Una buena amistad perdura con los años
Despues de cuatro largos años, celebramos el reencuentro con mis primos y sus amigos.
Hacia tiempo que no había visto a mis primos y a sus amigos, en concreto desde el último día de su boda, hará ahora cuatro años de eso.
Vinieron unos días de vacaciones a nuestro pueblo para descansar, después de tan duro trabajo en la ciudad y de paso para quedar y tomarnos unas copas juntos.
En la noche del viernes todo fueron risas, salimos de borrachera hasta que el amanecer del día siguiente nos aconsejaba el regreso a nuestros hogares. Mi prima Lucia y mi primo Saúl tuvieron la brillante idea de que podíamos quedar a una hora por el medio día para comer todos juntos y recordar a sus amigos, ya que ellos no salieron esa noche por exceso de agotamiento del viaje.
Yo dormí de corrido hasta que dieron las tres de la tarde, aun tenía un poco de resaca, pero me levanté con entusiasmo y con ganas de estar con aquella gente tan maravillosa que había conocido años atrás. Cogí el móvil que estaba tirado en el suelo, junto a la ropa mal oliente de la noche anterior dispersa por toda la habitación y llamé a mi novia Vanesa para quedar a una hora para recogerla y dirigirnos a la comida que habían propuesto mis primos.
Cuando llegamos al restaurante que habían reservado, ya estaban todos impacientes esperando a que nosotros llegásemos, yo estaba jodido y con resaca, pero había que joderse esperando a que mi novia se pintase el careto y realzar sus enormes tetas para causar buena impresión a todos los comensales allí reunidos, ya que ella no conocía a nadie. Comenzamos las presentaciones como es habitual en tal situación. Yo ya conocía además de a mis primos a Isabel y Tomás, la pareja más veterana de todos los allí presentes, seguían igual de simpáticos y ella aun estaba buenísima, coma la recordaba, a pesar de tener aquellos 37 tacos tan bien llevados.
A su par había otra pareja que no conocía, se hacían llamar Rosana y Paulino, me había fijado en ella era bajita, con largo pelo rubio y un buen par de tetas con los pezones erectos que se podían distinguir con claridad con aquella camisa blanca transparente, (me encanta toda la ropa que deje ver bien todo lo que hay que enseñar), no podía evitar que mis ojos se clavasen en sus pezones, y mi primo que se había percatado de tal situación, me regaño para que me cortase un poco, pero no creo que fuera el único que solo miraba tetas, por que a mi me daba la impresión de que todos los nabos allí presentes estaban mirando para el hermoso escaparate de Vanesa.
La comida empezó y como siempre el vino hace hablar más de la cuenta, yo mejor me dedicaba a mirar a las chichas presentes, se les podía notar que eran un poco lanzadas, sino apartarían la vista cuando las miraba fijamente a las cuatro. Mi primo me comentaba que Vanesa le parecía guapa, me preguntaba que es lo que había hecho con la anterior que había asistido a su boda, yo le dije que era historia y que prefiero la actual por que tenemos los mismos gustos y somos muy liberales con las ideas bien claras de lo que estamos dispuestos hacer.
En un momento me percaté como Isabel se levantaba de la mesa y se dirigió a los baños, acto seguido hice lo mismo y la seguí, esperé un rato a que ella saliese para hablar con ella sobre aquel pico que me había dado la última vez cuando nos despedimos en la boda rumbo a nuestros hogares, ella me comentó que estaba bebida y que le parecía guapete, que me olvidara de todo aquello que no significo nada para ella, era feliz con Tomás y hacia meses que había tenido un hijo, un poco raro con 37 tacos, pero las hay que los tienen con más edad.
Su respuesta no me sirvió de nada, el vino se me subió un poco a la cabeza, sujetándola bruscamente por el brazo hasta el interior de un reservado, ella me amenazó con gritar si no la soltaba, me negué no estaba dispuesto a volver a la mesa sin tocar aquellas tetas duras como piedras, así que le levante el fino jersey verde que llevaba y le comencé a chupar los pezones, ella aflojó sus dedos de mi cuello y dejó que le levantase la falda para que le pudiese comer el coñito moreno y depilado, comenzó a gemir tapándose la boca para no hacer mucho ruido, hay coños que saben bien y otros que dan pena, pero este era realmente delicioso y no me cansaba de meter mi lengua dentro de su agujerito caliente. Isabel no aguantaba más, quería que le introdujese mi hermoso aparato en su conejito, así que se arrodilló y comenzó a comerme la polla con unas ganas tremendas, su lengua recorría desde mi culo hasta la punta de mi nabo, sin olvidarse la parada que hizo al comerme los huevos como si fuesen gominolas, joder!, era toda una experta, se notaba lo veteranita que era comiendo pollas.
