Una carta me pediste
Una carta me pediste... Pero que quieres que te escriba, acaso no sabes que delirio por ti.
Una carta me pediste...
Pero que quieres que te escriba, acaso no sabes que delirio por ti.
Que se me hace agua el cuerpo cada vez que pienso en ti. En tu aliento en mi cuello cuando me abrazas. En la forma en que me envuelven tus brazos. Acaso no me sientes temblar entre ellos. Acaso no sientes como se agita mi respiración y se aprisionan mis senos contra tu pecho.
Esa joven delirante que suspira por ti y que dilata sus pupilas al verte soy yo. La misma que anhela que la toques y la acaricies como tantas otras noches. La misma que espera con ansias sentir el roce de tus dedos debajo de su blusa, desabotonando el sostén, para luego acariciar suavemente mis pezones.
La misma que tiembla de pensar cuando tus manos comiencen a recorrer mi abdomen y mis costados haciéndome temblar en espera de que se lo que vendrá. Soy yo la que espera con sumisión y humildad el momento que me dejes tocar tu miembro y tal vez, solo tal vez poder sentir como crece en mis manos. Como despierta ante mis caricias y como se enaltece su cuerpo al sentir mi mirada.
Soy yo la que desea alimentarse de tu miembro, cada vez mas caliente, sentirlo en toda su plenitud llenando mi boca, lentamente, aprovechando cada centímetro de su ser, para explorar con mi lengua cada extensión de su piel. Soy yo la que se deleita pasando la lengua desde la cabeza con movimientos circulares, y rítmicos, esperando que sientas placer cuando me penetras la boca y alcanzas mi garganta.
Soy yo la que arrodillada ante ti, sumisamente me engullo tu hombría en forma de carne, deliciosa y caliente que pulsa dentro de mi ser, por aliviar su carga de esperma, su dulce carga. Expulsión que deleito en cada gota, mientras tu fuerza palpitante explota dentro de mi boca. Bombeos de tu esencia que van llenando mi cuerpo ahora calientan mi garganta y el resto de mi cuerpo a la par que desciendes de tu orgasmo.
Esa joven que te gusta ver desnuda mientras camina por la habitación y tu descansas tu explosión de placer, en la cama. Esa misma joven que te encanta ver como se masturba frente a ti dando tiempo a que recuperes tu segundo aliento. Soy la misma que se sienta sobre ti apretando sus senos y tocándose su clítoris ya húmedo, dándole pequeños giros con mis dedos, mientras mi vagina se humedece más y mas esperando tu pronta penetración.
Soy yo la deseosa de tenerte dentro de mi y sentir tus palpitantes penetraciones dentro de mi cuerpo, calentándome y llenándome toda, hasta llevarme de nuevo al clímax del placer, a la explosión de gozo que me hace gemir como gata y ronronear tu nombre en la próxima exhalada de aire.
Esa soy yo, la que se menea sobre tus caderas mientras se introduce tu miembro para que finalmente me hagas explotar de placer.
Por eso te espero con ansias, te anhelo y te necesito.
Raquel.