Una combinación perfecta - Cap. XII

 He cambiado muchas cosas, he estado bien, dentro de lo que cabe…  ¿Cómo va este exquisito trasero?  ¿cómo? –dijo confundida, pues su trasero nunca nadie lo había tocado, ni siquiera ella.

CAPITULO 12

Hola a todos, aprovechando que hoy me desvele por irme a bailar con mi chica y que vengo llegando casi a las 5 de la mañana, les dejo esta parte de la historia, espero que sea de su agrado, se aceptan quejas y sugerencias, espero pronto subir la siguiente parte, ya que me cambiaran de área de trabajo y me esperan unas largas semanas de papeleos y mudanzas, saludos a todos desde Mexico!!!!

-        Feliz cumpleaños doctora… -le susurró mientras le comía los labios y apretaba sus nalgas con sus manos.

-        Gracias… no debiste…

-        Pero quise… -la interrumpió- amor ambas sabemos lo que nos gusta…

-        No soy tu amor –le dijo seria y separándose de ella para recoger su ropa y darle la suya- te lo deje claro desde un principio.

-        Lo siento… es el momento –le dijo sonriendo pues tampoco quería que fueran más allá de lo sexual.

-        Está bien, pero que no se repita… ahora… debes irte Daniela, alguien puede llegar y verte aquí…

-        Tranquila, nadie vendrá –dijo vistiéndose rápidamente- felicidades nena –le dio un suave beso que fue correspondido.

-        Gracias…

……

Después de esa primera felicitación física, Fernanda despidió rápidamente a la intrusa que ella había dejado entrar a su vida, y bueno, como les había pedido a las chicas que la dejaran en su casa para arreglar los últimos detalles de la bienvenida que le tenía armada a Brenda, comió rápidamente y casi sin masticar, vio el reloj de su cocina, las 12:43, maldijo mentalmente, corrió a su sala, apagó la música y prendió el aire acondicionado por si las amigas de Brenda olfateaban algo, se cuidó de buscar y quitar todo rastro que pudiera haber dejado la abogada que desde apenas hace dos semanas se la estaba cogiendo, literal, corrió a su habitación que tenía un poco de ropa, pues al ya llegar Brenda, había desocupado su departamento para regresar a su casa, se quitó su bóxer húmedo y su camiseta y los arrojó al cesto de ropa sucia, se metió al baño y dejo caer el agua fría sobre su piel, frotando exhaustivamente todo su cuerpo, como si quisiera borrar las caricias que la abogada le había dado desde el primer día, mientras se bañaba escuchó su teléfono sonar, seguramente eran las chicas que ya habían llegado por ella, pues según lo planeado Brenda estaría llegando al club a la 1 de la tarde, y ella aún sin arreglarse, lo escuchó sonar nuevamente y después de unos minutos de silencio escuchó el timbre de su puerta, cerró la llave de la regadera y tomó una de sus batas, con el cabello escurriendo bajo hasta su puerta y aparecieron Raquel y Nicole, ambas muy bien arregladas pues sólo iban a recogerla.

-        ¡lo siento chicas, me quede dormida! –grito mientras corría nuevamente a su habitación para empezar a arreglarse- ¿me ayudan? –puso cara de súplica en el último escalón.

-        ¡ahí vamos muñeca! –le respondió Nicole caminando hacia las escaleras mientras Raquel cerraba la puerta.

-        ¿saben si ya llegó? –preguntó mientras abría su closet para sacar la ropa interior que había comprado especialmente para ese día, una diminuta tanga azul que no cubría más que uno de sus lunares y por supuesto, no llevaría sostén, puro adorno visual pues.

-        En realidad, no –respondió Raquel mintiendo, pues Brenda fue la primera en llegar junto con ellas para ver que todo estuviera listo.

-        Vístete para que podamos arreglarte –le ordenó Nicole mientras probaba la secadora y buscaba el maquillaje necesario para hacerla ver radiante.

