Una chica muy especial (Libro 1º - Capítulo 04)

Ady y Carlos emprenden el camino hacia la nueva casa de ambos. Carlos, reestrena un calibra y se siente gozoso. Ady, conocerá a Arturo y Sandra. Espero que os resulte agradable. Un beso. Sandra Raquel.

Una chica muy especial

Libro 1º - Capítulo 4º

Desayunaron desnudos y después pasaron a la ducha, lavándose mutuamente y riéndose algunas veces de los cosquilleos de manos desconocidas.

Una vez secos, se miraron de nuevo y sus bocas no tuvieron más camino que las de confundirse en un sólido y cálido beso.

  • Ady, tendremos que ir a por ropa a tu casa. Después coger tu coche y así irnos hasta mi nueva casa. Espero que te guste la distribución. Entre los 4 amigos de toda la vida, hemos cogido 4 chalets de 1000 metros cuadrados cada parcela. Y en la unión de las 4, hemos mandado hacer un jardín particular, para uso de los 4 indistintamente o en conjunto. Así tendremos más privacidad de miradas ajenas.

  • Me parece muy bien. Jo, ya tengo mono por ver tu nueva casa.

  • No me extraña nada, pero recuerda que será nuestra casa mientras desees seguir conmigo.

  • Vale, ya me he enterado. Vayamos pues a mi última casa de soltera.

Carlos la dió una palmetada en las nalgas, con su mano derecha, que sonó cómo si hubiese estallado un globo.

Ambos sonrieron, ante el sonido tan brutal y se vistieron para salir al exterior. Irían en un taxi y volverían con el Calibra. Carlos estaba casi ansioso de probarlo de nuevo.

Tardaron poco más de 15 minutos en llegar hasta la casa alquilada que tenía Ady. La casa estaba bastante arreglada, para lo que Carlos esperaba encontrarse. Y sin decírselo, fué un detalle que le agradó.

Guardaron un poco de ropa de todo tiempo, mudas, y zapatos. También cremas y otras lociones de Ady. Llenaron una maleta y bajaron hasta el garaje donde reposaba un magnífico calibra blanco.

Carlos se quedó embobado al verlo. Recordó, cómo había comprado el suyo, al poco de salir al mercado. Miró a Ady y la sonrió emocionado.

  • Me encanta la imagen de este cacharro. Nunca será feo, por mucho tiempo que pase, Ady. El mío estaba ya escacharrado y era un poco anterior a este modelo. Uy, que emoción sentarse al volante. Bueno, sube amor, yo colocaré la maleta y rumbo hacia nuestra nueva casa.

Cuando Carlos se sentó al volante, Ady, puso su mano izquierda en el muslo más cercano de Carlos y mirándole, se acercó hasta sus labios y le besó dulcemente. Luego se acopló de nuevo en su plaza de copiloto y se puso el cinturón de seguridad.

Carlos, se colocó también el cinturón de seguridad. Desabrochó 2 botones de la blusa de Ady y la sobó los pezones unos segundos, giró la llave de contacto y se sintió en el país de las maravillas, al sentir el suave rugido del motor.

Ady, vestía blusa de seda y faldita corta. Por ropa interior un tanga muy escotado y en los pies unas sandalias de dedo. Se ajustó las gafas de sol en cuanto salieron a la superficie y se dejó la blusa desabrochada a propósito.

El día era ideal con un sol radiante, pero había una ligera brisa que se agradecía. Carlos, abrió el techo solar y cerró las ventanillas. La blusa de Ady se abrió más aún mostranto sus tetas desnudas, según iban recorriendo kilómetros, pero Carlos no desvió su atención de la carretera ni un sólo instante, aunque era consciente de la desnudez superior de su amor.

La urbanización, toda de chalets y pareados, era de lujo o casi. La casa de Carlos estaba en la parte alta y además eran las últimas.

El lugar era precioso y muy tranquilo. Los sistemas de seguridad, funcionaban las 24 horas, con varios coches y motos.

  • Qué te parece el lugar, Ady?.

  • Me encanta, Carlos. Es cómo un sueño para una chica como yo.

  • Ya llegamos, Ady. Mira, es aquella del fondo. Es una zona más tranquila, por lo que no tendremos mirones. Además del espacio que hemos dispuesto entre los 4, que lo cubren las encinas y que nos deja bastante espacio para barbacoas y juegos. Y en medio del todo una piscina de unos 20 x 10 metros.

Cuando llegaron a la entrada de acceso al chalet, Arturo el marido de Sandra estaba en el exterior, porque Carlos le había llamado por el móvil diciendo que iban para allá.

Ady intentó abotonarse la blusa, pero Carlos la sujetó la mano y Ady, accedió a presentarse con la blusa abierta, aunque sus pechos estuvieran tapados por la blusa.

  • Carlos, bienvenido. Un gran coche si señor. Y esta jovencita, mejor aún, vive Dios. Salid del coche, Sandra está en el jardín tomando el sol, como siempre. Esto está ya casi terminado. Los remates finales los haremos nosotros, porque vaya una panda de constructores, te dejan una cosa allí y otra allá. Así que les hemos largado la semana pasada.

