Una bala a tu corazon i

Ridden y rose entran encubiertas en una mision, pero su cubierta empieza a tomar otros rumbos

UNA BALA A TU CORAZÓN

Eugenia

La agente secreta Riden a sus 32 años se la consideraba la mejor agente de la ciudad, nadie tenía su destreza luchando, su voluntad para hacer las cosas, su ingenio para infiltrarse en los lugares y su especial habilidad con las armas. Se entregaba completamente a su trabajo, su vida social era escasa, no le gustaba estar con gente, y le gustaba trabajar sola, cualquier persona le resultaba un estorbo que ninguna persona pensaría como ella.

Riden acababa de entrar en comisaría, todos los agentes y empleados la saludaban nada más verla, era muy respetada por todos, su alta figura imponente y sus ojos de acero eran infalibles. Continuó por los pasillos sin detenerse. Sus gafas de sol escondían sus ojos azules, siempre llevaba su gabardina de cuero negro, con sus botas a juego.

Cogió el ascensor y subió hasta el segundo piso, una vez llegó arriba la voz de la agente Emma le hizo pararse.

  • Riden el capitán te esta esperando en su oficina.

  • En serio?, ya no me dejan tiempo ni para desayunar - dijo con una sonrisa de medio lado - gracias Emma, enseguida iré.

  • Que pases un buen día - dijo riendo.

  • No existe eso de un buen día en mi vida - dijo sin mirar atrás cuando se encaminaba a la oficina del capitán.

  • Que mona es... - dijo con un suspiro Emma viendo como se alejaba Riden.

La alta morena siguió andando hasta llegar a la oficina del capitán, cuando estaba frente a la puerta llamó y entró, siempre con su paso firme y decidido.

  • Buenos días capitán.

  • Ah, Riden, siéntate te estaba esperando.

Riden fue a sentarse en una de las sillas cuando vio que la de al lado estaba ocupada, una chica de unos 25 años, estaba sentada en ella, era rubia, tenía el pelo corto y unos ojos verdes que tiraban de espalda, pero Riden no prestaba demasiado atención a esas cosas. Se sentó en la silla que estaba libre.

  • Dejadme que os presente, Rose, esta es la agente secreta Riden - la rubia se giró en su silla para mirar directamente a la morena, le estiró su mano para saludarla.

  • Es un placer agente Riden, he oído hablar mucho de usted - la morena se giró dándole la mano y estrechándola con la de ella.

  • Lo mismo digo señorita... Rose?

  • Así es - dijo el capitán - Rose es especialista en armas nucleares y bombas.

  • Uhm... interesante - dijo la morena soltándose de la rubia y volviendo su vista al frente - para qué me había llamado?

  • Te voy a mandar una nueva misión.

  • De qué se trata?

  • Tendrás que infiltrarte en una banda llamada... Fatman.

  • Como la bomba de plutonio que los americanos lanzaron sobre Nagasaki?

  • Exacto - Dijo Rose - no sabía que usted entendía de esto agente Riden.

  • Entiendo de muchas cosas... - la miró y la guiñó un ojo dejando a una Rose muy desconcertada.

  • La líder de la banda se hace llamar... Fortune.

  • Un nombre muy apropiado - dijo con ironía Riden - cuál es el objetivo?

  • Tendrás que hacerte pasar por compradora, interesarte en sus armas, y de ahí descubrir cual es el arma nuclear que están construyendo.

  • Ya veo.

  • Tendrás que ganarte su confianza para poder andar por sus laboratorios con libertad.

  • Bien.

  • Tienes un billete para París esta tarde.

  • París?, vaya, mira por donde me voy de vacaciones - dijo con una sonrisa de medio lado.

  • No es un viaje de placer - dijo el capitán - allí te esperara el agente Peter Stillman, es un experto en explosivos, os ayudara.

  • Perdon, creo que he oído mal, ha dicho que nos ayudará? - preguntó Riden.

  • Si, eso he dicho.

  • A quiénes?

  • Ah, vaya, creí que ya te lo había dicho, la señorita Rose irá contigo.

  • Capitán, sabe de sobra que no me gusta trabajar con nadie.

  • Lo se, pero esta misión lo requiere.

