Una chica muy especial (Libro 1º - Capítulo 15)

Ady, se conforta con su amado Carlos después de una experiencia vivida muy negativa, aunque al parecer totalmente surrealista y emocional de sus propios sueños. Carlos, la hace feliz y Ady lo interpreta cómo el gran amor de su vida y así se lo demuestra a él. Vivirán unas horas de gozo, pasión, ardor y amor. Qué sucederá después......? Espero que os siga agradando. Un beso. Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 1º - Capítulo 15º

Carlos, se puso sobre el cuerpo de ella, que ya separaba las piernas esperando y ansiando una penetración en su vulva. Y Carlos cedió a los deseos de su amor, que para él ya era su total amor y se introdujo en su vagina ardiente y necesitada, sin impedimento alguno, mientras sus respiraciones se iban animando y los besos fluían como torrentes jóvenes desbordados.

El frenesí era tan intenso, que sus cuerpos pegados y sus manos no cesaban un sólo instante. También sus bocas lascivas y ardientes, seguían la misma marcha.

Ady, abrazaba el dorso de Carlos, mientras éste la mordisqueaba los pezones, lo que hacía que ella se pusiera aún más frenética.

Carlos, estaba ya dentro de la vagina de Ady, que ahora se removía dentro de un maravilloso placer, cada vez que Carlos la embestía hasta el fondo de su cuerpo.

Ady, se abrazaba a él y lamía sus pezones, para después lamerle los labios y besarlos llena de un ardor que Carlos no sabía encajar aún, a pesar de que su polla basculaba constantemente sobre la vagina ya apretada de ella, que la hacía sentir delicias increibles.

Carlos, se detenía a momentos, sin salirse del interior de aquel tunel tan lleno de sensaciones, para toquetearla los pezones, besarla y hasta arañarla suavemente, algo que a ella la ponía loquita de sensaciones. A veces la mordía los pezones, hasta que ella daba un ligero ay, pero siempre se ennardecía más y más.

La polla, cual una bomba perforadora, no cesaba en su movimiento pendular y sentía los flujos de ella, como la lubricaban, lo que hacía más fácil y placenteras las sensaciones de ambos.

Carlos, se sentía pletórico de sensaciones y de fuerza, cuándo sintió el primer orgasmo de Ady, mientras él seguía penetrándola.

Ady se agarró muy fuerte a él, resoplando y apretándose mucho contra su cuerpo, al tiempo que gritaba de placer y éxtasis.

Carlos, sintió ese punto de orgasmo de ella, pero siguió bombeándola sin piedad, porque ella así lo requería y él deseaba eyacular dentro de ese túnel de placer.

Ady, jadeaba y babeaba, pero no dejaba de seguirle en su frenesí y de nuevo estuvo dispuesta a mucho más, siguiéndole en su ritmo y haciéndole sentir el placer de estar follando los dos, de un modo desconocido para ambos.

Carlos, la aplicó los dedos en los pezones, que sabía ya que la ponían a mil y siguió arremetiendo contra ese coño encharcado, que hacía que las sensaciones fuesen aún mayores. Sabía que no aguantaría mucho tiempo más, pero estaba disfrutando y su amor estaba como volada y le llegaban los jadeos de placer, cuando Ady de nuevo, volvió a explotar en un multiorgasmo, que le hizo sentirse muy bien, sin cesar un sólo segundo en sus vaivenes penetrantes.

Mientras Ady, se debatía entre gritos y besos de placer y amor, Carlos seguía follándola, cada vez con mayor rudeza. A veces la mordisqueba los pezones. Otras, dejaba caer sus babas sobre la boca de ella, para luego beberlas, entre los dos.

Ady, no decaía y ya se estaba recomponiendo para un tercer orgasmo, ante la sensación ardiente de Carlos, que ya dudaba de poder soportar un minuto más.

