Una chica y un bar
Lo que le paso a una chica en una bar mientras varios mirabamos.
Hoy os voy a contar lo que me sucedió un día, bueno en realidad a mí no me sucedió, yo tan solo fui testigo.
Había salido a dar un paseo, acabe dando vueltas por la zona vieja de la ciudad, barrios no demasiado recomendables la verdad, en cada calle encontraba camellos ofreciendo su mercancía y en casi cada esquina prostitutas ofreciendo la suya, o como decían ellas pasar un buen rato, aunque a mí no me lo parecía, ya que, aunque algunas parecían muy jóvenes, incluso demasiado, a todas se las veía muy colocadas y estropeadas.
Después de andar durante bastante tiempo me sentí sediento, a pesar de que era ultima hora de la tarde el calor era sofocante, encontré un local que me pareció algo mejor que los otros y en ese entre, pese a ser un local muy viejo se veía limpio, además se notaba que en su momento habría sido un local de moda, era grande, tenia varias mesas a un lado frente a la barra, luego tres mesas de billar y al fondo varias mesas más con sofás.
Mire alrededor en total éramos doce hombres los que ocupábamos el local, tres en una mesa, dos más en sentados a las mesas pero solos, otros dos en la barra, y tres jugando al billar, el camarero y yo, me acerque a la barra manteniéndome apartado de los demás clientes, por sus miradas se veía que hablaban de cosas suyas y no quería que pensasen que les trataba de oír.
Cuando el camarero se me acerco le pedí un combinado, al servírmelo el camarero por ser simpático me quiso dar algo de conversación.
-¿Qué tal amigo? Nunca le había visto por aquí.
-Claro, no vengo mucho por esta zona.
-Ya, por desgracia no mucha gente viene por aquí.
-La verdad es que parece que esto a vivido mejores tiempos.
-Y que lo diga.......
Me siguió hablando, pedí otro combinado y le invite a beber a él, me contó que el local lo había abierto su abuelo, que después lo había llevado su padre y que él ya lo habría vendido si no fuese por que tan solo lo podía colocar como puti-club y no quería que acabase así, también me dijo que se había enterado que el ayuntamiento quería reformar todos los barrios del casco antiguo y entonces recuperaría algo de vida.
Pasado un rato, yo me estaba tomando el tercer combinado y el camarero la segunda copa invitada por mí, entraron al bar dos hombres con una chica, ellos con pinta de rufianes de barrio, ella, ella parecía tan fuera de lugar como yo, tenia pinta de niñita bien, apenas 20 años, media melena rubia, buen tipo y vestida con ropa cara, ellos le iban hablando y ella no paraba de asombrarse y reír.
Se fueron al fondo del local, a las mesas con sofás, uno de los tíos vino a la barra pidió tres cervezas y mientras el camarero le cobraba echo algo en una de las cervezas, luego agarro dos cervezas con una mano y la que le había añadido algo con la otra, regreso a los sofás y le entrego la cerveza con el añadido a la chica. Fueron bebiendo las cervezas.
Le pague las consumiciones al dueño del bar con la intención de largarme de allí, pero él me invito a un nuevo combinado que no me dejo rechazar.
Más o menos todos los que estábamos en el local seguíamos pendientes de la chica, que fue animándose muy rápido, se levantaba y bailaba la música que sonaba mientras no paraba de reír, ellos sentados en el sofá le metían mano en sus piernas, cuando subían demasiado ella se quejaba, la dejaban un momento y volvían a comenzar.
Al poco ella se derrumbo en el sofá, ayudada por ellos quedo entre los dos y entonces los rufianes se dedicaron a sobarla de verdad, las quejas de la chica cada vez eran menores y tardaban más en llegar.
Pronto uno de ellos tenia la mano metida en la blusa sobandole las tetas el otro hacia lo propio con sus muslos, le había subido tanto la falda que desde donde yo estaba le podía ver las bragas. Luego sin preocuparse de los que estábamos mirando la fueron desnudando, casi todos los que estaban mirando se tocaban colocándose el paquete, señal de que estaban empalmados, yo también lo estaba.