  • Lo siento agente Riden, pero soy necesaria en esta misión - Dijo Rose sonriéndola.

  • Seguro que si...

La alta morena se levantó con la intención de irse, pero la voz del capitán la hizo parase.

  • Riden, cuando lleguéis allí os estarán esperando, os alojarán y os darán todo lo necesario.

  • Bien.

Rose se levantó para irse también, pasó por el lado de la morena, se paró y con una sonrisa la miró.

  • Hasta esta tarde agente Riden - salió delante de ella, dejando en la oficina a una muy irritada Riden.

  • Ah, Riden, quisiera que me hicieras un favor.

  • Cuál?

  • Cuida de mi hija.

  • Su hija? - pregunto confundida.

  • Si, Rose es mi hija, creí que te lo había dicho también... vaya, últimamente tengo una cabeza...

Riden bufó malhumorada y salió de allí, tenía que volver a casa para coger algunas cosas y dejarlo todo bien cerrado, no sabía cuanto tiempo podía estar fuera.

Riden estaba acomodada en su asiento de avión, era privado, miró por la ventanilla para ver a una apresurada Rose correr hacía el avión.

  • Uhm... veremos lo que me duras Señorita Rose - dijo para si misma con una sonrisa de medio lao.

Rose acababa de entrar en el avión, dió sus cosas a la azafata y después se sentó al lado de la morena.

  • Buenas tardes Agente Riden.

  • Y tanto que tardes... - dijo sin mirarla.

  • Por qué tengo la impresión de que no le caigo bien?

  • Dígamelo usted, para eso es su impresión.

  • Siempre esta a la defensiva?

  • Siempre habla tanto? - dijo mirándola fijamente.

  • Si - contestó aguantándole la mirada.

  • Pues ahórrese las preguntas señorita Rose, que su papá la haya metido en esta misión no significa que seamos compañeras ni que vayamos a serlo, queda claro?

  • Si estoy aquí es por que la misión lo requiere, necesitan a la mejor y yo soy la mejor en lo mío, no estoy aquí por ser hija del capitán, eso que le quede bien claro - en su tono se notaba enfado, dejó de mirar a la morena y miró hacia el frente.

Riden volvió la vista al frente con una sonrisa en la cara, la rubia tenía carácter, eso le gustaba, pero no quería tenerla cerca, no quería que se metiera en sus asuntos, aunque el capitán la echara.


El avión ya había aterrizado, Riden salió riéndose de el, prácticamente se había ido riendo todo el camino al ver a la rubia agarrase al asiento de adelante. Se paró para coger su maleta, mientras esperaba la rubia se puso a su lado.

  • Nunca te han dicho que si un avión se cae se cae entero? - preguntó disimulando la risa.

  • Y eso a qué viene? - preguntó extrañada.

  • Viene a que no has soltado el asiento de delante en todo el camino, pensaba que si se caía el avión el asiento y tu os quedarías flotando en el aire? - cogió su maleta y con una carcajada se alejó dejando a una avergonzada Rose.

  • No la soporto! - agarró su maleta y siguió a la morena.

Peter Stillman estaba esperándolas en la puerta de salida. Vio como dos mujeres salían del aeropuerto, por la descripción que le habían dado sabía que eran ellas, se acercó hasta ellas y sacó su placa para mostrársela.

  • Agente Riden, señorita Rose?

  • Si - contestaron a la vez.

  • Soy Peter Stillman, creo que vuestro capitán os habló de mi.

  • Si - dijo la morena - nos ha dicho que tu nos ayudarás en la misión.

  • Así es, yo os iré ayudando - miró a Rose - es un placer conocerla señorita Rose - dijo con una sonrisa.

  • Lo mismo digo - sonrió de la misma forma.

  • Su padre me ayudó mucho en el trabajo.

  • Vaya... me ha tocado trabajar con dos enchufados - dijo la morena a la vez que se ponía andar dejándolos solos.

  • Siempre es así? - preguntó el.

  • La verdad?, la conozco solo desde esta mañana, pero en ese poco tiempo puedo decirle que puede llegar a ser mas desagradable.

Ambos se sonrieron y comenzaron a seguir a la morena, que ya les sacaba una considerable ventaja.

