Una chica muy especial (Libro 3º - Capítulo 1)

Ady, junto a Antonio, reciben a Carlos y Claudia. Se anuncian intercambio de pareja, sin que ninguno de los cuatro esté en desacuerdo. Ady y Antonio, disfrutan de semejante acuerdo pacífico y siguen con sus planes. Ady, deberá conocer mundos y derroteros nuevos, a pesar de que será la mujer de Antonio. Conocerá a un cliente de su futuro esposo y Amo en ese momento, al que será entregada......... Espero que no os desagrade lo que váis a leer. Y deseo que os siga gustando mi serie. .......Un beso muy fuerte..........Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 3º - Capítulo 1º

  • Pasad, debe ser importante lo que os trae, porque estaba con mi esclava hablando de mil cosas.

  • Antonio, es importante y espero te lo tomes bien. Claudia y yo, deseamos permanecer unidos, para los restos.

  • No, jodas.....!!!!!.

  • Bueno, imagino que cambiará tus planes, pero es así.

  • Perdona, Carlos, sólo fue una expresión. Ady y yo, estábamos hablando sobre ese mismo tema. Y deseaba decirte que me gusta ella y que la deseo para los restos.

  • Joder, Antonio, qué susto me habías dado. Entonces, estamos los cuatro de acuerdo?.

Claudia y Ady, se miraron ruborizadas, pero al final se sonrieron y se enviaron un beso volador desde sus labios.

  • Parece que todo lo más difícil, está resuelto. Lo mejor abrir una botellita de champán y brindar por el acuerdo. Os parece?.

Carlos y Claudia, asintieron, al tiempo que Ady se reunía junto a ellos para besarles en la boca y poder brindar esa nueva distribución.

  • Ady, me gustaste desde que te conocí. Carlos, me ha hablado estas horas mucho y muy bien de tí. Sabes que yo estaba enamorada de los dos. Bueno al final, hemos quedado, como nos convenía, qué coincidía con lo que ellos deseaban.

  • Gracias, Claudia. Lo mejor de todo esto, es que seguiremos juntas mucho tiempo. Y nuestros amores ahí estarán para velarnos y cuidarnos.

  • Dejaros de cháchara y a brindar. Antonio, abraza a tu nueva mujer, que yo haré lo propio con la mía.

Y entre risas y miradas alegres, brindaron y bebieron. Después se besaron las parejas nuevas y se fueron cada uno a sus aposentos.

Al quedarse Ady, a solas, con Antonio, se sintió feliz y complacida.

  • Antonio, tú también deseas tener hijos conmigo?.

  • Pues claro que sí, Ady.........pero dejaremos pasar un par de añitos, te parece?.

  • Por mí, mejor, sí. Así podré realizarme más y mejor. Me curarás ahora, amor?.

  • No, avisaré a mi cliente para que venga mañana por la mañana y te vea marcada. Te curaré en su presencia. Así disfrutaremos él y yo, de verte sufrir.

  • Jo, no es un poco cruel éso, amor?.

  • Sí, pero me apetece impresionarle de algún modo y he decidido que éste será el mejor.

Ady, asintió y supo que todos los hombres eran iguales. Iban cabalgando en sus fantasías, sin importarles los demás. Pero se sentía enamorada de él y acataría sus decisiones, cómo esclava suya que era, desde hacía dos horas.

Antonio, se puso en contacto con su cliente. Ady, alucinaba. Eran las dos de la madrugada y Antonio se ponía en contacto con ese hombre, qué al parecer le contestó y muy agradablemente, por las palabras y sonrisas de Antonio.

  • A las 10 de la mañana estará aquí. Así que hay que dormir, Ady.

Ady se sentía demasiado escocida, de los azotes recibidos y anteriormente de los cigarrillos que habían masacrado su piel. Pero se acostó junto a Antonio y le abrazó enamorada. Esperaba que la hiciese sexo, pero no hubo forma y al final se durmieron los dos.

Cuándo sonó el despertador, Ady se quedó asustada ante el sonido estridente que hacía el aparato. Antonio lo apagó y se levantó, tirando de las sábanas hasta dejar desnuda a Ady, aún adormilada.

