Una bella y normal mujer y su tío (3)

Luego de esperar y esperar alguna comunicación por parte de Dantes, me decido a publicar mi versión auto revisada, no autorizada, y libre de esta magnífica saga, obviando la no muy afortunada tercera entrega enviada hace tiempo por un autor que hora no recuerdo. Espero sus comentarios y sepan disculpar tanta osadía...

"….el viejo la miro y ella pudo ver la calentura que había generado y el morbo la domino; lentamente tomo a tío Antonio de la cabeza y hundió su rostro entre sus pechos; el viejo desesperado lamió los pechos de su sobrina, hambriento como un bebe succionó los pezones rozados, haciendo que Cristina no pudiera evitar emitir gemidos de placer, que cada vez se hacían mas fuertes; "No tío.... por favor pare... aaaahhhh" Cristina balbuceaba, mientras el descontrolado vejete disfrutaba de sus pechos, Tío Antonio no le hacia caso y esto la excitaba demasiado, las manos del viejo ya no se limitaban a sus senos; ahora podía sentir como apretaban su trasero y sus piernas mientras la lengua del vejete se paseaba por su cuello y entre sus pechos. Sin embargo, cuando Tío Antonio trato de abrir sus piernas, Cristina reacciono y se dio cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Le dio un fuerte empujón al viejo y logro separarlo de ella, "Ya basta Don Antonio" dijó muy agitada. El viejo pensó rápido y reprimió toda su calentura para volver a pedir perdón. Cristina le dijo que no se preocupara pero que ya había sido suficiente y que por favor la dejara sola.

Tío Antonio salió de la habitación. Estaba algo molesto por la calentura sin saciar con la que había quedado, pero sabia que era solo cuestión de tiempo para que Cristina se entregara como él quería. El plan avanzaba mas rápido de lo que se había esperado y no hallaba la hora de contarle a Gustavo lo sucedido.

Cristina por su parte, estaba algo nerviosa, sabia que lo ocurrido no estaba bien, sin embargo también era conciente que lo había disfrutado. "Es un secreto" se repetía, aliviando la culpa que sentía. Al rato dejo las culpas de lado y no tardo en recobrar el morbo, dándole rienda suelta al masturbándose sobre su cama, recordando como se había dejado manosear por otro hombre; un hombre que solo podía soñar con una mujer como ella; y ella se había dejado hacer, como una cualquiera."

III PARTE

Los días pasaron sin muchos cambios. Tío Antonio seguía sacando fotos y Cristina se seguía dejando fotografiar, pero ninguno había mencionado o insinuado otra sesión fotográfica. El viejo cuidaba su plan, era paciente y sabia que ella volvería a caer victima de su propio morbo. Ella por su lado era conciente de lo que se había despertado en su interior y no podía dejar de exhibirse frente a las "sorpresivas" fotos que le tomaba Tío Antonio; ni tampoco podía evitar revisar el listado de pacientes para ver si ese día venia el Sr. Reyes, a quien ya le tocaba su próxima sesión.

Con el transcurrir de los días, Cristina ahora sentía como en su interior el apetito por sentirse deseada aumentaba de manera exagera en el día a día. Se sorprendió al comprobar que ni siquiera los constantes encuentros sexuales con su marido la dejaban tan satisfecha como antes. Es mas, con desconcierto notaba que a pesar de que las ganas estaban, algo le hacía falta, tanto que para provocar sus orgasmos ya requería de evocar constantemente la faz descontrolada y sucia del tío Antonio cuando disfrutó del tacto de sus pechos.

Ella notaba que a pesar de que el vigor que Miguel ostentaba en sus relaciones permanecía intacto desde la primera vez, siempre iba acompañado de cierta caballerosidad, de cierta cortesía, de cierta decencia que cada vez mas lo que le provocaba era desesperación y tedio en vez de excitación y cariño como en el pasado. Si, ahora la ausencia de ojos desorbitados, de comisuras de labios rebalsadas de saliva y sobretodo de palabras soeces que describieran sus suculentas formas femeninas pesaba mucho en Cris.

