Una chica muy especial (Libro 1º - Capítulo 10)

Ady se relaciona con Antonio. Su torturador y su amante especial. Ady sabe, que todo es poco para lo que la espera. Ady, conoce el sentido de ser ignorada y se entrega a Antonio, a pesar de sus lágrimas. Muchas cosas van a suceder y Ady es consciente de algunas de ellas, pero ya no las rechazará. Ady, realizará una de las mejores sesiones para Antonio. Espero que os siga gustando. Un beso. Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 1º - Capítulo 10º

Los picores iban cesando, poco a poco. Ady se sentía casi más desesperada de estar sola, que ante los suplicios a que la sometían. Cuándo ya sabía que los tormentos de ese tipo eran por espacios pequeños, se sintió más fuerte y aguardó la visita de alguno de ellos.

Ady ya estaba totalmente calmada y su respiración se había normalizado, cuando apareció Antonio ante ella. La quitó la mordaza y limpió sus babas.

  • Ady, me odias?.

Ady, no supo articular palabra alguna, por lo que denegó con la cabeza.

  • Muy bien, ya no me tienes miedo, verdad?.

Ady, volvió a mover su cabeza en un gesto negativo.

  • Estupendo, ahora intenta hablar y responderme. Prefieres seguir aquí, atada y sola, o venirte conmigo a no se sabe qué.

A Ady, la costó articular las palabras, pero al final pudo lograr una coherencia y decir :

  • Prefiero irme contigo, Antonio.

  • Buena respuesta, Ady. Creo que te gustará incluso dormir con tu enemigo......es un decir, claro. Te voy a desatar y nos iremos los dos a mi casa. Te parece bien?. Sí, claro, que dirá Carlos a todo ésto?. Te lo adelanto, Carlos sale de viaje esta misma noche, así que no podrá estar contigo, aunque antes de irse pasará a darte un beso de buenas noches. Sin embargo he pensado que tendría más efecto, si te llevara ante ellos, antes de irnos a mi casa.

  • Vale, Antonio, pero por favor llévame con las manos atadas a la espalda. Así al menos, no me sentiré tan violenta.

  • Hecho. Lo había pensado, pero al decirlo tú, me hace constatar que es lo más justo y acertado. Así no cabrá duda alguna entre los demás que serás mía, por esta noche y por el día entero de mañana.

Antonio, hizo caminar a Ady, hasta que sus piernas sintieron fuerzas. Estaba muy marcada por los latigazos, pero estaba muy guapa. Además, aún sería más severamente azotada y conservando las marcas. Antonio sonrió ante su idea de que se presentase a trabajar, con todas las marcas en su cuerpo. Además, ese día debería someterse a reconocimiento médico. Y ya suponía la cara avergonzada de Ady ante el doctor de turno. Pero ese doctor era especial y de su cuerda, así que abusaría de ella en todos los sentidos.

Ady, cuando ya caminaba con paso firme, sin calambres en brazos y piernas, puso sus brazos a la espalda para que Antonio le atase las muñecas. Ady, se sentía atraída por las experiencias que pudiese sacar de sus horas junto a Antonio. Sentía ganas de ser azotada y hasta atormentada por él. Sus jugos vaginales lo anunciaban claramente, aunque Antonio no había reparado en los mismos aún.

Antonio sujetó las muñecas de Ady a su espalda. La hizo girar y la abofeteó las tetas repetidamente, hasta ponerlas coloradas.

  • Así, me gustas más, Ady y dará mayor efecto de lo que pueda hacer contigo esta noche y mañana. Pero te aplicaré spray en la vagina, para darle más encanto. Sé que irás muy justita y que harás todo lo posible para aparentar sentirte bien, pero ellos notarán una especie de miedo o temor por tus sensaciones en la vagina.

Antonio pulverizó el coño de Ady con el spray de ortigas y acto seguido salieron de la casa, hasta donde estaban los demás viendo el fútbol.

Ady ya comenzaba a sentir los efectos, pero esta vez no se desesperaba y aunque eran muy molestos y picantes, le gustaba ser de su nuevo atormentador y verdugo.

Ir atada, desnuda y con un urticante en la vagina, le producía cierto placer, dentro de su malestar. Deseaba estar ya a solas con Antonio, para ser torturada durante toda la noche. Era algo que buscaba desde hacía horas y que por fin lo había encontrado.