Peter Stillman las acababa de llevar al hotel donde se hospedarían a partir de ahora, ambas estaban en la misma habitación.

  • Y por qué tenemos que compartir habitación? - preguntó Rose.

  • Porque sois compañeras, tendréis que estar juntas en todo momento.

  • Eso quiere decir que tendré que hacer de niñera no? - dijo Riden.

  • Yo no necesito que nadie me cuide! - dijo malhumorada Rose - Peter no puedes dejar con ella!, me volverá loca!

  • De amor - dijo Riden - jajaja.

  • Lo ves?, es insoportable!

  • Chicas dejaos de tonterías ahora vamos al asunto.

Ambas pusieron atención a lo que Peter les iba a decir.

  • Bien, os haré un resumen, esta noche tendréis que ir a una famosa discoteca, dicen que es la mejor, al parecer la dueña de ella es la líder de la banda, ese sitio esta lleno de su gente, tendréis que ir con cuidado, sobre todo no llamar la atención, comportaos como ellos, entendido?

  • Si - dijeron a la vez.

  • Bien, en principio tendréis que ver la forma de llegar a ella y hacerla ver que estáis interesadas en comprar su material, cuando hagáis un trato intentad averiguar su número de cuenta, eso nos ayudaría mucho.

  • Bueno, haremos lo que podamos, estaremos en contacto - dijo Riden.

  • Esta bien, en la mesa tenéis material, yo debo irme, también os he dejado mi número, llamadme si pasa algo.

  • Claro - le contestó Rose.

Peter salió de allí dejándolas a las dos solas, Riden estaba tumbada en su cama, pero no tardó en levantarse, fue hasta la mesa y comenzó a mirar el equipo que las habían dejado. Había dos pistolas Socom semiautomáticas, equipada con puntero láser, es ideal para misiones secretas.

  • Vaya, no esta nada mal, que me dice señorita Rose, aprendió a manejar una de estas? - dijo cogiendo la pistola y apuntándola con ella.

  • No juegue con las armas agente Riden, puede hacerse daño.

  • Oh, se preocupa por mi?

  • Lo que a usted le pase no es mi problema, pero no me gusta que me apunten con un arma.

  • Entonces se ha equivocado de trabajo señorita Rose - se dio la vuelta y siguió mirando el equipo.


La música estaba a todo volumen, la gente bailaba como loca, las luces no paraban de girar y la cabeza de Rose tampoco, era la primera vez que entraba en una discoteca y todo estaba siendo demasiado para ella.

  • Así son todas las discotecas? - preguntó gritando para que la oyera Riden.

  • Su papá no le dejaba salir mucho verdad? - preguntó con burla.

  • Pues la verdad es que no.

Ambas comenzaron a andar, esquivando a la gente, Rose abrió sus ojos como platos al ver que la mayorías de las parejas que había ahí eran todas del mismo sexo, las mujeres se besaban entre ellas y los hombres igual, no podía creer lo que estaba viendo, a medida que seguía andando detrás de la morena vió como la cosas se iba poniendo mas caliente, la gente semidesnuda bailaba sin parar.

  • Pero... donde... - Rose no tenía palabras.

  • Vaya, este sitio tiene buena pinta - dijo riéndose.

  • Esto es de locos...

Las dos llegaron hasta la barra y pidieron algo para beber, Riden comenzó a observar el lugar, era una discoteca muy grande, arriba había otro piso, miró hacia él y pudo ver que aquella zona era bastante mas tranquila. Riden sonrió para si misma, ya sabía donde podría encontrar a la persona que buscaba. Miró a la rubia que estaba a su lado viendo como se besaban dos chicas, le dió la risa al ver la cara de asombro de la señorita Rose, de repente le vinieron a la cabeza una de las muchas frases que dijo Peter.

"No llaméis la atención, comportaos como ellos."

Eso le causó mucha gracia y en cierta forma excitación, le gustaba aquel lugar, y le gustaba ver así a la gente. Siguió mirando por el local para ver como podría subir hasta arriba, sus ojos azules dieron de lleno en las escaleras, pero vio que en ellas había dos guardias, y tenían cara de muy pocos amigos.

  • Bueno señorita Rose, me voy a dar un vuelta, ya nos veremos.