-        Bien, hagan su magia –dijo Fernanda, saliendo de su closet con el cuerpo ya humectado y con el vestido puesto, escogió un color azul metálico en un  modelo ajustado cuyos tirantes se unían en su cuello, dejando toda su espalda descubierta, hasta el inicio de sus caderas, al frente, su escote dejaba ver la mitad de sus senos y sus costillas quedaban casi descubiertas, era corto, hasta medio muslo y a los lados tenía un pequeño plisado que lo hacía ser ligeramente más corto, osea, el vestido lo único que cubría era su trasero y parte de sus senos debajo del vestido apenas se asomaban los nuevos tatuajes que se había hecho y que estaba segura la encantarían a la contadora, así, sin tacones, se sentó en un banquillo que tenía frente a su tocador, las chicas boquiabiertas empezaron a peinarla y a secarle el cabello, mientras la otra se encargaba de empezar a maquillarla, varios minutos después se encontraba con su melena recogida de un lado mientras del otro caía en sus característicos rizos, con mucho más volumen de lo que tenía, sin hacerla parecer una peluca barata. Nicole se había encargado de resaltar su rostro, un poco de maquillaje que no se diferenciara de su tono de piel, un poco de luz, unas sombras, delineador, mascara de pestañas y labial, cuando Fer abrió los ojos y se vio le pareció perfecto- ¡mierda!, deberían de darme clases chicas…

-        Jajajaja, ¡deberíamos! –afirmo Raquel recibiendo un empujoncito de Nicki que reía.

-        Sólo un momento y nos vamos –dijo Fer levantándose para ir a ponerse sus tacones de color plateado, se acomodó el dije que su contadora le había regalado, se puso un par de aretes en forma de nota musical, se colocó su reloj cromado que le habían regalado sus padres cuando era una adolescente y un poco de perfume, el que le gustaba a Brenda.

Salieron de su casa, arrojó su bolso de mano al asiento trasero de la camioneta, donde ella iría y vio su reloj, 2:01 pm, ¡maldición!, con lo que Brenda detestaba la impuntualidad, en ese momento sonó el teléfono de Nicole, que iba manejando.

-        ¡hola mi amor!

-        …

-        Si ya vamos para allá.

-        …

-        No, no, un pequeño retraso, pero nada grave.

-        …

-        ¿qué, paso algo? –dijo poniendo en alerta a Fer, pero sólo estaba fingiendo pues era hora de cambiar el lugar de la fiesta- ok, iremos allá entonces.

-        …

-        Nos vemos amor, te amo… -y cortó la llamada.

-        ¿sucede algo? –pregunto Fer quitándose el cinturón de seguridad y estirándose hacia adelante.

-        Nada… sólo que hay una fuga de agua que inundó el club… y Silvia tuvo que recurrir a los amigos de Brenda para llevar la fiesta a otro sitio.

-        Oh oh, la jefa debe estar furiosa –dijo Raquel siguiéndole el juego.

-        Justo hoy –dijo Fer suspirando, pues la Brenda enojada que recordaba era más peligrosa que un puercoespín.

-        Tranquila, René dijo que se echaría la culpa.

-        Como si eso lo arreglara… sólo espero que llegue más tarde que yo…

Nicole condujo hasta el nuevo club, que sería una sorpresa para todos, pues ni ellas sabían lo que en realidad haría Brenda, cuando llegaron vio el asombro en la cara de la doctora, estacionó la camioneta en el área de parqueo que ya estaba algo ocupada debido a los invitados, habían llegado justo a tiempo, pues la comida estaba siendo servida, Nicki con su vestido igual de diminuto que el de Brenda y Fernanda, le abrió la puerta a la doctora y la ayudo a bajar, mientras Raquel hablaba por teléfono con Brenda sin que Fernanda supiera.

