Una cita a ciegas (1)

Me estreno en esto de escribir este tipo de relatos, y para entrar con buen pie, les cuento una experiencia propia...¡Lo que puede dar de si una cita a ciegas!

La experiencia que cuento se centra en una epoca de mi vida en la que tras algunas parejas estables, vivi una serie de aventuras llenas de placer y de sensaciones fuertes.

Durante una noche de verano torrida, de esas que son típicas donde vivo, no podia conciliar el sueño. Se me ocurre encender el ordenador; Y no tengo mejor idea que meterme en un chat. No era muy fan de estos sitios, pero no hay cosa peor que el insomnio. Empece a chatear y no era muy productivo. Pensé "esto es decepcionante". Tras unos minutos riendome de algun comentario rocambolesco, abro privado con cierta chica. Su nick Azafata25. Sugerente, pero no tengo muchas esperanzas.

Para mi sorpresa, la conversación sigue, y tras preguntarle las tonterias de rigor, ( esas preguntas que bien podria hacer un inspector de hacienda), consigo que se ria, y que empieze un juego. Comenzamos a lanzarnos frases rebuscadas, pícaras, algunas malintencionadas e incluso desvergonzadas, otras tantas ingeniosas; Al final, llegamos a tener cierto grado de complicidad. Se me despierta la curiosidad. Descubro que es azafata de eventos y que es morena de pelo liso, con ojos verdes, y delgada. No me creo una plabra, claro.

En cierto momento, tras varias horas chateando, me pide el teléfono. La llamo. Su voz es sensual, jovial y llena de matices calidos. Me llama la atencion su forma de hablar, y como en algun momento se pone nerviosa. Hago un ejercicio mental y le ponga cara y cuerpo a la voz que escucho, pero al final desisto, pues seguro que nada es lo que parece.

La conversacion se alarga, son las 4 de la mañana y decidimos hablar en otra ocasión. Cuando cuelgo el teléfono, miro extrañado el móvil. Tengo sudorosas las manos, la oreja caliente, el corazón atropellado y una incipiente erección. Por algun motivo esa voz me habia excitado y habia sido casi sin querer.

Pasan los días convencido de que había sido una noche extraña y que no iba a volver a llamarla. Era una tonta fantasía.. Pero esa noche recibo un toque. Es ella. Inocentemente sonrío. Luego sonrío travieso. Luego empiezo a pensar y la llamo. Tras pasar un buen rato, sin grandes artificios quedamos para vernos. Esa misma noche a las 2, tras arreglarme, me pongo en marcha. Ella vive en un pueblo a media hora. Durante el viaje, pienso varias veces en darme la vuelta, pero mi curiosidad puede mas.

Llego a una plaza donde habíamos quedado y la espero un buen rato. Ya pienso que me ha tomado el pelo; Que no aparecerá. Y de repente lo hace. La veo venir por una escalinata que desemboca en la plaza. Una chica morena, 1.70 de estatura, estilizada, guapa y con unos ojos verdes que quitan el hipo. Me quedo alucinado. Lleva unos tacones no muy altos, unos pantalones blancos muy cortitos y una camiseta de tirantes bien ceñida al cuerpo. Se marcan bien sus caderas y sus pechos, no muy grandes pero firmes. Nos saludamos, y empezamos una tensa primera conversación. No puedo dejar de mirar su bonito cuello y sus labios. Son jugosos y de un rojo natural intenso. Tras un rato me dice que quiere enseñarme algun rincón de su pueblo. Vamos a un mirador. Todo esto sucede sin apenas darme cuenta; Es como ir en una nube.

Llegamos al mirador. En el coche me pregunta por mi trabajo, por la familia y por algunas cosas irrelevantes. Yo ardo en deseos de poder acercarme mas a ella. En ver que quiere de mi. Pronto salgo de dudas: En cierto momento coge una camiseta que yo tenia en el coche. Un recuerdo de algún viaje. Para mi asombro, con carita de niña, me pregunta si se la regalo. Le digo que si. Entonces sale del coche, y tras mirar a un lado y otro, se quita la camiseta, para ponerse la mia. Lo hace mirándome, sabiendo que me he quedado atónito. Noto en sus ojos cierto grado de malicia. Sus senos, recogidos por un bonito sujetador lila con encaje, quedan expuestos ante mis incisivos ojos. Me esta provocando y bien que lo sabe. Vuelve a entrar al coche, y me pregunta como le esta mi camiseta. Solo alcanzo a balbucear, que genial...

