Una casa muy familiar (Mi despertar)

Hola a tod@s, soy Irene, mi novio Jonás os mando nuestra primera experiencia de un trío, hace algunos días. Ahora, quiero contaros lo que sucedió a los pocos días. Después de esa noche, me rondaba en la cabeza de volver a acostarme con mi madre; quería volver a saber si era cierto lo que disfruté el día anterior, ardía de deseos de sentirme gozada por una mujer y de darle placer a ella.

Una casa muy familiar (Mi despertar)

Hola a tod@s, soy Irene, mi novio Jonás os mando nuestra primera experiencia de un trío, hace algunos días. Ahora, quiero contaros lo que sucedió a los pocos días. Después de esa noche, me rondaba en la cabeza de volver a acostarme con mi madre; quería volver a saber si era cierto lo que disfruté el día anterior, ardía de deseos de sentirme gozada por una mujer y de darle placer a ella.

No esperé mucho, al segundo día, cuando mi padre se fue al trabajo, me deslicé hasta la cama de ella; estaba durmiendo y estaba bellísima y muy erótica. Llevaba como siempre un camisón de dormir, algo ancho u medio transparente, como a ella le gustaba, y se le veían sus grandes tetas, con sus aureolas grandes y oscuras, que tanto me había gustado comerme. Las estuve contemplando unos segundos, hasta que empecé sobarle, despacio, la teta que se le salía por un lado del camisón. Que gusto tener esa teta grande en mis manos, la sobeé un poco y comprobé como se le endurecía el pezón. Se me hacia la boca agua de pensar en meterme en la boca ese pezón y pasarle la lengua por toda la aureola y darle bocaditos con los dientes y estirárselo, mientras le apretaba la teta, que no me cabía en la mano, pero que me volvió loca de gusto el día anterior, y ahora hacia que estuviese toda mojada y con ganas de correrme como una ninfómana.

En ese momento se movió un poco y quedo algo mas encarada hacia mí, lo que me dio oportunidad de darle un beso en la boca, el cual hizo que se despertara, mientras le seguía sobando la teta, pero con más ansia e ímpetu y me metí el pezón en la boca para chuparlo y sacarle un suspirón. En eso me levantó la cabeza y me dio un beso en la boca,

que me haces, es muy temprano; pero me gusta que me despiertes así,

a mi también me gusta despertarte dándote gusto; estaba deseando hacer el amor contigo de nuevo, le decía mientras le daba besos por la cara; no me lo quitaba de la cabeza desde el otro día.

yo también tenía ganas de estar contigo y de comerme ese coño buenísimo que tienes; me decía mientras suspiraba con mis sobeteos a su tetorra,

pues deja que te voy a comer y hacerte correr de gusto.

Entonces, mientras seguía apretándole la teta, nos fundimos en un apasionado beso, dándonos lengua e intercambiándonos las salivas y los suspiros. Mi madre se colocó boca arriba, ocasión que aproveche para sacarle el camisón y dejar las tetas al aire; mientras yo, me ponía de rodillas en la cama para comenzar a darle placer, sóbandole las dos tetas a la vez. y amasándolas con ardor, pero con sensualidad.

De esta manera me llevé un buen rato, sobandóselas, y viendo la cara de gusto que estaba poniendo mas caliente me ponía yo, por lo que me agaché y empecé a darle besitos por los pezones, en uno y en el otro, para a continuación hacer lo que me hace Jonás, que me vuelve loca; comencé a pasar la lengua desde el nacimiento de las tetas en las axilas, para ir subiendo dando rodeos por toda la tetas, hasta llegar al pezón y lamerlo con avidez, succionarlos y estirarlos, sacándole jadeos de placer, y entre suspiros me decía,

  • si, si, cómeme las tetas, que gusto, quiero que me despiertes todos los días igual; muérdeme los pezones, ¡oh!, que gusto me das, que lengua, vas a hacer que me corra, oh si, si me voy a correr; que coño mas caliente tengo, estoy chorreando

Yo seguía a lo mío, y devoraba con pasión, tanto una teta, con su pezón, como la otra. No sabía a cual atacar. Mientras chupaba uno, le sobaba el otro y viceversa, y sintiendo que se corría, aceleré los movimientos de mi lengua.

  • ohhhhh, me coooooorro, yaaaaa, no aguanto más, siiiii, me estoy corrieeeeendo,

Y entre gritos de corrió, apretándome la cabeza contra sus tetas. A la vez que yo tuve un pequeño orgasmo, de sentir como se corría ella.

