Una clínica para problemas intestinales (¡SCAT!)
Ya me gustaría que me ocurriera lo mismo que a la protagonista...¿ Y a tí qué?
Me llamo Natalie y últimamente he sufrido de estreñimiento así que decidí ir a una nueva clínica especializada en problemas intestinales, según el anuncio prometían máxima discrección y fue así como me convencieron.
Llamé a eso de las 11 de la mañana a la clínica y allí un hombre de unos 30 años atendió mi llamada:
-¿ Buenos días? Clínica Pad, especialistas en problemas intestinales, ¿qué desea?
Bu-buenos días, mire necesitaria hacer una reserva a nombre de Natalie Word...
Cuénteme que le ocurre,por favor, si lo sabemos de ante mano podremos prepararle mejor su estancia.
-La verdad, es un poco vergonzoso...No puedo ir al baño desde hace dos semanas.
-Ajá, supongo que le dolerá bastante evacuar...
-Si, asi es, es una situación que me tiene ya preocupada, ¿cuándo podría darme cita?
-Pues...Deje que mire...Ha tenido usted bastante suerte, tenemos una habitación libre esta noche, ¿ le vale?
-¡¡Si,si,si perfecto, resérvemela por favor!!
-Hecho, pues señorita Word, la esperamos esta noche a eso de las 21:00, muchas gracias por su llamada.
Dios, estaba super nerviosa, no sabía qué hacer. Empecé haciendo las maletas, eché 3 tanguitas de encaje, uno negro, otro blanco y un tercer rosita claro; metí unos vestiditos para dormir bastante cortitos, pues en pleno mes de Julio hacía bastante calor y por último unas zapatillas de andar por casa, ¿ para qué más?
El reloj marcaba las 20:40 así que me dirijí a por mi coche con las maletas y puse rumbo hacia la clínica, en cuanto llegué 3 chicos bastante guapos y altos me ayudaron con las maletas y me acompañaron hasta mi habitación.
-Señorita Word, espero que sea de su agrado.
La habitación era preciosa, muy bien decorada con cierto estilo vintage que para nada parecía una habitación de hospital. Encima de la cama unos bombones y en el baño todo tipo de cremas y hasta lubricantes, era una habitación muy bien equipada.
Cogí un bombón mientras me dispuse a leer una notita que habían dejado encima de la mesita de noche:
Querida Natalie, todo el equipo médico sabemos de tu problema y lo trataremos como mejor podamos, por ahora tómate los bombones que hemos dejado encima de tu cama, son laxantes de media potencia, que tenga una buena estancia.
No me podía creer lo que estaba leyendo, me habían dejado laxantes en mi cama...Parece ser que si que iba en serio lo de que era una clínica bastante especializada. A los pocos minutos de haber ingerido los bombones sentí una presión en mis intestinos, parecía que por fin iba a poder evacuar, corrí hacia el baño, me senté en el WC y apreté con todas mis fuerzas...Nada, no conseguí librarme de mi pesadilla, parecía que eran demasiado poco potentes los laxantes que me habían dado. Con las prisas del apretón me dejé la puerta de la habitación abierta y cuando levanté la mirada mientras estaba sentada en el WC pude contemplar la cara con un toque pícaro del médico jefe, el doctor Neil. No parecía muy mayor, unos 30 años o quizás 32 pero no más.
-¿ Puedo ayudarla en algo señorita?
-Bueno...Verá...No hay mucho que contar estando en esta posición.
-Y bien...¿Ha conseguido defecar?
-La verdad, no doctor, estoy bastante preocupada.
Entonces el doctor se arrodilló ante mí y mientras estaba sentada en el inodoro y se dispuso a apretar levemente mi vientre de diferentes formas.
-¿ Nota algo cuando realizo estos ejercicios?
No sabía que contestarle, verdaderamente me estaban dando ganas de ir al baño, pero con él ahí delante...
-No, doctor, no noto nada...
-Vaya,que raro...Tendré que hacerlo con más fuerza.
-Awwww...
No pude aguantarlo, la presión y el laxante había hecho efecto y un trozo de mierda salió disparado de mi ano.