Y es que en sus denodados esfuerzos por aparecer siempre mejor en las nuevas imágenes que el tío Antonio le mostraba semana a semana, habían provocado que Cristina redoblara sus ejercicios diarios e inclusive aumentara sus sesiones en la piscina, lo que lógicamente habían perfeccionado aún mas sus ya exuberantes curvas, brindándole a sus abundantes atributos una tonificación y firmeza que ya algunas divas del cine desearían para si. Ni que decir de su color de piel, un exquisito color canela que le provocaba vestir cada vez con más faldas y menos pudor. Todo ello la tenía contenta y a la vez le servía como algo de desahogo a su creciente ansiedad.

Mientras tanto, luego de comentarle a Gustavo todo lo acontecido en la última sesión, y recibir una reprimenda por casi arruinar todo el plan, el tío Antonio continuaba con sus fotos y reuniones periódicas con Cristina donde le mostraba el fruto de su obsesión. Esperando el momento de otra sesión fotográfica para culminar por fin su máximo objetivo, hacer por fin suya a su nuera. Gustavo que también se deleitaba con todo el material gráfico acumulado por Antonio estaba también cada vez mas impaciente por cobrar finalmente su parte del trato.

Cristina, en parte temiendo lo que podría ocurrir y en parte gozando de la idea de hacer rabiar de ganas al tío Antonio por tenerla otra vez a su disposición, trataba con mucha dificultad de no ofrecerse para otra sesión que bien podría ser la definitiva. Disfrutaba saberse deseada, quería que el tío Antonio llegara a suplicarle por otra oportunidad (a como estaban sus ánimos temía que no tuviera que suplicar mucho).

Antonio por su parte seguía al pie de la letra las instrucciones de su cómplice, sin embargo se le hacía imposible ya alargar la espera "Que te digo que tienes que aguantarte hasta que ella sea quien te lo pida!" le respondió Gustavo cuando el tío le dijo que le iba a pedir a Cristina otra sesión. "No entiendes Gustavo, el único beneficiado aquí es Miguel, ya hasta se a mi cuarto llegan los ruidos de las cogidas y revolcadas que se pegan todas las noches, hasta he llegado a pensar que la gran puta lo hace a propósito! Con esa vitalidad de mi sobrino, Cris nunca llegará a caer". Y entonces, Gustavo tuvo una epifanía!

"Ya está! Lo tengo! Pero por supuesto!, como no se me ha ocurrido antes! " gritó sobresaltado. Gustavo procedió a elaborarle su nueva idea al viejo Antonio, le explicó como por su trabajo actual, tenía la posibilidad de conseguir la cantidad de fármacos que quisiera y del tipo que pidiera, al tío Antonio se le iluminaba la cara conforme Gustavo continuaba detallando su morboso plan. Gustavo le iba a proveer al tío una sustancia que debería suministrar a su sobrino diariamente para ir mermando la potencia sexual de este, "Pero eso no, no quiero joder así a Miguelito!" Gustavo lo tranquilizó asegurándole que no era nada permanente, que en el momento en que cortara el medicamento, el vigor de Miguel iba a volver en menos de un mes. Antonio con cierto recelo, aceptó.

A los pocos días, el plan iba viento en popa, el tío Antonio se levantaba ahora a diario a hacerle el desayuno a la familia, todos encantados disfrutaban de las dotes culinarias del tío. Miguel bebía todos los días su vaso de jugo de naranja, preparado especialmente para él por su querido tío, bebida que tal y como lo había previsto Gustavo minó el deseo sexual del marido de Cris en forma casi inmediata.

A los pocos días Cristina estaba ahora con su libido al tope, al borde de una locura. No solo por su recién adquirido gusto por el morbo sino también por el hecho de que el pobre de Miguel, su amado marido, ya ni la buscaba, es más, ella lo buscaba y el apenas respondía, si acaso con una cogida de cuarta categoría. Cuanta diferencia con respecto a los meses anteriores! Pasaban los días ya ahora ni siquiera la buscaba para abrazarla. Ella intentaba excusar a su esposo: no era que no le respondiera del todo, posiblemente es que ella se había malacostumbrado los últimos tiempos a tres o cuatro polvos por noche y él ahora esta en mucho más ocupado en el trabajo lo que ocasionaba que llegara mas cansado que de costumbre. Esto último, haciendo honor a la verdad, era también correcto.

Debido a todo esto, Cris hacía lo posible por calmar sus ansias por sus propios medios, índices, anulares y pulgares, meñiques, uno tras otro y todos a la vez, sin embargo algo le hacía mucha falta. "Me hace falta una buena verga!" se sorprendió exclamando un día de tantos en una masturbación de tantas. Debido a eso ahora mordía su almohada para que no ocurriera una desgracia y algún travieso (ella pensaba en el tío Antonio), la escuchara pidiendo guerra. Sobra decir que todo este asunto la enfermaba de preocupación.

