadero
Y con los años que me quedan por vivir
Demostrare cuanto te quiero…
Se besaron tiernamente, secaron sus lágrimas mutuamente y se abrazaron, se quedaron inmóviles mientras otras parejas bailaban alrededor de ellas, pero no les importaba, ese momento era suyo, tan personal y tan único que no lo romperían sólo porque el mundo las estaba viendo. Después de eso siguieron bailando algunas canciones de Luis Miguel y otros artistas, que poco a poco fueron cambiando el ritmo a algo más movido, y, aunque ellas se burlaban terminaron bailando cumbias sonideras, la moda de los centros para bailar en México, terminaron con el cuerpo adolorido, sudado y cansadas hasta más no poder, pues Fernanda había pasado por todas las chicas, haciéndolas bailar como no lo habían hecho hacía tiempo. Les llegaron las 5 de la mañana y el show estaba terminando, despidieron a los invitados que quedaban, y la organizadora del evento se encargaría de dejar el lugar como nuevo, así que decidieron recoger sus bolsos para irse a “descansar”, pues como lo había mencionado Brenda, no dormirían, “cogerían como conejos”, Brenda y las chicas empezaron a caminar hacia la salida, no sin antes pararse a tomarse muchísimas fotos en el pequeño escenario, ellas dos juntas, Fer sola, ellas haciendo caras, ellas con las chicas sonriendo, otra con todas haciendo caras y por último una donde se veía a Fernanda sosteniendo la pierna de Brenda, que estaba inclinada hacia atrás, con una mano en el cuello de Fer que tenía su boca pegada al cuello de la contadora, y las dos con sus vestidos un tanto alzados, mostrando el inicio de sus glúteos.
Riéndose caminaron hacia afuera, y mientras las chicas las esperaban para bajar los escalones, Brenda jaló suavemente a Fer y la hizo pararse frente al espejo, abrazándola desde la espalda.
- Me encantó como te vestiste hoy.
- Y a mí me fascino mi fiesta de cumpleaños, nunca dejas de sorprenderme.
- Lo sé, sigo teniendo mi toque –dijo riendo y abrazándola más fuerte- te quiero hablar de algo… es sobre la dueña del lugar.
- No quiero hablar de eso –dijo Fer seria- no me interesa saber de dónde la conoces, la noche va perfecta, vámonos ¿sí?
- Pues yo necesito hablar de eso –dijo con su aliento alcoholizado- podría decir que la conozco a la perfección… coge muy rico ¿sabes? –vio cómo Fer se agachaba y sus ojos se empezaban a cristalizar, con su mano derecha levantó el rostro de Fer y con la izquierda la sostuvo firme al sentir que intentaba soltarse del abrazo.
- Ya amor… estas bastante tomada –dijo reteniendo sus lágrimas y sin voltear a ver el enorme espejo.
- No nena, aún no estoy bastante tomada… mira el espejo –le dijo mientras pegaba su mejilla a la de Fer, y metía su mano al bolso que llevaba colgando de su hombro para tomar las llaves del lugar, tomándolas entre sus finos dedos- mira al espejo mi vida, por favor –Fernanda levantó la cara y se vio en el espejo, abrazada por esa guapa contadora, esa mujer que la había hipnotizado y que la hacía subir al cielo para hacerla caer de un solo golpe.
- Ya corazón, ya estoy viendo al espejo, ya vámonos ¿sí?, no quiero seguir con esto –dijo refiriéndose a la confesión de su mujer.
- Esa mujer que estás viendo en el espejo, es la amante perfecta –soltó haciendo que Fer se congelara- es la mujer que me volvió loca desde que la vi cruzar por la cafetería de esa universidad, la mujer que puso de cabeza mi mundo y por la que cambie todo mi estilo de vida, esa mujer es la dueña de mi corazón, de mi alma, de mi cuerpo y de mi cama, es la mujer que con sólo verla hace que me sienta en el cielo y la quiera tener a solas todo el tiempo, esa mujer es la que me coge cuando quiere, donde quiere y como quiere, y esa hermosa e inteligente mujer es la dueña de este enorme lugar –dijo levantando unas llaves y depositándolas entre las manos de la doctora, dejando a las chicas sorprendidas por la locura que acababa de hacer.