  • Se que intenta librarse de mi, pero no lo va a conseguir.

  • Déjeme en paz, a no ser que quiera que lleve acabo los consejos de Peter.

  • Qué consejos? - preguntó confundida.

  • Eso de... compórtense como ellos, mire a su alrededor señorita Rose, no me siga, no se meta en mis asuntos y seguro que nos llevaremos muy bien - le guiñó un ojo antes de perderse entre la gente.

Rose la siguió sin pensar en lo que acaba de decir la morena, lo único que tenía claro es que ella haría esta misión. Riden fue hasta las escaleras donde estaban los guardias, eran igual de grandes que un gorila, se paró frente ellos, se quitó las gafas dejando ver los ojos mas fríos que hubieran visto jamás.

  • Hola chicos, me gustaría hablar con la señorita Fortune.

  • Y usted quién es? - preguntó uno de ellos casi en gruñido.

  • Me llamo Riden, y me gustaría hacer negocios con Fatman.

  • No se a que se refiere - Riden se acercó hasta el mirándolo fijamente a los ojos.

  • No me seas inútil, sabes de que estoy hablando, así que si no le dices a tu jefa que quiero negociar con ella te patearé el trasero - dijo totalmente seria, el hombre la miró durante unos instantes.

  • Espere aquí un momento.

Uno de los hombres subió las escaleras, Riden sonrió al otro que la miraba con cara de muy pocos amigos. Unos minutos más tarde el hombre bajó la escaleras.

  • La señora Fortune ha aceptado hablar con usted, sígame.

  • Claro - antes de subir se paró donde estaba el otro guardia, se acercó hasta su oído.

  • Espero que la próxima vez que nos veamos no tengas esa cara de perro... - le dió una palmadita en el hombro y comenzó a subir las escaleras.

Como ya sabía Riden, la sala de arriba era mucho mas tranquila, y bastante mas lujosa, debía ser el sitio probado de la banda. Siguió al guardia hasta el fondo de la sala, en el rincón estaba una mujer sentada en un gran sofá, a su alrededor tenía butacas donde estaba sentados sus hombres, a la mayoría de ellos pudo verles las arma que llevaban. El hombre se paró delante del sofá en el que estaba aquella mujer que no estaba precisamente sola, una chica no paraba de comerla el cuello.

  • Señorita Fortune, esta es la señorita Riden.

La mujer apartó la vista de su cachorrita para mirar a la alta morena. Una sonrisa se dibujó en sus labios, miró de arriba abajo a Riden, y acto seguido lamió sus labios con su lengua. Riden se fijó muy bien en ella, debía ser de su misma estatura, su cuerpo era mas bien fuerte, no parecía frágil para nada, su pelo rizado le llegaba hasta la cintura, era tan rubia que casi había que ponerse las gafas, y sus ojos tenían un extraño color miel. Vestía entera de cuero, he iba muy escotada. Riden la sonrió a la vez que se quitaba las gafas dejando ver sus ojos más azules.

  • Mmm... increíble - dijo Fortune levantándose.

  • El qué? - Riden sonreía abiertamente al ver que la mujer se acercaba a ella y quedaba a tan solo unos centímetros de su cara.

  • Tus ojos... me han atrapado y eso es algo que nadie puede hacer.

  • Entonces... tu nombre va apropiado contigo, eres... - pegó sus caderas con las de ella - muy afortunada.

La otra mujer dejo salir un suspiro y sonrió a Riden.

  • De qué me conoces? - dijo a la vez que se apartaba y se sentaba de nuevo.

  • Quién no iba a conocer a la líder de los Fatman? - dijo con una sonrisa.

  • Somos una banda muy discreta, no se como puedes conocernos.

  • Soy una chica muy lista - le guiñó un ojo.

  • Seguro que si... y dime, que te trae por aquí?

  • Negocios - fue hasta una de las butacas libres y se sentó - me gustaría hacer negocios contigo.

  • Te escucho - se cruzó de piernas.

  • Se que tus armas son muy buenas y... teniendo en cuenta que a mi me encantan las armas, quiero las mejores, dime... he venido al sitio apropiado?

  • Has venido al sitio ideal señorita...

  • Riden.

  • Riden...