Ahora era el tío Antonio que relamía sus bigotes, esperando nada mas que Cris le llegara a suplicar por otra sesión, casi podía oirla, ya un par de veces notó como ella lo buscaba para decirle cualquier cosa, como ella sudaba frío y nerviosamente cada vez que le mostraba una nueva entrega de fotos furtivas "la próxima, seguro que de la próxima esto no pasa, se le nota que ya no se aguanta ni sola!"

El tío Antonio no estaba equivocado, Cristina ahora se mataba en sus diarias rutinas de ejercicios, tanto en su casa como en la piscina, para luego llegar a su casa y masturbase salvajemente reviviendo todos los momentos ahora desaparecidos con su marido y evocando la última sesión de fotos con su tío, eso especialmente la hacía terminar en brutales orgasmos. Su mente le hacía trucos, sus pensamientos eran sus peores enemigos, tanto que llegó finalmente a la conclusión de que tal vez otra sesión era lo que necesitaba para avivar el fuego en el lecho marital, le iba a pedir al tío otra sesión mañana apenas llegara de su consulta, estaba decidida!

Llegó entonces la tan esperada mañana, si acaso cerró los ojos durante toda la noche. Luego del desayuno, cuando de costumbre el querido viejito le ayudaba a dejar lista la cocina le mencionó que iba a llegar ese día temprano para poder aprovechar la tarde y ver el nuevo material "y tal vez algo mas" le dijo cerrando sensualmente un ojo mientras salía para su consulta. Al tío Antonio se le paró hasta el reloj! El día tan esperado parecía tocar a su puerta!, se apuró a dejar todo listo para la tarde y a llamar a Gustavo para contarle el acontecimiento.

Ese Miércoles, Cristina llegó en punto para evitar atrasos en sus citas del día, abrió su agenda e incrédula dejó escapar un suspiro cuando releyó "9:00 am – Señor Reyes!". Inmediatamente llamó a su asistente quien le organizaba la agenda de citas desde su casa por estar envuelta en todo el rollo de su cercana boda, "pero si al señor Reyes le tocaba hasta dentro de dos días a las once y cuarto de la mañana!". Ella estaba perfectamente al tanto de tan especial paciente.

Su asistente le explicó que era una emergencia, tal parecía que por motivos de una reunión de negocios importante, el señor Reyes urgía de una limpieza dental inmediata, hay que mencionar que el viejo panzón de Reyes era un fumador empedernido, de esos que ya sudan a tabaco, y ostentan un color amarillento en sus dientes que periódicamente ocupa ser removido. La asistente le explicaba a Cris que el señor había exigido ser atendido por ser el un paciente de tanto tiempo. Cristina no podía creer ni controlar el cosquilleo insoportable en su sexo, al tiempo que escuchaba la cantaleta de disculpas en el auricular, Cris solo alcanzó a decir, "no Caro, tranquila, entiendo y no te preocupes de nada" mientras su mano temblorosa colgaba el aparato para ir a abrir la puerta que timbraba por segunda vez.

Intentando al máximo aparentar calma, apenas sonrió cuando el canoso y gordo paciente caminó desde la puerta a recostarse en la silla, no sin antes rozarle levemente el trasero cuando ella indiferentemente acomodaba los instrumentos la mesita junto a la silla. Cris se sobresaltó e inmediatamente se volvió a su inesperado paciente "Entonces hoy le toca limpieza Sr. Reyes, póngase cómodo por favor" a lo que Reyes contestó con una sonrisa de oreja a oreja que llamó la atención de la dentista pues notó que no había mucho que limpiar en esa boca, estaba equivocada. Al iniciar su tarea, el señor Reyes dejó escapar un suspiro cuando su mirada se perdió en las piernas de Cris. A diferencia de lo usual, vestía una falda algo ajustada y corta por debajo de la bata médica (de las que ahora usualmente llevaba), cuando nuevamente Cris le dio la espalda para iniciar el procedimiento, el pobre tipo solo pudo aferrarse a los brazos del sillón al deleitarse con el culo de Cris en todo su esplendor y resaltado por los altos tacones que la doctora ahora usaba… por primera vez desde que le daba consulta.

