Una buena maestra de escuela (5)
Había que planear una fiesta de despedida de los chicos, pero para ello era necesario dejar los secretos, no cogernos a escondidas de los demás, sino como en una gran familia feliz.
Una buena maestra de escuela (5)
Continuando con las clases, nos empezábamos a llevar muy bien entre todos nosotros, alumnos y profesores.
Día viernes, quinto día.
Ese día las clases se redujeron a la mitad, de un total de cuatro horas, así que hicimos una hora cada uno y nos quedaron dos horas libres para planificar una reunión para confraternizar entre todos.
Me reuní con cinco chicos y una chica, la chica era la chica que nos miraba al comienzo y terminó teniendo rico sexo con nosotros, también estaba en el grupo el chico con el cual no había pasado nada aún. Oscar, se reunió con las chicas, es decir con las cuatro restantes y un chico, que era cómplice de nuestras travesuras.
Debíamos eliminar los secretos entre nosotros y comportarnos como nuestros deseos. A los chicos y chicas, que compartían nuestros placeres les dije que fueran algo atrevidos en la reunión, para que nos conozcamos bien y nuestra fiesta sea muy buena.
Conversábamos amenamente sobre dicha fiesta, estaba de pie frente a ellos, empecé a caminar hacia ellos, con mi minifalda y blusita pequeña. Al estar cerca, uno de los chicos me llamó, para darnos unas ideas sobre la fiesta, y mientras lo hacía metió su mano dentro de mi minifaldita, ante la mirada de los demás. Me hablaba y me acariciaba las nalgas con toda frescura y normalidad, en el ambiente se empezaba a notar el deseo.
Me fui hacia la pizarra con la finalidad de tomar unas pequeñas notas, llamé a la chica para que me ayude un poco. Cuando la chica se puso de espaldas a los demás y frente a la pizarra no pude evitar acariciar sus nalgas, era la chica con la que me masturbé la primera vez, al sentir mis caricias, se dio vuelta y quedó frente a mí, mis manos fueron hasta su pantalón, que desabroché y empecé a bajar hasta sus pies, luego mis manos fueron subiendo acariciando sus piernas, para bajar luego su calzoncito hasta su pantalón. Al estar casi de rodillas, dos de mis dedos se metieron dentro de su coño, arrancando gemiditos de placer de ella.
Me levanté luego, la palma de mi mano derecha frotaba, con firmeza su coño caliente, me incliné para tocar con mis labios los suyos y abrir nuestras bocas en un gran beso cargado de placer. Sentí mientras la besaba, que unas manos se metían dentro de mi minifalda, y me bajaban la tanguita, tuve que levantar un poco mis pies, para despojarme totalmente de la prenda. Mientras la besaba sentía unos lametones en mi culo y una lengua que me penetraba el ano. Luego mi minifaldita salió de mi cuerpo, uno de los chicos me la había quitado, las caricias a mis nalgas no cesaban, podía sentir muchas manos en mis nalgas.
Tenía a la chica, recostada sobre la pizarra, besándola, con mi mano masturbándola y ella metiendo sus dedos en mi coño húmedo. Luego sentí como dos manos separaban mis nalgas para apreciar mi anito y como algo duro y largo empezaba a meterse entre mis nalgas. Estaba siendo penetrada por la verga de uno de los chicos. Me separé de la chica y puse mis manos en la pizarra para inclinar más el culo y la penetración fuera más excitante, la chica fue cogida por uno de los chicos, que estaba deseoso de meterla rápido.
Hasta donde estábamos nosotros llegó una de las chicas, me encontró con su hermano dándome sexo anal y un chico cogiendo con la otra chica, los demás chicos se masturbaban y tocaban nuestros cuerpos. Por breves segundos, su mirada fue hasta donde estaba su hermano y yo, mientras otro chico trataba de lamerme el coño y masturbándose con una de sus manos. Ni siquiera hizo la intención de ingresar.
El chico me llenó el culo de leche, así chorreante me senté en la mesa que usaba para dar clases, me puse al filo, abrí las piernas y otro chico me penetró el coño, lo hizo con tanta rapidez, parecía un perro a punto de abotonarse o pegarse, y terminó rápido como empezó, la sacó y regó su leche en mis muslos, limpiando su deliciosa verga ahí mismo. Enseguida vino el otro chico y después el último chico, y casi al final de todo, vino un gran orgasmo que me hizo rodear al chico con mis brazos y cruzarle mis piernas a su cuerpo, donde mis pies chocaban a sus nalgas y lo apreté mucho. Después de esto, me fui al baño, a tratar de limpiarme un poco, con mi alumna caliente, tenía leche en todas mis piernas y más en mis nalgas y en mi culo. Al pasar por el ambiente donde estaban Oscar y las chicas con el chico, pudimos ver que una de las chicas estaba chupando la verga de Oscar, otra pareja cogía como desesperados contra la pared y el chico que se movía una y otra vez penetrándole el coño.
La chica que chupaba ricamente la verga mientras otra le metía los dedos al coño era la hermana del chico, momento en que dije a la chica que me acompañaba que fuera a llamar a todos los chicos para hacer un solo grupo. Al estar todos juntos, pudieron ver a la chica con su boca en la verga de su profesor, incluyendo al hermano. De inmediato, me recosté en el piso, sobre un cubrecama que había allí, y pedí al chico, al hermano, que me penetrara de una vez el coño, mis manos acariciaban sus nalgas, mientras su penetración avanzaba. Oscar puso a la chica, sentada en un escritorio, con las piernas abiertas y la penetró de una vez.
Hermano y hermana, se miraban mutuamente, todos disfrutábamos de las delicias del sexo, como en una gran orgía. Oscar hizo recostar a la chica sobre el escritorio, con la cabeza hacia un costado, y un chico ponía su verga en la boca de ella, que no tardó en lamer y chupar, olvidándose de los demás. El hermano, me empezó a penetrar con ganas, como si quisiera hacerme daño, como queriendo castigar a su hermana en mi coño, por lo cual yo, disfrutaba demasiado.
Luego de esta gran orgía, los hermanos pudieron verse desnudos, sin hablarse, sin tocarse. Todos lo estábamos. Nos fuimos al baño en parejas, Oscar lo hizo con la hermanita y yo con el hermanito, los demás a su turno. Sin duda que el baño quedó empapado a juzgar por los desórdenes de todos nosotros. Dejaron de haber secretos entre nosotros y cogernos a escondidas. Creo que la fiesta de fin de clases prometía mucho…