Carlos, sabía que la hora había llegado y animó lo que pudo a Ady, para que se acelerara. Ella le miró a los ojos, con una mirada de lascivia desconocida para él y se apretó con las piernas contra las nalgas de Carlos, que arremetía entre ya jadeos y espasmos, siendo inminente la eyaculación.

El placer que sentía, ya le hacían imposible, poder pensar en algo más para retrasar lo inevitable. Y cuando se arqueó, sintió un remolino en sus testículos y cómo una riada estaba a punto de aflorar hacia el túnel de amor.

Ady lo entendió a la primera y con unos movimientos, lo apretó contra sí, al tiempo que en ella aumentaban las sensaciones finales.

Carlos, eyaculó sin fuerzas, surcando la atmósfera cercana con un rugido de placer brutal, al tiempo que Ady volvía a tener un orgasmo total.

Durante varios segundos, los dos quedaron rígidos, mientras una riada de esperma ardiente inundaba el cuerpo de Ady.

Carlos, apenas podía moverse ya, pero seguía soltando ráfagas de esperma que eran asimiladas dentro de la vagina de Ady y que se sentía de maravilla, ante el calor de la riada.

Cuando Carlos terminó de eyacular sus chorros seminales, cayó sobre el cuerpo sudoroso de Ady, terminando por evacuar los últimos restos seminales dentro de ella.

Así permanecieron unos cuantos minutos, sin fuerzas para nada más que respirar, jadear y sentir el placer.

  • Ady, estás bien, amor?.

  • Estoy de maravilla Carlos. Y tú?.

  • Increíble. Jamás pensé que se pudiese gozar tanto.....uffffffffff. Me siento machacado, amor.

  • Apoya tu cabeza en mi pecho, yo te cuidaré mi amor, hasta que estés fuerte.

Y Carlos dejó caer su cara entre las tetas de Ady, que le acariciaban con ternura y amor, hasta quedarse dormido completamente, sin sacar su polla desecha del interior de Ady.

Fueron unos cuantos minutos, en los que soñó que viajaba por el paraíso y encontraba a su mujer. La veía, pero no lograba alcanzarla, hasta que poco a poco las brumas, fueron desapareciendo de su mente y volvió a la realidad.

Ady, seguía debajo de él, acariciándole con dulzura y muy suavemente y dejando que su pene, siguiera protegido dentro de ella.

Carlos, se sintió el hombre más feliz del universo, al tener una mujer cómo aquella. Era la mujer que había soñado y anhelado desde siempre. Y ahora se había hecho realidad, colmándolo de un placer y felicidad inimaginables para él.

  • Hola Ady, mi amor. Soy muy pesado, verdad?.

  • Hola mi amor. Para nada eres pesado. Me encanta tenerte así, mi vida. Me siento feliz de poder volver a estar de nuevo junto a tí. Me has dado todo y mucho más de lo que imaginaba. Espero que tú te hayas sentido bien y a gusto.

  • Ady, me he sentido nuevo, maravillosamente feliz y además más enamorado aún de mi mujer.

  • Estás casado?.

  • No, amor, no estoy casado.......aún. Mi mujer eres tú.

  • Ah, vale gracias..............Uy....perdona, pero cómo que yo soy tu mujer?.

  • Lo hablamos anoche, mi amor, no lo recuerdas?.

  • No sé, es que estoy liada. Qué día es hoy?.

  • Sábado, claro.

  • Ya, pero que día del mes?.

  • Ady, a estas horas y después de lo de hace un rato, mi mente está un poco aletargada.......pero imagino que 18 de Octubre, por?.

  • No puede ser. Debo estar soñando aún. Que pasó con Tonino?.

  • Toni....qué..?

  • Tonino, tu hermano mayor, claro.

  • Ady, debes estar soñando aún posiblemente. No tengo hermanos, ni mayores, ni pequeños. Quién coño es ese Tonino, del que me hablas?.

  • El me lo dijo ayer mismo, que era tu hermano mayor y que Antonio era el menor, por parte de padre, aunque no de madre. Lo pasé bastante mal, hasta que me rescataste y me quitaste las heridas.

