Una buena maestra de escuela (7)
Las clases estaban terminando y debíamos realizar una gran fiesta para disfrutar el conocernos un poco más, gozar de nuestros deseos.
Una buena maestra de escuela (7)
Y el día siete se convirtió en un auténtico día de clases, el día ocho, las clases se redujeron a la mitad, debíamos planificar la fiestecita que tanto habíamos comentado entre nosotros.
Los dos últimos días de clases, los aprovechamos bien, como corresponden a unas buenas clases. Y la despedida por estas cortas lecciones no sería menos.
El día sábado, desde las 9 de la mañana, estábamos reunidos, los once alumnos, mi hermano Carlos, Oscar, una prima de Oscar de unos 45 años más o menos, algo gordita, piel canela, de baja estatura, alrededor de unos 155 centímetros y yo.
Las chicas vestían faldas cortas, con blusitas pequeñas, igual que la prima de Oscar y yo. La música era un ritmo pop y las bebidas eran fuertes para entrar rápido en calor. La prima de Oscar tenía un gran culo, que resaltaba bajo su falda, que atrajo las miradas de los chicos y algunas chicas. Es así que uno de los chicos la sacó a bailar y otro chico se puso detrás de ella, ella estaba en medio de los dos, contoneándose al compás de la música, muy apretaditos, ella podía sentir las vergas de los dos chicos en ese meneo. Era una escena excitante, que avivó nuestros deseos.
Luego de dos horas de baile y mucho alcohol en el cuerpo, cambiamos la música a un ritmo más lento, unas baladas románticas. Oscar, bailaba con una de las chicas, tenía sus manos puestas en sus nalgas más que de su cintura y se las apretaba con placer, ella tenía sus manos sobre sus hombros, todo era una excitación para nosotros. La prima de Oscar bailaba también con uno de los chicos, que no perdía momento en apretarla a su cuerpo y acariciarle su gran culo. Mi hermano, tenía una de las chicas sujeta de la cintura y su boca pegada a la de ella, dándose grandes besos, a boca medio abierta para que sus lenguas salgan de sus bocas y se entrelacen en deliciosos jugueteos. Los demás chicos y chicas bailaban imitando el momento y yo bailaba también con uno de los chicos, pegando mi coño a su verga, frotándome escandalosamente y él acariciando mi espalda, mis caderas y mis nalgas.
Luego de un gran momento, la música se seguía escuchando, ritmo lento y cadencioso, pero nadie bailaba. La prima de Oscar estaba disfrutando con dos chicos, tenía un chico por detrás con sus manos dentro de su faldita, tratando de bajarle su calzoncito para sentir en sus manos la suavidad de sus nalgas; Oscar estaba con la hermanita, él estaba de pie recostado sobre la pared y ella de rodillas con la verga de su profesor en su boca y acariciando sus bolas con sus manos y su lengua. Uno de las chicas, estaba sentada en uno de los muebles con las piernas abiertas y uno de los chicos cerca de ella, con una de sus manos masturbando su coño, y su boca que mordía sus pezones con su lengua que jugueteaba en su aureola. Otra de las chicas, sentada en otro mueble, y uno de los chicos de rodillas ante ella sosteniendo sus piernas, con su cara en su coño, moviendo la cabeza de lado a lado y de arriba hacia abajo.
Dos parejas de chicas y chicos, estaban recostados en una pared, las chicas contra la pared y los chicos, con sus pantalones bajados pudiéndoles mirar su culo y ver como abrían las piernas, inclinándose para penetrar sus coños, sujetándose de los hombros de la chica. Otra chica, estaba echada en el mueble grande de la sala, con la faldita levantada y su calzón a un lado de ella, él sin los pantalones, sobre ella, moviéndose hacia adelante, empujando su verga cada vez más dentro de su coño y yo con el hermanito con su lengua que jugueteaba en mi coño.
Oscar y yo, nos fuimos a la habitación con nuestros amantes. En la habitación, pusimos a nuestros amantes en la cama, con los pies en el piso y medio cuerpo al medio de la cama. Yo tenía la verga del hermanito entre mis manos y mi boca chupando la cabecita de su verga, la hermanita hacía lo mismo con Oscar; luego de unos minutos intercambiamos pareja y la hermanita ahora chupaba la verga de su hermanito. Nos subimos después, en la cama en la misma posición que estaban nuestros amantes con las piernas ligeramente abiertas, y nuestros amantes bajo nosotros, Oscar estaba bajo mi coño golpeando con la punta de su lengua mi clítoris y su dedo masajeando la entrada de mi coño; con mis manos alcanzaba a acariciar los pechos de la hermanita, incómodamente tratamos de darnos besos apasionados.
Luego de este sexo oral, subimos todo nuestro cuerpo en la cama, yo junto a la hermanita en la misma cama. Oscar, se subió encima de mí, con su verga en su mano apuntando a mi coño y penetrándome de una vez, el hermanito se subió en su hermanita y trataba de penetrar su delicioso coño, moviéndose al ritmo de Oscar, penetrando nuestros coños de manera rápida. Mis manos, volvían a acariciar los pechos de la hermanita, llegando a un punto máximo de excitación.
Luego, nos juntamos los cuatro, tomé a la hermanita, nos pusimos de costado, con una de mis manos acaricié la cabeza de la hermanita y con la otra acariciaba su espalda, sus caderas y parte de sus nalgas. El hermanito se puso detrás de mí, y Oscar detrás de la hermanita; pude sentir como la verga del hermanito se abría paso entre mis nalgas. Así entre los cuatro terminamos disfrutando del sexo, el hermanito me dejó toda su leche dentro de mi culo.
Este fue un delicioso final de clases, al salir de la habitación para reencontrarnos con los chicos, estaban medio desnudos, descansando de una gran sesión de sexo. No tardó el momento para que nuestros cuerpos sintieran nuevamente el deseo, dada la juventud y el deseo. Intercambiamos parejas, nos desnudamos por completo, una orgía sexual, sucedió en ese momento entre nosotros, toda forma de placer permitida.