Empezaron a subir los escalones y a medida que se acercaban a la entrada la música se escuchaba sonar, Brenda siempre se distinguía por festejarle con la música que ella adoraba y en ese momento Gimme More de Britney Spears se cayó para que empezara a sonar Diamonds de Rihanna , al entrar la adrenalina se hizo presente en el organismo de la doctora, el espejo la hizo sentirse demasiado sexy, en ambas entradas había enormes floreros llenos de girasoles gigantes, olía a comida tailandesa, la  que habían comido en su primera cita, cruzo la puerta de la derecha y camino unos cuantos pasos hasta ver el salón lleno de mesas con sus amigos ahí, todos mirándola con una gran sonrisa, había globos rojos por todas partes y en el centro del salón había una caja enorme con un hermoso lazo rojo, empezó a caminar rumbo a él y en la primera mesa recibió un abrazo de Michael y de su esposa, junto con un lindo conejito de peluche y una nota que decía “confía en mi”, siguió caminando y ésta vez fue Carlita la que la abrazo al igual que su acompañante que para su sorpresa era Tania, y fue ella la que le entregó un conejito más y otra nota con un “a veces no sabemos que tenemos justo lo que necesitamos” escrito, los nervios la invadían, al llegar a la tercera mesa fue Sam el que la abrazó y le entregó un último conejito con la última nota antes de llegar al regalo, “porque yo ya se lo que tengo y no quiero dejarlo ir, cierra los ojos y deshaz el lazo” . Fernanda caminó lo más rápido que sus tacones le permitían y cerró los ojos como Brenda lo había pedido, con su mano izquierda abrazaba sus lindos peluchitos y con la derecha tiró de la punta del lazo, “abre los ojos” le grito Raquel, cuando los abrió miro cómo el lazo iba cayendo y la caja de regalo se abría lentamente, dejando al descubierto un enorme conejo que abrazaba un saco, donde Fer acomodó a sus conejitos formando una hermosa familia, cuando se enderezó sintió una manos conocidas tomarla de la cintura y susurrarle un “Feliz cumpleaños mi cielo”, al tiempo que todos empezaban a cantarle las mañanitas (como le llamamos en México), inmediatamente se volteó y se abrazó al delgado cuerpo de Brenda, y sin querer empezó a llorar y a pedirle perdón mientras la apretaba contra ella, y Brenda correspondía, aunque no entendía muy bien lo que pasaba, pero se imaginaba que su ausencia había dejado puerta abierta a muchas cosas, aparte de que la extrañara claro.

-        Perdóname por favor –le dijo mientras se pegaba a los labios de la contadora y se fundían en un beso, largo y sensual, acompañado de lágrimas de ambas, y condimentado con caricias peligrosas que amenazaban con saltarse la línea entre lo privado y lo público.

-        Es tu cumpleaños… -dijo cuándo se separaron del beso- aprovecha, que hoy se te perdona todo- le dijo sonriendo un tanto triste, pues ya sabía para donde iba esto, pero como lo puso en la nota, no la dejaría ir.

-        Amor… estoy hablando en serio –dijo secando el rastro de lágrimas que había en el rostro de Brenda.

-        Y yo también –le dijo abrazándola por su cintura, sintiendo su cuerpo más firme y duro de lo que ya era- vamos a sentarnos y hablamos tranquilamente ¿te parece?

-        Me parece –dijo empezando a caminar hacia su mesa, que estaba justo al frente de ese escenario que estaba cubierto por un telón negro, en el camino se detuvieron varias veces para que las amistades de Fernanda y algunas de Brenda la felicitaran, Brenda caballerosamente le ayudo con la silla y después se sentó ella, inmediatamente les sirvieron sus platillos y las chicas, que estaban en la mesa de enfrente levantaron sus copas para brindar recibiendo el mismo gesto por parte de Brenda y Fernanda.

-        Muy bien princesa, ahora sí, dime lo que quieras –le dijo tomándola de sus manos, y dándose valor ella misma para aguantar lo que ya veía venir.

-        Brenda… -le dijo con los ojos vidriosos otra vez- antes que todo, ¡te ves hermosa!, te ves muy bien, te extrañe muchísimo –y se arrojó nuevamente a sus labios, siendo correspondida con la misma intensidad- te amo, te amo muchísimo, y… siento tanto haberte orillado a esto… -dijo refiriéndose a su adicción.

-        Bebé, ya estoy bien –le dijo sonriendo y apretándole ligeramente las manos, pues sabía que sólo estaba dando vueltas para decir lo que en realidad quería decirle.