Sus bragas colgaban en uno de sus tobillos, cuando la puse encima de una mesa con las piernas abiertas a lo alto, introduje mi polla y comencé a bombear con gran agitación y con ganas de correrme, pero no antes sin oír su orgasmo más esperado, me gusta ver como se corren las tías es algo espectacular y un sonido celestial para mis oídos. Isabel decía que estaba a punto y quería que se la metiese por el culo, no paraba de recalcar que eso la ayudaba a complacerla al completo y que me estaría muy agradecida, yo no me negué, al contrario hay pocas mujeres que te ponen el culo para ser penetradas y moví mi cintura hasta que el gustazo que sentía en mis huevos, me obligó a dar la vuelta a la hermosa y veterana morena para lograr eyacular en la boca de mamona que poseía.
Al acabar me limpie un poco y lavé la cara con agua para quitarme un poco el sudor, regresé hasta la mesa donde estábamos comiendo y fui objeto de todo vacile, pero solo yo e Isabel sabíamos los que había sucedido realmente.
Mi novia Vanesa me miraba con cara de sospecha y total desconfianza, a mi me dio la risa y le respondí que el pescado no me sentó nada bien y que estuve malamente ocupado. Mi prima Lucia que estaba sentada enfrente de mi, me daba multitudinarias patadas por debajo de la mesa para que le hiciese un breve resumen con la mirada de lo que había pasado, pero mi vista se desvió girando la cabeza hacia la derecha donde estaba sentada la bajita rubia de Rosana, ella me miró con total seriedad, petrificándome los ojos por unos minutos, yo empecé a sentirme incomodo y no podía tragar saliva, desvié de nuevo la vista cuando hizo aparición Isabel en escena, movió sus caderas con total naturalidad hasta el asiento donde estaba vacío, justo al lado de Rosana, que seguía mirándome, pero esta vez metiéndose el dedo índice en su boca acompañada de su lengua con movimientos discretos para los demás, eso me puso a cien y mi verga comenzó a subir de nuevo como si fuese la serpiente de un faquir cuando toca la flauta, mi idea era ahora cepillarme a Rosana, pero era totalmente imposible volver hacer lo que hice antes, no colaría ni de coña, así que propuse a todos a ir al piso de mi novia a tomar unas copas en cuanto acabásemos de comer, después de comentárselo a Vanesa lógicamente.
Salimos todos del restaurante un poco bebidos, a mi me dio la vida el desgaste de alcohol que tuve en el privado con Isabel, si no acabaría por los suelos, ¡fijo!. Cuando llegamos al piso de mi novia, les dijimos que se pusiesen cómodos y que bebiesen de todos los licores que habían en el mueble bar, mientras tanto cogí a Vanesa de la mano y la metí en la habitación, le pregunté si le gustaría jugar con nuestros invitados al juego de mesa erótico que habíamos comprado en un sex sop de la isla de palma cuando fuimos de vacaciones. Ella se echó a reír y me dijo que era un cabrón, que si no me llegara con tirarme a la Isabel, que ahora necesitaba una orgía total en su casa, pero al final le resultó gracioso y cogió el juego que tenía encima del armario.
Yo salí de nuevo al salón donde estaban los demás echándose unas risas y bebiendo sin parar, yo me preguntaba que coño hacia Vanesa en la habitación sin traer el juego, ya me estaba impacientando cuando decidí levantarme y ver lo que le sucedía. Justo en ese momento se abre la puerta de la habitación y sale Vanesa vestida con una "bata" roja transparente que dejaba ver todo su cuerpo al desnudo, se le podía ver el coño con total facilidad y no digamos las tetorras, mientras portaba el famoso juego en sus manos, yo estaba nervioso y de mala ostia a la vez, pero no dije ni una sola palabra, sólo miraba para ella como lo hacían todos los demás allí presentes como era lógico.
¿Os apetece jugar a este juego picante que tengo sin estrenar?.__dijo la muy zorra.
