Una cena con mucho postre
Una cena con compañeros de trabajo de mi marido convirtiendose el postre en tres tios en mi cama.
UNA CENA CON MUCHO POSTRE
Hola, me llamo María, soy una chica de 34 años casada y con hijos, pelo moreno con mechas, de 1.65 de altura y 51 kg, de peso, se puede decir que estoy bastante buena, para los que les gustan las mujeres finas. Voy a contar algo que me pasó en una fiesta con unos compañeros de mi marido.
Bueno, mi marido es Comercial, de vez en cuando hacen cenas entre compañeros, la mayoría son invitaciones de empresas o despedidas de compañeros que se van a trabajar a otros lugares. Normalmente las mujeres nunca vamos, pero hay una en la que van ellos con sus esposas.
Era un día de invierno sobre febrero mas o menos, a mi marido le gusta que los hombres se fijen en mí, de hecho, a veces fantaseamos con que yo estoy con otros hombres etc, por eso me dijo que me pusiese guapa, pues quería que sus compañeros tuviesen una buena impresión de mi, ya que a algunos los conocía y a la mayoría no. Me puse una camisa negra, y un pantalón ceñido tambien negro marcando cintura. Debajo llevaba un conjunto de ropa interior con un sujetador de los que se desabrochan por delante y un tanga.
Quedamos con otro matrimonio amigo para ir juntos. La cena era a las 22´00 horas y salimos de casa algo temprano, así que nos paramos a tomar algo en un bar con estos amigos.
Finalmente fuimos a la cena, y mi marido empezó a presentarme a sus compañeros. La cena estuvo muy bien, comimos muy bien y bebimos mucho rioja, tenía calefacción y se estaba muy bien, al final de la cena, había baile, para que pudiésemos pasarlo bien, sin necesidad de salir por ahí de marcha. Bueno al principio me aburrí un poco, pero (no se si sería por lo que bebí), que empecé a bailar con mi marido, y luego ya comenzamos a cambiarnos de pareja, no se con cuantos bailé, solo se que me lo pasé muy bien, tanto que llegó la hora de marcharnos, pues eran las 4 de la madrugada y mi marido entraba a trabajar a las 6, y tenía que irse a dormir por lo menos una hora, y no se si es que me vio la decepción de tenerme que ir que el mismo me dijo que me quedara que ya me llevaría algún compañero a casa, y en eso salta Pedro (uno de los amigos de mi marido de unos 50 años) diciendo que me llevaba él a casa sin problemas, y yo le dije bromeando, no se si fiarme de ti?, contestándome él que casi podía ser mi padre, nos reímos y finalmente me quedé.
Bueno, el caso es que seguimos bailando y charlando, hubo conversaciones de todo tipo, y por supuesto también algunas altas de tono, evidentemente el sexo siempre está en la mente de todos.
Yo ya había bebido mucho, la gente se había marchado casi toda y finalmente quedamos cuatro, Pedro, Alberto de unos 45 años, también mayor, pero interesante, aunque la verdad, no me acostaría con ninguno de los dos, y luego uno mas joven de unos 35 años, ese si que estaba bueno, de hecho, creo recordar que pensé en algún momento durante la noche que sería interesante montárselo con él, y yo. Pedro era el que tenía coche, y cuando íbamos a entrar, me doy cuenta de que no había traído las llaves de casa y que mi marido estaba trabajando, no sabía que hacer y en eso el joven Andrés me dice, que hay dos formas de solucionar el problema, una es estar de juerga hasta que salga mi marido del trabajo y la otra que si no me importa, puedo dormir en su casa hasta que salga del trabajo. Yo le digo que no aguanto de marcha tanto tiempo así que decido dormir en casa de este amigo. Subimos al coche y ya sucedió algo raro, pero no le di importancia, y es que conducía Pedro y los otros dos se metieron conmigo atrás. Bueno, de camino a casa de este amigo retomamos la conversación del sexo, hablamos entre otras cosas lo cachondos que se ponían ellos al pensar en montárselo con una tía, decían que para una tía eso tenía que ser la ostia, vamos el colmo de placer, yo les dije que nunca había probado eso evidentemente, pero que me imaginaba que probablemente sería una pasada, pero que nunca me atrevería, pues aunque me parecía muy excitante, me daba miedo etc, ( la verdad es que estaba excitadísima), en eso noto como Alberto pone disimuladamente la mano en mi rodilla, tengo que reconocer que aunque era mayor, me hizo estremecer, no me lo esperaba y encima estaba excitada, también disimuladamente, se la aparté, pero al cabo de unos segundos lo hizo de nuevo y ya no insistí mas, Andrés comenzó a susurrarme cosas al oído, pero al mismo tiempo que me las susurraba, creo que acercaba demasiado los labios, hasta el extremo de llegar a tocarme la oreja con ellos y eso me estaba poniendo a cien, pero afortunadamente (eso pensé yo) llegamos a la casa de Andrés, entonces este dijo, que por que no tomábamos la última copa en su casa, y ellos asintieron. Subimos en el ascensor algo apretujados (yo creo que se arrimaban mas de la cuenta). Una vez en el piso, era un duplex muy bonito por cierto, nos puso una copa, no tenía vino que era lo que había estado bebiendo yo toda la noche y me tomé un wisky, el cual me sentó fatal, pues comencé a encontrarme bastante mareada (bueno yo diría bastante bebida), y ahí fue donde comenzó realmente la noche.
