Una chica surfera.

Sigue la aventura con la guapa surfera

Este relato es la segunda parte de  "Surfeando en la playa"

No me creía que estaba andando con ella. Durante mucho tiempo nos cruzábamos por la calle y sólo la miraba. No me atreví a hablar con ella durante mucho tiempo. Incluso alguna vez que me saludó fui incapaz de responderla. Si ella no se lanza lo más seguro que no hubiera pasado nada. Aunque no sé si es timidez o miedo a que mis nervios me traicionen y diga algo que pueda molestar. O bien me trabuque al hablar y eso haga que se rían de mí. Tengo un gran sentido del ridículo y mucha vergüenza.

Íbamos andando hacia mi casa. No estaba lejos de la playa, pero tampoco cerca. Teníamos un paseo de 15 minutos. Estaba chispeando. La dije que se montara en mi bici y yo llevaría su tabla de surf. Educación y galantería ante todo. Protestó pero conseguí que se montara. Fuimos hablando durante el trayecto. Yo tengo un andar rápido y ella había puesto un cambio lento en la bici.

Llegamos a casa y me puse a preparar la cena. Algo rápido y fresco, una ensalada de pasta. Pimiento, pepino, tomate, maíz, algo de atún y las espirales de pasta. Le dije que se duchara mientras preparaba la cena , pero quiso ayudarme. Preparó unas coca colas y nos pusimos a prepararla. Cuando quedaba poco tiempo para que se terminara de cocer la pasta, ella se fue a duchar, y yo puse la mesa.

Me acordé de que no la había sacado ninguna toalla limpia y solo estaba la que yo usaba. El baño en el que se duchaba estaba en suite con un dormitorio. Al entrar vi encima de la cama su vestido y la braga del bikini. Sólo con verlo recordé lo que había pasado en la playa y mi polla ya reaccionó, jaja. Llamé a la puerta pero no me oyó. Abrí la puerta y ella estaba de espalda. La mampara estaba chorreando agua. Ella se giró. Me vio. La enseñe la toalla limpia, la dejé en el taburete y al salir me giré para verla. Me sonrió, me puse rojo por haberme pillado y salí del baño.

Más tarde salió del baño con la toalla enrollada y fue a la cocina a beber algo. Le dije que ya estaba la pasta y que aliñara la ensalada que estaba en el frigorífico. Antes de ir a la ducha me pidió otra toalla para secarse el pelo. Me fui a duchar. Cuando salí de la ducha vi que ella estaba en el salón mirando por la ventana. Se había peinado y me había cogido una camiseta que la llegaba hasta un poco por debajo del trasero. El sol estaba poniéndose. Ella destacaba del cielo rojizo que tenía detrás. Me quedé embobado mirándola. Se giró, me vio y sonrió.

­   - Está muy bonito el cielo, me dijo.

­   - Sí, pero más bonita eres tú, Vero. (Lo siguiente que la dije no lo entendí ni yo. Me había vuelto a trabucar)

­   - ¿Qué has dicho?

­   - Que no me creo que estés aquí, pero es que me trabuco y no vocalizo cuando estoy nervioso.

­   - ¿Estás nervioso?

Yo ya notaba que mi polla empezaba a ponerse dura. Ella vino hacia mí. No sabía qué hacer. Se acercó  y suavemente acarició la toalla. Se acerco a mi oído y me dijo en voz baja

­   - ...parece que no sólo te parezco guapa, si no también sexi. Tu "amiguito" así lo demuestra.

Me quitó la toalla. Acarició mi polla, que estaba cada vez más dura y mis huevos. Me besó en los labios.

­ - Ahora sí que tienes huevos, jajaja.

Se puso de rodillas y empezó a chuparme la polla. La cogí por la axilas y la puse de pie.

­   - ¿No te gusta que te la chupe?

­   - Vero, sí me gusta. Pero ahora quiero hacer otra cosa. Antes fuiste tú la que me follaste. Ahora quiero ser yo quien lo haga.

La besé. Y mientras el beso en sus labios duraba recorría su espalda con mis dedos acariciándola. Me encanta recorrer con mis dedos su columna varias veces y terminar acariciando su trasero. LA quité la camiseta y fui besando y acariciando todo su cuerpo. Sus suaves hombros. Jugué con sus pechos, lamiendo, chupando, acariciando sus pezones con la lengua. Los tenía en punta y muy duros. Mis manos bajaban por sus costados recorriendo su culo y sus muslos. Me puse de rodillas y los besé. Fui besando sus piernas y a la vez acariciándolas con la punta de los dedos.

