Una chica llamada Gauge
Mi cuerpo de ensueño mi cara de niña (con fotos)
Hola me llamo Gauge, tengo 18 años y por cuestiones de estudio hace unos meses que vivo sola. Tengo un novio que se llama Pablo y estoy enamorada de el desde que estudiábamos en secundaria ahora que estamos en la universidad prometimos no separarnos nunca.
Aquí tenemos bastantes amigos que no paran de alabar mi belleza, inclusive cuando Pablo esta presente ellos se refieren a mi rostro juvenil "adornado con un par de rubíes azules" dice galantemente, además cuando ay un par de copas de mas en sus cuerpos se refieren a mi increíble delantera; a mi cintura; a mis redondas pompis y a mis largas y bien formadas piernas; no crean que exagero, pero ellos tienen razón, por algo me gusta tanto el ejercicio, no puedo negar que soy bastante preocupada de mí. Además soy bajita y aparento como de 14 o 15 años y eso parece gustarle a los hombres, Pablo me dice que soy su Bebe.
Todo marchaba bien hasta que empezaron a aparecer problemas economicos que me resultaban cada vez mas difícil afrontarlos.
Una tarde hacia tanto calor que me puse una falda a medio muslo, bastante ligera para que destacara la forma de mis nalgas, desnudas pues mi pequeño tanga ya había sido absorbido por ellas; arriba solo una blusa apretaba mis pechos donde se notaban mis pezones parados y duros; deje mi cintura al aire libre y unas sandalias con taco completaban mi increíble atuendo.
En la calle me percate que mas de alguna mirada iba dirigida descaradamente a mi trasero o a mis pechos. Lo mas sorprendente fue que me di cuenta que me excitaba, cuando veía a algún viejo verde o a algún chiquillo mirando mi cuerpo me mojaba y no podía evitar caminar de forma sensual para provocar mas miradas. Cuando empezaron los dichos atrevidos como "mira que culazo"; "buenas tetas señorita"; "tienes cara de mamadora" o "te gusta parar vergas", mi excitación ya era demasiada.
Cruce el Parque Central y un par de viejos malvivientes estaban sentados en una banca. Desde que lo vi de lejos sabia que me iba a decir algo fuerte, incluso sentí cierta emoción cuando me acercaba con mi caminar coqueto mejor ensayado. Pase junto a él y lo escuche, es imborrable en mi memoria, él me dijo con una voz carraspera y hasta podría decir malévola "Déjame lamer tu coño, PUTA". Sentí una verdadera carga eléctrica recorrer mi cuerpo, me sentí empapada de un instante a otro, fue como un orgasmo instantáneo. Pare por un segundo y luego como pude seguí caminando, asustada, emocionada y sobre todo excitada. Nunca me habían llamado así, de pronto todo era tan claro, así me gustaba sentirme; sucia, provocativa, rastrera ¡toda una PUTA!. En esos momentos solo quería estar en casa, necesitaba masturbarme.
Estaba desesperada y ansiosa "puta, déjame lamer tu coño ¡PUTA!" sonaba en mi cabeza y me producía escalofríos. Quise cambiarme de ropa cuando tocaron la puerta , cuando abri me lleve la sorpresa mas grande de mi vida.
Eran los viejos del parque,que me siguieron hasta mi departamento. Su mirada se fijo en mis Pechos, eso me excito, no lo puedo negar. Primero me pidió disculpas por la molestia y luego recorriéndome el cuerpo con la mirada me pidió si podian pasar que tenian una propuesta para hacerme.
Con toda la curiosidad del mundo los hice sentar en el sillon , entonces se presentaron como Dardo y el otro señor que casi ni hablaba Julio . Traian un bolso de donde sacaron una camara de fotos, don Dardo con voz decidida me propuso a cambio de dinero que me deje sacar unas fotos desnudas, y que si salen buenas podian convertirme en una estrella .
Por supuesto que no tome muy en serio lo que me contaba entonses les ofrecí un jugo como para que tomaran y se fueran . Camine a la cocina sabiendo que me seguían sin perder de vista mi intencionalmente meneado trasero; en el camino entendí porque me miraban así, me había salpicado agua de la tina a la blusa y esta estaba pegada a mis pechos, mis pezones casi estaban al desnudo para el deleite del viejo.