Ady, sentía fuertes dolores en sus tetas, pero aún así deseaba probar todo. Y soportaba estoicamente, las punzadas en su vagina por los efectos urticantes del spray. Caminaba, lo más erguida que podía, dejando que el brazo de Antonio, la rodeara sus hombros desnudos.

Y aparecieron ante todos. Nadie les hizo caso y Ady se dedicó a despedirse, dando las buenas noches y un beso, que casi nunca fue correspondido.

Antonio, al darse cuenta de que su chica sufría una sensación de auténtica desidia, por parte de los demás, le apretó con su mano y se la llevó por donde habían venido.

Una vez fuera de la casa, Ady comenzó a llorar en silencio, aunque esta vez Antonio, sí estaba alerta y la limpió varias lágrimas, aunque Ady seguía llorando desconsoladamente, aunque siempre en un total silencio. Pero Antonio sentía sus pequeños espasmos y cómo fluían sus lágrimas, que silenciosas recorrían su rostro, para caer como perlas sobre sus tetas marcadas y desnudas, que Antonio no recogía.

Cuando llegaron hasta la casa de Antonio, Ady se hubiese abrazado a Antonio, pero al tener atadas sus manos a la espalda, simplemente se acercó hasta su torso y ahí hundió su cabeza, mientras Antonio la consolaba con sus manos y sus besos tiernos.

  • Antonio, porque me han ignorado todos?.

  • Ady, no te han ignorado, simplemente han seguido viendo lo que más les apetecía, en ese momento.

  • Y así, podría ser el resto de mi vida?.

  • No, me tienes a mí, a tú sádico amigo. Yo sabré agradarte. Venga, anímate, que voy a torturar tu cuerpo.

  • Jo, me duelen las tetas un montón, no creo que pueda resistir más tormentos, Antonio.

  • Eso son ñoñerías, Ady. Claro que podrás soportar más tormentos. Es más los vas a sufrir desde ahora hasta la madrugada.

  • Antonio, de verdad me duelen las tetas y casi todo mi cuerpo. No seré capaz de soportarlo.

  • Ady, tu problema es que no sabrás si lo soportarás, o que ya no deseas más tratamientos de este tipo. Defínete.

  • No podré soportar más estos tratamientos, pues me siento abatida y floja Antonio.

  • Ah, menos mal. Creí que se trataba de un cambio emocional. Eso tiene fácil arreglo, ya que mi idea era azotarte las tetas ahora.

  • No, por favor Antonio, no me azotes mis tetas doloridas, no podría soportarlo, de verdad..............

  • Ady, si pudieses soportarlo, me permitirías azotarte las tetas?.

  • Claro que sí, Antonio. Pero es que me siento muy baja y no puede ser.

  • Arreglaremos ese problema de inmediato, Ady. Te dan miedo las inyecciones?.

  • Bastante, sí......por?.

  • Porque te voy a poner una, en una de tus tetas. Así serás capaz de soportar todo lo que te espera esta noche. Elige la teta agraciada, Ady.

Ady, se sintió más nerviosa y asustada aún.

  • Qué quieres decir?.

  • Que te voy a poner una inyección en una de tus tetas, para que soportes todo lo que te haga. Pon la teta que decidas sobre la mesa. Sí no lo haces, te pondré la inyección en la vagina, muy dolorosa, por cierto.

  • Antonio, no te bastaría con follarme?.

  • Pues nó. Ponte en mi lugar y piensa......que podría hacer con esta criatura?.

  • Jo, es que visto así cambia demasiado y en mi contra.

  • Tu piensa y dí, lo que harías y decidirías en mi caso.

  • Bueno, desde tu posición, pensaría que esa chica debería sufrir lo que fuese necesario, para una gratificación especial.

  • Muy bien dicho, Ady. Es lo mismo que pienso yo. Ahora coloca la teta que desees, para que te inyecte algo que no te hará perder la consciencia.

Ady colocó su teta derecha sobre la mesa y vió aparecer la aguja enorme y larga de unos 5 cm.

Antonio, aproximó la aguja y dejó correr líquido para que no quedara aires dentro de la jeringuilla. Y la apoyó en las blandas carnes de la teta, cerca del pezón, clavándola despacio para que Ady, sufriera un poco más. Después soltó el líquido y quitó la aguja, limpiando con alcohol, liquido que suscitó escozores en su pecho, diezmado ya por latigazos anteriores.