Sin dejar un instante y con la calentura que estábamos alcanzando, mi madre me quito el camisón y comenzó a sobarme las tetas y a darme lametones en los pezones, que me los puso mas duros aún, y no pude reprimirme,

si, si, cómeme las tetas tu ahora, chúpame los pezones, muérdelos, son para ti, son tuyos, hazme correr con tu lengua.

Con lo que le decía la calenté más y su lengua era más vivaz todavía. Que gusto me estaba dando, me salía del pellejo del placer que me proporcionaba. Me echó en la cama y ahora era ella la que me estaba dando placer. Con las manos le sujetaba la cabeza, pero mi idea era que me comiera mi coño y la intenté dirigir hacia mi coño, que lo tenía ardiendo,

cómeme el coño, que no aguanto más, deseo tener tu lengua en mi pipa, hazme correr, quiero correrme en tu boca.

Pero mi madre seguía deleitándome con una comida de tetas que me tenía loquita de gusto. Mientras me provocaba otra corrida, le suplicaba, mientras, seguía intentando dirigirle su cabeza hacia mi coño,

comételo, necesito tu lengua en mi coño, que me chupes el clítoris, no lo resisto más.

Fue bajando poco a poco, deteniéndose por toda mi piel hasta llegar a mi coño, eso me tenia ansiosa y caliente como una ninfómana.

Que lengua tenia, como la movía en mi coño. Lo mismo estaba chupándome el clítoris, como metiéndomela en el coño, chupándome los labios, lamiéndome el culo. Empecé a mover el culo, ya que no lo podía dejar quieto, del gusto que estaba recibiendo, y de las veces que me estaba haciendo correr, me tenía loca de placer, estaba en el paraíso, todo me daba vueltas del gustazo que recibiendo de la lengua de mi madre.

Nada más hacia suspirar y gemir, tenía la necesidad de decirle que me estaba matando de gusto, y sin aguantarme más,

  • ay mamá, me estás matando de gusto, que lengua, que lengua, me lo comes mejor que Jonás, no pares, métemela bien dentro, necesito sentirla el lo mas hondo de mi coño, bébete mis corridas, no paras de hacerme correr, oh siii, me cooooorro.

Pero a la vez que empezaba a correrme, me empezó a meterme un dedo en el culo y eso fue ya el colmo del placer. Sentí que me subía por la espalda una corriente eléctrica, que me hizo explotar en un orgasmo que nunca había sentido, ni tenido.

  • AAAAAH, SIIIIIII, MAMAAAA, ME COOOOOORRO, ME ESTAAAS MATAAANDO, NO PARES, SIIII, YAAAA, AAAAAH.

Y dando bandazos con mi culo terminé de correrme. Con mis corridas le estaba llenando la cara de flujos, y ella con esa mirada de zorra, todavía hizo que tuviera otra corrida pequeña.

Descansamos un rato, pues yo estaba agotada, del placer que me había dado mi madre. Lo que aprovechó ella para ir al aseo. Cuando volvió, echándose a mi lado, me dijo,

te ha gustado?,

claro, como no me iba a gustar, si tienes una lengua, que es una víbora, pero cuando me has tocado el culo, ya ha sido una explosión de placer, nunca había sentido nada igual,

me alegro, a mi me ha encantado comértelo, lo tienes muy sabroso, te mojas muy rápido,

con una lengua como la tuya, me mojo al instante, ahora quiero comerte el coño yo a ti; le respondí

Entonces, sorprendiéndome mi madre, se puso de rodillas en la cama y, como estaba tendida, me colocó su coño en la boca. Al que, al momento, comencé a pasarle mi lengua por toda la raja de su coño, sacándole los primeros gemidos. Aprovechando mi posición, le agarré las tetas y comencé a sobárselas y pellizcarles los pezones. Haciendo, que comenzara a restregarme el coño por mi cara, y suspirando de placer.

El olor de su coño me tenía embriagada de placer; estaba como en celo, quería lamerla más y más, no parar nunca. De su pipa, que la tenía hinchadísima, pasaba al coño, para meterle la lengua, y después al culo, pues quería lubricárselo, para meterle el dedo, como me hizo ella antes. Así estuve hasta que le proporcioné el primer orgasmo, de esta ocasión.

En ese momento, aprovechando, que estaba chupándole el clítoris, le metí un dedo en su culo, que me encargué de lubricar. A tan acción ella respondió con un respingo, para después dejarse caer sobre mi mano y meterse bien el dedo en el culo. Lo que aproveché para comenzar a moverlo dentro de su culo. En una vez que alzó el culo, le metí dos dedos juntos, sacándole un grito de placer, y una corrida, que me puso la cara, como si me hubiera meado. Qué manera de correrse. Que gusto me daba verla correrse así.