-        Mi vida… he sido muy estúpida –dijo con las lágrimas ya cayendo de sus ojos- te juro que te amo, pero… -y se miraron fijamente a los ojos- … ¡mierda!, tú te mereces algo mejor que yo…

-        ¿estás loca? –le dijo sonriendo en medio de lágrimas.

-        No… yo… Daniela y yo…

-        ¡cállate! –la jaló de las manos y le plantó nuevamente un beso- ¡sé lo que paso, pero no lo digas!, yo también te amo y no voy a dejarte ir, ni ahorita ni nunca.

-        Yo no quería que las cosas pasaran así…

-        Fer… querías y lo hiciste… pero yo no te reprocharé nada… te propongo algo –le dijo pensando en las idioteces que su amor hacía ella le hacía decir- supongamos que… éste mes fuimos solteras, no somos nada ni nos debemos nada…

-        ¿me estas terminando? –hablo con un hilo de voz y con las manos temblorosas, había tirado todo a la mierda por una simple calentura, había hecho lo que ella tanto odiaba, la infidelidad.

-        No nena – le sonrió- te estoy dando… más bien, nos estoy dando la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva, ¿quieres?

-        ¿estás segura?, no quiero hacerte más daño…

-        Deberías aprender a callarte de vez en cuando y tomar las ofertas que te da la vida –le dijo besando esos labios que tanto extrañaba- estoy más que segura, tontita…

-        Acepto entonces… -se abrazó a su cuello y enterró su cara en él, sintiendo esa fragancia tan propia de la contadora- te amo tanto –le dijo mientras le besaba lo que podía del cuello, pues ese vestido le estorbaba un poco para hacer lo que ella quería.

-        Y yo a ti –le respondió acariciando su rodilla, un tanto pensativa, pues la noticia la había dolido, por supuesto, pero ella le hizo lo mismo en el pasado, ya estaban a mano- por cierto, ese cuerpazo luce sensacional, ¿comemos?

-        Si mi vida, gracias –y se acomodó para comer, llamando a las chicas para que se sentaran con ellas.

Mientras Raquel y Silvia se acomodaban en la mesa Nicki y René se disculparon y se retiraron un momento, Brenda observó a René subir las escaleras rumbo a la mezcladora, a colocar la música que ella había pedido para amenizar por lo menos una hora y media, mientras comían y Fer le contará que había hecho en todo ese mes, Nicole se dirigió a la entrada, a recibir a Becka y a Vero, quienes habían hecho el favor de ir a recoger el pastel que habían mandado a hacer para Fer, juntas las tres dejaron el pastel en la mesa junto a donde estaban los regalos que los invitados habían llevado y después caminaron hacía la mesa donde estaban todas, la doctora Santiago se heló por un momento al pensar que era Daniela, pero vio su melena larga y respiró tranquila, era Rebeca acompañada de la chica del día anterior, se puso de pie junto con la contadora y saludó efusivamente a la Militar.

-        Es bueno verte contenta –le dijo Becka abrazándola con el brazo izquierdo, mientras que con la mano derecha no soltaba a Vero- mira, ella es Verónica mi mujer.

-        Un placer Verónica, también eres militar, supongo –le dijo dándole un beso y un abrazo sincero.

-        Así es –sonrío- el gusto es mío doctora Santiago, puedes llamarme Vero –le dijo correspondiendo el saludo de la misma manera.

-        Perfecto Vero, entonces tu llámame Fer.

-        Hasta que por fin te conozco, eres muy famosa ¿sabes? –dijo empezando a socializar mientras se sentaban ayudadas por sus respectivas parejas, que estaban muy perceptivas pues, sus mujeres habían decidido enseñar todo su arsenal ese día.

-        ¿ah sí? –preguntó recorriéndola de arriba abajo rápidamente, pues Brenda se perdió un momento en esas largas piernas que iba mostrando, un corto vestido color marfil suelto que se ajustaba únicamente a sus senos, con unas sandalias de piso, pues para su estatura, ponerse tacones la hacía sentirse incómoda.