Los dos clientes que estaban en la barra y los dos que estaban solos en las mesas salieron del local. Quedamos ocho mirando como aquellos dos se aprovechaban de la chica, uno le estaba chupando el coñito y el otro se dedicaba a sus tetas.
Él que chupaba las tetas de la chica se puso de pie, bajo sus pantalones y los calzoncillos, quito a su compinche de entre las piernas de la chica se puso en posición y la penetro, todos nos quedamos viendo como la penetraba con fuerza mientras el otro se bajaba los pantalones y se sobaba la polla esperando su turno.
Desde donde estaba podía escuchar los quejidos de la chica al ser follada tan burdamente. El tipo no paraba de penetrarla y cada vez lo hacia más rápido hasta que por fin vi en sus gestos que estaba descargando en la vagina de la chica.
En cuanto se retiro su compinche ocupo su lugar, este fue algo más suave con la chica, se la follaba con embestidas lentas y largas, debía sacar casi todo su cipote y enterrarlo de nuevo hasta en fondo, la música había acabado y el camarero no se preocupo de poner más, ahora se escuchaban los quejidos de la chica con más nitidez, de vez en cuando el tipo le enviaba la polla de golpe hasta el fondo y se podía escuchar el ruido de sus ingles chocando contra las nalgas de la chica.
El primer rufián ya se había colocado la ropa de nuevo, el segundo seguía follando a la chica, yo apenas lo podía creer, les traía sin cuidado que los mirásemos, además este, al contrario que el primero en follarsela no dejaba de decir cosas como "que buena esta la niña", "hacia mucho que no disfrutaba de un coñito tan apretado" y cosas así. Pasado un buen rato se quedo quieto con toda la polla en el interior de la chica "otro que descarga en ese chochito" pensé. Cuando se retiro se coloco la ropa y sin más los dos se fueron del local sin hacer ni caso de la chica.
Al cabo de unos momentos uno de los que estaban en la mesa de billar se acerco a la chica, se volvió hacia nosotros y nos miro, se giro de nuevo hacia la chica, bajo sus pantalones se coloco entre sus muslos y la penetro. Con parsimonia se la fue follando, ahora lo que lanzaba la chica eran gemidos, no era extraño después de tanto algún placer debía de empezar a sentir, siguió a su ritmo hasta descargar su semen en ella.
Luego fue uno de sus amigos y también se la tiro, mientras lo hacia ya se había formado una pequeña cola para follarse a la chica, hasta el camarero estaba allí esperando su turno. Fui viendo como los siete se la fueron follando uno a uno.
Cuando quedo sola cogí unas cuantas servilletas de papel que había en un plato sobre la barra, me acerque a la chica, me excite mucho al verla tumbada de esa manera y casi inconsciente, tuve que esforzarme para no tirarmela yo también.
De su coño salía semen sin parar que caía sobre el sofá y de este al suelo, me senté junto a ella, con las servilletas le fui limpiando el semen que su chocho rezumaba, luego la vestí lo mejor que pude, la levante y cargado con ella salí del local. Cuando atravesaba la puerta oí que alguien me decía "amigo aquí no ha pasado nada" sonaba a amenaza.
Camine por aquellas calles cargado con ella, procurando que ella andase a fin de que se recuperase de la droga que le habían dado, llevándola hacia zonas no tan peligrosas de la ciudad.
Cuando me pareció que estaba bastante recuperada pare un taxi, busque una dirección en su bolso, también encontré una libreta y un bolígrafo, le escribí lo que le había pasado y no sé por que mi número de teléfono. Pague al taxista para que la dejase en su casa dándole una propina para que se asegurase de que llegase bien.
Días después recibí una llamada, resulto ser ella quería verme ......
PERO ESA ES OTRA HISTORIA ................