- Vida…
- No acepto un “no” por respuesta, el lugar es tuyo, es otro de los regalos que tenía para ti –dijo sonriendo, pues Fernanda había creído que le estaba confesando una de sus aventuras.
- Espero que sea el último, esto es demasiado Brenda, no debería aceptarlo… -dijo nerviosa y apenada, pues se había imaginado de todo menos eso, quien diría que la zorra que se había imaginado, era la misma zorra que estaba frente a ese espejo.
- Debes aceptarlo, porque lo compré pensando en ti, lo remodelé para ti, recuerda los veintiocho escalones… -le dijo dándole la vuelta y pegando sus frente- ésta será tu fuente de ingresos, acéptalo por favor.
- Está bien… -le dijo besándola en los labios mientras una de sus manos recorría traviesamente sus pechos.
- Te amo celosita…
- Y yo a ti malvada… ¿probamos mi regalo?
- Adelante…
Se dieron la vuelta y empezaron a bajar los escalones junto con las chicas, cada quien se fue a su respectivo transporte, Becka y Vero en su coche se irían al hotel, Nicole y René irían a su departamento en su camioneta, y se llevaría a Raquel y Silvia, pues no las dejarían irse en taxi a esas horas y con esa ropa, se despidieron y Fer se encargó de hacer los últimos arreglos de la bienvenida en el grupo de whatsapp, le quitó el moño a su nuevo auto y lo acomodó en el asiento trasero, sobre el bonito tapiz de piel negra, le abrió la puerta a Brenda y le abrochó el cinturón, ayudándola como ella lo hacía, se dio la vuelta y subió al auto, se estiró a darle un beso a Brenda que tenía sus ojos entrecerrados, se puso el cinturón y encendió la máquina, hizo rugir el motor, sacando de su sueño a Brenda, que se recompuso y le aconsejó no pisar demasiado fuerte el acelerador, Fer la obedeció y lo puso en marcha, decidió ir a pasar la noche en el departamento de Brenda, pues a su casa no podían ir sin que la contadora se diera cuenta de la fiesta que le tenían armada.
- ¿vamos a mi casa? –preguntó Brenda desabrochándose el cinturón, pues estaban en un semáforo esperando la luz verde.
- Si cariño, ponte el cinturón porfa –le dijo Fer al ver lo que hacía.
- Tengo hambre… -dijo acercándose y a continuación le jaló el vestido dejando las tetas de la doctora al aire y empezando a succionar los duros pezones.
- ¡dios…! –dijo suspirando y pisando el freno con fuerza, al tiempo que apuñaba el cabello de la contadora y la pegaba más a ella- corazón debo conducir… -dijo pues, el amanecer ya amenazaba con llegar y cualquiera a esas horas, ya podría verlas.
- Pues entonces conduce… –dijo pasando de un seno a otro y metiendo su mano izquierda a la entrepierna de la doctora.
- Brenda… -gimió al sentir que su vagina era invadida por un par de dedos traviesos.
- ¿si doctora?
- Dijimos bajo mis condiciones….
- Adelante mi amor, te escucho –dijo sin detener su acción.
- Mmm… detente… por favor… deja que lleguemos a tu depa… -suplicó haciendo sonreír a la contadora.
- Me ayudarás al menos ¿no? –dijo tomando su lugar nuevamente, quitándose sus bragas y abriendo sus piernas lo más que podía y que el espacio la dejaba.
