Una cita inesperada

Este relato te lo dedico a tí, amiga Isabel, como dice Don Omar: ¡ya tú sabes...!

Una cita inesperada

Eran las 4 de la tarde, una tarde muy calurosa, tanto que el sentido a veces infligía delitos cotidianos como la famosa siestecita andaluza, pero no debía caer en esa perdida de tiempo, pues el tiempo una vez que pasa la manecilla del reloj es difícil dirigirla al punto de partida, como tantos jueves era la hora en la que yo decidía que hacer con mi tiempo, y lo tenia bastante decidido hasta que sonó, ese diabólico móvil, que a veces agradecemos tanto y otras en cambio odiamos, sobretodo cuando suena en un momento interesante y resulta de lo mas inoportuno, pero eso es otro cantar, me dirigí al móvil y una llamada oculta no hacia mas que torpedearme los tímpanos, la cogi como de costumbre y al descolgar cual fue mi sorpresa, una voz dulce y sensual me envolvía acogedoramente:

¡Hola guapo! ¿cómo estas?

Bien, muy bien, aunque puedo estar mucho mejor (le dije con picardía)

Y eso

Pues ya ves, mas solo que la una, y sin plan para este finde

Uy, uy, y yo te puedo ayudar (me dijo con una sonrisita burlona)

Ufff, complicado lo veo, con tus ataduras y líos que no son pocos, ¿qué tiempo me podrías dar?.

¡¡Aaayyyy hijo!!, no te cierres así las puertas, porque de querer quiero y de poder también, solo que me debes dar un poco de tiempo para organizarme

¿De veras?, ok....,como...., y cuando quieras (estaba acostumbrado a este tipo de relación con ella, pero siempre al final alguna puerta se cerraba)

Bueno, pues que te parece si hacemos algo este sábado, me encantaría mover todo mi cuerpo de un lado hacia el otro del infinito,¿ te apuntas?

Sí, claro (como iba a decir que no a una aventura como la que me proponía mi amiga)

OK, te mando un msm el viernes y nos vemos, pero te tienes que entregar en cuerpo y alma ¡eh!, no quiero cosas a medias

Tranquila mujer, tu déjame hacer y verás como te conduzco hasta el extremo más insospechado

OK te dejo, que viene ya...., bueno tu sabes quien.....

Claro, besos

Muuuuuuaaaaaaaa (ese beso me pareció lo más sensual y sugerente que alguna fémina me hubiese mandado por teléfono)

Con una sonrisa de oreja a oreja seguí con mis quehaceres, es decir no hacer nada, mientras en mi cabeza andaban y andaban miles de recetas que hacer con mi aventura, pero a la vez también sé que eso de planear solo sale en las pelis y no quería atormentarme de esa manera, así que decidí lo mas ingenioso y bonito, no hacer planes, dejar que las cosas se den y ya.

Por fin es viernes, mi cuerpo se estremece, y los nervios se hacen sospechosamente latentes, el móvil lo llevaba siempre encima esperando mi ansiado mensaje, eran las 12 de la mañana y nada de nada, yo hasta el culo de trabajo, de aquí para allá, y teniendo siempre en el punto de mira mi móvil, pero este se estaba burlando de mí, las 4 de la tarde extraña coincidencia, pero un sms aparece, su nombre me revoca una alegría inmensa, la cual es solo transmisible en determinadas ocasiones y cuando el deseo se convierte en locura.

Me dispongo a abrir mi sms, y el mensaje decía lo siguiente: "hola guapo, como te prometí te he contestado, para que veas que no siempre una se echa atrás, quiero verte llevo desde el miércoles sin poder quitarte de la cabeza, nos vemos el sábado a las 12 de la mañana en el centro comercial "neptuno", se puntual, y un besote donde mas te guste"

Uff, ese besote donde mas me guste, joder, pues me puso a 100 por hora, era para mí, una relación quizás increíble, quizás morbosa, quizás sensual, seguramente todo junto, siempre nuestra relación se limitaba a un Chat, o unos correos, pero esta vez, cuerpo a cuerpo, me parecía tremendamente sugerente.

Por fin es sábado, temprano, me dedico a lavar mi coche y a vestirme espectacularmente, todo debía estar bien en su sitio, mis pantalones negros, esos que me hacen un culito muy guapo, una camisa blanca, mis anillos de plata, mi cadena con un extraño símbolo azteca, y mis gafas de sol, tenia todavía un largo camino hasta llegar a nuestro encuentro, pasaron varias horas, por supuesto llegue puntual a la cita, no debía de estropearla en ese sentido.

son las 12, no debe tardar en llegar (pensaba en mis adentros, mientras los nervios me hacían nuevamente encender otro cigarrillo, no se cuantos llevaba ya, y tampoco me importaba)

De pronto tras de mi una mano se posa suavemente en mi hombro, la mire y me quede sin respiración, llevaba un vestido negro, el cual enseñaba lo justo y dejaba lo demás para la imaginación, lo cual es algo que me encanta (me dije ya habrá tiempo para descubrir el tesoro que encierra tanta belleza)

¡Hola guapo! (es nuestra forma particular de saludarnos, los nombres aquí importan poco, aunque los conocemos)

¡Wow! estas espectacular, me encanta tu vestido, te sienta, mmmmm, no te digo....