  • Te has portado muy bien Ady. Mientras hace su efecto, vayamos a la cama, para que me hagas una mamada en condiciones. Después te dejarás follar "a cheval", tanto con la vagina, cómo con el ano.

  • Vale, me encanta, Antonio. Ufffff, me siento con fuerzas. Es normal que aún me duelan las tetas?.

  • Claro que es normal, Ady. Incluso te van a doler más aún. Ahora mámame la polla, para después seguir con otras cosas. Mañana visitaremos a unos amigos míos. Es muy probable que te cuelguen de las tetas.

Ady, cesó de inmediato su actividad.

  • Antonio, has dicho de las tetas?.

  • Sí, éso he dicho......y por cierto mi polla se está destemplando. Vuelve a darla calor con tu boca.

Ady, volvió a mamar la polla de Antonio, al tiempo que pensaba lo que acabada de escuchar. Ser colgada de las tetas, debía significar un gran dolor.

Su boca mamaba aquella polla fiera del Amo que la guiaba, mientras los dedos de Antonio, pellizcaban con descaro zonas de su vulva y sus muslos, sin que Ady pudiese hacer nada por evitarlo.

Mientras mamaba la polla de Antonio, pensaba en cómo sería ser colgada de las tetas. La apetecía probarlo, pero sólo de pensarlo se le ponían los pelos de punta.

Los pellizcos en sus partes sensibles, la hacían sufrir y animarse en su mamada, porque ella no se separaba de la polla que atesoraba en su boca.

Cuando la polla de Antonio se puso gruesa y dura, Ady se retiró de la mamada y se colocó de cara a él, dejando que la polla anidase en su vagina.

Esperó a que él, la cogiera los pezones con fuerza, hasta sentir un dolor especial y comenzó a cabalgar la polla, sin importarla los dolores que tenía en sus tetas, ya que sus pezones eran tironeados a cada movimiento suyo.

  • Antonio, cuéntame ahora que....es.....eso de que me van a colgar......aaggggggg........de las tetas.........uyyyyy.....aaaaagggggggg.......?.

  • Muy sensillo preciosa mía. Mis amiguetes, saben hacerlo de maravilla y te tratarán un poco peor que a sus sumisas y esclavas. Claro, que irás recomendada por mí. Y sí, estaré yo allí para verte padecer los tormentos.

Ady, seguía cabalgando la polla de Antonio, mientras escuchaba lo que él la decía.

  • Aunque sinceramente, creo que te comportarás de maravilla, viendo lo que veo y sintiendo lo que siento.

  • Antonio, puedo preguntarte más acerca de ser colgada de las tetas?.

  • Claro que puedes amor, pero sigue cabalgando......aunque ahora cambia a tu ano, que deseo sentir más calor. Te sientes bien?.

  • Sí, muy dolorida pero con deseos de seguir.

  • O sea, que te vas a dejar azotar las tetas, verdad?.

  • Si, Antonio, me dejaré azotar lo que tu desees y además agradecida.

  • Vaya, parece que ha hecho efecto la inyección.

  • Me encanta ser azotada y torturada, Antonio. Deseo que me hagas todo lo que desees. Estoy dispuesta y animada, amor. Cuéntame más, mientras te cabalgo cómo es éso de ser colgada de las tetas..........porfa.

  • Muy sencillo........uuufffffff......te atan las tetas fuertemente y después .......aaaaahhhh .............te elevan para que surta efecto ..........uufffffffffff. Y despues, te azotan........uyyyy........y algunas veces te ponen palos de fuego.

Ady brincaba sobre su ano, sin sentir más que placer en todo su recorrido.

  • Que son los palos de fuego.......Antonio?.

  • Son unos aparatos, que producen chispas al contacto con la piel y generan unos calambrazos pequeños, pero muy efectivos. Creo que te encantarán.

  • Antonio, me está gustando estar sometida a tí.......ummmmmmm.

  • Disfruta, pequeña. Siéntete bien. Dentro de unos instantes, te azotaré las tetas y creo que me pedirás más.

Ady brincaba llena de gozo sobre la polla de Antonio. Sentía su recto ardiente como el fuego, pero deseaba sentir más cosas aún. Soñaba ya con ser azotada en las tetas por Antonio y ser colgada de las tetas por sus amigos.

Antonio, terminó por correrse dentro del ano de Ady, mientras ésta surcaba ya poco a poco la polla palpitante.

Ady, se retiró despacio y puso su boca para sorber los restos de semen de la polla de Antonio.