Luego Cris se inclinó sobre el dichoso anciano, el juego de siempre no tardó en empezar, el con la mano ubicada estratégicamente, ella rozando permanentemente su mano y él señor Reyes como tanteando el terreno levantaba uno y otro dedo, Cris se mostraba como siempre impasible; luego el dedito que subía y bajaba por el muslo, Cris muy concentrada en los suyo "viejo descarado pensó, en cualquier momento me toca el trasero estoy segura".

Ahora Cris, sin requerirlo, concentrándose en un punto del fondo de la boca de su paciente se agachó un tanto mas sobre el viejo "qué desastre de dientes, no hay forma que se le mantengan limpios!" pensaba mientras se inclinaba aún mas, Reyes ya tenía la mano en la parte posterior de la pierna de su doctora. "Y esta lengua tan hedionda!" al tiempo que se percataba de que hoy no se había puesto su mascarilla, el asco que le provocó aquél olor tuvo una reacción muy particular en Cristina, se inclinó aún mas, parando aún sus nalgas y rozando sus pezones a punto de estallar con el pecho de su inquieto paciente. No había transcurrido un minuto cuando la sudorosa y desesperada mano del señor Reyes se posaba en el duro trasero de ella. Cris cerró las piernas apretándolas intentando así ahogar un gemido de placer, lo que logró fue provocar aún mas a Reyes que ya acariciaba, ya palpaba y finalmente apretaba compulsivamente una y hasta donde podía la otra nalga mientras ella seguía inmóvil y rígida, intentando aparentar una total indiferencia. Y entonces el viejo descaradamente le comenzó a pasar su dedo medio entre las nalgas de Cris, recorriendo la separación de ambas en el prodigioso trasero de la dentista que ahora hacía visco, ya no tenía con qué luchar, solo podía intentar resistir, y resistía, hasta que el señor Reyes separó su mano del exquisito majar y dejó ir un sonoro manotazo sobre el sabroso culo de la doctora. Cris gimió "mmm", y separó un tanto sus piernas para no perder el equilibrio, luego otro manotazo, y otro suspiro "iihh", luego otro manotazo acompañado de un magreo a sus dos nalgas lo que Cris respondió con un leve "basta!" apenas perceptible para luego parar hasta donde su posición le permitía su perfecto trasero y dejarse hacer. Luego, al percibir un nuevo movimiento de la mano de su paciente, ella solo cerró sus ojos, esperando una nueva palmada encorvó aún mas su espalda.

La tan ansiada palmada no llegaba, ella algo desconcertada abrió los ojos y por primera vez vio al señor Reyes a la cara, que era toda una expresión maniática de lujuria! Acrecentada por la no muy agradable presencia que la lengua y labios del viejo daban con rastros de la mezcla con la que Cris desordenadamente había intentado hacer su labor. Esa visión, mas la olorosa presencia de Reyes en la habitación le provocaron una repugnancia que la hizo inclinar su cabeza sobre el pecho del viejo. Cómo era posible que permitiera ser tratada así por aquél sinvergüenza! Junto con ese pensamiento su cuerpo se erizó y latigazos de electricidad comenzaron a aturdirla mientras el señor Reyes limpiaba sus dientes con la lengua y esbozaba una triunfal mueca que se confundía con la más perversa de todas las sonrisas que Cristina hubiera visto en su vida, sus poderosas piernas flaquearon.

Cris cayó sobre la panza de su enfermizo paciente y notó como la inescrupulosa mano derecha del señor Reyes profanaba su sexo. El viejo muy hábilmente había cambiado de posición colocando su diestra entre las piernas de Cris quien prácticamente tenía medio cuerpo sobre el señor Reyes!

El descarado panzón hizo fácilmente a un lado el hilo empapado en deseo de la doctora, ella ahora se aferraba con ambas manos a la camisa del viejo mientras éste poco a poco y rítmicamente la poseía con uno, dos y tres dedos a placer. Poco a poco ella comenzó moverse al compás que le marcaba el viejo Reyes con sus dedos, al sentir el tacto del pulgar del viejo en su clítoris, Cris aprisionó la corbata del viejo con sus dientes para evitar que sus ya descarados quejidos llamaran la atención de los transeúntes en la calle.

Cómo era posible que aquél viejo miserable y desgastado la estuviera disfrutando de esa forma! A ella! la envidia y el deseo de todas las miradas que se llegaban a posar en aquél perfeccionado cuerpo!