-        Así es, Brenda no ha parado de hablar de ti desde que la conocí, la traes hecha un torbellino de amor…

Y empezaron a platicar alegremente, las dos calmando sus celos sin fundamento, pues sus parejas únicamente admiraban la belleza ajena, sin pasarse de la raya, además de que se dedicaban a llenarlas de atenciones únicamente a ellas, René llegó a sentarse junto a Silvia, ya había puesto en las bocinas música romántica, sonaba Luis Miguel, empezó con “La puerta”, Brenda se acercó y le dio un mordisco juguetón en el hombro de Fer que recargó su cabeza en su hombro y se levantó a seguir devorando todos los platillos que llevaban mientras seguían platicando entre todas, sin dejarles un espacio de intimidad a ellas, que tampoco lo querían, Fer porque se sentía una porquería pues a pesar de su engaño Brenda la había perdonado, algo que ella en su momento no supo hacer, y Brenda por su parte se sentía molesta por lo que Fer había confesado, las mentiras nunca habían sido su fuerte, pero no sabía con quién estaba molesta, lo que si sabía es que en cuanto viera a Daniela cruzar esa puerta, la pondría en su lugar; empezó a sonar “por debajo de la mesa” y las cuatro parejas sonrieron entre sí, Brenda se levantó y le ofreció su mano a Fer, que de inmediato la tomó y la jaló a un lado de la mesa.

-        Es un placer que me regales la primera pieza, guapa –le dijo Brenda a Fer tomándola de su cintura, mientras la doctora se colgaba de su cuello.

-        El placer es mío contadora, espero que no hayas perdido mucha condición porque hoy te haré pulir la pista –dijo empezando a moverse al ritmo de la canción, con sus cuerpos totalmente pegados entre sí.

-        Perfecto… ¿cómo has estado éste mes?

-        He cambiado muchas cosas, he estado bien, dentro de lo que cabe…

-        ¿Cómo va este exquisito trasero?

-        ¿cómo? –dijo confundida, pues su trasero nunca nadie lo había tocado, ni siquiera ella.

-        ¿nadie lo ha pateado aún? –dijo riendo.

-        Aún no jajaja, ¿te lo dijeron las chicas?

-        Sí, pero quiero que me lo cuentes tu.

-        Bien, regresé a las peleas, Sam y yo conseguimos un patrocinador que no sabemos quién es, pero ayuda mucho, he mejorado mi estilo de vida, estoy muy bien descansada y… mis ganancias están… equilibradas digamos…

-        El estilo de vida se te nota, estás bellísima, estás buenísima –dijo mordiendo ligeramente la oreja de Fer y dándole un pico en los labios- ahora… lo de tus ganancias… ¿acaso compraste algo más? –le pregunto pues lo único que sabía era lo de las peleas, pero Fer pensó que ya lo sabía todo.

-        No, pero lo de mi camioneta sólo me sirvió para pagar una parte de lo que restaba de la casa, y unas cuantas cirugías me ayudaron para liquidar… -dijo recargándose en el hombro de Brenda, sonaba “La barca”- pero las peleas me darán una ganancia buena hasta que termine el torneo…

-        ¿vendiste tu camioneta? –resopló, pues vio cuanto le costó pagarla a Fer, para que terminara vendiéndola.

-        Si…

-        Wow, si estás loca –dijo recibiendo un ligero jalón de orejas- ¿pero si te golpean no podrás trabajar en la clínica, además necesitarías tiempo completo para entrenamiento y recuperación? –dijo tranquilamente, pues conocía las jornadas laborales y las rutinas por las que pasaba.

-        Tengo el tiempo suficiente ¿no crees? –dijo sonriéndole y robándole otro pico.

-        No, no lo creo, además Mich no creo que permita que llegues así a trabajar.

-        ¿qué, no… no lo sabes? –puso cara de susto.

-        ¿saber qué?

-        Pensé que las chicas habían arruinado mi sorpresa… pero la arruiné yo sola –dijo riéndose y moviendo la cabeza- mira mi cielo, vendí la camioneta, renuncié a mi trabajo, ahora sólo trabajo particularmente, estoy en las peleas y a veces trabajo como mesera para la Contadora Peña… -dijo esperando un regaño.