De repente pense en lo mal que estaba pasando económicamente y los viejos me darian por las fotos lo suficiente como para pagar la renta de este mes, después de todo no era tan descarada la idea total con un par de fotos no haria mal a nadie siempre y cuando no se enterase mi novio.
Me preocupo por un momento la impresión que podía darle, y los problemas que podría tener con mi novio no me importaron, los vi muy lejanos; mi excitación me pedía que jugara con Don Dardo, quería verlo deseándome, me estremecía al pensar que estaba sola en la casa con dos viejos verdes.
Instintivamente mi cola se paro, mis hombros se fueron atrás y mi caminar se volvió exquisitamente sexy pero casual a la vez. Cuando llegue a la cocina, me incline en ángulo recto para coger el jugo de la heladera, me demore simulando que no la encontraba; cuando por fin la encontré me di vuelta y pude ver como el vejete se enderezaba.
Casi me volví loca al pensar que ese viejo me había visto el trasero. Mire su pantalón y me di cuenta de su erección, él se dio cuenta que le miraba el bulto pero no dijo nada así como yo no dije nada al sorprenderlo mirando bajo mi falda. Estaba como loca, estaba muy nerviosa, pero no nerviosa de forma común y corriente sino de esa forma que solo la excitación extrema puede provocar. Termine de llenar el vaso y me volví dándole la espalda, cerré los ojos y suspire sin que él me viera; me quede ay contra los muebles de la cocina simulando que ordenaba algo. Era conciente que el me miraba de atrás y el no saber donde tenia plantada la mirada me generaba ideas demasiado provocativas.
─Sabes Gauge, tienes unas piernas preciosas─ dijo Don Dardo, me quede helada. ─Espero no te moleste que te lo diga.
─ No─respondí, estaba inmóvil, supongo que parecí algo sumisa porque prosiguió.
─Y esa cintura, ¿estás yendo al gimnasio?.
Asentí con la cabeza, si le hubiera respondido con un "si" se hubiera escuchado mas como un gemido que como una palabra.
─Y esa cola, discúlpame que te lo diga, pero esta fantástica─ sentí como dio un paso hacia mí y luego poso suavemente sus manos en mi cintura ─Guauu...y tu piel es suave como la seda. Sus manos empezaron a moverse suavemente sobre mis caderas. El hecho de estar en esas condiciones, con un viejo mirándome descaradamente y a la vez tocando y sintiendo mi piel, no hacia mas que acrecentar mi excitación; me limite a escucharlo y tratar de disimular mi estado lo mejor posible.
─Tienes un cuerpazo, y hace algún tiempo lo estas mostrando descaradamente....deberías cuidarte, podría pasarte algo...además te deben decir muchas groserías en la calle─ dijo cerca de mi oído.
Apoyo su bulto en mi trasero, pude sentir sobre mis nalgas su excitación, una palpitante excitación. El maldito me estaba apoyando y descaradamente.
Sentía un bulto que no era el de Pablo y cuando era lo suficientemente fuerte para murmurar un "no, ya basta" mi cuerpo no me apoyaba. Incluso empecé a rozar mi culo contra sus pantalones, con mis nalgas trataba lenta y suavemente de atrapar ese miembro palpitante; era un movimiento sutil pero estoy segura que lo sentía. Era obvio que lo sentía, porque empezó a puntearme con más fuerza, no mucha pero fue notorio. Estaba haciendo realidad los sucios deseos de aquel viejo y no tenia fuerzas para evitar que abusara de mi cuerpo. Sus manos me rodearon suavemente hasta atrapar mis pechos.
─Que buenas tetas─ susurro en mi oído.
¡Se refirió vulgarmente a mis senos!. Esas grosería que escuchaba en la calle, ahora me las decían al oído. Mis manos se apoyaron fuertemente en las de él sobre mis pechos.
─Ya basta, suélteme Don Dardo─ pedí, pero mis manos se apretaron contra mí, mi cuerpo no tenia intención de resistirse y entendí que me excitaba pedir un alto y no obtenerlo; que aquel viejo no me hiciera caso; que su calentura fuera mas fuerte, me sentía deseada y abusada pero sobre todo muerta de excitación.