Andrés al ver como estaba, me preguntó si quería irme a la cama, yo asentí con la cabeza que sí, el me cogió en brazos y me llevó a la habitación de matrimonio en el piso de arriba, tenía una ventana amplia en el techo por donde entraba la claridad de la luna y se veía todo en tonos azules, me dejó encima de la cama amplia por cierto, creo que de 1´50 y se marchó con los otros. No sé que fue lo que hablaron ellos abajo, pero creo recordar que al cabo de una rato entran los tres en la habitación, Alberto se acuesta a mi izquierda, Pedro a mi derecha y Andrés se queda de momento de pié. Yo les pregunto que hacen y la respuesta que recibo es que Alberto se abalanza sobre mí y comienza a besarme, yo tardo en reaccionar, por un lado por lo bebida que estaba y por otro por que no me lo esperaba, noto al mismo tiempo como una mano de Pedro se posa en mi pierna a la altura de la rodilla y al notar que la empieza a subir hacia mi entre pierna, echo la mano para detenerlo, Alberto me coge las manos y me las pasa por encima de la cabeza, sujetándomelas con fuerza. Pedro comienza con el rito de quitarme la ropa, yo no quiero colaborar en absoluto e intento resistirme, pero evidentemente era imposible, Pedro sigue con su ritual de quitarme la ropa, comienza por desabrocharme la camisa negra que llevo, suelta los botones con mucha delicadeza, me aparta la camisa hacia los lados, coge el sujetador y como es de los que se sujetan por delante, aprieta el broche y lo suelta, dejándome los pechos a la vista, siento como sus manos empiezan a acariciarme, no puedo evitar excitarme (aunque mi cabeza me dice que no puedo hacerlo y que debo intentar escapar), los pezones se me ponen tiesos, Alberto sujeta mis manos con una de las suyas y con la otra también comienza a sobarme. También veo a Andrés que se ha quitado la ropa y lo único que tiene puesto es el calzoncillo, se le ve un bulto muy grande. Pedro ahora desabrocha mi pantalón, comenzando por el botón y luego la cremallera, se pone a mis pies y me lo va quitando lentamente, todo esto con la única luz que se recibe por la ventana del techo en tono azulado de la luna, apenas distinguía quien era quien. Me veo tendida en la cama con los pechos al aire, en bragas y rodeada de tres tíos mayores los cuales en pocos momentos seguro que me iban a follar quisiera yo, o no. Entonces Pedro me sujeta una mano y Alberto la otra y se sientan en la cama a la altura de mi cabeza, sujetándome las manos por encima de mi cabeza. Veo como Andrés se va quitando el calzoncillo, quedándose desnudo, con su enorme polla completamente tiesa se coloca de rodillas a mis pies, sube con las manos por los laterales de mis piernas hasta llegar a la altura de la braga, la coge con las dos manos, me sube las piernas al tiempo que me va quitando la braga, según la quita, me coge por los tobillos y mis piernas van bajando por sus costados, quedando él ya entre ellas, me encuentro completamente desnuda y con dos hombres sujetándome por las muñecas y con un tercero empalmado entre las piernas, hago un ultimo esfuerzo por evitar lo inevitable y chillo, les pido que por favor no lo hagan, pero me doy cuenta que es ya inevitable cuando siento a Andrés abalanzarse sobre mi, se apoya con la mano izquierda en la cama a la altura de mis hombros y con la otra se agarra su polla, notando como busca la forma de penetrarme, yo le digo que por favor lo haga despacio, a lo que él no hace caso ninguno, y una vez que nota que la tiene bien encaminada, me mete una fuerte envestida, yo contesto con un fuerte grito pues parece como si me desgarrase por dentro, la segunda envestida viene antes de que pueda recuperarme de la primera, desgarrándome otro grito, yo pienso que ya me la metió toda, pero me doy cuenta de que no, cuando el me susurra, tranquila María, solo queda un empujón mas, al tiempo que lo dice lo hace y me volvería a sacar otro grito mayor que los otros, si no fuera por que Alberto ya me había tapado la boca con una mano después del segundo grito, Andrés comienza a follarme mas lentamente, ahora si que me la mete y saca lentamente, yo ya estoy pasando del dolor al placer, me está gustando y además llego a la conclusión que lo mejor es colaborar, así sufriré menos, Andrés sigue follándome y cada vez se mueve a mayor ritmo, yo comienzo a gemir, Alberto ya me quita la mano de la boca y tambien me sueltan los brazos, finalmente Andrés ya no aguanta mas y noto como vacía todo su semen dentro de mi, le hacen falta al menos cuatro empujones para vaciar, cayendo rendido encima mío.