Mi prima Lucia que venía en esos momentos del baño, y vio en la situación que se encontraba Vanesa, se acercó sigilosamente por la espalda y le quitó la transparencia que llevaba puesta, dejándola totalmente desnuda a los ojos de todos y en concreto de aquellos tres rabos empalmados, Lucia agarró las tetas de Vanesa y en voz alta se las ofreció a su marido y a sus dos amigos, estos calientes como motos se acercaron al cuerpo de mi hermosa Vanesa y comenzaron a comerla toda, sus lenguas empezaron a comer sus enormes pechos y su coño bien depilado.
Yo me quedé con la boca abierta e inmóvil, se estaban follando los tres a mi novia y yo no hice nada por impedirlo, por que me parecía una buena imagen y todo, pero al no querer que la coña se convirtiera en una disputa, decidí levantarme y dirigirme hacia ellos. En ese momento una mano me agarró de la polla, era de Rosana que estaba en tetas para mi, la verdad que tenía ganas de tirarmela, pero mi prima Lucia ya me estaba ofreciendo el coño para que la penetrase, Isabel y Rosana se arrodillaron ante mi y comenzaron a comerme la polla, sentía un gusto exquisito y me excitaba al ver como sus lenguas se rozaban al comérmela, Lucia se quejaba de que quería rabo dentro de si y que la penetrasen con fuerza, Isabel en la última afilada que me estaba dando, quitó mi polla de su boca y me la guió al coño de mi prima, yo la penetraba con todas mis ganas mientras veía como Vanesa se reía sentada encima de una polla y chupando las otras dos por turnos, sabía que mi novia era guarra, pero a partir de ese día pasó a ser guarrísima.
Rosana se desnudó del todo y me dijo que ya estaba dispuesta para ser entregada a mi, yo Flipaba, al final resulta que todas eran unas putas y no sólo mi novia, todo ya me importaba un carajo, cogí mi verga húmeda como el río Tajo y se la metí dentro del coñito rubio y rosado de Rosana, esta empezó a gemir como una yegua, nunca había oído gemidos iguales, bombeaba y bombeaba esperando a que se corriese, quería oír sus gritos más salvajes, me gustaba esos aullidos de placer hasta que al fin explotó y dejó el turno a otra de sus compañeras, mi madura y apreciada Isabel.
Ahora podemos follar sin que nadie, nos diga nada, lo de tu novia es la ¡ostia!, ¡me da una envidia!.__dijo la hermosa morena.
Cogí mi polla y se la metí en la boca para que callase, ya me jodió a mi bastante ver como los tres se corrieron sobre su cuerpo moreno, la verdad es que quedaba bien lo blanco sobre una piel casi canela, me resultó excitante ver como las corridas que habían sido depositas sobre sus tetas iban deslizándose lentamente hasta la abertura de su coño cuando se levantó a darme un beso y a ayudarme a meterle la polla entre las piernas a Isabel.
Cuando quieras esta polla te la presto.__dijo Vanesa sonriente y complaciente.
Primo cuando vayas a correrte dame tu leche en mi boca, ya que estos cabrones no se si tendrán mucha para compartir.__dijo Lucia mientras era penetrada en un perfecto sándwich por su marido y el marido de Isabel.
El cabrón de Paulino ya tenía las pezuñas en el coñito de Vanesa para penetrarla de nuevo, mientras su mujer le chupaba la polla para ponérsela de pie.
Yo ya estaba a punto de correrme por tercera vez, pero no quería desperdiciar el coñito rosado que tenía ante mi, quité mi polla del coño de Isabel y se la metí a Rosana de nuevo, mientras veía como su marido penetraba a la golfa de mi novia, que no se cansaba de corrida tras corrida. Rosana me pagaba su gratitud con sus espléndidos gemidos de mujer caliente y moviendo el culo como el tiesto de una tartera cuando está a punto de hervir. Lucia por su parte reclama la leche que le correspondía, quité mi polla dura como una roca del coño de la sensual Rosana y se la metí en la boca a mi prima que seguía estando en el medio de los dos tíos, con su mano froto y froto y mi polla eyaculó en toda su garganta, no dejó caer una gota en el suelo y me sonrió muy alegre.
Todo había terminado, todos los cuerpos sudorosos y con los fluidos de nuestros sexos, necesitaban ser metidos en remojo, cogimos a nuestras respectivas parejas y fuimos desfilando por el cuarto de baño para lavarnos mutuamente y hablar de lo sucedido.
No ha pasado apenas cinco días, Vanesa y yo ya estamos impacientes de que vuelvan de vacaciones y si no las cogen ellos, seguro que nosotros iremos en breve hacerles una visita y espero que tengan más amigas para compartir (jeje).