Me apretaba los pechos con pasión; los amasaba fuertemente murmurándome al oído que estaban grandes y firmes. Me empezó a puntear con más fuerza; tuve que apoyarme contra el mueble de la cocina para no perder el equilibrio, sus manos me apretaban los pechos y su cuerpo me apretaba la cintura contra los gabinetes, para conservar su bulto a la altura de mis nalgas tuve que flectar ligeramente las piernas. Estaba fuera de mí, no dejaba de pensar en lo morboso de la situación; ese viejo que de seguro todas las noches compartía la cama con una mujer vieja , ahora tenia un cuerpo mucho más joven y bastante mejor formado para darse gusto.
Mientras tanto el otro viejo desde el sillon no perdia detalles de lo que pasaba en la cocina.
Estuvo un rato masajeándome los pechos y apretando una y otra vez su paquete contra mi trasero. Yo estaba loca, parecía tener un orgasmo atorado en mi interior; cualquiera podría decir que la escasa sensatez que me quedaba me impedía entregarle el placer del triunfo a aquel viejo maldito; pero no, no era esa la razón, solo quería que eso explotará dentro de mí, la idea de sentirme dominada por Don Dardo me estremecía. El viejo apoyo una de sus manos sobre la parte superior de mi muslo derecho, de a poco fue subiendo la falda hasta que pudo acariciar la piel de mi pierna, me acaricio con bravura; me voltee un momento y vi como observaba sus movimientos por debajo de mi falda. Su rostro era enfermizo, parecía un lunático, su arrugado rostro delataba un placer morboso. Cuando repentinamente tomo la falda y la dio vuelta sobre mi espalda, la sonrisa de deleite que mostró al ver mi pequeña prenda interior atrapada entre mis redondas nalgas, instintivamente me hizo parar aun más mi cola, mostrándola en su máximo esplendor.
─Eso, muéstrame el culo como debe ser─ comentó mientras me plantaba una fuerte palmada en mi trasero. Su comentario, mezclado con el fuerte sonido de su palmazo, me hicieron comprender que ya no había vuelta atrás, mi excitación era demasiado fuerte y no podía renegar de ella.; Don Tito me tenia en sus viejas y asquerosas manos.
Mientras seguía admirando mi trasero, tomo mis nalgas y las separó, para apoyar sobre la línea de mi tanga el grueso bulto que se le notaba en los pantalones. Cuando soltó mis nalgas sentí entre ellas las palpitaciones de su excitado miembro y enterré mi cola bajo su barriga. Me tomó de las caderas desnudas y me apoyó su paquete con fuerza, incluso pude oír un pequeño gemido de parte de él, a la vez que a mí se me salía uno mas evidente.
─Uyyy....mueve tu culo Gauge...menéalo como a los hombres nos gusta verlo─dijo.
Obedecí y pare lo mas que pude la cola, la empecé a mover suavemente de lado a lado mientras rozaba su pantalón. Me voltee un instante; me excitaba ver su rostro, el viejo estaba en la gloria y el morbo de la situación me tenia en la gloria a mí.
Don Dardo aparto su bulto de mi cola, se paro junto a mí y apoyo su mano sobre la parte baja de mi espalda. Empezó a acariciar suavemente mi trasero, se paseaba de nalga en nalga, seguía por mis muslos y de vez en cuando acariciaba fugazmente mi entre pierna por sobre mi tanga. Deje de mover mi trasero, lamente un momento el cesé de los golpes pero pronto volvieron a aparecer y no volvieron solos.
─¡¿Qué pasa?!, no he dicho que pares, ¡sigue meneando el culo PUTITA!─exclamo mientras me plantaba un fuerte palmada.
─¿Cómo me llamó?...uuuyyy...Don Dardo...aaahhh....¿Cómo me llamó?.─balbucee como pude, mientras reanudaba descontroladamente el meneo de mi trasero.
─Puta...no eres más que una puta calentona...y además con un cuerpazo de miedo...no te preocupes que yo voy a clavártela puta....
─AAAhhhhhh, déjeme Don Tito...uuuuyyyy....por favor─ gemía mientras recibía fuertes palmazos en mi culito.
