Una buena maestra de escuela (3)
Las clases seguían su ritmo normal,en un momento que una de las chicas quedaba en el baño durante el descanso, decidí ir por ella y me masturbé rico ante su curiosa vista, con los chicos fue mejor.
Una buena maestra de escuela (3)
Y las clases estaban tomando forma particular, tal y como las deseábamos Oscar y yo:
Martes, día dos.
Las clases siguieron su curso normal durante la mañana, me vestía con minifalda y blusita ajustada que se me veía el inicio de mis pechos, es decir todo normal. Al final de mi clase había un descanso de 20 minutos, antes de la próxima clase. Es en ese tiempo que las chicas desean hacer uso del baño. Como nuestro baño es pequeño, todas las chicas no podían ingresar a la vez, así que se turnaban a veces en parejas de chicas. La última de las chicas ingresó sola al baño y para no ser menos decidí ir tras ella, esperé unos tres minutos e ingresé. Al entrar pude ver su pequeño coño mientras se subía su calzoncito rojo encendido, una sonrisa entre nosotras se sucedió a tal evento. Llevaba conmigo un pequeño bolso de mano, que supe dejar cerca de ella mientras se empezaba a lavar un poco las manos, me puse casi un metro cerca de ella. Me puse cerca del excusado de pie, me levanté la minifaldita hasta muy arriba de mi ombliguito, me bajé mi pequeño calzón hasta debajo de mis rodillas y así con el coño a la vista pedí a mi alumna que me alcanzara una toallita que estaba dentro de mi bolso. Cuando me alcanzó la toallita, me limpié los labios del coño despacio y sin prisa, luego en la parte superior de los muslos para que pueda ver completamente mi coño. Después le pedí que sacara de mi bolso un instrumento medio curvo, largo no muy grueso, que terminaba en una pequeña esfera y muy rígido. El pequeño juguetito debía medir algo de 15 centímetros, cuando lo tuve entre mis manos de las manos de ella, delante de su curiosa vista, lo fui metiendo dentro de mi coño, me lo sacaba y metía rápidamente, aquel juguetito me violaba el coño, mi mano izquierda la puse en el hombro derecho de mi alumna como diciéndole que esperara un poco. La mirada de mi alumna se perdía en ver el movimiento de mis manos con el juguetito que introducía dentro de mi coño, lo que me excitaba más y más. Cuando estaba por terminar aceleré los movimientos del juguetito dentro de mi coño, luego de pequeños gemidos, sudoración de mi rostro y parte de mi cuerpo, la relajación de mi cuerpo, apoyé mi frente en el hombro de mi alumna. Después, un breve gracias, seguido de la complicidad de nuestro silencio, salimos del baño, esbozando entre nosotras una sonrisa que sellaba el silencio.
Después de unos breves minutos, que los calores de mi cuerpo se estabilizaron, pude advertir que la clase del profesor Oscar, llevaba 10 minutos de iniciada. Momento que aproveché para hacer mi ingreso al aula y solicitar la ayuda de dos estudiantes hombres para que me ayuden a llevar unas cajas de textos y ubicarlos en la pequeña biblioteca, acondicionada casi al fondo de la casa. Dado que las cajas estaban en el mismo salón de clase, cualquier sospecha de lo contrario sería poco fundada, si supieran lo que me costó meter los textos en las cajas el día anterior. Caminé delante de ellos, guiando su camino hacia la pequeña biblioteca, al abrir la puerta había un estante de dos metros de altura vacío y con subdivisiones para ubicar los respectivos textos que llevábamos.