  • A ver, Ady........Para un momento. Creo que algo no cuadra para nada. Hemos pasado la noche y la madrugada, juntos. Y has dormido junto a mí.

  • Carlos, es verdad las fechas qué me dices?.

  • Pues claro que sí, amor. Para qué te iba a engañar?.

  • Jo, entonces he soñado todo......ufffffff.

  • Bueno, todo no. Lo de anoche fue genial, pero lo de hace un rato, mejor aún.

  • Ya, sí claro.....pero me refería a mi sueño. Jo, estoy aún angustiada. Parecía todo tan real.

Carlos, la abrazó y la besó, sin dejarla continuar. Aún seguía dentro de su vientre y sentía que su polla se iba energizando por segundos. Y se dió cuenta de que Ady, también notaba como se inflamaba de nuevo la polla dentro de su conducto vaginal, pues ella le miró con sorpresa y cambió a deseo, de golpe.

  • Fóllame, mi amor. Soy tuya. Lo demás ya te lo contaré.

Y los dos se volvieron a sumergir en el terreno más lascivo de cuantos hubiesen soñado alguna vez.

Carlos, estaba muy cansado, pero aún así sabía que su polla volvería a vomitar esperma, aunque quizás en cantidades pequeñas. Pero se dejó llevar por las sensaciones y al mirar lo ojos de Ady, supo, que ella se sentía feliz y anhelante de que se disparara de nuevo en su interior.

Ady, sabía ya que si le forzaba a más placer, quizás se le cortaría, por lo qué se propuso mirarle irradiando su mirada más sensual, mientras Carlos evolucionaba dentro de su cuerpo.

El resultado fué total, ya que Carlos sólo estaba por y para su beneficio, sintiendo placer en tales puntos, que no hubiera imaginado alguna vez en su vida. Y Ady, dejándose poseer por él, se sentía loquita de sensaciones, de placer y de amor.

Cuándo Carlos eyaculó, Ady sentía un nuevo orgasmo. Era algo también desconocido para ella. Los dos vivieron el éxtasis simultáneo de sus cuerpos varados y perlados por el amor, el placer y la fantasía de los sentidos.

Ambos, quedaron reventados y sin fuerzas para hablar, siquiera.

Permanecieron unos cuantos minutos, jadeando, mientras sus cuerpos desnudos y sudorosos, se unían para formar un sólo cuerpo.

Minutos después y sin haber separado los cuerpos, que yacían plenos y felices, Carlos se animó a decir...............:

  • Ady, lo que me has dado es algo que jamás podré olvidar. Espero y deseo que tú te hayas sentido feliz y agradecida.

  • Carlos, nunca olvidaré este día y menos te olvidaré a tí. Desconocía hasta que punto la unión de dos seres, podría dar tanta maravilla, placer y sensaciones tan diversas.

  • Ady, me siento tuyo......y te siento mía. Desearías ser la madre de nuestros hijos?.

  • Carlos, error garrafal. Deberías haber dicho si deseaba ser la madre de tus hijos. SI. Pero lo dijiste en plural y por lo tanto mi anterior SI es rotundo. Me encantará ser la madre de nuestros hijos, mi amor.

  • Ufffffff, que susto me habías dado, amor. Gracias por esa respuesta tan gratificante y emotiva. Ahora habrá que decidir quién se levanta primero. Yo estoy deshecho, pero creo que tú también, verdad?.

  • Verdad, mi amor. Pero una esposa que va a tener hijos con su sublime amor, deberá dar ejemplo. Así que seré yo, la que levante el campamento.

Ady sabía que la polla, aún insertada en su vagina, sentiría dolores fuertes si se separaba bruscamente de él. Y decidió, que rodaran sobre sus cuerpos horizontalmente, para así poder desprenderse del enganche.

Ady, empujó a Carlos suavemente, hasta que quedaron los dos de costado, mientras ella seguía con sus piernas enroscadas sobre sus caderas.