Me quede quieta sobre el mueble de cocina; Don Dardo se dio cuenta que acababa de tener un orgasmo y ya no me exigía que meneara el trasero, se limito a acariciarme o mejor dicho a manosearme mientras recobraba el aliento. Mi rostro estaba apoyado contra la pared, mis ojos cerrados y la fuerte respiración delataban mi pasividad. El viejo se acercó y metió su lengua por entre mis labios, jugo un momento dentro de mi boca y luego lamió mis labios y mejilla. De un solo tirón arranco mi falda y la tiro al suelo; yo reaccione y me aleje un metro de él.
Hay estaba yo, frente al viejo, con una diminuta tanga, una pequeña blusa mojada que se pegaba a mis pechos y parada sobre unas sandalias con taco. De seguro me veía increíble, porque la sonrisa del viejo era enfermizamente caliente. Se empezó a acariciar su bulto en frente de mí; la idea de que ese viejo se estuviera masturbando mirando mi cuerpo provoco el regreso de esos cosquilleos que creí extintos luego del orgasmo.
--Ok Gauge vamos a lo acordado que Julio te saque una foto rapido que yo tengo mejores planes para vos.
Como una puta sumisa puse lo mas sensual posible, sabia que eso calentaria ahun mas a estos viejos.
─Estas bien buena Gauge, si que tiene suerte el hijoputa de tu novio.
─Por favor, no se refiera así de él─ Increpe sin mucha convicción.
─Ja Ja..¿Cómo quieres que le llame?... ah si, cornudo, esa es la palabra, es un hijoputa cornudo─dijo mientras se apretaba el bulto y me miraba a los ojos─ Acabo de manosear como he querido a su linda novia, incluso le di un lindo beso y ahora la estoy mirando semi desnuda frente a mí mientras me corro una buena paja...definitivamente estas muy buena, mira esas piernas, ¡están de lujo!....Ahora quiero que desfiles para mí, que me muestres ese cuerpazo...¡Anda, camina como una perra! ¡caliéntame!.
Dude, no me gustaba lo que había dicho pero era verdad; era una perra, una perra que quería seguir jugando o que jugaran con ella. Perdóname Pablo, perdóname por no poder evitar entregarme como una puta.
Camine lentamente frente a él. Mis pasos mejor ensayados se los mostré mientras le miraba el bulto en sus pantalones; sabia que le gustaba que le mirase ay y a mí me gustaba excitarlo; calentar a ese viejo, un viejo que nunca podría soñar con una mujer como yo, me provocaba demasiado. Cuando pasaba cerca suyo, no perdía oportunidad en darme una nalgada o manosearme los pechos, a la vez que me llenaba de insultos llamándome puta o perra. Estaba en el cielo
─Y tu culo...mierda, que bueno esta, tienes un culo de ensueño puta...y quien te lo esta sobando soy yo....aaaaahhhh...y no ese marica de tu novio....que culazo puta....¿te gusta que te toquen el culo perra?.
─Adoro que me manoseen el culo Don Dardo....¡uuuuyyyyy!.... adoro calentar a viejos como usted.....aaaaayyyyy.....adoro que abusen de mi culito.....aaaayyyyy no, no esta bien...ay ay, por favor suélteme Don Dardo, por favor no abuse de mi─ dije como una bebita asustada, lo que encendió al viejo y volvió con sus fuertes y adorables palmadas sobre mis nalgas.
─Que puta eres Gauge...una puta preciosa, mira esa carita de ángel...que labios mas hermosos...¿te gustaría que te premie con un dulce?─El viejo empezó a desabrochar su cinturón y cuando se iba a desabrochar el pantalón se arrepintió─anda, búscalo putita...muéstrale a este viejo lo que te gusta.
─Ande señorita , busque lo que le gusta a las perras como usted. Le aseguro que esta bien duro; bien duro en honor a usted. Anda putita, acaríciamelo─El viejo ya se habia dado cuenta del morbo que me provocaba que me dijera puta, y lo sabia aprovechar.