Cuánto tiempo sin saber de nosotros

(en ese momento mis manos se dirigieron a su cintura apretándola hacia mí, y le solté un maravilloso beso que se alojó en sus deliciosos labios)

¡Wow!, cuánta efusividad (me dijo con voz temblorosa y su hermosa tez colorada)

Perdona por la reacción, pero es que me tienes..., no te lo puedo explicar con palabras y decidí demostrártelo de una manera más suculenta y sensual (le dije)

Ya veo, ya veo (algo nerviosa todavía por el shock, pero muy agradecida a la vez)

¿Qué quieres hacer? (le pregunté)

Lo que tu quieras, llevame al cielo contigo, tengo la mejor compañía que podría desear (me decía mientras sus ojos quemaban todas mis vestiduras)

Que te parece si cenamos en una habitación tranquila y dejamos que nuestros cuerpos hagan el resto (le dije con picardía)

Me encanta la idea, conozco un sitio genial, que te puede encantar

OK, pues vamos en mi coche

¿Dónde lo tienes aparcado?

Esta en el aparcamiento del centro comercial

Cogemos el ascensor, vale

Nos cogimos de la mano como dos enamorados y nos dispusimos hacia el parking, le abrí la puerta del copiloto y ella enredo sus manos en mi nuca dirigiéndola a sus labios, todo allí era silencio, mucho silencio, excepto unos alaridos que repartían besos a diestro y siniestro, sin oposición aparente, mientras mis manos recorrían su cintura, dibujando su silueta, penetrando mis uñas en su piel, robándole un poco de protagonismo a ese delicado vestido, despacio, muy despacio, mis manos bajaban por su cintura, de forma enérgica la apreté contra mi falo, para que tantease que estaba dispuesto y preparado para ella, mientras con una de sus largas piernas rodeaba mi cintura, yo la cogí como si de un regalo se tratase, y el tacto que obtuve de premio me gustaba, mmmmm, cuanto me gustaba, la suavidad de unas medias negras en unas piernas bonitas, resultan de lo más sugerente, mi mano se deslizaba lentamente desde su tobillo, hasta su pelvis, encontrando un ardiente tesoro muy húmedo, buscando recompensa, mucha recompensa, le baje cuidadosamente las bragas, para dominar tanto fuego y probarlo en mis propios labios, en ese momento el ascensor sonó de nuevo, había visita, aunque a mi no me importaba mucho, se que a ella si, y desistimos del juego, entro rápidamente en el coche, su corazón se sentía a millas de distancia, ese pom, pom, pom, pom, resultaba sensual, muy sensual una música solo para héroes que afrontan bien y con galardón la batalla, la cual solo había hecho mas que empezar,

Salimos del parking y seguí las instrucciones de mi reina, por supuesto.

¡Uf! Qué calores, ¿no?....(me decía mientras se abanicaba con las manos)

¡OH si!, ya lo creo, joder como me has puesto, oportuno ascensor

La verdad es que si, porque estaba ya preparada para montarte como nunca hubieses soñado

Tentador, muy tentador, esto debemos terminarlo, ¿no crees?

Por su puesto.

Puse algo de música mientras hacíamos el camino, 45 minutos después ya estábamos frente aquel hostal, muy tranquilito, con la playa y sus olas serenas, pero este sin parking subterráneo (que pena, me dije), salimos y pedimos una habitación de matrimonio, mientras le encargábamos la comida para que nos la llevasen a la habitación, esta vez no debía de haber intromisiones, para nada

¿Cómo estas?, ¿ nerviosa?

No nerviosa no es la palabra, desesperada por abrir el postre

Bueno pero una entradita no vendrá nada mal, ¿verdad?

Pues no, a ver pide tú que sabes mas de esto

OK

Cogí el teléfono y le me dispuse a pedir de entrada un cóctel de gambas, después........, le pregunte

¿Prefieres carne o pasta?,

Pasta, pasta, la carne la tengo bien cerquita

OK, que te parece unos tallarines al caviar

Perfecto

Ah...y una botella de champagne

Sí, sí

Di la consiguiente comanda a la recepción y en pocos minutos vino un gentil camarero, con 2 cócteles de gambas, pasta y champagne, y nos pregunta:

¿Desean algo de postre?