La sola imagen de verse a merced de aquél venturoso patán la hacía temblar! Todas las nuevas caricias que por primera vez dejaba que un hombre le propinara la derretían!, claro que sabía lo que era tener casi cinco dedos hurgando su sexo, pero siempre habían sido los suyos! Miguel era demasiado cortés para practicarle tal tratamiento, y la única vez que presa de la excitación lo había llegado a intentar, se detuvo al instante por el brinco de Cris al confundir su sorpresa con incomodidad. Si Miguel hubiera llegado a palpar el interior de la vagina de su mujer aquella noche, se hubiera encontrado con lago de pasión por desbordarse.

El viejo continuaba dándole dedo a Cristina con una habilidad impresionante… "viejo sucio…. ooohh degenerado suélteme mmmm… " le decía ella sin mucha convicción, disfrutaba a mas no poder los gordos y toscos dedos del viejo que lubricados con sus fluidos hacían las veces de un poderoso e incansable brazo mecánico. Reyes seguía dándole los mil gustos a su adorada dentista… "mmmm viejo corrupto… no se aproveche! aahhhhh maldito mmmmm !"

Reyes ahora con un pie en el piso violaba con su lengua la boca de Cris, deteniéndose a veces para empaparle la cara de saliva a la doctora y proferirle los mas diversos insultos "Te gusta gran puta?" Cris ahora estaba mas allá del deseo.

Cris no terminaba de deshacerse a chorros "nnn mmmm nmmm" y es que la virtuosa dentista no podía creer lo bien que viejo utilizaba su lengua, no solo en su boca sino en su cuello, con qué ganas le chupaba!, cómo le empapaba de saliva el orificio de su oreja! "mma aahhhhhh!" otro relampagueante escalofrío le recorrió las ganas cuando el viejo inició con ligeras y precisas chupaditas y mordisquitos a su glóbulo izquierdo! "quieres que te coja con mi lengua gran zorra?" le dijo, "ooohhh nnnnnnnooo, noo jamássmm… coo coohh cooochino! El solo pensar los estragos que esa lengua podría llegar a provocar en su interior le provocaron un intenso mareo. Estaba abrumada, tantas caricias nuevas, tan sencillas y a la vez exquisitas! Nunca había sentido a la misma vez tal cúmulo de sensaciones tan poderosas! De repente Cris notó que la manos del viejo se apoderaban de sus pechos! En qué momento le soltó Reyes todos los botones de la bata y la blusa?!!! Volviendo a este mundo, se dio cuenta que desde hacía rato sus manos le ayudaban al viejo en su coño, rebalsado en flujos, por lo que el otro nada lerdo había utilizado su mano libre para desvestirla.

El señor Reyes comenzó a magrearle los pechos, a chupárselos, a mordérselos, Cristina ya no daba mas…. Luego, para el asombro de Cris, con una ágil maniobra, para un hombre de su volumen y edad, halándola del cabello el señor Reyes la apartó y la hizo sentar en el sillón para luego hacerla girar 180 grados sobre el mismo asiento.. "señor Reyes… por favor… no… qué pretende!", Reyes ni le respondió, levantándole los pies y separándoselos le incrustó su siniestra en coño tapando el grito de Cristina con su mano derecha, la doctora al reconocer sus jugos en los dedos del viejo se transportó a otro mundo! "chúpate tu calentura malparida, así te quería tener gran zorra, atragantada con tus ganas… eres la más puta de todas!"

Cris con el último comentario congeló la imagen del consultorio en su mente, no lo podía creer, cómo había llegado a esto? Quien iba creer que ella, la madre ejemplar, ella la esposa modelo, estuviera ahora postrada cabeza abajo en su sillón de consulta con su falda por la cintura y sus torneadas piernas temblando al aire de gusto mientras que el aún incrédulo señor Reyes la conducía al primer orgasmo de la mañana!

En el ínterin producto de la deliciosa corrida de Cris, el señor Reyes rápidamente elevó el sillón con un pedal de pie y con una mano liberó su verga a punto de estallar, Cris apenas la vio venir cuando Reyes se la metió por la boca, la panza del viejo le acariciaba los pechos, ella sentía las bolas y los pelos del viejo en su cara, además aquél olor asqueroso mezcla de tabaco añejo, sudor y sexo la adormecía. La inventiva del señor Reyes no dejaba de asombrarla, éste la embestía pélvicamente en su boca sujetándole cada pierna con una mano, cuánta gana, cuánta escuela se le notaba al viejo! Le pareció que aquello bien podría ser la escena de una de las películas porno del tío Antonio, de la docena que le encontró una vez al limpiarle el cuarto "mmmm… nnjjmmmm " solo atinaba a gemir Cris con la verga del viejo en su garganta.

