Una chica muy especial (Libro 3º - Capítulo 2)

Este episodio marca la línea roja, entre el amor, la relación el respeto y la pasión. Sólo podrán asimilarlo, quienes sigan mis episodios y relatos. De cualquier modo, espero que os agrade totalmente, este aparente cambio de rumbo. Un beso a TodoRelatos y a mis seguidores, por permitirme expresar de este modo mis fantasías. .............Siempre agradecida........Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 3º - Capítulo 2º

Cuando todo el proceso hubo finalizado, Ady esperaba ser desatada y cedida a aquel señor, que ya le caía bien.

Antonio, al verla ya reanimada, comenzó desanclando sus tobillos, para después liberarla las muñecas, masajeando un poco sus brazos, para que recobraran el riego sanguíneo.

  • Señor Marqués. Mi esclava está lista para Ud. Si lo desea, una ducha rápida la quitará los restos del bálsamo. Aunque la verdad es que deja una buena fragancia y no pringa, salvo que la piel comience a sudar.

  • Antonio, no habrá problema. Ponla el vestido, sin ropa interior y después las chanclas. El miércoles a primera hora la tendrás aquí, sana y salva.

  • Me parece bien Sr. Marqués. Me quedo tranquilo, sabiéndola en buenas manos.

  • Manos y más cosas, amigo Antonio.........jajajajajaajaja.

Ady, intentó reprimir su risita y lo consiguió a medias, porque su nuevo dueño, se había percatado de la reacción a sus palabras, pero no dijo nada y siguió con la despedida, para que la pequeña Ady, no se sintiese turbada.

El vestido, de los elegidos en la tienda de Claudia, la sentaba cómo un guante. Las chanclas la realzaban aún más. Ady, se abrazó a Antonio y le besó en los labios apasionadamente.

Antonio Marqués se retiró a una distancia prudencial, simulando que miraba unos libros.

Ady y Antonio, se miraron y supieron que siempre estarían juntos, a pesar de esas pequeñas escapadas, pactadas.

  • Bueno, creo qué es hora de irnos ya. Antonio, muchas gracias por esta cesión tan acelerada. En cuánto a tí, Ady. Gracias por ser generosa con tu amor y por darme el gusto de poderte contemplar durante unas horas.

Ady, se ruborizó un poco al escuchar esas palabras de su nuevo dueño. Y se despidió de Antonio, para acercarse hasta su nuevo protector durante algo más de día y medio.

Antonio, se sintió demasiado sólo en cuánto se hubieron ido y llamó a Sandra y a Raquel, por ver sí estaban dispuestas a una sesión. Raquel, le confirmó que en una hora estaría dispuesta para él, durante todo el día ya que Elías se había ido de viaje hasta el día siguiente.

Sandra, se excusó, porque Arturo la llevaba a comprar ese día.

Ady, subió al coche enorme de Antonio Marqués y se acomodó en los confortables asientos de cuero crema. Sintió que se le pegaban los muslos y las nalgas al cuero de los asientos y qué producían sonidos malsonantes.

Antonio Marqués, lo remedió, poniendo una mantita de viaje en el asiento.

Ady, se sintió más cómoda y agradecida, desabotonando su vestido completamente, para que él pudiese observarla desnuda.

  • Ady, colócate el cinturón de seguridad. Pero gracias por ese detalle. Me gustas bastante cómo persona y mujer. Espero que te sientas muy bien a mi lado.

  • Gracias a Ud. Señor. Me adula con sus maravillosas palabras, pero se las agradezco. Espero estar a la altura de lo que espera mi Amo, de mí, Señor.

  • No me llames Señor, llámame Tonino, es más coloquial.

  • Tonino?.........uy.........uy......, no podré hacerlo Señor.

  • Y éso, por qué?.

  • Tuve un sueño el otro día muy enrevesado, casi con los mismos protagonistas, aunque con caras sin definición. Lo pasé fatal durante el sueño. Y lo peor, había un tal Tonino, que me atormentó hasta la locura total.

  • Tendrás que contarme todo ese sueño, Ady. Lo harás en mi cama esta noche, entendido?.

Ady, se entristeció y él se lo notó.

  • Ady, debes contar tu sueño a alguien, para así poderte despojar de él. A mí me gusta que me lean mis novelas preferidas, pero en tu caso me sentiré muy bien, sí me cuentas ese sueño tuyo.

El chófer disminuyó la velocidad y anunció..:

  • Señor, llegamos a un control de carretera.