-        Jajaja y pensé que la drogada era yo –dijo bromeando- ¿Por qué diablos hiciste todo eso?

-        Vendí la camioneta para terminar de pagar la casa, eso junto con mis cirugías me ayudo, renuncié a mi trabajo para dedicarnos más tiempo a nosotras, las peleas son un plus, y bueno, ser mesera me va a permitir estar más tiempo contigo –le dijo jalándola por la nuca para meter su lengua en la boca de Brenda, que gustosamente le correspondió apretando disimuladamente uno de sus duros glúteos.

-        Gracias por hacer todo eso –le dijo Brenda cuando se despegaron para no dar un show lésbico.

-        Gracias a ti por estar en mi vida –le dijo mientras le daba una vuelta y la jalaba para ir a sentarse, había empezado a sonar “Mucho corazón”.

Ya en la mesa, y sentadas junto con las chicas terminaron de comer su platillo que habían dejado a la mitad y llegaron los postres, que Fernanda enseguida devoro y pidió una segunda ronda, sorprendiendo a Brenda, pues definitivamente su estilo de vida había mejorado, una vez terminaron todas, la mesa fue levantada y les llevaron una botella de tequila, el favorito de Fer, empezaron a servir mientras Brenda de vez en cuando hablaba con la chica que estaba encargada de supervisar el evento, empezó a sonar “La barca” e inmediatamente fue cambiada a “si tú te atreves”, René volteó a ver, dejando la plática con las chicas a la mitad, el Dj que estaría en su lugar ese día le hizo señas, la habían mando a pedir, le señaló hacia una mesa y ahí se encontraba la gemela de la militar acompañada con una sonriente chica y otra pareja que no conocían, le dijo algo al oído a Nicki que sonrió nerviosamente y miró a Brenda y a Fer pasmadas, Daniela junto a la chica que la acompañaba se habían levantado y caminaban hacía la mesa de la festejada, con una caja pequeña en sus manos, al llegar a la mesa Brenda inmediatamente se levantó y se fue de ahí, dejando a Fernanda sola, confundida y temerosa, Becka se levantó también pero se puso frente a Daniela.

-        ¡hola, no sabía que vendrías! –dijo Dani saludando a Becka, pues entre ellas se querían a pesar de sus locuras.

-        Aquí estaré desde ahora –le respondió abrazándola, se veía más delgada y su edad empezaba a asomarse demasiado temprano, pues ya se notaba una gran diferencia entre ellas.

-        Muy bien, mira, ella es mi novia, Andrea –la jaló de la cintura y la presentó a su hermana.

-        Un gusto, ella es mi esposa –dijo dándole un apretoncito en la mano a Vero.

-        Verónica Freyre, un gusto –las saludo formalmente sin acercarse demasiado.

-        Igualmente, cuñadita –le dijo Dani sonriéndole de manera coqueta- ¿y la festejada? –preguntó, pues Fer aprovecho las presentaciones para salir en busca de su novia, pero no la encontró por ningún lado, así que opto por ir a saludar a sus amigos mientras se ocultaba de Daniela.

-        Tuvo que salir un momento, pero puede dejarme el presente y con gusto se lo entregaremos –le dijo amablemente Nicki.

-        No, necesitamos entregarlo personalmente –dijo Andy con su imponente personalidad que había adquirido desde que se metió en el mismo mundo de su novia- además necesitamos presentarnos oficialmente como sus patrocinadores, le agradezco de todas formas señorita –dijo dejándola boquiabierta pues ella no sabía lo que René ya.

Después de que las gemelas platicaran un rato, Fer vio a Daniela alejarse de la mano de Andrea, se despidió de sus amigos por un momento y llegó hasta su mesa, empezó a preguntar por Brenda y en eso la música se apagó, el Dj anunció un show especial para la festejada y las luces blancas se apagaron dejando únicamente la iluminación nocturna, que aunque fueran apenas las 4:30 de la tarde, al estar las puertas cerradas lucía como si fuera un evento nocturno, el telón se abrió y les mostros bastantes instrumentos ya acomodados y en el centro del escenario estaba Brenda sentada frente al micrófono, con su guitarra y con una silla vacía a su lado, junto con otros micrófonos y una guitarra parada.