Miré a su pubis y a la línea de pelos fina encima de su clítoris. Acerqué mi boca. Lo besé y lamí. Ella soltó un gemido. Mis manos acariciaron y cogieron su culo mientras mi lengua lamía su pubis y su clítoris. Pasé mi mano por sus labios vaginales. Estaba muy mojada. Me llevé los dedos a mi boca y me deleité en su sabor. Me incorporé y volví a besarla. Un beso largo, jugando nuestras lenguas. Mi polla tocaba su pubis. Ella estaba abrazada a mi cuello mientras nos besábamos. Bajé una mano y la levanté una pierna. Mi polla se deslizó hacia su vagina. Notaba su calor en el glande. Con cuidado llevé la punta de mi polla hacia la entrada de su vagina. La levanté la otra pierna y en volandas fui bajándola suavemente hasta que mi polla se metió totalmente dentro de ella. La penetración era muy profunda. Ella volvió a gemir. Con cuidado fui metiendo y sacando la polla. Notaba sus pezones duros en mi pecho y su aliento y gemidos en mi oreja.

Me moví un poco y apoyé su espalda en la pared lo que me permitió follarla con más fuerza. El mete saca era rápido y también paraba para sentirla bien. Notaba como su vagina apretaba la polla. La agarré fuerte del culo y volví a follarla con fuerza. Cada vez me abrazaba con más fuerza y sentía más presión en la polla. De repente empezó a gemir fuerte y empezaron a escurrirse jugas por mi polla. Estaba teniendo un orgasmo. Era la primera vez que hacía que una chica se corriera así. Ella tenía espasmos continuos. Saltaba de un orgasmo a otro. Me moví y la tumbé en la cama y seguí follándola fuerte. Sus orgasmos seguían y ella agarró fuertemente las sábanas en el éxtasis del placer. Yo seguía follándola hasta que me corrí dentro de ella, pero ella seguía con los últimos espasmos de placer. Estuve un rato encima de ella abrazados los dos. Nos miramos. La besé y me sonrió. La saqué la polla y me tumbé a su lado. Me acarició la cara.

Yo tenía la polla chorreando de restos de mi semen y de sus jugos. Ella también estaba chorreando, de hecho la sábana debajo de ella estaba empapada. Me agaché y con la lengua me puse a limpiar su coño. Ella me dijo que no lo hiciera, pero seguí hasta que no dejé ningún flujo saliendo de su coño.

­   - Ya estás bien limpita, jajaja

­   - ¡Anda! ¡Que guarrete eres! Pero cuanto me ha gustado.

­   - ¿Cenamos ya? Ponte la camiseta y nos sentamos a la mesa. Si quieres busca un pantalón corto en mi armario, si te valen claro.

Nos pusimos las camisetas, y unos pantalones cortos.. Ella encontró un pantalón que le quedaba bien. No era mío, y no sabía de quien podría ser.

LA cena estuvo muy bien. Buena conversación y mejor compañía. La ensalada la aliño ella. Estaba muy buena, pero descubrí que ella es más de aceite que de vinagre en las ensaladas. Yo soy de lo contrario, ensaladas con más vinagre. Me lo eché a la mía y asunto arreglado. Al terminar la cena decidimos ver una película. Mientras yo recogía los platos y los ponía en el lavavajillas, ella se puso a buscar una peli. La dije que tenía un disco duro con muchas películas bajadas y que buscara la que más le gustaba.

­   - ¿Elijo la que quiera?

­   - Sí , no hay problema.

­   - ¿Estás seguro? Pues escojo está. Es un poco picante, pero creo que te gustará.- Y se sentó en el sofá.

Pone la peli, pero la deja en pausa. Cuando llego me llevé una mala sorpresa. La peli que había encontrado en el disco duro era una porno. No me acordaba que tenía varias bajadas. Al ver la pantalla me quedé parado y balbuceando fui capaz de hablar.

­   - Por favor, quítala. ¡Joder, qué metedura de pata! Perdona. No sé qué pensarás de mí por tener pelis porno.

­   - Jajaja. Pues pienso lo que todo el mundo, que te haces pajas, jajaja.

­   - Por favor, pon otra película.

­   - No, me apetece verla y verla contigo, tontorrón.

