Una buena cogida
La primer relación lesbiana resulto ser una buena cogida.
Ese día algo paso en mi cuerpo y en mi mente, diecisiete años, con un cuerpo que frente al espejo y el de otras chicas totalmente desnudo se siente atrayente, (para algunas) , es de imaginar que para los hombres debe ser presa a batir, nos terminamos de bañar en el vestuario después de la clase de gimnasia, el agua caliente , la ducha con puertas individuales, nos recibió a mi amiga Ethel y a mí, sus caricias, el jabón y sus dedos jugaban, un beso me atrajo a un abrazo, algo estaba bien al mismo tiempo que mal, deje que ella hiciera, su mano guío a la mía a su sexo, mis dedos entraron en sus labios , que al frotarlos quedaron solos, mientras sentí un dedo sobre mi clítoris bajando a mi sexo, mi seno derecho con caricias era ejercitado con su mano libre.
Fueron más que segundos que unidos nuestros cuerpos bullían, casi como empezó terminamos enjuagándonos mientras nuestras miradas nos unía, esa noche salimos al centro a tomar algo, su invitación a dormir en su casa aprovechando que sus padres estaban de viaje, me hizo entender que desde hacia rato estaba tras mi cuerpo y hoy era la oportunidad, llame desde el mismo bar a mis padres, para avisarle donde pasaría la noche, como tenía ropa sport y al otro día era sábado, no hubo problemas, una pregunta de mi madre con una advertencia directa, tomo a mi mente en la verdadera situación ! ¿Si van chicos? cuídate, podes quedar embarazada!, ella pago los gastos, al cerrar la puerta, puso un sistema sobre todas las aberturas, dándome un beso comenzó a desnudarme, me llevo a la cama de sus padres, las caricias hicieron fluir flujos, su lengua empezó a lamer y penetrar en mi vagina, mientras frotaba mis senos con mis manos, disfrutaba el momento, algunos recuerdos de mi desvirgamiento ( con dolor e irritación) pasaron en imágenes, siendo borrados , por el suave y firme trabajo de esa lengua juguetona .
Acabando, mi satisfacción produjo un relajamiento, sin hablar extrajo debajo de la almohada un consolador , no muy grande , un poco menor a los penes que han entrado en mi cuerpo en otras ocasiones, abriendo mis piernas y cerrando mis ojos, me entregué , fácilmente entro al tope, su comentario fue sobre mi experiencia , era evidente que ella creía o soñaba que yo era virgen o más estrecha, un entre y saca , de esas manos, con el ariete manejado en mis bordes, produjo una nueva acabada, enseguida, fue ella quién se lo introdujo , su invitación a mi primer juego lesbiano real, fue hecho como "devolución" de lo sucedido, sentí vibrar ese cuerpo en mi mano , como si penetrara dentro del mismo, empece a besar sus senos, cuando en sus gemidos y relajamiento el goce era evidente saque el consolador, mi lengua se pego a su raja y jugando penetraba y salía con lamidas profundas, toda su piel se retorcía de satisfacción, sin dejar de estar sobre ella gire mi cuerpo , en el punto de su clítoris puse mi vagina al alcance de su lengua, haciendo mi primer sesenta y nueve , !con una mujer!, mi concha gozaba a pleno de su experimentada lengua, un dedo en mi culo era otro punto de contacto entre nosotras, el placer nos fundía, el juego me gustaba, tomando forma de amor , estabamos unidas y felices.
Mirándonos y acariciándonos, dormitamos un rato con la luz prendida, había pasado una hora y media desde que entramos a la casa, fue ella quién me despertó a las dos horas, blandiendo en su manos distintos elementos, que no conocía ni de vista, solo un consolador, pero este con dos penes uno para cada lado, tenia forma y utilidad manifiesta, sonreí cuando dejo todos y lo tomo en su mano, lo introdujo en su vagina (también ejercitada por lo visto) quedando una mujer con falo, frente mío, ahora podía verlo , era un hermoso machito dentro del cuerpo de una mujer, tomando del tope (para que no saliera) acerco a mi vagina el extremo libre, que con mis piernas abiertas recibí, !me estaba cogiendo! , me sentí hembra total, sus caricias en mis senos, sus besos en mi boca, un entre y saca fenomenal, culmino con mi acabada, fui cogida , goce, lo único extraño eran esos senos que acariciaba con mis manos.
Una vez más sonreí, me acorde de mi madre, no tenía que mentirle , !No había estado con chicos!, !No iba a estar embarazada! pero si estuve muy bien cogida.