-Vaya, parece que esta vez si que ha hecho efecto jejeje, de todas formas creo que todavía queda bastante por expulsar,no se preocupe de aquí a tres días se encontrará mejor,por cierto, a las 22:00 se abre el comedor de la clínica, allí la espero.
Que verguenza, Dios mío me quería morir, el médico me había visto de aquella forma tan sumamente humillante y a saber como continuaba la noche...
Eran las 22:00 y me dirijí al restaurante de la clínica, era bastante peculiar, estaba dividido según dolencias estomacales, había un menú hecho para personas que sufrían gases, otro para las que tenían diarreas y dentro de esta categoría leve, media o aguda...Y por último mi menú, para los estreñidos. El menú constaba de 3 platos llenos de pura fibra y como postre un pudding de chocolate con efecto laxante bajo. Cuando terminé de cenar saludé al doctor que me había tratado antes y me advirtió que en media hora uno de los enfermeros subiría para darme otro tipo de tratamiento y que esperara en mi habitación en camisón y sin ropa interior.
Así hice, a las 22:45 un guapo enfermero tocó a mi puerta, venía bastante cargado con un carrito lleno de peras de limpieza, recipientes para enemas y lubricante.
-Buenas noches,señorita, soy el enfermero Calibri, vengo a aplicarle el enema de las 22:45, haga el favor de ponerse en su cama a cuatro patas de modo que la aplicación sea más fácil.
Me puse a cuatro patas y el enfermero introdujo el primer supositorio, estaba bastante frío y me encogí del dolor aunque la sensación me excitó un poco, el enfermero continuo con un segundo supositorio, esta vez lo metió más lentamente y mientras me susurró al oído:
-Si te duele mucho puedo hacer algo para carlmarte...
Sin esperar respuesta cogió un tercer supositorio y mientras metía por completo el segundo sacó su gran miembro y me penetró vaginalmente.
-¿ Está más agusto así, señorita Word?
No podía contestarle, me moría de la verguenza.
Calibri aceleraba más y más mientras introducía el tercer supositorio hasta que,cuando parecía que iba a correrse, sacó su miembro de mi vagina para meterlo en mi ano y allí soltar todo su semen.
-¿ Te gusta más este supositorio que los demás,eh?
Seguidamente se limpió, vistió y me aconsejó que retuviera los laxantes durante 20 minutos.
-Si desea puedo quedarme con usted para ayudarla a expulsar los excrementos.
-Emmm...Bu-bueno vale, muchas gracias...
Me ayudó a incorporarme y me metió en mi cama de matrimonio, y luego se metió el conmigo. Me dijo que cerrara los ojos, iba a probar una técnica conmigo, yo acepté y los cerré, de repente noté sus cálidas manos deslizarse por mi vagina hasta llegar al clítoris y allí empezó a mover sus dedos pícaramente para inducirme el orgasmo pero antes de que este se produjera quitó sus dedos de ahí y los llevó a mi trasero. Empezó a hacer movimientos circulares alrededor de mi ano, cada vez eran más cercanos a este y más profundos hasta que introdujo dos de sus dedos.
"Puffff" Oh, oh parece que los efectos de los laxantes estaban empezando a hacer efecto...Calibri se dió cuenta de como mi cara se había puesto blanca, no podía retener los gases y sin querer unas gotas de diarrea líquida empezaron a brotar de mi ano.
Calibri me cogió de la muñeca y puso un barreño debajo de mi trasero.
-Hágalo ahí,por favor, necesitamos ver la calidad de sus heces y si lo hace en el WC no podremos sacar buenas muestras.
Antes de que terminara la frase estaba retorcida entre retortijones en el suelo de mi habitación, trozos de mierda duros acompañaban a los ríos de diarrea que brotaban de mi ano, eran unos excrementos verdaderamente densos y plastosos acompañados del semen de Calibri. Cuando terminé de expulsarlos Calibri limpió mi ano con toallitas y se llevó el barreño.
A la mañana siguiente ya estaba lista para poder volver a casa, en recepción me despedí del doctor Neil y del enfermero Calibri, les dí las gracias por todo lo que habían hecho por mi y ellos me regalaron un maletín lleno de laxantes y supositorios por si volvía a sufrir de estreñimiento alguna vez.
CONTINUARÁ...