Pedro, el cincuentón que era el menos atractivo físicamente, de hecho tenía una buena barriga, aun que era alto y eso le compensaba un poco, yo me veía poca cosa en sus manos, ya se había desnudado, me coge por la cintura y me gira, poniendome a cuatro patas, tenía una polla normal en cuanto a larga, pero exageradamente gorda, de hecho casi doy gracias de que Andrés se corriera antes dentro de mi, pues no creo que Pedro me pudiese meter aquello. Luego el se colocó de rodillas detrás mio, con sus rodillas entre mis piernas, fue separando sus rodillas de forma que me separaba las mias al mismo tiempo, dejándome con las piernas muy separadas, doliéndome incluso las ingles, me coge con la mano izquierda por mi fina cintura y con la otra su gorda polla, busca la entrada a mi coño, empuja un poco para meter la cabeza y una vez que la tiene casi metida, me coge con las dos manos por la cintura sujetándome con fuerza y acto seguido con un fuerte golpe de cadera me penetra, no pudiendo evitar soltar un grito de dolor, y cuando me repuse, le pedí que por favor fuera despacio que me estaba haciendo mucho daño, y la verdad es que me hizo caso y la segunda envestida y definitiva la hizo muy lentamente, parando cuando veía que me quejaba, hasta que la metió toda, luego comenzó a follarme muy lentamente, tomandose su tiempo metiéndola y sacándola, yo comenzaba a gemir cada vez con mas fuerza, me estaba gustando como me lo hacía el cincuentón. En eso Alberto se sentó y abrió de piernas delante de mí, cogiéndome una mano y llevándomela a su polla, se la agarré y empecé a masturbarle, me excitaba ver como su capullo aparecía y desaparecía tapado por la piel de la polla según yo iba bajando y subiendo mi mano, Pedro seguía a su ritmo y Alberto ya no se conformaba con que se la menease, que me cogió la cabeza y me la acercó a su polla, dándome a entender que quería algo mas, entonces, comienzo por besarle los testículos, me paso a la polla por los lados y así lo tengo un rato, hasta que con la mano le bajo la piel del todo quedando el capullo completamente a la vista y lo meto en la boca, primero suavemente, luego chupo con fuerza, el comienza a gemir y así un rato hasta que noto como Pedro ya pasa de la suavidad y la lentitud, a un ritmo alto y con fuertes envestidas, yo ya no aguanto mas y tengo que soltar la polla de Alberto y comienzo a gemir muy alto, con cada envestida de Pedro y así hasta que me corro y unos segundos después Pedro tampoco aguanta y noto su semen caliente dentro de mí, el gime a cada embestida que me da y sigue empujando un rato mas, notando como su semen comienza a deslizarse por fuera de mi coño cayendo por mis muslos, hasta que finalmente la saca y se aparta.