De repente un alboroto en las escaleras les hizo cortar la conversación, la voz de un hombre y de una mujer, muy familiar para la morena, comenzaron a discutir.

  • Déjame pasar gorila!

  • Mira niña, como no te vayas haré que no te reconozca ni tu madre.

  • Tengo que ir arriba, es que no me ha oído?! - dijo gritando.

Fortune se levantó y fue hasta el borde de las escaleras, Riden hizo lo mismo, cuando vió a la rubia luchando con el guardia sus ojos casi irradiaban fuego.

  • Se puede saber qué esta pasando? - dijo Fortune.

  • Lo siento señorita, pero esta muchacha insiste en subir.

  • Qué quieres niña? - preguntó a Rose.

Riden pudo ver la duda y el temor en su "compañera" así que no le quedó mas remedio que intervenir.

  • Espero que puedas perdonar a mi cachorrillo, es muy traviesa.

  • Oh... vaya, así que es tu cachorrito eh... - sonrió Fortune - deja que suba.

Rose dudosa comenzó a subir las escaleras, una vez llegó arriba se paro, vió que aquella mujer se acercaba hasta ella.

  • Me gusta tu chica Riden, es muy hermosa - Rose se quedó paralizada al oír eso de "tu chica".

  • Si que lo es, y no te haces una idea de lo satisfecha que me deja en mis noches más... pasionales - sonrió seductoramente a Rose.

  • Mmm... - Fortune se acercó hasta ella y comenzó a oler su cuello - creo que podríamos llegar a un trato - se apartó un poco de ella para mirarla a los ojos, pero poco a poco se fue acercando para besarla, pero justo antes del contacto la voz alzada de la morena la hizo parar.

  • Estoy segura de ello - se acercó haciendo que Fortune se alejara de ella, se puso detrás de la rubia y pasó un brazo por encima del hombro de Rose - pero no hago tratos con mi cachorro.

Rose estaba muy tensa, y Riden se dió cuenta de ello, en cierto modo le causaba gracia, pero si empeoraba podrían hacer que las descubrieran. Pegando a la rubia contra su cuerpo, pasó un brazo por delante de ella, la agarró de la barbilla y la giró la cabeza hacia atrás, y la dió un beso lleno de pasión. A Rose no le quedó mas remedio que disimular y seguir besando a la morena que apenas la dejaba aire para respirar, antes de terminar Rose agarró el labio de Riden y lo mordió, con intención de vengarse, Riden tuvo que tragarse su dolor y fingir.

  • Lastima... me habría encantado... comprobar si es verdad lo que me dices.

  • Créeme... - Riden rodeó a Rose por la cintura con un brazo, su mano libre se introdujo por la camiseta de la rubia y agarró un pecho de ésta, haciendo que Rose diera un bote, acercó sus labios a la oreja de la rubia - si te la dejara no me la devolverías, y yo no puedo prescindir de su lujuria - enredó el pezón de Rose entre sus dedos.

Rose ya no podía mas, se mordió su labio reprimiendo las ganas de girarse y lanzarse encima de la morena, pequeños gemidos escapaban de sus labios con cada movimiento de Riden, cerró los ojos y sintió como la morena frotaba su centro contra su trasero, estaba muy excitada y estaba comenzando a perder el control. Pero no era la única excitada, Fortune se había calentado al verlas, se acercó hasta la rubia con la intención de besarla, pero justo antes de que aquello ocurriera Riden se echó hacia adelante siendo ella la que la besara. Extrañamente Rose sintió ganas de golpear a Fortune y hacer que se quitara de los labios de Riden.

La morena se apartó y sonrió, Rose la miró a los ojos y pudo ver la lujuria invadiéndolos. Riden sacó la mano que tenía escondida bajo la camiseta de Rose.

  • Qué te parece si quedamos mañana para hablar de la mercancía? - preguntó la morena.

  • Y del dinero.

  • Por supuesto.

  • Muy bien, mañana haré una fiesta en mi casa, seréis mis invitadas de honor.

  • Gracias.

  • Venid aquí a las diez, uno de mis chicos os recogerá.

  • Entonces nos vemos mañana.

  • Os estará esperando...