Carlos, apenas sintió el giro, debido a su extremado cansancio y casi agotamiento, pero se vió feliz de estar junto a su hembra y amor.

  • Ady, me siento el hombre más feliz y completo del universo, junto a tí.

  • Carlos, futuro papá de nuestros peques.......gracias, pero yo también me siento feliz a tu lado. Ahora descansa un poco, junto a mí. No te preocupes de nada más mi amor. Relájate y descansa, vida mía.

Y Carlos, entró en un sopor que Ady protegió para él y para ella. Ady sabría cuidarle, mimarle y amarle el resto de sus días. Le vió suave, apetecible, tierno, majestuoso, sincero, enorme y sobre todo amor y amante por igual.

Ady, aún recordaba el sueño que había tenido y que variaba todo sustancialmente. Pero en la realidad, era todo más puro y perfecto.

Carlos dormitaba con la cara entre los pechos de Ady, que se sentía de maravilla teniendo tan cerquita a su amor. Ady, había subido la sábana para que no se destemplara y le seguía en su dormir plácido y profundo entre sus pechos. Sentía su respiración y le gustaba tenerle así. Le acariciaba, suave y armoniosamente, para que se relajara y recuperara la fuerza que había tenido.

Cuándo Carlos despertó, se sintió de maravilla. Máxime al tener su cara pegada a las tetas de su amor. Ady, estaba despierta y atenta y acarició su pelo y sus mejillas, haciéndole sentir un doble efecto de amor.

Poco a poco se fué despejando y al mirarla, supo que tenía a su amor más soñado junto a él. Con su brazo izquierdo, la cogió la cabeza y la hizo bajar hasta la suya, para besarla, larga y profundamente.

Ady, admitió ese beso cómo algo muy especial y gratificante, ante su hora y poco más de vigilia constante.

  • Amor, si me vas a llevar hasta nuestra nueva casa, te aviso de que estamos en el mediodía. Si desayunamos, no tendremos apetito. Y sí no desayunamos, nos sentiremos muy cansados.

  • Hostias, las 12 ya?. Uy que he quedado a comer con Arturo y Sandra hacia las 2 de la tarde. Les llamaré para decirles que no nos esperen. En fin, iremos por la tarde, amor.

Carlos, cogió el teléfono y se salió de la vagina de Ady, acto que aprovechó ella para despegarse de él e ir a chupar ese pene blandorro y pringoso.

Cuándo Ady, tomó el pene con su boca, Carlos quiso hacer un amago de que no lo hiciese, pero al parecer en ese instante, respondía Arturo.

Carlos, se sentía delicadamente feliz, ante las suavísimas caricias de Ady y a veces jadeaba, para después reirse de algo que le comentara Arturo. En un momento determinado, bajó el teléfono hasta cerca de mi boca, mientras estaba en plena fase de succión.

Lo retiró de mi boca y se rió grandemente, hablando con Arturo. Se irguió un poco y acariciando el cabello revuelto de Ady y su cara, dijo.......:

  • Dice Arturo, que él desea una mamada tuya, qué si esta tarde se la haces o que ya le avisarás.........jajajajajaja.

Ady, le miró con un gesto, que provocó la hilaridad de Carlos y hasta Ady escuchaba, las risas de Arturo, mientras ella seguía lamiendo y succionando la polla, ya casi limpia del todo.

Antes de que terminasen de hablar, Ady se separó de la polla y se acurrucó sobre el torso desnudo de Carlos, mientras seguía hablando de un modo de lo más natural, al tiempo que la acariciaba las tetas.

Ady, escuchaba todo lo que decía Carlos de ella y no la molestaba, aunque algunas cosas la ponían un poco más tensa, sobre todo cuando Carlos le decía a Arturo, que sí, que la llevaría completamente desnuda.

Cuándo cortó la comunicación, Carlos atrajo los labios de Ady y la besó lenta, larga y profundamente en la boca, al tiempo que la retorcía uno de los pezones.

Ady, se sentía placenteramente y completamente entregada a su amor.