No, para nada, el postre ya lo tenemos

Los dos nos echamos a reír, y el camarero sin saber de que iba el tema, se fue con su cara de asombro, después de recibir su suculenta propina. Una vez solos las miradas se devoraban, no por el manjar que estaba bien decorado en la mesa, sino por la situación y el encuentro de dos almas que deseaban fundirse en una sola. Para romper tanto silencio y adornar aún mas la situación, puse un par de velas en el carrito donde repostaba tanto manjar, ambientado por una bella melodía de fondo, nuestros tenedores se confundían unos con otros, las sonrisas esta vez eran mas inquietantes, mientras le daba de probar de mi plato mis pies jugaban con la seducción entre los suyos, tocándolos, sintiéndolos casi desnudos, la pasta estaba deliciosamente servida con un champagne espumoso, el cual revelaba nuestras burbujeantes intenciones, mientras mi pie lentamente sigue subiendo, por la rodilla, muslo, y acariciando esa zona tan preciada por todos, mis manos poco a poco se alojan junto a las suyas, con ternura y pasión a la vez, mi mirada tranquila, pero fogosa, le reconfortaba mucho, lo veía en la expresión de su cara. En un momento le dije:

Cariño, ¿quieres más?

¡Ohh, no!, estoy llena (contesto ella, algo nerviosa)

No me refería a eso

UPS, jejeje, pues a eso vinimos, ¿no? (me respondió con timidez)

Yo me levanté de la silla y me puse tras de su nuca, besándola suavemente, recorriendo sus pechos, su cintura, haciéndole sentir que estaba tras de sí su ansiado tesoro, pero que antes de todo debíamos de ganarlo, mi lengua, se acercaba sigilosamente por el óvulo de su oreja, con pequeños mordiscos, cortos, largos, mientras mis manos penetraban cada vez mas, y mas entre los delicados tejidos que escondían esa piel calida y fresca.

Ella se levanto de la silla y se puso frente a mí, yo soy algo mas alto, pero la técnica lo arregla todo, mientras mis manos circulan esta vez por su espalda, tocándola con suavidad, mucha suavidad, buscando ese punto que le haga gozar, y vaya si lo encontré, en ese momento ella me dijo:

Amor caliéntame como nunca, tengo ganas de sentirte dentro de mi piel.

A sus ordenes (le respondí, con ternura, mi verga estaba ya muy a punto, había crecido ufff, cuanto, y el calor en mi cuerpo era insoportable).

Amor quítame todo esto que pesa en mi cuerpo.

Yo la obedecí y lentamente fui bajándole la cremallera del vestido, mientras ella hacia lo propio con mis pantalones y mi camisa, nuestros cuerpos desnudos frente a frente, después de quitar todas aquellas insignias que nos hacen tan iguales y diferentes al resto de los mortales nos resultó gratamente reconfortante, sus pechos eran hermosos, los había tocado antes, pero aquello me pareció el cielo, la cogi con energía y la atraje hacia mi, continué mi ritual besándola, poco a poco, los pechos, el ombligo, las piernas, ¡mmmm!, que rico sabia aquel manjar, mi lengua no paraba, no paraba de entrar y salir, entrar y salir, mis manos se aferraban a su trasero, para que no se moviese en exceso, mientras se retorcía de placer, ¡mmmmmmm!, sigue amor, así me gusta, sigue no pares, y yo no paré, por supuesto, aquello era tan gozoso como cualquier manjar que pudiésemos describir, pero el sentir, eso es diferente, la cogi por detrás y introduje mi verga en su vagina, con movimientos muy rítmicos, lentos, lentos, arriba, abajo, dentro, fuera, jugando como si se tratase de un pez que va a morder el anzuelo, mis manos cogían sus senos con mucha sensualidad y dulzura, sin brusquedad, eso no existía, mientras ella decía:

Cariño no pares, sigue por lo que más quieras, dame más, quiero más

De acuerdo, (mientras subía la marcha más, y más, y más, cada vez más duro, más duro, hasta sentirla como sus uñas se clavaban en mi, por su excitación

Cariño me voy, me voy, ¡¡ahhhhhhhhhhhhhh!!

Si, así me gusta (le dije, mientras le aminoraba la marcha, para después volverla a noquear)

Le pedí que cambiásemos de postura, esta vez ella eligió, prefirió estar cabalgando sobre mí, quizás para sentir sus bailoteos aun más, mucho más.

¡Wow!, Eres divino.

Me encanta que te encante, pero todavía tengo algo de carrete por darte.

¡Ohhh!, si me encanta, sigue, sigue.

Mientras ella se ponía frente a mí con sus manos en mi pecho y esta vez ella hacía sus movimientos circulares, describiendo pequeñas elipses, unas suaves, otras fuertes, y yo seguía mientras acariciando su pecho, rodeando mis manos por su trasero, circulando por sus curvas, delicioso, la intensidad, subía y subía, cada vez era mayor y mejor, me sentía casi en la eyaculación, pero no quería, por lo que tuve que desconectarme mentalmente un poco, ella mientras me montaba, me dirigía, más y más, y más, hacia un camino de no retorno, esta vez nos fuimos los dos a la vez, quizás es lo mas bonito y tremendamente sensual, nos abrazamos y caímos rendidos a la cama, entre sudor, pero como aún la tenia empalmada no quiso perder la ocasión para darle una probadita y vaya si se la dió, fue algo riquísimo y difícil de olvidar.

Tras varias horas después nos vestimos, salimos del hotel y nos volvimos para darnos una buena marcha en algún antro de moda, pero queridos amigos esta es otra historia.

Autor: el catman

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