Una casada fiel, no tan fiel 2ª Parte

He caído una vez, lo pasamos muy bien, fue todo un placer, pero no pienso repetir el error, estoy casada, y no soy una mujer infiel.

Antes de relatar la segunda parte de mi experiencia vivida con Mª José, ( http://www.todorelatos.com/relato/99434 ), os contaré algo más sobre mí, como ya dije en el relato anterior quiero contar algunas de las experiencias que viví a lo largo de seis años, una vez que acababa de salir de una relación de siete años, y anteriormente de otra de seis años, donde siempre había sido fiel a mis parejas, por lo que en lo que respecta a mujeres mi experiencia era corta, aunque en esos seis años la conseguí ampliar bastante.

Todos los relatos que escriba son reales, me pasaron a lo largo de esos seis años, obviamente, las conversaciones no se atañen totalmente a la realidad, pero el grueso del relato sí lo hace.

Al día siguiente recibí un mensaje de Mª José, decía:

- Cada vez que pienso en el polvo de ayer, mis braguitas se mojan, fue todo un placer.

Yo pensé que ya lo tenía todo hecho, que solo con proponerle follar de nuevo la tendría en mi casa, pero no fue así, no me lo iba a poner tan fácil, tendría que trabajármelo.

Durante la semana las conversaciones con Mª José fueron habituales, ya no dábamos rodeos para abordar el sexo, me contaba cómo y cuando se masturbaba, detalles de sus experiencias, de su exmarido, de citas con gente conocida por chat, e incluso volvimos a repetir la llamada por teléfono para escuchar cómo se masturbaba, pero no conseguí que volviese a venir a mi casa, yo le proponía que dejase de lado el consolador, que viniese a mi casa para meterle mi polla, pero ella siempre se negaba:

  • He caído una vez, lo pasamos muy bien, fue todo un placer, pero no pienso repetir el error, estoy casada, y no soy una mujer infiel.

El viernes no salí, me conecte pero ella no estaba conectada, así que estuve charlando con otros contactos del msn, y además me metí al chat para ver si encontraba algún plan de última hora, o una charla entretenida.

Era ya tarde cuando Mª José se conecto, había estado tomando unas cervezas con sus compañeras de trabajo, y después hablando con su marido, me contó como aprovechando que su marido estaba solo en la caravana se habían calentado y masturbado, imaginármela hablando con su marido y masturbándose me puso muy cachondo, así que comencé a calentar la conversación, le dije que llevaba ya una semana sola con su vibrador, sin tener una polla dentro, la invité a mi casa, pero me rechazo, seguíamos conversando, le decía lo que le haría si venía, como le comería el coño, la follaría, lo que me gusto como me había comido la polla,…, y cuando ella me decía lo mojada que estaba, y que se estaba acariciando el coño, la volvía a invitar a mi casa, pero ella se mantenía firme, y no aceptaba mi propuesta, yo estaba totalmente empalmado, así que me hice una foto y se la mande a su móvil, con el texto:

- Mira como me tienes, ¿de verdad voy a tener que bajarme esta erección yo solo?

Y continúe con la charla por el msn sin hacerle ninguna referencia al mensaje que le había mandado, y para mi sorpresa ella tampoco hizo ninguna referencia, solo me dijo:

- Alex, es tarde, te tengo que dejar, como siempre un placer hablar contigo

Me extraño su despedida, había sido un poco fría, y rápida, pero al momento tenía la respuesta en mi móvil:

- Eres un cabrón, tienes una gran facilidad para ponerme muy cachonda, voy para tu casa, espero que cuando llegue aún tengas esa erección.

De nuevo había conseguido ponerla tan cachonda como para que se olvidase de su marido, y viniese a mi casa a que la follase, de nuevo iba a poder disfrutar de una mujer sin ningún tapujo en el sexo, que disfrutaba follando, y que tenía un agujerito, por el que como ya me había contado no era virgen, pero que yo aún no había probado.

Como media hora más tarde Mª José llego a mi casa, abrí la puerta, venía vestida casual, camiseta blanca, vaquero y sandalias, eso sí, camiseta escotada que mostraba gran parte de sus pechos, y sin sujetador, por lo que a través de su camiseta podía ver sus pezones. Apenas abrí la puerta se lanzo ansiosa a darme un beso, a la vez que una de sus manos iba directa a mi entrepierna, hay mismo en el pasillo sin dejar de besarme, empezó a desabrocharme el bermudas, saco mi polla y empezó a masajeármela, para posteriormente dejar de besarme y tras decirme como se alegraba de que mi polla mantuviese su erección, empezar a comérmela.