-        Buenas tardes a todos –se escuchó su voz temblorosa y ronca, había llorado- quiero agradecer profundamente a todos por estar presentes en el festejo de la mujer más importante para mí, Felices 28 mi amor, espero que disfrutes de tu fiesta, y que después de esta canción me acompañes aquí –dijo palmeando la silla a su lado, Fer nerviosa la miraba sonriendo, si algo le encantaba era que le diera esos hermosos conciertos, que como ella le dijo una vez “era la manera de sacar lo que en verdad sentía y no podía expresar”.

Se escucharon sonar las cuerdas y Brenda le sonrió a Fer, una sonrisa tierna y sincera, acompañada por una lágrima traviesa que rodó por su mejilla y que inmediatamente limpió.

¿Cómo puedes escucharme, si tus oídos no quieren

y le estás sacando vuelta a mi presencia?

¿Cómo quieres que te entienda, si no quieres entender?

Sabes que te necesito y que muero cada día más, búscame, miénteme...

Miénteme, dime que te falta el aire como a mí.

Miénteme bonito para ser feliz,

miénteme bonito para sonreír.

Miénteme, dime que tú vives sólo para mí.

No digas verdades que acaben con mi fe.

Miénteme con ganas, que yo te creeré...

Miénteme como me has mentido en todo este abril.

Yo te creo todo lo que digas tú...

Aunque no me ames, tú dime que sí.

Miénteme... me hará bien.

Fer limpiaba las amargas lágrimas que salían de sus ojos, su engaño le había dolido a su amor, le había dolido ver a Daniela en esa fiesta, pero ¿quién demonios la había invitado?, maldijo una y mil veces y le dijo a Raquel que por favor le pidiera a Daniela le hiciera el favor de retirarse, sin moverse de su lugar siguió escuchando su canción y viendo como Brenda le sonreía sin dejar de mover sus manos.

Faltan horas pa' mi muerte,

si tú ya no quieres verme.

Me rehusó a tus verdades que duelen

cada día más, búscame, miénteme.

Miénteme, dime que te falta el aire como a mí.

Miénteme bonito para ser feliz,

miénteme bonito para sonreír.

Miénteme, dime que tú vives sólo para mí.

No digas verdades que acaben con mi fe.

Miénteme con ganas, que yo te creeré...

Pero miénteme como me has mentido en todo este abril.

Yo te creo todo lo que digas tú...

Aunque no me ames, tú dime que sí.

Miénteme... me hará bien.

Miénteme... me hará bien.

Todos los invitados aplaudieron sin imaginarse cuál era el motivo verdadero de abrir las dedicatorias con esa canción, Raquel regresó y le dijo a Fernanda que Daniela y su pareja sólo esperaban hablar con ella para retirarse, pues tenían otro compromiso, entonces Fernanda le pidió que las hiciera llegar a su mesa por favor, mientras llegaban se levantó y se paró frente a Brenda, que apagó el micrófono, cuando Fer acabo de hablar Brenda se levantó y caminaron juntas, mientras Fer sostenía la mano de Brenda para ayudarla a bajar los escalones del escenario y el Dj nuevamente colocaba música con la señal de René, ambas parejas llegaron al mismo tiempo a la mesa, mientras las chicas que estaba igual de tomadas que ellas las veían esperando quien sería la primera en golpear a la otra.

-        ¿podemos hablar en un lugar más privado? –habló Andrea.

-        Claro, vamos a mi oficina –dijo Brenda al ver que las chicas iban a levantarse para irse de ahí- Becka, ¿nos acompañan?

-        Sí, vamos –dijo tomando a Vero de la mano y caminando detrás de las otras dos parejas, subieron las escaleras y Brenda las condujo hasta su oficina que estaba cerrada con la única llave con la que contaba ella, abrió y paso con Fer delante de ella, olvidando todos los modales con las demás pues su prioridad era proteger a su niña, una vez cerrada la puerta y con Fernanda ligeramente atrás de ella hablo.

