Una buena maestra de escuela (6)
Nos empezamos a llevar bien en la escuelita, solo los hermanitos se evitaban con las miradas aunque de reojo querían saber que hacía el otro. decidimos acercar más a los hermanitos, con nuestras travesuras de sexo y placer.
Una buena maestra de escuela (6)
Durante la primera semana de clases, los chicos y nosotros los profesores, nos acercamos mucho entre nosotros, excepto por los hermano que ahora trataban de no acercarse mucho entre ellos y casi ni se hablaban. Decidimos que las clases se redujeran a la mitad, es decir, dos horas de clases y dos horas para conocernos un poco más.
El primer día de esta segunda semana, sexto día de clases, las clases se dieron con normalidad. Al terminar las clases, llamé al chico para que me ayude a borrar la pizarra, al hermanito. Luego que hubo terminado la clase lo puse de espaldas a la pizarra, le abrí su pantalón, se los bajé junto con sus calzoncillos, me incliné, tomé su verga con mis manos y puse la puntita en mi boca, fui lamiendo todo el tronco y me metí casi toda su verga dentro de mi boca y empecé a mover mi cabeza, de atrás para adelante, metiéndome y sacando su verga de mi boca, acariciando sus bolas con mis manos, chupando sin detenerme.
Oscar llevó a la hermanita a un cuarto privado. Aprovechando este momento me llevé al hermanito hacia otro cuarto privado; la salita de clases se convirtió en una orgía, todos querían disfrutar del sexo. Mucho sexo oral de los chicos a las chicas, algunas chicas contra la pared, con su pantalón y calzoncito debajo de las rodillas y los chicos de igual forma, penetrando sus deliciosos coños. De camino al cuarto, me excitaba acariciando las nalgas de los chicos que cogían entre ellos. En la habitación, me desnudé completamente, a puertas abiertas, el hermanito hizo lo mismo. Se echó en la cama, en una esquina de ella, y yo me subí en él, me fui sentando despacio, sosteniendo su verga con mi mano, hasta que me entró toda y, empecé a moverme de atrás para adelante, frotando mis nalgas a sus piernas y llenando mi coño de verga.
A lo ancho de la cama había más de un metro de espacio, quizás para otra parejita que deseara compartirla con nosotros. En un momento tenía mi cuerpo inclinado, ofreciéndole mis pechos al hermanito para que los bese y lama a su placer y el mío. Es en estos momentos, que la hermanita desnuda se echa en la cama, junto a nosotros y Oscar, después de ella, sosteniendo su verga para penetrar su rico coño, la hermanita lo recibía con las piernas abiertas. Había ruido de nuestros cuerpos por la fricción y gemidos quedos entre nosotros.
Oscar expresaba en voz alta del delicioso coño que tenía la hermanita y yo de la misma forma de la rica y dura verga que tenía el hermanito, felicitando a la hermanita de la buena verga que tenía su hermano. Oscar admiraba el coñito de la hermanita, que le apretaba bien la verga. Entre tantas insinuaciones llamé tío a Oscar, diciéndoles a los chicos, que era el hermano mayor de mi madre, ante la sorpresa de los chicos, que se miraron sonrientes. Como estábamos tan cerca, nos dimos un beso en los labios. Tomé las manos del hermanito y la puse en los pechos de la hermanita, que empezó a acariciarlas tímidamente. Me salí un poco del hermanito, tomé la mano de la hermanita para que sienta la verga del hermanito entre sus manos y me volví a meter esa rica verga en mi coño, hasta que chocó con la mano de la hermanita, que luego sacó al sentir la humedad y calentura de mi coño.
Nos separamos luego, decidimos intercambiar parejas, ante las miradas de los hermanitos. Acerqué mis labios a los de la hermanita y acariciando sus pechos, nuestras lenguas juguetearon en nuestras bocas. El hermanito puso su verga en la entrada del coño de la hermanita, que estaba entretenida conmigo en un gran beso y suaves caricias. En un momento la verga del hermanita estaba dentro del coño de la hermanita que se empezaba a mover, sin ritmo y sin placer. En un momento, los amantes hermanos podían verse a los ojos. Me puse detrás del hermanito y pegué mis pechos a su espalda, lo abracé desde atrás, apretándolo a mi cuerpo para aumentar el placer nuestro, Oscar se puso al lado de la hermanita para poner su verga en la boca de la hermanita, quien volteó la cara a mirar la verga de Oscar y empezó a chupar su verga mientras él le apretaba los pechos con sus manos. Mis manos acariciaban el pecho del hermanito, apretándolo un poco, pegándolo al mío y bajando luego mis manos para recorrer sus piernas, aumentando el calor de nuestros cuerpos.