Con sus propias manos hasta el fondo de su sexo en furioso masaje… ella estaba a punto de venirse de nuevo cuando in tempestuosamente su sorpresivo paciente ágilmente hizo un movimiento y la tiró con fuerza de su peinado en cola para levantarla y empujarla contra el escritorio, la obligó a apoyarse con ambas manos en el filo del mueble quedando de espaldas a él, para luego abrirle sus piernas y levantarle su falda con una mano mientras que le apoyaba la otra contra su espalda para hacerla agachar.. "pare señor Reyes ayyyy… no… que hace.. aaayy! sus propias palabras la excitaron aún mas, notaba que ya se le nublaba la vista, "para el culo gran zorra!" zampándole un nuevo manotazo y recordándole… "no te dije que te iba a coger a punta de lengua?!" Cris sintió como Reyes le desbarataba su hilo para reventarle la cara contra sus nalgas en pompas, "ppero qué hace! aaaahhhhh". El señor Reyes dejó de hablar, estaba inmerso en su colonizadora labor, de rodillas a veces sujetaba y a veces amasaba el par de portentosas piernas de Cris, a veces las enormes y jugosas nalgas de la dentista que no paraba de chillar, todo ello sin descuidar su propia verga a la que alimentaba también con sendos masajes.

Cristina no salía de su estupor, estaba siendo poseída por la mas sucia y hedionda boca que jamás hubiera llegado a consulta! por un asqueroso, indecente e inescrupuloso viejo que la manoseó en cuanta ocasión tuvo!

Como era posible que las bocas que ella curaba se utilizaran así! Cómo era posible! Luego de varios minutos postrada, el señor Reyes seguía devorando el imponente trasero de su dentista mientras que ella apenas decía palabra, solo gemía y gimoteaba, convulsionándose y retorciéndose por las aquellos estremecimientos que por primera vez percibía en su interior, la lengua del señor Reyes se movía como una anguila en las profundidades de un océano de placer.

De un momento a otro el viejo se levantó y tomó a Cris acostándola totalmente en escritorio para luego de separar sus exquisitas piernas volver a sumergirse en su cueva, a veces se asía de alguno de los volcánicos pechos de Cristina pero sin soltar nunca su verga a la que no paraba de masajear, turnaba aquél par de pechos pellizcando a placer los distinguidos y duros pezones de su deliciosa víctima. "Estás exquisita… mmm .. te voy a pasar chupando hasta que se me gaste la lengua!!… mmmm " Cristina mascullaba palabras inteligibles y solo daba ligeros brinquitos y alaridos cada vez que Reyes salía a respirar para luego perderse de nuevo en la concha de la ya casi inconsciente dentista.

Ella estaba como soñando despierta, soñando con un animal que la devoraba de la forma mas deliciosa imaginable, oía a la bestia resoplar y chupar, chupetear y morder y lengüetear y halar todo su sexo, un supremo escalofrío recorría a Cris mientras un hilo de saliva le bajaba de la boca al sobre del escritorio al tiempo que seguía siendo bombeada frenéticamente por la que ahora Cristina apreciaba como majestuosa, como deliciosa, como sin igual! La lengua del señor Reyes!, sus pronunciados gemidos y jadeos la espantaron recordándole lo cerca que queda la calle de su consultorio, cuando pudo articular palabra… "aayy paaa paaa.. re ya seee ñor Reyes!… ya no… ya no… ya no masssss… ahhhh mmmmaaasss" todo ello no ocasionó otra cosa que mayores y violentos sobresaltos en cada fibra de su cuerpo… el señor Reyes proseguía su desaforada mamada allanado entre las piernas de Cris que ahora lo halaban como pidiéndole de ser posible adentrarse mas en su ser, las manos de Cris ahora sujetaban violentamente el cabello de Reyes, en ese momento a ella le pareció oírlo reír! Si el desgraciado reía! Cómo era posible que este desgraciado disfrutara así la posesión mas valiosa de su marido! SU MARIDO! El solo pensamiento de Miguel le hizo explotar nuevamente sus entrañas.. "mmmmmmmm.… aaaaaaaahhhh!!" Nunca había gozado así… jamás!

