Una chica muy especial (Libro 1º - Capítulo 08)

Ady, soluciona el problema que tienen los cuatro para compartirla, aún sabiendo que la van a hacer puré. Sin embargo se siente fuerte para poder soportarlo. Espero que sea de vuestro agrado. Un beso. Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 1º - Capítulo 8º

Los tres se plantaron delante de ella para admirarla, desnuda, marcada y lista para ser follada, cuando aparecieron Elías y Raquel.

  • Vaya, llegamos a tiempo. Esta es la nueva?.

  • Cómo que la nueva, Elías?. Es mi mujer, que se llama Ady y al menos podrías saludarnos y saludarla, verdad?.

  • Tienes toda la razón, Carlos. Ady, encantado de conocerte, aunque sea en esta situación.

Elías, bajó su cabeza, mientras ya comenzaba a quitarse prendas y besó los labios aún vírgenes de Ady.

Raquel hizo lo mismo que su marido y se despelotó, para acto seguido ir en busca de Sandra.

  • Ady, somos cuatro...........se te ocurre alguna idea para que puedas compartirnos?.

  • Una muy buena, Antonio. Claro está, sí os parece bien. Consistiría en ir rotando por cada uno de mis agujeros, el que saliera de mi boca, se quedaría acariciándome las tetas, axilas o la parte de mi cuerpo no ocupada. El de mi ano, pasaría a mi boca y el de la vagina a mi ano. El de las caricias, pasaría a mi vagina. Así os parecería bien?. Además quién necesitase recuperar, por una eyaculación, se podría entretrener con mi cuerpo, si le apetece o irese a dar una vuelta.

Todos quedaron alucinados, ante las palabras y soluciones mostradas por Ady. Era una genialidad más de la mujer de Carlos, que hasta él mismo comprendió la valía de su pareja.

Fué Antonio, quién habló en nombre de todos, adelantándose un poco para ser escuchado.

  • Amigos y Hermanos. Nuestra próxima hermana en el Clan, aunque aún no pertenece al mismo, se ha ofrecido para poderla disfrutar todos. Sugiero, otra postura algo menos nociva e incómoda para ella, aunque pueda recibir el mismo trato. Creo incluso, que hasta me lo agradecerá públicamente, cuando la diga. Se tratará de atarla en aspa de manos y pies, bocarriba y que se vayan rotando las penetraciones, según ella lo sugirió, pero con un máximo de 2 al mismo tiempo. Yo sería partidario que no tuviera apoyo en su espalda y que fuese azotada en su vagina o ano, antes de penetrarla, pero es sólo una idea mía.

Carlos, se erigió un poco en defensor de su mujer, aunque le agradaba enormemente la idea de Antonio y dijo :

  • Bien, me encanta la propuesta de nuestro hermano y amigo Antonio, sin embargo, diré que mi mujer tendrá cobertura en su espalda y que por el momento, no recibirá azotes en sus partes más sensibles. Cuando sea miembro de pleno derecho del clan, podrá decidir por sí misma. Sin embargo, ya que Antonio lo propuso, dejaré que sea mi mujer, quién diga si acepta ese tratamiento por parte de él.

Todas las miradas revirtieron en Ady, que deseaba sentir esas emociones, pero no se atrevía a autorizarlo. Y al final habló ante todos los asistentes expectantes, cegados por su desnudez.

  • Carlos, gracias por tus palabras. Aún no soy del Clan, pero lo seré en breve tiempo. Deseo que gocéis con mi cuerpo, cómo yo intentaré gozar con vuestras acciones. Creo que Carlos, lo ha dicho muy claro, sin embargo no deseo enturbiar relaciones con un próximo hermano, así que decido, que Antonio me tome durante unas horas, que dilucidarán Carlos y él, para que me haga lo que crea más conveniente.

El rostro de Antonio, pasó de un lívido permanente a un sonrosado rostro con sonrisa incluida.

Carlos y Antonio, se enviaron un gesto con los ojos y todos quedaron contentos.

Arturo sabía que Ady, superaría las pruebas de acceso, pero que además sería una buena ayudante para sus fines. Y se propuso ayudarla, aunque además castigarla, con el propósito de lanzarla a la gloria.

Ady fue desatada de inmediato, para atarla en la nueva estructura anunciada por Carlos.