Ya comente en el relato anterior que Mª José hacía unas mamadas increíbles, creo que posiblemente las mejores mamadas de mi vida me las hizo ella, disfrutaba comiendo la polla, ponía todo de su parte, y eso se notaba en el gran trabajo que hacía.

Tras unos intensos minutos en los que sus labios recorrieron mi polla una y otra vez, nos fuimos al dormitorio, me termine de desnudar y me tumbe en la cama boca arriba, ella se puso a horcajadas sobre mis piernas y continuo con el trabajo que había empezado en el pasillo, aunque esta vez más calmada, el ansia con la que llego a mi casa se diluía, y volvía a comerme la polla con tranquilidad, pasaba su lengua por mi prepucio, luego la pasaba por toda mi polla hasta llegar a los huevos, me chupaba los huevos, y volvía a subir hasta el prepucio, entonces abría su boca y se metía mi polla en su boca, primero muy despacio hasta que la introducía entera, para luego acelerar el ritmo, a la vez que me masajeaba los huevos, era una delicia, yo la miraba y podía ver su cara, veía como disfrutaba con mi polla en su boca, como se centraba única y exclusivamente en hacerme llegar al orgasmo, y lo consiguió, vaya si lo consiguió, mi polla empezó a expulsar semen, que ella tragaba muy gustosa, una vez mi polla dejo de expulsar semen, ella paso su lengua por mi polla para dejarla muy limpita, a la vez que con una cara de puta satisfecha, me miraba.

- (Mª José) ¿Te he dicho alguna vez lo que me gusta comer una polla?, ¿Y que se corran en mi boca?

- (Yo) Y a mí que me encanta que una mujer sea una puta en la cama y tú lo eres, sin duda disfrutas del sexo.

- (Mª José) Señora en la casa, puta en la cama, así soy yo.

Era mi turno, me tocaba tomar las riendas, así que me senté en la cama, (ella seguía sentada a horcajadas, pero ahora sobre mi polla), y empecé a desnudarla, le quite la camiseta, dejando al aire sus grandes pechos, mientras la besaba en los labios y en el cuello mis manos acariciaban sus pechos, primero suavemente, para luego apretarlos, pasaba mis dedos por sus pezones y los pellizcaba, después baje mi boca hasta ellos para comenzar a comérselos, a lamer sus pezones, a morderlos, mientras ella no podía reprimir sus gemidos de placer por lo que le estaba haciendo.

Baje mis manos hasta el pantalón, lo desabroche y metí mi mano, note su coño húmedo, y empecé a acariciárselo, sin dejar de comerle los pechos, pero la posición era muy incómoda, con mi mano en su coño no podía maniobrar como quería, así que la hice bajarse de mí para tumbarla en la cama y quitarle el pantalón, dejándola solo con el tanguita, pase mi lengua por el borde de su tanguita, poco a poco bajaba su tanga con mi boca hasta que su coño quedo totalmente al descubierto, termine de quitarle el tanga con mis manos, y mi boca empezó a comerle el coño, primero el clítoris, pase mi lengua acariciándolo, moviéndola en círculo, mis labios acariciaban sus labios vaginales, luego pasaba mi lengua hasta llegar a la entrada de su coño, metí mi lengua en su agujerito, para de nuevo subir hasta llegar a su clítoris, entonces lleve mi mano hasta su coño, y a la vez que se lo comía, mis dedos masajeaban su vagina, acariciaban la entrada de su coño, hasta que finalmente termine por meter dos de mis dedos en su coño.

- (Mª José) Aaaaahhaaaahh, joder como me gusta, que perra me haces llegar a sentir, aaaahahahaha

Mis dedos entraban y salían de su coño, a la vez que mi lengua jugaba con su clítoris, lo acariciaba, lo succionaba, ella encorvaba su espalda, y llevaba sus manos hasta mi cabeza, yo seguía con mi labor, y decidí añadir un dedo más, pero este no iría a su vagina, este lo introduje en su ano, primero lo acaricie, lo fui dilatando, hasta que lo termine metiendo, Mª José soltó un gemido de placer al notar mi dedo en su ano, y como yo presentía no dijo nada en contra, por lo que continúe masturbando sus dos agujeritos, a la vez que mi lengua masturbaba su clítoris, poco a poco su cuerpo se fue tensando, sus agujeros se cerraban sobre mis dedos, y note como llego a un tremendo orgasmo, que le hizo dar una grito de placer.