Y dio unos golpes con su mano al cojín del sofá para que me sentara a su lado.

­   - ¿Quiénes son los actores?

­   - Ella es Little Caprice. Es una actriz guapa y muy sexi. Además pone unas caras que me alucinan. Él ni idea.

­   - ¿De qué va la peli? - Me pregunta con una sonrisa sarcástica mientras me mira pícaramente.

­   - Creo q ésta va sobre una "noche romántica en Paris"

Nos pusimos a verla. Yo todo nervioso y tenso. No sé iría a hacer. Me imaginaba que mandarme a la mierda.

­   - Un poco hortera vistiendo ¿No te perece?

­   - No sé qué decirte.- No sabía ni que decir, realmente.

­   - Y luego recibe al tío en su habitación en lencería. ¡Y qué lencería! Así vestida hasta yo me la follaba, jajajaja

­   - Caray. Sólo es lencería un poco sexi. ..... Bueno, más bien es un "ven aquí que te follo", jajajaja

En la peli se estaban besando y ella empezaba a chuparle la polla. Él estaba en pose de macho dominante y con la mirada le decía que se la chupara bien. Mi polla ya estaba de morcillona a dura y se notaba bajo los pantalones. Vero me puso su mano encima de mi tripa y poco a poco fue bajándola hasta meterla por dentro del pantalón. Empezó a acariciarme la polla. Quise quitarla la mano, pero no me dejó.

­   - Déjame, quiero hacerte una paja. ¿No te las haces? Pues esta te la hago yo, que dicen que las disfrutáis más si os la hace una chica.

Empezó a subir y bajar la mano con suavidad. Sus manos eran delicadas y suaves y las sensaciones que me producían jamás las había sentido. Yo empecé a acariciarla un pecho por encima de la camiseta. Se la marcaban los pezones, los tenía ya muy duros.

Como mi pantalón la molestaba me los quería quitar. Levanté el culo del sofá y la ayudé. En la peli el tío empezó a comerla el coño. Noté como ella estaba excitada por cómo se movía y empecé a rozarla el coño por encima del pantalón. Me había puesto la polla super dura y seguía con la paja. Se agachó un poco y me la chupó, pero lo hizo por poco tiempo. Empezó a salirme unas gotitas del glande. Ella las cogí con un dedo y se las llevó a la boca. Las siguientes también las cogió, pero me las dio a mí a chupar. El actor había tumbado a Caprice en la cama y se la estaba follando dura. Me recordó cuando hace poco tiempo había follado así a Vero. Cerré los ojos, recordé su cara y el sentimiento de placer que Vero manifestaba. También las sensaciones que yo tenía. En poco tiempo empecé a correrme. Fue poca la corrida, era mi tercera.  Mi semen se escurría por su mano. Se la llevó a su boca y fue chupándolo. Con mi semen en su boca me dio un morreo bestial.

Ella también estaba muy excitada y miraba la película. Abrió sus piernas. Se metió la mano en su pantalón y empezó a acariciarse. Yo me puse de rodillas entre sus piernas. La quité el pantalón. su coño estaba brillante de sus jugos. Vero se quitó la camiseta y se pellizcó los pezones. Se mojó un dedo y empezó a hacer círculos a su alrededor. Yo hundí mi cara en su coño y empecé a comérselo. La chupaba y succionaba el clítoris y con las manos acariciaba sus labios vaginales y sus piernas. Mi polla volvió a estar dura. Me incorporé y la besé con toda la cara empapada de sus jugos. Ella cogió mi polla y empezó a utilizarla como un dildo. Con el glande se frotaba y golpeaba su clítoris. A la vez yo la pellizcaba y sobaba sus tetas. Cuando se frotaba el clítoris aprovechaba y empujaba un poco para que sintiera un suave golpe en el clítoris. Cuando empezó a correrse soltó mi polla y aproveché para metérsela de golpe. El grito de placer que dio debió oírse hasta en la playa. No paraba de gritar y de encadenar un orgasmo tras otro. Yo no paré de follarla hasta que ella se quedó quieta. Yo no pude correrme de nuevo, pero el placer que sentí era el mismo. Me puse a su lado. Estábamos los dos cansados y sudados. Pasado un rato la dije:

­  -  ¿Te duchas tu primero?

­   - No, hazlo tú. Necesito recuperarme un poco, y luego me ducho.

Nos duchamos los dos por separado y después nos fuimos a dormir. Había sido un día cansado, pero muy placentero.