Elías, se adelantó un paso y besando más cómodamente a Ady, dijo :

  • Creo amigos míos, que todo se puede lograr sí dejáis de porfiar en cómo se la coloca. Somos 4 a enterrar nuestras pollas en alguna oquedad de nuestra futura hermana, verdad?. Entonces, coloquémosla en un caballete, con las piernas en V y sujetadas por los tobillos, así podremos admirar su maravillosa y sensual desnudez, al tiempo que ella, ayudada de sus manos y boca se ocupa de 3 de nosotros, mientras el 4º quedará entre su coño y su culo. E iremos rotando para que todos podamos sentir el placer que esta hermana nos ofrece tan dulce y alegremente. Qué os parece?.

  • Es una idea genial, Elías. Carlos y Arturo, podrán traer ese caballete para depositar a nuestra hermana sobre el mismo, mientras nosotros dos la contemplamos un poco más, ya que llevamos menos tiempo con ella.

  • Antonio, desde luego lo vago y egoísta que eres. Se nota a la legua. Pero Arturo y yo traeremos ese caballete. No abuséis mucho de ella, vale?.

Todos rieron, menos Ady quién se encontraba un poco atemorizada por el cariz que estaba tomando la situación.

Mientras Arturo y Carlos iban a por el caballete, Elías palpaba cada cm de piel de Ady. Antonio le iba indicando con el dedo, las partes más gratificantes del cuerpo de ella.

Desde no lejos de allí, Raquel y Sandra, miraban las cosas que le hacían a Ady, mientras entre ellas se acariciaban, desde los pezones, hasta sus coños depilados.

Ady se sentía un poco nerviosa y muy humillada, ante las palabras, roces y hasta pellizcos que recibía por parte de Elías. Pero Ady, no imaginaba aún que sería en pocos instantes, mucho más humillada aún. Se dejaba toquetear, sin oponer resistencia alguna.

Cuando aparecieron Carlos y Arturo, con el caballete, Elías y Antonio cesaron de incordiarla los pezones, que la había hecho jadear varias veces de las sensaciones que notaba en los mismos.

Antonio cogió un par de argollas unidas a cadenas y esperó a que dejaran el caballete en donde sería instalada Ady. La parte superior del caballete era de cuero bruñido y lo suficientemente plato, para que la espalda se sujetase bien. Claro que dejaría en el vacío, la cabeza, los hombros y sus nalgas.

Ayudaron entre los 4 a posicionar el cuerpo de Ady, sobre el mismo, dejando que su cabeza, brazos y piernas cayeran por ambos lados. Antonio, ayudado de Elías, colocaron un grillete cada uno, sobre cada tobillo de Ady y luego colocaron el extremo de las cadenas en sendos postes, separados entre sí un par de metros.

Ady, mantenía las piernas muy separadas, mostrando así más, su coño y culo, a las miradas de todos ellos.

  • Fijaros, amigos, en las piernas de nuestra querida Ady. Son perfectas. Fuertes y musculadas. Las tiene elevadas y muy separadas y sin embargo, no se desdibuja su imagen. Mirad el vientre liso y fuerte y su pubis, arrebolado de vello acariciador. No nos olvidemos de sus tetas, aderezadas de esos pezones excitables.

Ady, se sentía tremendamente afligida y muy humillada ante semejante exhibición de su intimidad. Su cabeza y brazos pendían del caballete, mientras escuchaba las palabras de Antonio, junto a algunos toques en alguna parte de su cuerpo, cuando vió a Raquel y Sandra, que estaban asomadas a una de las ventanas de su casa, contemplándola a ella y a ellos hablar de sus intimidades.

Pero lo más humillante para Ady, aún estaba por llegar. Ella ya se sentía muy ultrajada, aunque no iba a decir nada, cuando Antonio, separó los labios de su vagina y comentaba la visión ante los demás.

  • Y fijaros en este coño rosado. Mirad que labios, que vulva. Dan ganas de comérselo, verdad?. Y su conducto anal, otra maravilla más de nuestra próxima hermana.

Ady sentía, ya con lágrimas en los ojos, cómo la toqueteaban y admiraban sus partes más intimas. Lo peor eran los comentarios, a veces soeces y para nada suavizantes. Se sentía descarnada y violada. Ni siquiera Carlos parecía protestar ante semejante tratamiento vejatorio.