Acto seguido Alberto se desliza debajo de mí, quedando yo encima de él, me coge con las dos manos la cabeza y me besa con mucha pasión, metiéndome la lengua hasta donde podía alcanzar, yo correspondo, noto como va deslizando las manos hasta mis nalgas, se coge la polla y me la mete lentamente, yo vuelvo a estar excitada y me siento encima de él con su polla dentro y me muevo lentamente y de forma armónica, notando toda su polla dentro de mí y el roce de sus pelos en mi clítoris, y así sigo un buen rato, mientras veo que los otros dos miran se excitan de nuevo, Andrés se coloca tambien detrás de mí, se pega a mi, noto su polla tiesa a la altura de mis riñones y sus manos me acarician desde los muslos, pasando por mi vientre y acabando en mis tetas, al tiempo que me chupa el cuello, yo lo giro hacia un lado para que me pueda besar y chupar a gusto, excitándome muchísimo. Entonces Alberto me coge por los brazos y me vuelve a acostar encima de él, yo me imagino que es para besarme de nuevo, noto el roce de los pelos de su pecho en mis pechos y me besa otra vez, de repente noto algo fresco en mi culo, dándome cuenta de lo que quieren hacer, me asusto y me intento incorporar, diciendo que por favor por el culo no, no podría soportarlo, pero Alberto que ya se esperaba esa reacción, me aferró contra su pecho, no dejándome incorporar, Andrés seguía untando una especie de gel, para que la penetración resultara menos dolorosa me decían, untaba por dentro y por fuera, metiéndome el dedo, y me decían que me relajara que así sería mas facil, Alberto seguía follandome y Andrés metiendome el dedo suavemente, así un rato largo hasta que yo me relajase y cada vez me excitaba mas, gemía cada vez con mas fuerza, ellos lo notaron, así que Alberto me cogió por las nalgas separándomelas lo mas posible, para que me quedara el culo bien visible y abierto, Andrés veía la polla de Alberto como entraba y salía de mi coño y el culo a su plena disposición y ya no aguantaba mas, así que hizo una seña a Alberto para que me sujetase bien, y este lo que hizo fue sujetarme con un brazo y con la mano izquierda me tapó la boca para ahogarme el mas que probable grito de dolor, entonces Andrés con los dedos de una mano aparta lo que puede de mis nalgas y con la otra mano se coge la polla y comienza a apoyando el capullo en mi culo, va empujando despacio, yo noto un dolor fuertísimo e intento gritar, pero Alberto no me deja con su mano, asi que me sale un grito ahogado y una cara de dolor muy expresiva, Andrés consigue meter del todo el capullo y se detiene un momento, para que yo me relaje, después se va moviendo muy lentamente, metiendo cada vez un poco mas, yo noto las dos pollas dentro de mí y me veo morir por el dolor que me producen, Andrés sigue empujando, yo ya me encuentro entre el dolor y el placer y no consigo evitar moverme a su ritmo, Alberto ya me quita la mano de la boca y me suelta, comenzamos a movernos los tres, ya estoy muy relajada y disfruto cada vez mas, no soy consciente de que a Andrés aun le falta casi la mitad de la polla por entrar, siguen un rato follándome lentamente, hasta que Andrés me mete la ultima embestida con un fuerte movimiento de cadera, soltando yo un grito desgarrador y saltándoseme las lagrimas, después de un poco ya mi cuerpo se adapta a las dos pollas y aunque no dejo de sentir mucho dolor, prima mas la excitación y el placer.
Pedro que ya está empalmado de nuevo, se pone de pié en la cama y acerca la polla a mi boca, yo la cojo se la empiezo a menear y después a chupar, me cuesta mucho meterla en la boca, pues es muy gorda y solo consigo meter el capullo y poco mas, seguimos un buen rato en esta postura, noto como Pedro me agarra la cabeza y me doy cuenta de que se va a correr, intento quitar la boca, pero no me deja, y la verdad estoy tan excitada que no me importa y sigo chupándosela cada vez con mas fuerza, hasta que le oigo un gran gemido y noto su semen caliente en mi boca, momento en el que me aparto, cayéndome el mismo por la comisura de los labios y echándome el todavía un par de corridas en la cara. Yo creo que no puedo aguantar mas y se lo digo a los dos que me están follando y se ponen de acuerdo para terminar, me follan cada vez con mas violencia, yo no dejo de gemir y gritar a cada envestida de ellos, las cuales son cada vez mas fuertes, metiéndome todo lo que tienen, noto como Andrés se corre en mi culo por el calor que siento dentro y las envestidas son lo mas profundas posibles, me duele, pero me gusta, después de un momento de recuperación me la saca del culo lentamente y noto un gran alivio cuando me la quita del todo, se aparta y noto como su semen se sale fuera y se desliza por mi entrepierna y el la polla y testículos de Alberto, yo me muevo cada vez con mas fuerza y Alberto hace lo mismo agarrándome por la cintura, los dos gemimos cada vez mas, hasta que nos corremos, yo estoy agotada y me quedo encima de Alberto, hasta que al cabo de unos cinco minutos el me aparta hacia un lado quitandome su polla y me quedé dormida con los tres en la cama.
Togue.