Ady, antes de que le dijera algo, ya se abotonaba el vestido, quedando decente y aparente.

  • Señor, diré, si me preguntan que soy su ahijada, si le parece bien.

  • Me parece de maravilla Ady. Seré tu padrino de boda, aunque ahora soy tu padrino real, de modo imaginario. Gracias.

El chofer detuvo el coche y bajó la ventanilla. Pasó al agente toda la documentación del vehículo y su carnet de conducir.

El agente, hizo que bajaran la ventanilla de la parte de atrás, en donde estaban don Antonio Marqués y su ahijada Adya Rodríguez.

Ady, sonrió al agente, que era guapo y joven y a una petición del mismo, le entregó su DNI.

El agente asintió y les saludó, dando por controlada la parada.

El chófer arrancó y tomó velocidad paulatinamente, al tiempo que Ady, de desabrochaba el vestido y se quedaba desnuda de nuevo.

  • Una actuación excelente, preciosa mía.

  • Gracias, Señor.

  • Llámame Tonino, por favor, aunque sólo sea una vez.

  • Vale........Gracias.......Tonino.

  • Así está mejor. Comeremos sólos en mi palacio. Realmente es un castillo medieval. Pero yo le llamo palacio. Me gusta más que eso del señor del castillo. Suena a anuncio de leche, no te parece?.

Ady, reía y reía, ante esas palabras, sin cortarse un pelo. Su risa era tan contagiosa, qué hizo que riera el chófer, además de don Antonio.

  • Para ya, pequeña, o moriremos de inanición.

Ady se fué calmando poco a poco, mientras se dejaba acariciar por las manos de Tonino, hasta que finalmente y cuándo ya tomaban el camino privado, se quitó el cinturón de seguridad, después el vestido y se abrazó a su nuevo dueño, quién la acarició su desnudez y la besó en la boca con verdadera pasión.

El coche se detuvo, en el garaje privado, ya que el Señor, no deseaba ser acometido por el servicio. Ady, completamente desnuda, iba abrazada a él. Tomaron el ascensor y llegaron directamente a sus estancias.

Ady, contemplaba todo aquello admirada y boquiabierta. Estaba desnuda, pero se sentía bien. Iba y venía, sin que Tonino la dijese algo. El sólo la contemplaba desnuda, andando, casi danzando en su casa.

Tonino, era bastante mayor, aunque todavía tenía fuerza en su cuerpo y más en su polla, que era enorme. Lo que le había prohibido muchas actividades.

Ahora tenía a Ady, que seguramente le rehuiría en cuanto le viese la polla, pero por el momento se sentía feliz de tenerla, caminando desnuda, cuál mariposa en un bosque de verano.

  • Ady, antes de comer, desearía contarte un secreto, que quizás te entristezca y te aleje de mí. Sí fuere así, lo entendería.

  • Señor.......digo.....Tonino, contad con mi buena voluntad y decidme lo que deseéis. Me siento de maravilla en esta casa, no sé hasta cuándo, pero por el momento, muy agradablemente.

  • Ady, te importaría desnudar mi polla?.

Ady, se quedó más seria. Era una petición un tanto extraña, pués entrañaba una pregunta al tiempo. Ady, se arrodilló ante él, entre sus piernas, bajó la cremallera y observó el enorme bulto en su boxer. Supo de qué se trataba. Aún así, hizo aflorar la polla que aún no estaba consolidada y la vió enorme.

Ady, ya sabía cuál era el problema de don Antonio. No sabía si podría su cuerpo dejarse hacer por semejante monstruosidad, pero estaba claro que ella lo iba a intentar. Arrimó su boca al glande, pero sólo pudo meterlo un poco en su boca, sintiendo que se ponía más fuerte.

Tonino, se dejaba hacer, muy animado con la devoción de aquella mujer. Y hasta sintió lengüetadas en su glande, algo que nunca le habían hecho antes. Ady, que no se sofocaba ante una polla, separó su boca y acercó su vagina, dispuesta a engullirla, del modo que fuere.

  • Ady, de verdad, deseas que te posea con este tronco?.

  • Sí, Tonino. Deseo que se sienta bien con una mujer, aunque me rasgue la vagina.

Tonino, no podía creer que aquello estuviese sucediendo, pero estaba dentro del coño de Ady, que se movía complaciéndolo con deleite. La mitad de la polla quedaba fuera de la vagina, pero Ady se encargaba de la otra mitad.