En un momento nos separamos de los amantes, Oscar se echó en la cama al lado y yo tomé su verga con la mano y me fui sentando despacito hasta que mis nalgas chocaron a sus piernas supe que tenía toda su verga dentro de mi coño, me empecé a mover de atrás hacia adelante, de lado a lado, haciendo círculos lentos, tocando y apretando mis pechos, levantando mi cabeza con los ojos cerrados exhalando grandes gemidos de placer y satisfacción. Después de esto, ahora me eché en la cama, con las piernas abiertas y levantadas. El pecho de Oscar descansó en cada una de mis piernas por debajo de mis rodillas y su vientre descasó en mis muslos, que prolongan mis nalgas, con su verga en la mano lo metió rápido en mi coño y empezó a moverse muy rápido. Durante este delicioso momento, gritaba de placer para contagiar a los otros amantes, las palabras de tío y sobrina aumentaban el placer entre nosotros cuatro, como: “mi hermana, tiene una delicia de hija, que es una buena perrita en la cama”, “oh, tío, tu verga me llena y siempre te deseo”, “mi hermano y tú, tienen unas vergas que me hacer disfrutar de placer cada momento”, “sobrina Angie, tienes mejor coño que mi hermana”.
Cada palabra y cada gesto tenían la intención de darles confianza a los amantes hermanos. En un momento los amantes se acoplaron a nuestro ritmo, Oscar se salió de mí, dejó su leche en mis pechos y su verga fue a la boca de la hermanita para que limpiara el último poco de leche que le quedaba. Me levanté, me puse detrás del hermanito, pegué mi coño a su espalda y empecé a limpiarme el coño en su espalda, frotándome continuamente. El hermanito estaba a punto, sacó su verga del coño de la hermanita, echó su leche en el vientre de la hermanita y parte en sus pechos.
Cuando bajamos de la cama, el hermanito le limpiaba la lechita que le había dejado a la hermanita y, ella le tocaba su verga como limpiándosela con los dedos de la mano. Ahora los hermanos se tenían más confianza y cariño. Al ir al baño, los chicos estaban que se daban las últimas caricias, las chicas semidesnudas dejando el agua caer desde su ombligo hasta sus pies, los chicos sacudiéndose sus vergas fláccidas. Cuando el baño quedó para nosotros cuatro, fue la hermanita hacia la ducha y detrás de ella, el hermanito que al agacharse la mano del hermanito acaricia sus nalgas. Este se puso en la pared de la ducha, y la hermanita pegó sus nalgas en la verga fláccida de su hermano, él la apretó como deseando junto un sexo por detrás, una visión muy excitante para nosotros. Me pegué a la hermanita, con mi mano le froté el coño, besé sus pechos, mis labios llegaron hasta su boca, la entreabrimos y nuevamente nuestras lenguas se juntaron a boca abierta, Oscar se puso detrás de mí y frotaba su verga en mis nalgas y luego se inclinó para meter su lengua en mi ano, abriendo mi culo con sus dos manos. El hermanito empujó un poco a la hermanita hacia adelante para meterle su lengua en su culito, mientras el agua caía sobre todos nosotros. Empecé a sentir luego, la verga dura de Oscar que empezaba a entrar por mi culo y los quejidos de la hermanita ahogados un poco por mi boca, empezaba a sentir la verga de su hermano en su culo. Cuando Oscar extendía los brazos para apretarme más alcanzaban el cuerpo de la hermanita y cuando el hermanito extendía sus brazos me alcanzaban a mi cuerpo, así estábamos los cuatro apretaditos dándonos rico sexo. Cuando mis labios dejaban los de la hermanita para morder su labio inferior, los quejidos y gemidos de la hermanita eran intensos, que atrajeron público. De un momento a otro, en la puerta del baño, estaban nuestros alumnos que nos observaban con ansias de seguir disfrutando con las chicas.
Fue un largo baño…