Una cita de interneet

Lo que puede pasar con una desconocida una noche dejándo a un lado el ordenador.

Nos habíamos conocido a través de internet y llevábamos varios días hablando, a lo largo de esos días nos habíamos contado de todo, o casi de todo, así que llegó el momento de vernos en persona y no solo a través de una pantalla y con unas fotos.

En las fotos veía a una chica morena, con flequillo y media melena, de ojos grandes y labios carnosos, una chica muy atractiva.

Quedamos en un bar de copas a las 10, cuando llegué ella ya estaba ahí, reconocía esa cara pero me quedé impresionado con su cuerpo, era alta, con una figura estupenda y unas piernas largas, sus pechos firmes, llevaba un vestido precioso, negro, por encima de la rodilla y unos zapatos con bastante tacón, lo que la hacía parecer mas alta.

Entramos en el bar y pedimos una copa, la situación era extraña, habíamos hablado tanto a través del ordenador y ahora estábamos cara a cara, solo podía pensar en las confesiones intimas que nos habíamos hecho al refugio del secreto que da un ordenador.

La situación era cada vez mas distendida, un ron con coca cola detrás de otro, se rompía el hielo y cada vez nos acercábamos mas para hablar, había momentos en que notaba su aliento.

Ya era hora de irse y yo estaba terriblemente caliente, entre el alcohol y ella, solo pensaba en llegar a casa y masturbarme.

Se subió en mi coche y al levantar la pierna para sentarse vi que llevaba medias de esas que se sujetan al muslo.

Eran las 4 de la mañana, no había nadie por la calle y nosotros estábamos parados frente a su portal, llegaba el momento de la despedida, íbamos a darnos dos besos y uno de ellos fue tan precipitado que casi nos besamos en los labios, nos miramos como pidiendo perdón por aquello pero inmediatamente volvimos a besarnos de forma apasionada, nos comíamos literalmente la boca, aún recuerdo su lengua, mordía sus labios, respirábamos de forma agitada. Yo la sujetaba por la cintura y sentí como abría sus piernas, así que bajé mis manos hasta tus muslos, los acariciaba de arriba abajo llegando hasta el borde de sus medias.

Tócame pidió ella e inmediatamente metí la mano, aparte su tanga y comencé a masturbarla, estaba muy húmeda, su tanga estaba empapado, así que debía de llevar un buen tiempo ella también caliente. Acaricié su clítoris, y mis dedos se deslizaron entre sus labios y entraron en su coño, era cálido y húmedo, ella gemía, suspiraba mientras yo la masturbaba.

Puso una mano sobre mi pantalón y comenzó a desabrocharlo, sacó mi polla que estaba a punto de reventar y empezó a masturbarme ella también.

Separó su boca de la mía y se agachó, note su lengua recorriendo mi polla de arriba abajo, sentía como se la metía entera en la boca, mientras lo hacía bajé mi mano por su espalda hasta llegar a su culo, aún tenía el tanga apartado y moje mis dedos en su humedad.

Vamos al asiento de atrás me dijo e inmediatamente, casi de un salto, llegamos al asiento de atrás, me senté y ella se puso encima mío.

Levantó su vestido y con cierta dificultad se quitó el tanga, cogió mi polla y la colocó a su entrada, se sentó de golpe, estaba entero dentro de ella.

No dejaba de moverse, de jadear mientras yo sujetaba su culo fuertemente, nos besábamos, nos mordíamos, nos lamíamos entre suspiros, yo la daba azotes en el culo, apretaba sus nalgas y ella no dejaba de cabalgar.

Sujeté su pelo por la nuca y tiré hacia atrás, veía su boca entre abierta con una mueca mezcla de dolor y placer y gimió… voy a correrme

Arqueó su cuerpo hacia atrás y puso sus manos sobre sus tetas, yo levante mi culo para entrar aún mas dentro si es que podía y así nos corrimos, fue brutal, nos quedamos un buen rato extenuados en esa misma posición.

Me besó en la boca y se fue diciendo… te conectarás mañana verdad?