Fortune volvió a su rincón con su gente, Riden cogió de la mano de Rose y la llevó al piso de abajo, a gran velocidad fueron esquivando gente hasta llegar a la puerta de salida, cuando ya estaba fuera Rose se soltó de su mano bruscamente, Riden se giró para ver que pasaba pero antes de que pudiera decir nada recibió una tremenda bofetada.

  • Pero se puede saber qué te pasa? - preguntó Riden casi enfadada.

  • Qué, qué me pasa?, TU ERES LO QUE ME PASA!, cómo te atreves a hacerme eso?! - dijo casi histerica.

  • Cállate! - Riden le tapó la boca con la mano y la arrastró hacia un callejón - acaso quieres que nos descubran? - preguntó muy enfadada.

  • Suéltame!, no vuelvas a tocarme! - dijo a la vez que se movía para que Riden la soltara.

  • Estate quieta! - dijo a la vez que acorralaba a Rose contra la pared - que demonios pretendías cuando comenzaste a pelearte con el guardia? - dijo a muy pocos centímetros de su cara.

  • Querías dejarme fuera de la misión!, y eso no lo voy a permitir, si yo estoy fuera, haré lo que sea para que tu también lo estés! - dijo enfrentándola la mirada.

  • Escucha niña de papá, me importa muy poco que seas la hija del capitán, como no me dejes hacer mi trabajo, te dormiré, te meteré en el avión y te enviaré a casa! - dijo acercándose mas aun.

  • No me das miedo - su voz había bajado al tener a la morena tan cerca, y no pudo evitar mirar esos carnosos labios.

  • Te gustó verdad?- dijo mas sensualmente Riden a la vez que pegaba sus caderas con las de Rose - te gusto sentirme cerca... - Rose cerró los ojos al sentir el centro de la morena pegado al suyo - que te tocara... - los labios de Riden rozaban la oreja de Rose que sin darse cuenta dejaba escapar pequeños gemidos.

Riden sabía perfectamente lo que estaba haciendo, pero no pensó que ella misma se fuera a excitar tanto.

  • Pa... ra... - decía Rose entre suspiros, Riden apretó con mas fuerza su centro contra el de Rose, haciendo que la rubia rodeara su cuello con los brazos, apretándose todo lo que podía contra ella.

  • Aun... quieres que pare? - dijo rozándole el cuello con sus labios.

  • DIOS... - soltó en un suspiro, de repente el móvil de Rose comenzó a sonar haciendo que ambas se separaban bruscamente como si acabaran de despertar de un sueño - s... si? - contestó entrecortada Rose.

  • Rose, hija, estas bien? - Preguntó su padre.

  • Claro papá, querías algo? - Rose se dió cuenta de que dos ojos azules la miraban atentamente y una sonrisa burlona aparecía en los labios de Riden.

  • Solo quería saber que tal os iba la misión.

  • Todo va bien, no te preocupes.

  • Estas con Riden?

  • Si, aquí esta conmigo - dijo mirándola de reojo.

  • Quiero hablar con ella - Rose le ofreció el teléfono a la morena que seguía sonriendo, antes de coger el teléfono le guiñó un ojo, Rose le enseñó los dientes de un gruñido.

  • Si? - dijo Riden.

  • Qué tal va todo? - preguntó el capitán.

  • Bien, ya hemos conocido a la banda, mañana tenemos que ir a una fiesta privada, allí cerraremos el trato.

  • Muy bien, entonces mañana nos avisas.

  • Claro.

  • Y dime, te esta siendo útil mi hija?

  • Oh... muy útil capitán - dijo a la vez que la miraba de abajo arriba, hasta unos ojos verdes enfurecidos.

Rose le quitó el teléfono de golpe, estaba decidida a decirle a su padre lo que había pasado, le dió la espalda a la morena.

  • Papá!

  • Rose?, qué pasa?, estaba hablando con Riden.

  • Tengo que decirte algo...

Riden ya sospechaba las intenciones de la rubia pero no se lo iba a permitir, se acercó hasta ella por detrás, la agarró de la cintura, la pegó a su cuerpo y comenzó a besarla el cuello, muy lentamente pero con intensidad.

  • Qué quieres decirme hija?