Ady movía su pelvis, intentando procurarle un gran placer. Y Tonino, acariciaba sus pezones, con mucha suavidad y dulzura, animándola más aún.

Tonino, terminó por desnudarse de cintura para arriba y Ady pudo observar su cuerpo ancho, pero no obeso. Acarició con la lengua las tetillas de Tonino, hasta hacerle hervir de placer, al tiempo que él le retorcía los pezones, aunque de un modo suave.

La polla estaba funcionando dentro de la vagina de Ady y ésta se sentía placenteramente bien. Le miraba a la cara y sabía que él estaba aún dubitativo de que pudiera correrse dentro de ella.

  • Tonino, anímese y descargue su lechada dentro de mi cuerpo, por favor. Me encantará servirle de algo antes de comer.

Nadie, jamás, le había dicho cosas tan agradables. Se sintió de maravilla, mientras se corría dentro de la vagina, entre espasmos y sensaciones desconocidas para él. Y se abrazó al cuerpo de Ady, que se dejaba penetrar aún con mayor profundidad, mientras él eyaculaba sin cesar.

Cuándo se serenó y Ady se separó, sintió aún nuevos borbotones de esperma, que Ady atrapó en su boca, lamiéndole el glande y parte de la polla, que ahora era más estrecha, hasta que se bebió los últimos flujos de la polla.

Al retirarse, con la cara y el pelo, manchados de esperma, Tonino, la atrajo hacia sí y la besó en los labios. Fué un beso sincero, lento y profundo, lleno de una infinita ternura y amor, que Ady sintió en su ser.

Cuándo se retiraron, sus miradas vidriosas, dijeron el resto. Aún así, Tonino la atrajo hacia él y la abrazó durante varios minutos, sin que hiciese nada más. Sólo sentir su carne desnuda, en la suya propia y sentirse feliz por segunda vez en su vida.

Tonino, pensó que de haber conocido antes una mujer cómo la que tenía abrazada, su vida hubiese sido muy distinta y maravillosa.

Ady, por su parte, se sentía gratificada, con aquel abrazo mudo. Podía sentir los latidos de su corazón, a través del cuerpo de él.

  • Ady, gracias por hacer feliz a un pobre desgraciado. Jamás olvidaré este momento, pequeña mía.

  • Tonino, con mis respetos, creo que lograré que se olvide un poco de este primer momento, porque pienso dedicarme a darle el placer que necesite en las horas que pase con ud.

  • Pequeña Ady, gracias. Me has hecho sentirme joven. Vayamos al baño y aseémonos para ir a comer. Deseas con gente, o a solas?.

  • Preferiría a solas, Señor......digo...Tonino.

  • Muy bien, ordenaré que nos sirvan la comida en esta estancia. Vayamos al baño. Después te haré vestir cómo una reina. La ocasión se la merece. Además lucirás algunas de las joyas que tengo reservadas.

Ady, asintió sonriente y agradecida de aquel señor, que la trataba tan dulcemente. Quizás la mandase azotar o torturar dentro de unas horas, pero parecía que sus palabras fuesen verdad y Ady, se sentía transportada aun mundo de amor. Totalmente nuevo para ella.

En el baño, se introdujeron en la bañera, con agua caliente y sales relajantes, los dos juntos. Ady, se sentía completamente feliz, de que alguien la tratara con esa amabilidad y dulzura. Aquel Tonino, era el bueno. Y de hecho lo demostraba a cada instante, porque la trataba cómo si fuera su primer amor.

  • Qué tal te sientes, pequeña?.

  • De maravilla, Señor.....digo....Tonino. Es muy confortable para mí estar en su compañía y más estar aquí en esta enorme bañera, junto a Ud.

Tonino, la abrazó y atrayéndola hacia sí, la beso en la boca con un beso profundo, aunque corto.

  • Ady, desde hace muchos años, no me he sentido tan bien cómo ahora. Desde que vivía mi esposa, que falleció ya hace más de 15 años. Ella sabía tratarme, cómo tú lo estás haciendo. Ella, tenía a un hombre más joven. Pero tú te comportas igual, con un hombre mayor. Es una delicia tenerte al lado, Adya. Me gusta mejor nombrarte por tu nombre completo. Es un precioso nombre.

  • Gracias, Tonino. Me siento muy bien junto a Ud.