- Por supuesto –dijo poniendo la velocidad y dirigiendo su mano a la vagina inundada de su mujer y empezó a acariciarla sin quitar la vista del camino, sólo dejaba de masturbarla cuando necesitaba hacer los cambios de velocidad y volvía a su tarea, a sólo unas cuadras de entrar al parqueó del edificio de departamentos, le arrancó el segundo orgasmo a Brenda, que se movía descontroladamente sobre el asiento. Sacó su mano bañada en los jugos de Brenda y aceleró el paso, entrando por fin al estacionamiento, puso neutral, lo apagó y metió una velocidad, se arrancó el cinturón de seguridad, Brenda se quitó el suyo y reclinó el asiento lo más que se podía, Fernanda se sentó sobre Brenda y se sacó el tirante del vestido que sostenía la parte superior, dejando sus senos al descubierto y al alcance de la boca juguetona de su mujer, Brenda se apresuró a atrapar uno de los pezones en su boca, mientras sus manos acariciaban esos duros y redondos glúteos adornados por ese diminuto trozo de encaje, pues el vestido ya se había enrollado en la cintura de la doctora, a como pudo rompió la tanga de Fer y la arrojó al piso- Ahhh… -jadeo Fernanda al sentir cómo Brenda tiraba de su pezón ocasionándole un dolor placentero para pasarse a darle la misma atención al otro pezoncito.
- ¡el cierre! –dijo Brenda enderezándose un poco y dejando el paso libre a las manos de Fer, que bajo el cierre que estaba en su espalda y jaló el vestido para que la contadora sacara sus brazos y quedaran en las mismas condiciones, ésta vez fue Fernanda la que se engolosino con los grandes pechos de la contadora, mientras Brenda, con un poco de esfuerzo metía su mano entre sus cuerpos hasta alcanzar la vagina de Fer, y sin distraerla de su trabajo la penetró con dos de sus dedos, Fer empezó a cabalgarla mientras le dejaba varios chupetones en los pechos, qué bonitos lucirían mañana en la fiesta. Brenda empezó a mover sus caderas para darle más profundidad a esa penetración al mismo tiempo que con su mano libre jugaba con los pezones de la jadeante doctora que ya se había despegado de sus senos y había cerrado sus ojos, no tardaría en correrse.
- ¡ohhh… nena cuánto deseaba esto! –dijo mientras se dejaba ir hacia atrás recargándose en el tablero y dejando toda su intimidad expuesta para Brenda que se había enderezado con ella- ¡haz que me corra mi amor! –Brenda obedeció y pegándose de nuevo a los pechos de su doctora favorita y bajando por su abdomen, dejándoles unas cuantas marcas, aceleró y profundizó su penetración mientras su pulgar de la mano libre masturbaba el clítoris de su amada.
- ¡vamos bebe, córrete para mí! –le dijo con su voz excitada.
- ¡Siii… Sigue… sigue… no te detengas…! –jadeaba y movía sus caderas cada vez más rápido, sintiendo como los nudillos de Fer chocaban con sus labios vaginales y como sus músculos se contraían apretando dentro de ella los dedos que la invadían- ¡aaahhh… aahh… aaahhh…! –se corrió eyaculando como muy pocas veces lo hacía, bañando las manos, el vientre y las piernas de Brenda que la veía idiotizada, en parte por el alcohol en parte por la calentura que le causaba verla así.
- Ven aquí mi cielo –le dijo abrazándola mientras le componía el vestido lo más que podía, pues se había perdido un poco por el orgasmo que le había ocasionado, la tuvo en sus piernas y con el trasero al aire casi diez minutos, mientras se recuperaba le susurraba cosas tiernas y la acariñaba- anda, ayúdame con mi cierre para que podamos bajarnos.
- Quiero otro orgasmo aquí… -dijo en tono de súplica rozando sus labios con los suyos.
- No señorita, ya te cumplí tu gusto de coger en un lugar público, ahora subamos y arriba te regalo los orgasmos que me pidas.
- Bueno… -dijo haciendo pucheros y acomodándole el vestido a Brenda.
- Gracias amor –dijo abriendo la puerta del coche para que Fer bajara mientras ella le tapaba el trasero- y quita esa cara que no me convencerás.
- Ok ok jajaja, no perdía nada con intentarlo –dijo ayudando a bajar a la contadora y recogiendo el par de tangas que estaban en el piso del coche- me debes una tanga –reclamó cerrando su coche y tomando de la mano a su novia.
- Cárgala a mi cuenta –contesto divertida, pues siempre hacía lo mismo y era obligada a comprar no una, sino una docena.....