  • Qu... e, Mmm... tengo... que... decirte! - la última letra casi la chilló cuando notó que una mano juguetona subía por su entrepierna.

  • Rose estas bien? - su padre no entendía nada.

  • Ssss... si!, papá luego te llamo.

Rose colgó y dejo caer el móvil al suelo, se giró en los brazos de la morena, la agarró por la cara y la atrajo hacia la suya, dándola un beso apasionado, devorándose la una a la otra, gemidos ahogados escapaban de sus bocas, Riden pegó a Rose contra la pared, se separó lo suficiente para mirarla a los ojos, ambas estaba fatigadas.

  • Creí que no te gustaba - dijo con una sonrisa la morena.

  • Y quién dice que me gusta?

  • Si no llego a parar me quitas la ropa - Rose se puso algo colorada.

  • Ya te gustaría...

  • Si, y estoy segura que a ti te gustaría más - dijo riendo.

  • Vete al infierno! - dijo a la vez que trataba de librarse de ella.

  • Dónde crees que vas? - dijo apretando más su cuerpo contra ella.

  • Lejos de ti - trató de empujarla pero no dió resultado.

  • Vamos... se que te gusta estar cerca de mi... - Riden se acercó lo suficiente para rozar sus labios con los suyos - sentir nuestros cuerpos juntos... - susurraba en sus labios - nuestras bocas devorándose... - Riden puso su mano en la nuca de Rose y la atrajo hacia así dándola un beso apasionado, profundo, fuerte y tierno a la vez, Rose era incapaz de resistirse.

El beso duró más de lo esperado, ambas tenían sus ojos ardiendo de pasión, de deseo, estaban totalmente idas, la lujuria se estaba apoderando de ellas, pero Riden volvió a la realidad al escuchar la voz de una mujer conocida dando ordenes a alguien. Rose iba a hablar pero la morena le tapó la boca, ambas se asomaron a ver quienes eran.

Un hombre de rodillas suplicaba por su vida, otro hombre delante de el le apuntaba con una pistola, y a su lado estaba Fortune.

  • Me traicionaste - dijo ella.

  • No, no!, yo no fui, de verdad - decía el hombre muerto de miedo.

  • Y si no fuiste tu... quién fue?

  • No... no lo se mi señora...

  • Mátalo - Fortune se dio la vuelta y volvió a entrar en el local, el hombre preparó el arma para dispararlo.

  • No por favor!!!!!

Riden se apartó de la rubia, salió de su escondite y llegó hasta donde estaba el hombre armado.

  • Que demoni...

Al hombre no le dió tiempo a reaccionar, Riden dió una patada al arma haciendo que esta saliera disparada hacia arriba, antes de que pudiera verle la cara Riden le dio una patada en el estómago haciendo que se doblara y un rodillazo en la cara, haciendo que quedara en el suelo inconsciente. Rose que estaba aun escondida se quedó con los ojos como platos, había visto en otros casos situaciones como estás pero nunca vió a nadie con tanta agilidad y tanta fuerza.

Riden miró con una sonrisa al hombre que yacía en el suelo, después miró al hombre que estaba de rodillas que estaba con la boca abierta, clavó sus ojos azules en él, su mirada era fría, una sonrisa diabólica se dibujó en sus labios.

  • No!, por favor!, no me mates! - dijo aterrorizado.

  • No voy a matarte, a no ser que me des motivos claro... - dijo elevando una ceja.

Rose iba a cercarse donde estaban ellos, pero Riden le hizo un gesto con la mano diciéndola que no se moviera de donde estaba. La alta morena agarró al hombre de la camisa, lo levantó y lo arrastró hacia el callejón.

  • Por qué querian matarte? - preguntó la morena.

  • No... no lo se!

  • Si no me lo dices te mataré yo misma! - lo zarandeó.

  • Vale, vale!, fallé en una misión y por eso quería matarme.

  • Qué misión?

  • La señorita Fortune hizo negocio con un ganster que trató de timarla, mi misión era acabar con él, pero fallé.

  • Ya veo... bueno, tu nos vas a servir de mucha ayuda - Riden sonrio ampliamente - señorita Rose, hace el favor de llamar a nuestro superior? - le dijo guiñándole un ojo, rió al ver la cara de fastidio de la rubia.