  • Adya, sí no estuvieses comprometida, te pediría en matrimonio. Eres esa clase de mujer que no suele encontrarse y que dá mucho más de lo que recibe a cambio. Eres la figura de un angel guardíán y protector. Una mujer, con la que compartir muchos años de amor. Mis años, no me permitirán vivir en estas condiciones muchos años más, pero la ilusión es algo que no perdemos los humanos. Sí, en algún momento, tu pareja se alejara de tí, prométeme, que vendrías a vivir conmigo, cómo esposa, siempre que yo esté medianamente cabal. Qué tonterías, estoy diciendo. Encontraría miles de hombres más capaces que yo.

  • Tonino, es muy fuerte lo que está diciendo Ud. Es verdad que yo también me quedaría con Ud si no estuviese ya comprometida. Pero sí le prometo, que sí algo no va bien, le llamaré y me uniré a Ud para el resto de nuestros días.

  • Adya, eres una preciosidad de mujer. Espero que te vaya bien en la vida, porque realmente te lo mereces. Pero, me gustaría pedirte una cosa, pequeña mía. Me gustaría, que de vez en cuando, vinieses a visitarme, cómo mi mejor y más íntima amiga y amor, para mí.

  • Lo haré, Tonino. Me gusta Ud y su compañía, a pesar del temor que tenía hace unas horas, siquiera.

  • Nunca más deberás preocuparte ya por nada, con respecto a mí, Adya. Tenía pensado, crear una película sado porno, con tu persona, pero ya no me hace falta. Me ha bastado conocerte y sentirte a mi lado, para ya no ansiar esas escenas. De todos modos, le pagaré a Antonio, lo comprometido.

  • Tonino, realizaré esas escenas para Ud, pero en privado sí me lo permite. Y tódo lo más Raúl, el chofer, verdad?.

  • Bueno, será una forma de tenerte de nuevo junto a mí, que me produce un enorme placer y sosiego. Quizás pienses que chocheo ya. Y quizás sea así, pero tu presencia me libera de muchas penas y te lo sabré agradecer, decidas lo que decidas con tu vida, porque me siento enamorado de tí. Y pérdoname por la sinceridad, Adya.

  • Gracias, mi Señor. Yo también me siento muy agradablemente junto a Ud. Le puedo preguntar algo muy íntimo?.

  • Tú podrás de ahora en adelante, preguntarme lo que desees, sin pedirme permiso, pero siempre que estemos a sólas.

  • Gracias, mi Señor de Amor. Podría hablarme de su mujer?.

Tonino, la abrazó en el agua caliente aún, atrayéndola hacia él. y besándola en la frente, mientras sentía un encogimiento de su corazón.

  • Adya, te contaré cuánto quieras saber, pero a cambio, en la comida, me contarás tu sueño. Vale?.

  • Claro, que si mi Señor. Pero no deseo mortificarle, es que me gustaría conocer a la mujer que Ud amó tanto.

  • A tí, puedo contarte toda mi vida, pero ésto va a ser largo y nos arrugaremos en el agua. Mejor que salgamos y te voy contando, mientras te vistes con el vestido que he elegido para tí. Es de época, pero me agradaría que te lo pusieras para mí.

  • Me lo pondré, con todo el honor que sea capaz de darle, mi Señor.

Tonino, salió de la enorme bañera, luciendo su corpachón y su enorme polla fláccida, aún así contundente y ayudó a salir de la misma a Ady. La secó el cuerpo, con mucha suavidad, mientras él seguía empapado aún. Pero Ady, le socorrió con otra enorme toalla y le fué secando en donde podía.

Una vez secos los dos, se lavaron los dientes y Tonino, la pidió que su pusiese un perfume para él. Ady, aceptó y sus sentidos se embriagaron del aroma tan maravilloso.

  • Ven, Adya, te enseñaré el vestido que me gustaría vistieras. Se lo regalé a mi mujer en nuestro primer aniversario, hace ya muchos años. Creo que te sentará bien. Era para una fiesta especial y ella lucía preciosa.

Ady, se sintió un poco arrebolada, cuándo vió el vestido y trás las palabras de él.

Tonino, aún desnudo ante ella, la ayudó a ponerse las distintas capas. La ropa interior no era necesaria para él, ya que unas medias elásticas con liga al muslo, haría la misma función y era más cómoda que un corsé.

Ady, que en todo momento se contemplaba ante un enorme espejo de tres cuerpos, se sentía maravillada con el vestido, de un muy amplio escote, pero muy entallado, que la quedaba cómo un guante.

Tonino, seguía desnudo, pero a él no le molestaba y a ella menos aún.

  • Estás preciosa, Adya. Te sienta fabulosamente bien. Me haces recordar tiempos muy felices para mí.