  • Hola Arturo, te presento a Ady, mi amor y futura mamá de nuestros peques.

  • Hola Ady, guapísima, un placer conocerte.

  • Encantada Arturo, un placer recíproco.

Salieron del coche y Carlos, aún se maravillaba por el Calibra, mientras Arturo pasaba un brazo por encima de los hombros de Ady y la conducía hasta el jardín interior en donde su mujer tomaba el sol, completamente desnuda.

Ady entendió, porqué Carlos no la había dejado abrocharse antes. Así sería menos traumática la presentación.

  • Sandra, tenemos visita........han venido Carlos y su amor, que se llama Ady.

Sandra se incorporó de un salto y llegó corriendo hasta donde estaba Ady.

  • Un placer conocer a la mujer de Carlos. Chica eres guapísima. Me alegro por Carlos.

Y Sandra besó a Ady en los labios del modo más natural del mundo. Ady no se inmutó y la devolvió el beso también en los labios.

  • Carlos, dónde andas?.....Carlossssssss.

  • No la hagas caso, Ady. Todas nuestras mujeres estuvieron enamoradas de él hace ya años.

Carlos llegaba en ese momento abrazado a Sandra, quién le toqueteaba y se reía a cada paso que daban.

  • Bueno, ya estamos 2 de las 4 parejas, veamos cómo ha quedado todo.

Carlos quedó maravillado, al ver cómo había quedado el jardín privado, mientras Ady quedaba aturdida por las dimensiones y disposiciones de algunos elementos.

  • Bueno, al parecer tendremos bastante sitio para esparcirnos, verdad, Arturo?.

  • En efecto, Carlos. Hasta la piscina ha quedado bien alejándola un poco del centro del espacio. La barbacoa, ya tiene lugar reservado y creo que podríamos probarla hoy mismo. Antonio vendrá sólo, hacia el mediodía y Elías, aparecerá con su mujercita, pero ya avanzada la tarde. Sandra, podrías enseñarle las casas a Ady, mientrs Carlos y yo, comentamos algunos asuntos de negocios.

  • Vale, Arturo, le enseñaré las 4 casas, así cotillearemos todo entre las dos. Ven, Ady, sígueme.......creo que te encantará tu nuevo hogar. Y espero que también nuestra compañía. Luego, nos bañaremos en la pisci, que está limpita del todo.

Ady asintió y se fué con Sandra, mientras Carlos y Arturo, se quedaban en el jardín, tomando unas copillas.

Arturo, expuso a Carlos la problemática que había detectado con el control de cuentas. Carlos le echó un vistazo, pero aunque se dió cuenta del error, no supo cómo resolverlo. Aún así llegó a la conclusión, de que una rutina no estaba bien. Y trás darle muchas vueltas, algo en su interior la hizo pensar en Ady.

  • Arturo, creo que mi mujercita será capaz de detectar el problema. Al menos en su C.V. así lo exponía y por la entrevista, surgió algo similar y la pasó sin problemas.

  • Joder, Carlos. Si tu mujer sabe resolver este entuerto, la adoradaré eternamente.

  • Dejémoslas un rato a su aire, después la preguntaremos. Es muy eficiente (en teoría). Yo al menos tengo grandes y positivos presentimientos con respecto a ella.

Dentro de la casa de Arturo y Sandra, ésta le mostraba toda la distribución de la misma. Para entonces, Ady ya se había desnudado del todo, debido a la pesadez de Sandra. Y ambas deambulaban completamente desnudas, sin mayores problemas.

Ady, no se sentía nada mal estando desnuda y el calor del día agradecía estar así. Al asomarse por una de las ventanas, Ady observó a Arturo y Carlos, que también se habían quedado desnudos, mientras sorbían una buena copa. Así que se sintió mejor aún.

Cuando salieron de nuevo al jardín, los hombres se habían alejado para coger leña para la barbacoa.

  • Ady te gusta nadar?.

  • Claro que sí, Sandra. Por?.

  • Por darnos un chapuzón antes de comenzar con los guisoteos. Nadas bien?.

  • Me defiendo bastante bien a croll.

  • Nos zambullimos ahora y recorremos cuatro largos, a ver quién es la que primero llega, te parece?.

  • Por mí encantada, además apetece con este calor.

  • Venga vamos. Saltaremos desde allí, está bien?.

  • Perfecto.

Se situaron ambas a 5 metros una de otra y se lanzaron al agua de cabeza. Sandra surcó las aguas por debajo, más tiempo que Ady, pero ambas braceaban casi con la misma cadencia. Sandra, al ser un poco más larga avanzaba con velocidad, pero Ady la tenía a una brazada.

Tomaron la primera pared, casi al mismo tiempo y Ady arrancó por delante de Sandra, quién tuvo que esforzarse más para llegar a los 40 metros a la par.

Al final, Sandra se impuso por media brazada ante Ady, quedando las dos un poco fatigadas.