  • Levanta Ady, tenemos que desayunar antes de que venga mi cliente. Tienes que pasar al aseo y mear o cagar y después ducharte. Quiero causarle buena impresión. Desayunaremos los dos juntos, después.

Ady se levantó y se fue al aseo, en donde sólo pudo orinar ante la presencia de Antonio. Después se dio una ducha suave y caliente, sintiendo el agua en las mordeduras del látigo y las quemaduras por los cigarrillos. Y se secó cómo pudo, porque su cuerpo era un calvario.

Una vez seca o medio seca, bajó hasta la planta baja para desayunar. El reloj, marcaba las 09.00 horas. Había tiempo de sobra.

Antonio, se esforzaba en preparar todo tipo de alimentos para su amor. Y Ady comía cuánto Antonio le ponía en el plato. Ady tomaba el último sorbito de café, cuando sonó el timbre de la puerta.

Antonio, abrió a distancia y entró un hombre enorme y bien arreglado de ropas. Ady lo vió y le pareció algo duro de mirada y caminar. Pero venía sólo.

El hombre estrechó la mano de Antonio, con gran entusiasmo por parte de los dos. Ady permanecía en el ático, viéndoles por entre los barrotes de madera de la escalera. Se sintió aterrada al ver su corpachón y sus aires disolutos. Tomó un par de cafés con Antonio y después una copa de brandy.

  • Ady...........baja ya. El cliente no desea esperarte más.

Ady, sintió un espasmo, pero se repuso cómo pudo y bajó peldaño a peldaño, completamente desnuda y excesivamente marcada, hasta el rellano. Y entró en la sala en donde se encontraba aquel hombre corpulento, mientras sorbía de su copa.

  • Ah!, aquí está la maravilla!!. Es preciosa, Antonio. Pasa pequeña, que te mire bien. Parece algo apocada, habrá que corregirlo, pero su talle es fantástico. Date una vuelta lentamente, para que pueda admirarte.

Ady, hacía todo cuánto le pedía aquel ser, porque su Amo, así se lo había aconsejado. Aquel hombre la miraba con lupa, y palpaba algunas de sus marcas, consiguiendo que ella se contrajera y hasta exclamara de dolor.

  • Me parece perfecta. Es ideal para la película que deseo hacer, Antonio.

  • Me alegro que le guste mi esclava Sr. Marqués.

  • Y para cuándo podría contar con sus servicios?.

  • El lunes de la semana que viene, podría ser. Porque vamos a celebrar una fiesta privada el próximo fin de semana y antes necesito que esboce la web de la tienda virtual de Claudia.

  • Es demasiado tiempo. Más, ahora que la he visto. No hay forma de poder hacer un apaño?. Te podría pagar el triple.

  • Sr. Marqués, no es tanto tiempo, aunque su oferta es muy generosa, la verdad.

  • Venga, estimado Antonio, déjame llevármela hoy para que conozca el ambiente. La tengo 36 horas y te la devuelvo hasta le semana que viene, te hace?. Así sólo podría pagarte el doble, pero.....qué caramba!!!. Te pagaré el triple igualmente, si accedes.

  • Gracias Sr. Marqués, deberé conferenciar con mi esclava, aunque es fácil que ella lo admita. Sí nos disculpa unos minutos, me la llevaré hasta otra habitación. Tome mientras lo que desee, Señor.

  • Una esclava, precisa de ser preguntada?.

  • Señor Marqués. Ady, es mi esclava desde lo que llevamos de día, así que imagino que comprenderá.

  • Claro, claro. Ese punto no lo conocía. Esperaré gustoso, sea cual sea la decisión de su esclava.

Antonio, cogió de un brazo a Ady y la llevó hasta el baño, en donde la expuso la situación, entre las lágrimas de ella.

  • Porqué todo esto, me está pasando a mí?.

  • Ady, es un mundo nuevo y distinto para tí. A tí te gusta probar y esta es una oportunidad grande. Además Don Antonio Marqués es un hombre muy generoso. Mis negocios con él, van bien. La verdad es que no desearía perderle cómo cliente, pero evidentemente, tú deberás estar segura de tu decisión.