Necesito algo de aire, salimos del coche y paseamos hasta el mirador. Me atrevo a tocarla por primera vez, ayudandola a salir del coche. Ella coge mi mano y la hace pasar po sus caderas. Me dice que tiene algo de frío. Andamos hasta una larga pasarela que logra alcanzar el borde de un risco que mira al río. El paisaje es impresionante. La pasarela esta recorrida en cada uno de los bordes por un muro bajo. Tras estar viendo unos minutos las luces del pueblo y la luna reflejada en el río, paso mi mano hasta abrazar su cadera y tiro suavemente de ella hacia mi. Noto su pelo rozandome y como huele a vainilla y rosas.

Entonces empiezo a acariciar su hombro, noto como se destensa su cuerpo, como deja reposar su cabeza en mi hombro y empieza a contarme algunas cosas dolorosas de su vida. Cuando termina la beso. Un beso tierno y sincero. Ella me mira y en ese mometo sus ojos nerviosos revolotean intentando ver todos los ángulos de mi cara. Una fina película acuosa deja translucida su mirada, y las lagrimas luchan por desbordarse. Nos abrazamos y comenzamos a besarnos, al principio con suavidad, pero la excitación hace que despierten los instintos. Voy notando como su boca se abre mas y como comienza la guerra humeda de nuestras lenguas. Como venganza por su escurridiza lengua, muerdo sus labios carnosos, los succiono y consigo arrancar los primeros suspiros de placer.

Mis manos aferran su cuerpo con tenacidad; La atraigo hacia mi, notando como sus pechos se aplastan contra mi torso y como mi abultado pantalón choca contra su vientre. Ella mete sus manos por debajo de mi camiseta, y comienza a pasear sus manos por mis pectorales, luego por la espalda, se acerca al vientre y juguetea con mi ombligo. Mis manos se mueven y comienzan a recorrer su cuello, a acariciar sus mejillas mientras mi boca se aparta de la suya, y se dedica a besar su mentón, luego la linea de su mandíbula, hasta llegar a la zona del cuello cercana a sus orejas.

En esa zona me recreo. Ella intensifica sus gemidos y flexiona su cabeza dejandome acceso libre a todo su cuello. Mis manos se mueven deprisa buscando el relieve de sus tetas. Primero por encima de la ropa interior, y luego, tras comprobar lo duros que estan sus pezones, acierto con el cierre del sujetador y me afano en masajear sus suaves pechos.

Ella logra apartarme y me quita la camiseta. Y tambien se quita la suya. Hasta ese momento no nos habiamos dado cuenta que estabamos a la vista de todo el mundo. Eso parecia excitarla aun mas. Ella me coje y me lleva hasta la pasarela. Apoyo mi espalda en uno de los muros. Ella, entonces, dobla las rodillas hasta tener mi entrepierna frente a su cara y me mira desde abajo, con lujuria. Quita los botones de la bragueta con parsimonia saboreando mi inquietud. Desde mi perspectiva veo sus pezones, respingones, que bailan al son de sus lánguidos movimentos. Logra bajarme los pantalones hasta los tobillos.

Ante sus ojos esta mi verga, dura como el marmol, encerrada en los boxers. Masajea con suavidad el contorno de mi pene, por encima de la tela. Acerca su boca a mi glande y cuando siento su aliento, se aparta. Sonrie y vuelve a tocarme, esta vez con mas intensidad, verificando como palpita mi miembro. Con un movimiento enérgico me baja los boxers, y mi pene queda liberado de una sacudida. Sin pensarselo se acerca y lo besa en la punta. Un beso cándido tras otro... y de repente, sin verlo venir, agarra mi pene con maestría y se lo introduce en la boca. Me dejo llevar y ella comienza con una ritmica y deliciosa cadencia. Cuando se lo introduce, mueve su lengua rozando mi glande, produciendome mucho placer. Cuando se lo saca, aprovecha para lamerlo como si fuera un helado, y para hacer lo propio con mis testiculos. En ese momento es cuando agarro su cabeza, y con cuidado presiono para que mi pene profundice en su deliciosa caverna. Asi empiezo mi propia cadencia, follando su boca chorreante de mis fluidos. Ella en todo momento intenta mirarme, sabiendo que esa mirada me pone aun mas caliente...

Continuara...