-        ¡ahora mismo me vas a explicar que mierda haces aquí, es un evento para amistades cercanas y tú no eres ni serás nada nuestro! –le dijo molesta, mientras Becka y Vero permanecían calladas, pues sólo iban por si algo se ponía “feo”.

-        Mira chiquita –respondió Daniela en su tono burlesco- aquí lo que somos o no te lo puede decir Fer, además recibimos cordialmente una invitación–dijo recibiendo una mirada de extrañeza de parte de Andy.

-        No somos nada, y yo no envié ninguna invitación a nombre tuyo –dijo Fer haciendo memoria y cayendo en cuenta, el único nombre surreal era el de su patrocinador- …no puede ser.

-        ¿Qué es lo que no puede ser? –dijo Andy molesta- ¿Dan, explícame ahora mismo que eso de ser algo o no? –le dijo tomándola del brazo de una manera brusca y jaloneándola, pues en ese mes había aprendido sus malas mañas y una de ellas era golpear a Daniela, pues una vez sacadas a flote sus habilidades, era más fuerte que la abogada.

-        Suéltame Andrea –le susurró zafándose del agarre y empujándola hacia atrás, si no es porque Vero la sostenía hubiera caído- ¿no te dijo que todo este mes me la he estado cogiendo? –le habló llena de rabia- ¿Qué justo ésta mañana yo fui quien le dio su cogida de feliz cumpleaños?, no sabes cuánto le gusta que me la coma...

-        ¡cállate pendeja! –gritó Brenda lanzando la primera cachetada al fino rostro de la abogada.

-        ¡no amor! –le dijo Fer sin atreverse a tocarla- ¡es abogada! –le dijo omitiendo que era quien la patrocinaba.

-        ¡me importa una mierda que sea el mismísimo papa, te largas ahora mismo si no quieres que te saque con los pies por delante maldita zorra!

-        ¡nos vamos, pero pronto sabrás de nosotras! –dijo Andrea tomando fuertemente la mano de Daniela, que ya sabía que hoy sería su saco de boxeo, vaya bestia había creado- ¿estás consciente que el contrato se rompe y nos debes una fuerte cantidad no?

-        Vete por favor –le dijo Becka a Andrea, mientras veía como maltrataba a su hermana- ¡ella se queda! –le habló al ver el miedo en los ojos de Daniela.

-        ¡ella se va! –le apuntó con su lujosa arma que sacó de su cintura, que iba cubierta por su lindo saco.

-        Amor… déjalas –dijo Vero poniéndose entre Andrea y Rebeca- tranquila –le susurró- estará bien.

-        ¿Fer? –habló Brenda al ver que se había sentado y se había puesto tan blanca como el papel- nena háblame… -le dijo tomándola del rostro y sintiéndola fría- ¡Becka ayúdame! –gritó cuando Fernanda se desplomó y perdió el conocimiento- ¡su presión!

Becka vio salir a su hermana y junto con Vero corrió a auxiliar a la doctora, hicieron a un lado a la contadora, que no hacía nada más que asustarse, pues entre Vero y Becka recostaron a Fernanda y pusieron sus pies en un sitio más alto. Unos cuantos minutos después Fer estaba reaccionando y sus labios eran mojados con pequeñas dosis de Coca-Cola, el teléfono de Becka sonó y era un mensaje de su hermana “estoy bien, no te preocupes, te llamo cuando llegue a casa, perdón por todo”, Becka quedo un poco más tranquila, esperaron a que Fer terminara de recuperarse, la soda hizo su magia y después de diez minutos ya estaba como nueva, Brenda sugirió dar por finalizada la fiesta pero Fer se opuso y le pidió que continuara con su concierto, además cantarían juntas, salieron de la oficina y bajaron junto a los invitados, todo seguía como si nada hubiese pasado, nadie había notado lo que había ocurrido, y juntas Brenda y Fernanda, tomadas de la mano subieron al escenario y René dio la señal al Dj para que detuviera la música……