  • Carlos, no me digas que no me vas a dejar azotarla un poquitín. Es que su coño me llama. Anda, autorízame. Mientras tú, la pones la polla en la boca, para que no grite. Sólo 10 latigazos, vale?. Es que tiene un coño precioso y no soporto verlo así, sin calentarlo un poquitín.

Ady, se asustó mucho más de lo que ya creía estar al escuchar semejantes palabras. Y ya se iba a levantar para protestar, cuando unas manos la sujetaron la cabeza y Carlos llegaba para meterla la polla dentro de la boca.

Ady, quedó enmudecida, mientras Carlos decía.

  • Está bien Antonio, 10 latigazos y comenzamos con una sesión de sexo.

Ady, se derrumbó emocionalmente, cuando escuchó las palabras de su amor. Se sintió pobre y desesperada. Su humillación era tan alta, que se dejó hacer, para intentar olvidar el suplicio de ser tratada así. No la importaba tener la polla de Carlos dentro de su boca. Incluso ya no la molestaba estar desnuda y expuesta ante aquellos seres depravados. Sólo se sentía humillada por las visiones y comentarios soeces hacia su cuerpo. Ady, no sabía si podría resistir esos 10 latigazos en una zona tan sensible y más siendo Antonio, quién se los diera.

Raquel y Sandra, se mostraban perplejas, ante lo que se estaba desarrollando en el jardín común. Sandra estaba acostumbrada a actos similares, aunque no tan crueles. Raquel por su parte, deseaba ardientemente experimentar los mismos o más que Ady. Las dos contemplaban las escenas que es estaban produciendo, contra su nueva hermana, que las tenían en ascuas, sin saber si bajar o quedarse quietas.

  • Raquel, que tal ayer?. Me dijiste que Elías te entregaba a una panda de pérfidos, verdad?.

  • Sí, estuve por la mañana y hasta después de comer. Nada una panda de estúpidos. Sólo me azotaron dos de ellos y poco. Ni uno solo me folló y lo peor, hicieron que me vistiera para comer. Y Elías encantado de sus amigos. Vaya un gilipollas. A ver si en la casa tengo más suerte. Me gustaría que me tocase algún día en suerte Antonio. Es bastante sádico. Así podría disfrutar un poco.

  • Podrías engancharte a mis pelis. Ahí se azota de verdad.

  • Ya, pero hay más estúpidos aún que en la vida real. Elías, al menos me va buscando gente.

  • Arturo, seguro que podría ayudarte, Raquel. El conoce a mucha gente y seguro que te lo pasarías pipa.

  • No lo sé. He estado pensando si hacerme de un club de sadomaso, pero es que ninguno me da garantías.

  • Ay, se me está ocurriendo una idea pérfida.

  • Cuéntame Sandra, que se te está ocurriendo?.

  • Y sí utilizásemos a Ady para nuestros fines?. Ella diría que no, pero sólo al principio. Cuando comprobara que nos gustaba, lo haría. Además la azotaríamos a ella entre las dos, para que se sintiera igual. Qué te parece mi idea?.

  • Genial, Sandra. A por Ady que vamos. Mira, la están azotando en la vagina, ahora. Pobrecita, lo va a pasar de vicio en esta casa.

Ady recibía los primeros latigazos en su vagina, mientras Carlos seguía follándola en la boca y la sujetaba por las muñecas. Ady, apenas podía removerse, ante las picaduras ingratas de los latigazos de Antonio.

Respiraba fuerte por la nariz y sus tetas subían y bajaban, como poseídas de fuerzas extrañas. A cada latigazo, su cuerpo se tensaba cómo un arco, sin poder soltar gemido o grito alguno, debido a la polla que se hundía en su garganta. Sus brazos, sujetados por Carlos, sólo se movían levemente.

Ady lloraba angustiada, con cada latigazo, sin que nadie lo supiese. Pues los huevos de Carlos, se cernían contra sus párpados.

Cuando el décimo latigazo fue recibido en la ardiente vagina, Ady fué liberada de las muñecas. Pero duró muy poco semejante libertad, porque unas pollas se acercaron rápidamente a sus manos, para ser masturbadas.