  • Antonio, que me puede pasar en un día y medio?.

  • Ady, lo que te ha sucedido aquí en ese tiempo. Es verdad que estarás ante extraños y soportarás menos algunas actuaciones contra tí. Pero por otra parte sabes, que eres capaz de resistirlas. Sí te ves muy mal, piensa en mí. Eso te reanimará. Y dime que sí, que aceptas su oferta, por favor, Ady.

Ady, no tenía escapatoria. Sí accedía tendría dos personas amigas. Sí decía que nó, seguramente Antonio se disgustase. Quizás el Sr. Marqués no se enfadara, porque parecía un hombre asentado y tranquilo. Pero no era seguro, de poder contar con él en un futuro.

  • Amo, que me pueden hacer?.

  • Ady, esclava mía. Te atormentarán un poco, eso está claro, pero sabes soportarlo. Sin embargo el Sr. Marqués te protegerá de algún modo. Creo que es una buena opción de crearte amistades. Y además las necesitarás en un futuro próximo.

  • Amo, es que siento mucha vergüenza de ir cómo esclava con esa gente.

  • Eso es lo que tienes que cambiar. Debes sentirte orgullosa de ser mi esclava. Y tener la cabeza alta, pase lo que pase.

  • Es verdad, Amo. Así lo haré. Acepto ser cedida, pero estate atento a mis situaciones, por favor Amo.

  • Estaré muy pendiente, en este día y medio, que casi seguro terminará probablemente pasado mañana a esta misma hora. Tranquila, Ady. Verás que nada es tan grave, ni siquiera tan distinto a lo que has vivido este fin de semana pasado. Salgamos al salón antes de que se impaciente nuestro cliente.

Aparecieron de nuevo los dos, asintiendo Antonio ante el Señor Marqués, que dulcificó su rostro al sonreir, levantándose y acercándose hasta Ady, para decirla.........:

  • Muy agradecido de su amable respuesta, a mi persona. Cuidaré bien de ud. señorita Ady. Ahora Antonio, quitemos esas marcas a esta bella y maravillosa señorita.

Ady, se sentía demasiado nerviosa para poder responder, por lo que asintió con una media sonrisa, que Antonio Marqués Burquez, asimiló cómo resultado de la tensión interior de la chica. Antonio, ya la había sujetado las muñecas con las pulseras y estaba colocándola las tobilleras, cuando el invitado se acercó hasta rozar con sus ropas, las tetas de Ady y acariciarla con ternura las mejillas, para después besarla, sin qué ella le rechazara.

Una vez atada y preparada, Antonio miró hacia su cliente, mientras mantenía en su mano derecha una brocha, humedecida ya en el bálsamo restaurador.

A un asentimiento del cliente, Antonio le aplicó el bálsamo sobre su cuerpo, pasando la brocha repetidas veces, hasta dejarla totalmente de color azul. Así no habría dudas, de sí faltaba una zona o no.

Ady, que ya había experimentado esas sensaciones, se armó de valor para soportar lo más dignamente posible, los picores y escozores terribles sobre su cuerpo, ante la presencia del Señor Marqués.

Estaba atada de manos y pies, desnuda y marcada y ya untada con el líquido azul, que la hacía sentirse aún más humillada de lo que ya estaba. No la disgustaba el cliente de su Amo, pero sí la infundía un gran temor y hasta miedo.

Ady, soportó el calvario de su cura, durante algo más de media hora, entre retorcimientos y jadeos, casi constantes. Sus lágrimas cayeron cómo torrentes desbordados ante la atenta presencia de aquel hombre, que fumaba un cigarro habano y bebía metódicamente.

Ady, no sentía vergüenza de estar desnuda y atada, pero si le mortificaba las posturas que le provocaban los picores y escozores escabrosos en todo su cuerpo, que la hacía parecer más voluble y procaz, de lo que realmente era.

  • Antonio, esta chica necesitará un vestido y unas sandalias o zapatos, para el trayecto. Qué sea bonito y abotonado por delante. No importa la calidad, pues se lo arrancaré a tirones en mi palacio.