- (Mª José) AAAahhahaaah, ufffff, que orgasmo me has hecho tener, hacía tiempo que no tenía un orgasmo así, ni mi marido!!!

No sé si hablaba en serio, o sí solo era un cumplido por el momento de excitación, pero lo que sí sé es que tenía el coño empapado, y en eso si que no podía mentir.

- (Mª José) Ahora quiero tu polla, necesito tener tu polla en mi chochito, el pobre esta semana solo ha probado el consolador –me dijo mientras se incorporaba en la cama.

- (Yo) Tu coño tendrá su sesión de polla, pero antes quiero follarte ese culito, ponte a cuatro patas –le ordené

- (Mª José) Mmmmmm, vas a follarme el culito, mmmm, como me gusta.

Mª José se puso a cuatro patas, yo me acerque a ella, pase mis dedos por su coño, los humedecí, y de allí los lleve hasta su ano, empecé primero por pasar un dedo por él, lo fui dilatando y metiendo poco a poco, luego lo saque, y empecé la misma operación pero con dos dedos, y luego con tres, cuando ya tenía bastante dilatado el agujero, con mis manos agarre sus nalgas para abrir aún más el agujero, le puse mi polla, y se la fui metiendo despacio, ella gemía y me pedía tenerla dentro tanto como que se la metiese despacio, obviamente no era virgen, pero aún así tenía el agujerito bastante cerrado.

- (Mª José) Sigue metiéndomela, no pares, pero por favor despacio, mmmm, así, así, no pares, mmmm, como me encanta sentir tu polla dentro de mi culo….

Mi polla termino de entrar en su culo, momento en el que le di un cachete en sus nalgas, luego lleve mis manos a su cintura y empecé a follar su culo, primero muy despacio, para ir acelerando el ritmo, notaba su culo cerrarse sobre mi polla, un gran placer por el roce con su agujerito, mientras que ella no paraba de gemir, y pedirme que no parase, sin duda ambos estábamos disfrutando de esa follada de culo.

- (Yo) Aaahaaah, me voy a correr puta, me voy a correr – le dije con la voz entrecortada por el placer.

- (Mª José) No te salgas, quiero sentir tu leche dentro de mi culo, aaahaaah, quiero que te corras dentro de mi… aahahahahaah!!!

Le di un par de empujones más y mi polla expulso el semen que tenía acumulado, el cual empezó a inundar el agujerito de su culo, caí sobre su espalda, fatigado por la corrida, y ella a la vez se dejo caer sobre la cama, saque mi polla de su culo, y me tumbe boca arriba a su lado. Ella se levanto y se dirigió al baño.

A su vuelta yo aún seguía tumbado boca arriba, relajado, mi pene había perdido su erección, y se mostraba flácido, Mª José se tumbo a mi lado y empezó a limpiarlo con un pañuelo de papel.

- (Mª José) No te creas que hemos terminado, mi coñito sigue con ganas de polla, no me voy a ir de aquí sin que me folles por el coño.

Y dicho esto, se agacho hasta mi polla y empezó a chupármela, volvía a mamármela, y joder como lo hacía, así que mi polla pronto volvió a estar erecta, Mª José dejo de chupármela, se subió a horcajadas sobre mí, se la metió en su coño, y empezó a cabalgarme, subía y bajaba lentamente, para después moverse sobre mí en círculos, o echarse para atrás apoyando sus manos, y seguir metiendo y sacando mi polla de su coño. Yo me senté en la cama, para desde esta postura poder comerle sus pechos, los acariciaba, pasaba mi lengua por sus pezones, los mordía, ella cada vez estaba más excitada, sus gemidos cada vez eran mayores, y cada vez aceleraba más el ritmo, estaba a punto de correrme, y así se lo hice saber.

- (Yo) Me voy a correr, aaaahha, me voy a correr – le dije a la vez que llevaba mis manos hasta sus nalgas.

- (Mª José) No te preocupes, tomo la píldora, córrete dentro, ahora quiero tu leche en mi coñito.

Llegamos al orgasmo, me corrí dentro de ella, dejando mi semen dentro de su coñito, me deje caer sobre la cama, con ella encima, su cara mostraba todo el placer que había sentido, volvía a tener la cara de puta satisfecha, esa sonrisa pícara que ponía.

- (Mª José) Ha sido un placer…

- (Yo) Para mí también, cuando quieras lo repetimos.

-  (Mª José) Debería decirte que no, aunque tampoco te lo garantizo.