Después de eso, salí a la cocina por unos refrescos para nosotros, al entrar nuevamente llevando los refrescos fui hacia una mesa de medio metro de altura o menos, me incliné para dejar los refrescos de espaldas a ellos, sin doblar las rodillas para que se me viera más mi calzoncito y mis nalgas descaradamente y sin ambigüedades. Los llamé para que estuvieran cerca de mí y beber los refrescos, en parte los felicitaba por el esfuerzo de levantar y llevar las cajas, que en cierta manera pesaban mucho, notando la sudoración en sus rostros. Me acerqué más a uno d ellos, metí mi mano debajo de su polo, que se fue levantando conforme mi mano iba subiendo hasta su pecho que empecé a acariciarlo exclamando la sudoración de su cuerpo, diciéndoles lo fuertes que eran, mi mano empezó a bajar hasta su ombligo y seguir la dirección hasta abajo para sentir el bulto que se formaba entre sus piernas con mi mano, me incliné un poco hasta que mis labios tocaron los suyos para darnos un gran beso y con mi otra mano sostuve su cabeza por detrás para pegar mis labios más a los suyos; sus manos empezaron a meterse debajo de mi minifaldita para acariciarme las nalgas. Luego separé mis labios de mi alumno para observar que el otro chico nos miraba sin moverse desde donde estaba. Con un gesto de la cabeza, llamé a mi otro alumno, al tenerlo frente a mí, mi mano se fue hasta el bulto que formaba su verguita sobre su pantalón, este gesto lo animó a acariciarme el coño por encima de mi calzoncito, con una sonrisa mía de aprobación. Al primer chico que besé, le abrí su pantalón para tomar su verga entre mis manos, mientras el otro chico estaba ya bajando mi calzón, después me quitó la minifaldita. Me despojé de la blusa y el chico que me desnudaba me ayudó a quitarme el sujetador. Luego los chicos hicieron lo suyo, quedando tres cuerpos desnudos en aquella biblioteca. Las caricias de los chicos sobre mis nalgas, mi coño, mis pechos, me encendían más. Con mis manos les hice una pequeña masturbada a los dos, al mismo tiempo, uno de ellos metían sus dedos en mi coño y el otro metía un dedo en mi culo. Pusimos un cubrecama sobre el piso, que casualmente estaba cerca, como los libros en la caja. Uno de los chicos se echó en ella, de pie abrí mis piernas quedando su cuerpo entre mis piernas, luego me fui bajando lentamente y con una mano tomaba su verga para metérmela despacio mientras me iba bajando hasta que mis nalgas chocaron a sus muslos, me levantaba y bajaba despacio, me iba de atrás hacia adelante con su verga dentro de mí, luego me movía en círculos con su verga dentro de mi coño, el otro chico estaba frente a mí, con su verga cerca de mi cara para meterla en mi boca y chuparla y lamerla, con mis labios, con mi lengua, la cabeza de su verga, su tronco, sus bolas con incipientes pelos. Luego los chicos intercambiaron lugares, al que se la chupaba antes, estaba ahora debajo de mí con su verga en mi coño, y el que estaba antes con su verga en mi coño ahora se la chupaba, nos intercambiamos unas dos veces más. Terminamos con los dos chicos regándome el pecho de su rica leche. Cuando los chicos se vestían, notamos que la hora de clase del profesor, unos cien minutos, daba término. Les pedí que dijeran al profesor que aún estaba acomodando los libros, que cerraran la puerta al salir para que no pueda entrar nadie.
Después de un pequeño bullicio, que hacían los alumnos al salir de clase, vino el silencio, anuncio que decía que los alumnos ya no estaban en la casa. Al abrir Oscar la puerta de la biblioteca, dado que es su casa, tiene las llaves de todas las puertas, me encontró desnuda descansando en el cubrecama tirado en el piso, con toda la leche de los chicos sobre mi cuerpo. Ahí mismo se quitó toda la ropa, fue hacia mí, puso su verga cerca de mi boca, la abrí ligeramente, y me empezó a violar la boca con su rica verga. Minutos después, se separó de mí, tomó su verga y la apuntó en la entrada de mi coño, que me introdujo en un intento rápido, luego pasó sus brazos por mi espalda levantando un poco mi cuerpo, llegando sus manos a tomar mis hombros para apretarse fuertemente a mí y moverse mucho más rápido esta vez, abrí más mis piernas para sentir el mayor placer, mis manos acariciaron su espalda y bajaban hasta sus nalgas que las apretaba como si quisiera que se metiera más dentro de mí. Luego de este brusco pero excitante sexo echó su leche en mis pechos mezclándola a la demás.
Un reparador baño, minutos más tarde, refrescaba mi cuerpo, me quitaba el olor a sexo. Mientras mis dos manos tomaban mi cabeza por los costados con el agua que caía sobre mi cuerpo, pensaba en las nuevas experiencias con mis queridos alumnos.