Una cita en el hotel para devorarla
Arrodillado delante de ella, de pie y con su pierna derecha en la cama, comencé a besar su abultado coño e inmediatamente me llegó su olor a hembra a través de esas deliciosas y empapadas bragas.
Desde aquel email, Ana y yo nos fuimos acercando poco a poco, jugando. Y planeamos conocernos físicamente a lo grande. Cuando llegó el día, quedaron por la tarde en el hotel acordado y...yo llegué 5 minutos tarde y allí estaba ella, en la recepción...
Cuando admiré semejante maravilla de mujer pensé para mis adentros-"mejor de lo que imaginaba, qué cuerpazo redondo, que boca, que ojos...qué hembra."
Nos sonreímos, poco había que hablar después de todo lo escrito, dos besos(su olor ya me excitó al instante, poco perfume, mucho olor a cuerpo de mujer), hice rápido los trámites para que nos dieran las llaves del cielo y nos metimos en el ascensor.
Como dos lobos hambrientos nos abalanzamos sobre nuestras bocas en un beso húmedo, caliente, con las lenguas haciendo su trabajo profundamente, como prolegómeno de lo que estaba a punto de ocurrir.
Salimos de aquel ascensor sin aire, relamiéndonos. Rápido hasta la habitación, de la mano. Adentro...No pude ni quitarme la americana...otra vez su deliciosa boca, mis manos entre su precioso culazo y sus ricas tetas.
"Vamos-me dijo-lo prometido". Así que nos dispusimos a cumplir promesas: la de Ana llevar a la práctica con mimo y detalle cada una de las caricias, besos, lametones y juegos de dedos que describía mi primer relato...y las mías: que aceptase mi sugerencia de tirar las cuchillas de depilación y el reto de descubrir otra de las posturas que más me excitan...;)
Nos desnudamos el uno al otro con prisas, con ansia de descubrir...cada detalle era mejor en vivo que en las fotos que me había ido enviando...devoré sus tetas, sus enormes pezones, sus axilas(deliciosas, naturales, sabrosas, con un par de semanas sin cuchilla que las agrediese), mi lengua en su ombligo y...ese culotte rosa transparente que dejaba adivinar el abundante vello pubico que guardaba. Arrodillado delante de ella, de pie y con su pierna derecha en la cama, comencé a besar su abultado coño e inmediatamente me llegó su olor a hembra a través de esas deliciosas y empapadas bragas.
Vamos a probar, me dijo, a ver si acierto. Me hizo tumbar en la cama, desnudo, me miró con sonrisilla maliciosa y mordiéndose el labio se subió a la cama de pie, avanzó hacia mi caminando sobre el colchón...(joder, va a acertar!!), puso sus dos pies a ambos lados de mi cabeza de modo que su enorme coño peludo, ya sin bragas, quedó encima de mi cara. Solo nos separaba la distancia de sus piernas hasta que, poco a poco, fue poniéndose de cuclillas hasta que, sujeto su culazo por mis manos, quedó su delicioso coño completamente abierto sobre mi boca, que empezó a lamer y tragar desesperadamente todos los flujos y sabores que me daba. La lengua bien adentro de la vagina, fuera, arriba al clitoris, dentro de la vagina, fuera a su ano. La cara de Ana sentada en mi cara, cabalgando, restregándose era increíble...me corro, me decía...espera, le dije. Tal y como la tenía agarrada las nalgas, le di la vuelta, dejando su culo a mi merced y mi polla a la merced de su boca....
Continuara...