Acerque mis manos al bulto de sus pantalones; el viejo suspiro de placer cuando apreté su paquete sintiendo la dureza de su miembro. Me miraba con una mueca extraña, como un violador burlón mira a su victima indefensa. Pude sentir un pené largo y grueso bajo la tela, me encantaba, aquel viejo si que estaba caliente, y me hacia sentir toda una hembra. Desabroche su pantalón y lo acaricie bajo su ropa interior, cerré los ojos para disfrutar la sensación de tocar aquella vieja barra de carne, una de mis manos atrapo sus peludos testículos, los que acaricie suavemente; la otra apretó fuertemente su mástil y con un sutil sube y baja lo empecé a masturbar. Me vio descuidada y volvió a meter su lengua en mi boca, parecía que había juntado saliva para inundar mi cara, era asqueroso pero excitante; devolví su beso como una niña dejándose hacer, como si fuera mi primer beso y luego me deje lamer la cara.
La piel de su miembro era tersa por la rigidez de este; su glande estaba húmedo y manchaba mi mano cuando lo acariciaba. El tamaño de su miembro era mayor al de Pablo y eso me excitaba, me calentaba la idea de que aquel viejo me brindara mas placer que mi novio; con sus años de mas, su barriga y su fea cara me iba a tomar como nunca lo había hecho mi amado Pablo.
─Ahora me la vas a chupar perra...le vas a chupar el pico a tu vecino─dijo Don Dardo cuando me obligaba a inclinarme sobre la mesa. Me dejo apoyada en un vértice de esta, dejando mi cabeza a la altura de su miembro y mi cola en pompas por el otro lado. Mientras me acariciaba el culo, me empezó a dar pequeños golpes en la cara con su verga.
─¿Qué te parece tu dulcecito? Eh perrita, ¿Te gusta?─ empezaron los increíbles palmazos en mis nalgas─¿Qué diría tu novio si te viera con mi verga en la cara?....aaaaggghhh...¡anda! abre la boca puta.
─Mi novio nunca me ha pedido que se la chupe Don Dardo─dije antes de desabrochar los ultimos botones de su camisa y pasar sensualmente mi lengua por su velluda barriga─ Su verga de viejo será la primera que saboree mi boca.... Usted Don Dardo va a ser el primero que meta su verga en mi boca.
No podía creer lo que acababan de pronunciar mis labios; sabia que eso iba a calentar al viejo, y era consiente de que eso me calentaba, pero decirlo con esa mezcla de inocencia y sensualidad me asombraba.
─Entonces abre la boca putita─dijo con su voz carrasposa.
Primero repase su miembro con la lengua, él se inclinaba para poder verlo bajo su barriga. Recorría de la base de su gruesa verga hasta su húmedo glande, tenia un sabor a sudor con una pequeña esencia a orines; me gustaba, el sabor a calentura de viejo me gustaba, bañe su mastil con saliva y sus testículos también, que me sumergiera entre su vello para alcanzar sus testículos con mi lengua le encantaba, podía sentirlo en los apretones o palmadas en mi cola. Cuando atrape su glande con mis labios cada una de sus manos apretó la respectiva nalga que tenia atrapada.
─Eso puta, chupamela...demuéstrame de lo que se ha perdido tu estúpido novio.
Empecé a chupar su verga de forma hambrienta, mientras mis labios la recorrían de arriba hasta donde alcanzara a entrar en mi boca, mi mano apretaba y masturbaba lo que quedaba fuera de está; mi lengua acariciaba su glande sin descanso y mi cola se meneaba sin cesar. Ya llevaba un rato así cuando empecé a bajar el ritmo.
─¡Vamos puta!, sigue chupando....síguele chupando el pico a este viejo caliente─ exclamo mientras me pegaba fuertes palmazos en mis nalgas.
Reanude mi ritmo, mi excitación había crecido. Al tratarme de puta y ordenarme que siguiera, me hacia mas deseable...mas puta...mas rastrera. Mientras chupaba no podía evitar emitir sonidos de gemidos atrapados en mi garganta, mi calentura se me notaba; y mas se notaba cuando disminuía el masaje en su verga, con la intención de que me volviera a gritar, a insulta y a darme palmazos como a una niña que no cumple con su tarea.
─Me gustaría ver al hijoputa de tu novio viendo como me la chupas...aaarrgg....el cuerpazo de mujer que tiene chupandosela a un despreciable viejo...mientras este le manosea su delicioso culo...aaaahhhh....eso puta, comete tu dulce, reverenda puta─decía sabiendo que yo me calentaba mas con sus insultos.