Lógicamente el viejo señor Reyes no había parado de masturbándose durante todo el rato, al entender el monstruoso arqueo protagonizado por Cris, no pudo evitar acabar junto a ella, se irguió y bañó con su caliente inundación de la leche aquél cuerpazo que sobre el escritorio aún se retorcía de gusto, ella lo miraba, gustosa observaba al viejo en su momento de gloria, quería recordar la expresión del vejete que se la había comido con un vigor y un abuso desconocidos para Cris hasta ese momento.

El señor Reyes dio un par de pasos atrás con cierta torpeza, el esfuerzo lo había debilitado bastante, a Cristina se le heló la sangre cuando levantó la vista y vio el reloj… un cuarto para las diez! La señora González! de un momento a otro bloqueó todo lo disfrutado y con un empujón tiró a Reyes en el sillón mientras corrió a esconderse en el medio baño del consultorio, esperó varios minutos hasta que oyó como el señor Reyes se reincorporaba y salía de la habitación mientras que decía algo que ella no alcanzó a entender.

Cuando logró arreglarse y salir tuvo que abrir las ventanas y llenar la habitación con aromatizante para eliminar los rastros de lo acontecido hacía solo unos minutos. Entonces escuchó a sus espaldas una voz femenina que se disculpaba por la tardanza.

De vuelta en su casa Cris, quien ya para medio día estaba exhausta y no precisamente por las citas, repasaba en su mente de principio a fin la cita con el señor Reyes, especialmente... si, aquella lengua! Su solo recuerdo le hacía perder el paso al caminar. En la intimidad de su ducha, revivió hasta donde su propia habilidad manual le permitió los momentos de gloria de esa mañana en su consultorio, al salir del baño se dejó caer en su cama y permitió que un sueño restaurador finalmente la consumiera.

Minutos después el tío Antonio entraba apurado a la casa, había salido a traer un par de baterías extra para su equipo con miras a la sesión. Nunca se enteró que Morfeo disfrutaba de su sobrina arriba en su habitación. Cuando tenía todo listo, no aguantó las ganas de regocijarse otra vez con los videos furtivos que tenía de Cris, especialmente repasaba una y otra y otra vez el video secreto hecho en la primera sesión fotográfica, verla goteando deseo de su concha como una viciosa siempre lo hacía venirse en los pantalones sin poder evitarlo, las ganas que tenía por hacerse nuevamente de aquellos pechos de ensueño lo volvían loco, lo atontaban, lo hacían olvidarse de quien era y dónde estaba.

Estando en ese embelesamiento ocurrió lo inevitable. Tan sumergido en las mieles del morbo estaba el tío Antonio que no escuchó cuando su nuera bajó las gradas. Cris entró a la sala algo aturdida aún por su siesta, se acababa de levantar algo sobresaltada pensando que se le había hecho muy tarde. Bajó despacio las gradas y entonces fue cuando vio al tío Antonio frente a la televisión.

Al acercarse mas comprobó que era ella quien aparecía en el video, quedó hipnotizada por la imagen tan caliente que aparecía en la pantalla: su concha excitada al máximo!, y su cara, nunca se habría podido imaginar que su dulce rostro pudiera esbozar tal mueca de perversión! Reconociendo el video como lo acontecido la primera vez que posó para su tío, un trueno de desconcierto y malestar la recorrió de arriba abajo al entender que su calentura estaba capturada en las furtivas imágenes de un viejo pervertido. Esto solo duró un segundo pues al intentar reaccionar envalentonada por su enojo, observó como aquél viejo cochino se masturbaba frenéticamente como un mono en celo! Esto tuvo un efecto explosivo en su libido, su sexo inundado de deseo pedía una satisfacción a la afrenta sufrida. Cris temblaba tanto del deseo de ser poseída como del enojo al comprender que había sido utilizada, lo que a su vez también le provocaba punzadas interminables de excitación.

Decidida por fin dio dos pasos al frente y llamó a su tío, su voz fue un murmullo, una lengua tan empapada no funciona para ese propósito, tragó saliva y nuevamente ahora en voz alta dijo "Tío Antonio!". El pobre viejo se paralizó, con la verga a su mayor expresión entre sus manos!