En un momento dado, comenzó a decir cosas, que al principio, no la entendida, pero cuando fue subiendo el tono, escuche bien las obscenidades que estaba soltando por la boca.

Oh, si hija, méteme más dedos, méteme la mano, quiero que me llenes el culo con tu mano, lo quiero todo en mi culo, que puta soy, como me gusta que me follen, y mas por el culo; me estoy corriendo, me cooooorro, me está haciendo correr mi hija, que puta soy, pero que bueno es esto, me esta follando mi hija, oooooh, siiii, me vuelvo a coooorrer; oh puta méteme la mano en el culo, quiero tu mano, métela ya, si empuja, empuja que me cabe toda, me estoy meando del placer que me das, que puta eres, eres más puta que yo, sigue comiéndome el coño hasta que te lo diga, come, come, toma te lo estoy restregando, te estoy llenado la cara con mis corridas.

Mientras le comía el coño, estaba alucinada y a la vez excitadísima, e hice lo que me decía, le fui metiendo la mano entera en el culo, y de un golpe, haciéndole aullar de placer, mientras me decía las obscenidades anteriores. Mi madre seguía cabalgando sobre mi mano y mi cara y aullando de placer y soltando obscenidades, que hicieron que me tuviera que masturbar, pues me estaban poniendo en el delirio de la locura de placer.

Yo seguía comiéndole el coño, el clítoris y dándole caña con la mano en su culo, y ella bufando y aullando de placer, no se cuantas corridas había tenido; pero en un momento determinado, no se si pasaron 5 o 15 minutos, empezó a apretarse con más fuerza, contra mi cara y mi mano, que ya la tenia dormida, y entre gritos se corrió. Pero que manera de correrse, se llevo un buen rato soltándome jugos en la cara que yo recogí y bebí con avidez y ansias. A la vez que ella me inundaba la cara con su brutal corrida, acabe mi paja con otra fenomenal corrida, haciendo que le mordiera el clítoris; cosa que hizo que prolongara su corrida un poco más y terminara con un suave pase de su coño por mi cara.

Se dejó caer en la cama, con la respiración agitadísima, y con una cara de placer, que estaba para comérsela otra vez. A lo que mirándome, me dijo,

que placer me has dado, nunca me han hecho correr como tú lo has hecho, me dijo besándome en la boca; creía que me meaba,

nunca le había comido el coño a una mujer, salvo el otro día, le respondí; yo también creía que me meaba en tu boca,

nunca le has meado a nadie, me pregunto,

nunca, pero dicen que es muy excitante,

me quieres mear tú, me dijo; es una de mis fantasías, de siempre

claro, le dije excitadísima, besándola en la boca, no sabia que tuvieras esas fantasías.

Entre besos nos fuimos al cuarto de baño, y allí nos metimos en la bañera, sentándose mi madre en la misma, y yo me puse encima de ella con las piernas abiertas. Me dijo que le gustaría verme masturbarme, a lo cual accedí y empecé a sobarme el clítoris, y meterme un dedo en el coño. Ella hizo lo mismo, se masturbaba el clítoris y se metía dos dedos en el coño. Estábamos para una foto, yo pajeándome delante de mi madre y ella haciendo lo mismo: Nos volvimos a calentar y a suspirar de gusto, nos miramos a los ojos y empezamos a decirnos guarradas, estábamos cada vez mas calientes.

me voy a correr, le dije a mi madre,

si, si córrete en mi boca, quiero probar tu meada, me dijo frotándose desesperadamente el clítoris,

Cuando me estaba corriendo, levanto la cabeza y comenzó a lamerme el clítoris, que placer verla bebiéndose los flujos de mi corrida y pajearse a la vez. Pero el clímax llego cuando empecé a regarla con mi meada, por las tetas, la cara, el coño, se estrujaba las tetas, se bebía la meada, se pajeaba frenéticamente, hasta tener otra corrida que la dejó espatarrada en la bañera.

  • Ahora me toca a mi, le dije, méame tú ahora.

Nos cambiamos los puestos y cuando estuve echada, me comenzó a mear. Que gusto, sentir su orina por mi cuerpo, y sin tocarme tuve otro orgasmo monumental, que me dejo sin poder levantarme de la bañera.

Cuando recobramos las fuerzas, y como era tarde, nos duchamos, las dos juntitas y mientras desayunábamos, decidimos no decirle nada de lo nuestro a Jonás, ya que aunque hiciéramos tríos como el anterior, lo nuestro fue diferente y nosotras disfrutaríamos de nuestros cuerpos todos los días.

Muchos besos para todos de Elena e Irene.