Mientras tanto nos olvidamos de Julio que no perdia detalles de lo que pasaba con su camara de fotos.
Aparto su delicioso aparato de mí y se paro detrás mío. Agarro mis tangas y me los dejo a medio muslo. Lo mire, estaba mirándome el culo ya desnudo y mi entrepierna totalmente expuesta. Puso su mano sobre mi húmeda vagina y la acaricio impregnando mi escaso vello con mis propios flujos.
─Estas toda mojada puta...como perra en celo─dijo mientras ponia la punta de su verga sobre mis labios vaginales.
─No Don Dardo, no me la meta....por favor...no me viole─implore sabiendo que no me haría caso; ya les dije, me encanta que no le importe si yo quiero o no.
─Estas loca porque te la metan...la muy puta...piensas que te voy a dejar así no mas...pues ahora me lo vas a pedir...me vas a pedir que te la meta...anda, pídeme que te atraviese....pídeme que te haga mía....pídeme que posea el cuerpo de la mujer de mi vecino...anda puta, no te la voy a meter hasta que me lo pidas─dijo el viejo mientras rozaba su glande en la entrada de mi vagina.
Me volví a mirarlo, nuestras miradas se encontraron, su sonrisa malévola me hacia sentir dominada y descontroladamente caliente.
─Por favor Don Dardo....aaaaayyyyyy....poséame...desquítese de Pablo follando a su novia...quiero sentir que abusa de mí...uuuuyyyyy....quiero sentir su gruesa verga dentro de mí....por favor Don Dardo, complázcame y seré suya para siempre.....para que desahogue su placer en mi cuerpo....por favor Don Dardo, calme mi calentura─ dije mirándolo a los ojos en forma suplicante, mientras yo misma acariciaba mi culo a la vez que lo meneaba como sabia que a él le gustaba.
El viejo aguanto hasta que termino mi desesperada petición; se agasajo mirando mi excitado rostro mientras le pedía que me clavara esa verga. Lo deje de mirar cuando me tomo de las caderas, ubico la punta de su miembro y de una sola embestida me lo clavo completo. Su gruesa verga se abrió paso en mi interior como un taladro. Me saco un grito desgarrador, el dolor y el placer se mezclaban de forma exquisita entre mis piernas. Se quedo ay un momento, con toda su carne dentro de mí; nunca había sentido nada tan adentro. Me calentaba pensar en como me había dejado joder por el viejo vecino; la idea era repetitiva pero no podía dejar de excitarme. De pronto empezó el violento mete y saca, me tenia agarrada de las caderas y me empujaba hacia él con la misma fuerza que me estaba clavando. Pude sentir su barriga sobre la parte baja de mi espalda cuando se inclino para agarrarse de mis tetas; estaba sobre mi follandome salvajemente. Yo tenia las piernas juntas, amarradas por mis tangas a medio muslo, y mis codos, apoyados sobre la mesa, daban el espacio para que manoseara a placer mis excitados pechos. Me tenia montada como a una perra.
─¡Aaaaaayyyyyyy!....¡me duele!.......¡uuuuuuyyyyyy!.......¡me parte!.......¡Don Dardooooo!.......¡NO PAREEEE!.........¡NO, DÉJEME, NO PUEDO HACERLE ESTO A PABLO!.......¡VIEJO ASQUEROSO!..¡¡¡DEJA DE VIOLARME!!!.
─¡CALLATE MALDITA PUTA!.....¡APENAS ESTOY EMPEZANDO!......¡QUE RICO ES CULIARTE!......AAAAARRRRGGGGG.......¡DIJISTE QUE SERIAS MIA SI TE LA METIA!.....¡ERES MIA GAUGE!¡MAÑANA CUANDO TU HIJOPUTA NOVIO ESTE ESTUDIANDO!....¡¡¡¡YO VENDRE A CULIARTE OTRA VEZ!!!!!.......¡Y ME VAS A ESPERAR, ESCUCHASTE, ME ESPERARAS PORQUE ESTARAS HAMBRIENTA POR ESTE VIEJO ASQUEROSO!─gritaba mientras me cogía.