  • Vestidos tenemos, pero sandalias, no......tampoco zapatos.

  • Pués localiza aunque sean chanclas, no puede viajar sin calzado.

  • Miraré en las casas de Sandra y Raquel, quizás ellas tengan algún par que le puedan prestar.

  • Devolveremos las sandalias esta misma tarde. El vestido, no. Cuando vuelva pasado mañana vendrá vestida más informalmente. Te esperamos.

Cuando Antonio, se fué, se quedó a solas con el señor Marqués, que se levantó de su butacón y se acercó hasta ella, con el puro en la boca.

Ady, aún se encontraba en la fase final de picores insoportables y algunos escozores menores. Sin embargo temblaba y se debatía entre sus ataduras, intentando aliviar ese tormento.

  • Es duro, soportar este tipo de curación, verdad?.

Ady, asintió en silencio, mientras se debatía desnuda ante su sóla presencia.

  • Lo vas a tener que padecer unas cuantas veces más. Así que deberás irte adaptando a sufrir en silencio este tormento curativo.

Ady, aunque seguía debatiéndose, le gustaba escuchar las palabras que decía aquel hombre. No se sentía amedrentada y mucho menos avergonzada de estar expuesta de ese modo ante él. Las palabras de él, la distraían y eso aminoraba las sensaciones insufribles de aquella cura.

  • Imagino, que este tormento es superior a una larga sesión de latigazos, verdad?.

  • Si........si........Señor.......mucho más.....agggggg.

  • Ady, dentro de pocos minutos te sentirás bien y te olvidarás de este tormento. Eres una preciosidad de mujer, en todos los sentidos.

Ady, asentía, sin sentirse mal ante la presencia tan cercana de aquel hombre, aunque procuraba no mirarle a los ojos directamente. Sin embargo, él si acariciaba su rostro sudoroso del tormento de la cura. Ady, agradecía aquellas caricias, que la animaban un poco en sus penurias curativas.

Apareció Antonio con una par de chanclas, de la medida del pie de Ady. Al ver a su cliente tan cerca de ella y Ady, sin sentirse mal, sonrió y se alegró de que su esclava y futura mujer, fuese capaz de comportarse, cómo él hubiese imaginado. Ady, estaba claro qué era su pareja ideal.

  • Ah, Antonio....acércate, animaba un poco a tu esclava. Está muy desesperada con su curación, pero he de decirte que saca fuerzas y educación, que me agradan sobremanera. Es un encanto de criatura. Me sentiré altamente honrado de poderla tener junto a mí durante unas horas. Ya soy viejo y tener a una mujer cómo la tuya, durante unas horas es una bendición celestial.

  • Muy agradecido, con sus palabras Sr. Marqués. En efecto, mi esclava, es así de maravillosa, de ahí mis medidas para que no viajase sin rumbo.

  • Obraste muy bien, querido Antonio. Al principio, no lo entendí. Pero ahora es todo distinto para mí. Cuidaré de tu esclava, cómo si fuese mi propia hija.

  • Gracias, Sr. Marqués. Sinceramente nos honran sus palabras.

  • Bueno, antes de que comencemos a llorar, miremos a nuestra criatura, que ya comienza a dar signos de restablecimiento. Me la llevaré, sin bañar. Tengo prisa por tenerla cerquita de mí y a sólas. Si no te parece, mal.

Ady, comenzaba a respirar más pausadamente y atenta a las conversaciones de ellos dos, ya no sentía pánico alguno de irse con aquel hombre. Era bastante mayor, pero era agradable hablando y mirando. Ady, suponía que estaría desnuda junto a él, quién también estaría desnudo para follarla y sobre todo para que ella le mamara la polla.

Antonio Marqués, se sentía feliz de haber logrado encontrar a una jovencita, que le cortaría los malos recuerdos con otras anteriores.

Ady, le miraba con ojos tiernos, aunque intentaba disimular sus miradas. No le parecía un hombre cruel, aunque la pudiese azotar repetidas veces. Y se preparó para viajar junto a él a su palacio, cómo él decía.