Ady, se sentía muy emocionada ante las miradas y palabras de aquel ser, que parecía a punto de llorar de los recuerdos maravillosos de su juventud. Y se acercó hasta él, para darle un limpio y cálido beso en la boca.

  • Hay que vestirle mi Señor de Amor. Es un honor para mí, poder lucir las ropas de su amada esposa, mi Señor. Ahora, Ud, no deberá desmerecer, verdad?.

Tonino, sonrió y su ánimo aumentó, para preparar sus ropas, delante de ella.

Ady, organizó todo sobre la cama, mientras él se dejaba hacer. Siempre había sido un desastre, para vestirse bien. Ady seleccionó la ropa interior. Lo primero un boxer, que le permitiría mantener la polla cómodamente en el interior. Después una camiseta de algodón, para evitar que su espalda se quedase fría. Los calcetines, el pantalón, la camisa y la pajarita.

Ady, le hacía mirarse en el espejo, notando que sus ojos se animaban al verse guapo y hasta más joven. Aunque sus ojos iban al vestido de Ady, que lucía un maravilloso y profundo escote, que le hacía sentirse animado y jovial.

  • Adya, parezco 10 años más joven, no te parece?.

  • Mi Señor está guapísimo. No sé cómo sería Ud con 10 años menos, pero para mí Ud sería un flechazo, mi Señor.

  • Adya, eres muy aduladora, pero me encanta que seas así. Me hace sentirme bien. Demasiado bien, la verdad. Gracias, princesa Adya.

Ady, se quedó un poco perpleja al escuchar que la llamaba princesa. Sin embargo, siguió vistiéndole con calma y cuidando cada detalle, hasta que quedó maravillosamente atractivo.

Ady, se colocó unos zapatos de aguja, que la sentaban bien también, aunque la apretaban un poco. Y él se calzó unos zapatos que brillaban y armonizaban su conjunto. Ambos, se miraron al espejo y Tonino, se dió cuenta. Faltaban las alhajas de su mujer.

Se separó de ella y abrió una caja fuerte en su presencia y sacó un collar de brillantes, que refulgían de mil tonos iridiscentes y se lo colocó en el cuello, cayendo los brillantes sobre su amplio escote y haciéndola sentirse cómo una princesa de verdad. Después, la entregó pulseras y un anillo de pedida, que también se adaptaron a las extremidades de Ady. Quedando maravillada con todo el conjunto.

Ady, le miró y le sonrió, para después volverle a besar en los labios.

Tonino avisó al servicio, para que dispusieran una mesa de gala para dos personas. Eso implicaba que las doncellas y los camareros, debería vestir de gala. Qué era algo que les ilusionaba en gran medida.

Tonino llevó a Ady, hasta el salón sentándose en cómodos sillones.

  • Adya, te apetecería tomar algún tipo de licor, antes de comer?.

  • Pues me apetecería un whiskito, aunque no sé sí estará bien.

  • Claro, que quedará bien. Con hielo, verdad?.

  • Sí, por favor.

  • Yo tomaré champán, que a mi edad no puedo ya con bebidas muy fuertes. Es curioso, Adya, porque la primera bebida que me pidió mi mujer, aún éramos prometidos, fué un whisky con hielo. Me encanta que tú me lo pidas. Es cómo sí se hubiese reencarnado en tí. No me hagas caso, son cosas de un anciano recordando tiempos muy pasados.

  • Tonino, me encanta escucharle hablar de esa época, por favor continúe, si no le molesta.

Tonino, le pasó la bebida y se sentó frente a ella, mientras sorbían los dos, sus bebidas.

  • Adya, hace ya mucho tiempo que conocí a la persona que sería mi esposa, durante 10 años. No duró más. Cuándo la conocí, era una jovencita de 20 años. Muy guapa y extrovertida. Sus cabellos rubios y sus ojos verdes, eran ideales. Nunca he sido celoso, la verdad. Y además me gustaba que se fijaran en ella, más que en mí. Y curiosamente, la conocí, al intentar abordar un taxi en un día de lluvia. Yo intentaba cederla el taxi, cuándo ella me lo cedió a mí. Me sentí flechado por ella y la pedí si deseaba compartir el taxi hasta su casa y después yo terminar el viaje hasta la mía. Aceptó y hablamos de algunas cosas intranscendentes, en aquellos momentos. Pero antes de llegar a su casa, le dí mi número de teléfono para quedar un día y tomar una copa.