─Si Don dARDO.....aaaayyyyyy....lo voy a esperar sumisa y complaciente.....¡dispuesta a todo!.....voy a ser su perrita.....uuuuyyyyy.......La mujer de Pablo ¡VA A SER SU PERRAAAA!.....AAAAHHHHH.......AAAAAHHHHH─ Estallo mi segundo orgasmo, fue largo e intenso, pero no me dejo satisfecha; me dejo cansada y mas calmada pero no satisfecha, aun estaba hambrienta.
El viejo se detuvo, no me lo saco, pero se quedo quieto parado detrás mío. No demore mucho en empezar a moverme en suave vaivén, ahora era yo la que me estaba comiendo su falo. Podía sentir como mis nalgas se pegaban a su ingle cuando mi culo se clavaba bajo su barriga. Me movía hacia la mesa sintiendo el roce de su miembro dentro de mi, para luego volver a clavármelo y sentir su peluda piel en mis muslos y nalgas.
─Eso putita....comételo....muéstrame que te gusta.....muéstrame que te encanta─decía el vejete mientras acariciaba mi espalda.─Ahora mas rápido....¡mas rápido te dije¡─Volvió a azotar mis pompis con sus arrugadas manos.
Acelere el ritmo de mis movimientos. Él no se movía, era yo la que, bajo el yugo de sus palmazos, devoraba su herramienta por entre mis piernas en un mete y saca frenético, como una yegua complaciendo a su jinete. Sabia que le encantaba mirarme dándome placer con su verga, sabia que gozaba mientras me dejaba golpear con tal de mantener su falo dentro de mí. El sentirme como su puta; el escucharlo insultarme, e insultar a mi marido, me tenia descontrolada. Mi único control se basaba en dejar que abusara de mi cuerpo, con tal que siguiera gozándome, me mantenía sumisa ante él.
Luego de un rato de gozar de mis movimientos, sorpresivamente se aparto de mí, sacándomelo y dejándome un gran vació entre las piernas.
Me miro a los ojos y me dijo ahora chupalo que quiero acabar en tu boca
Devore con ansias nuevamente ese enorme miembro esta vez senti el sabor de mis jugos en su verga.
Senti como latia con vida propia ese miembro que estaba a punto de estallar, lami ,chupe,jugue con mi lengua por todo ese mastil , sabia que faltaba poco , sabia lo que venia acelere el ritmo de la chupada, el viejo temblaba de placer.
─¡ANDA PERRITA!...¡AQUI TIENES TU LECHITA!...¡PUTA! ...¡PUTA! ...¡PUTA! ...¡PUTA! ...¡PUTA! ...¡PUTA! ...¡PUTA!─gritaba.
Su orgasmo me pareció infinito. Mi cuerpo recibía sus descargas de semen con hambre; entre increíbles contorsiones de placer, trataba de recibir hasta la ultima gota de leche sobre mi piel. Mis manos esparcieron su esperma por mis tetas dándoles un brillo excitante, mientras mis labios capturaban los restos que estuviesen a su alcance, devorando el exquisito elixir de su humillación.
Quede exhausta sobre la cama, su ultima nalgada se notaba sobre mi trasero. Jadeante vi como se vestía, Junto a él don Julio guardaba la cámara de fotos , que de seguro retrataron los momentos que ese viejo asqueroso me habían hecho pasar . Y ahora se vestía para dejarme ay, abusada, usada, vejada y violada pero sobre todo dominada, me hizo lo que quiso y ahora se iba; satisfecho.
Me dijo que pagarían buena plata por las fotos tomadas y que si los productores se interesan por mi me llamarian.
Ahora les cuento que gracias a esos viejitos pervertidos soy una estrella porno , mas adelante les contare como hice para lograr mi objetivo. Actualmente continuo mis estudios gracias a un muy buen dinero que gano con mi nuevo oficio .
Los que me ubican saben que lo que hice con don Dardo es casi nada comparado a las cosas que hice y disfrute como actriz porno .
Esa fue la historia de Gauge espero que la hayan pasado bien. Mas adelante y si me lo piden les contare como empezó la carrera en la industria del sexo una chica llamada Cassie Youn .
Hasta pronto .