Una atracción inesperada.
Hace 2 años era una mujer casada, que se dejo tentar por la fuerte atracción que obtuvo de un chico que la quería ayudar a sorprender a su marido... y tanto que lo hizo...pero la sorpresa finalmente fue para los dos. Caer en su tentación fue el comienzo de una aventura tan divertida como arriesgada.
Todo comenzó con una idea loca de idear una sorpresa a mi marido. Busque por internet empresas que me ayudaran, y fue cuando lo vi, ahí estaba él, un chico que se disfrazaba para realizar sorpresas a parejas, personajes para animar despedidas de solteras personalizadas. Parecía lo que tanto buscaba. Me anime a hablarle y no me equivoqué, parecía divertido, imaginativo, y me podía ayudar, lo que no imaginaba era cuanto...
Hablamos muchas mañanas que era cuando mi marido trabajaba. Nuestras conversaciones se extendían horas ideando una gran sorpresa para "el amor de mi vida" y a medida que pasaban los días nos dimos cuenta que no solo habíamos hablado, sino que habíamos, de alguna manera, conectado. Sin darnos cuenta también habíamos hablado de nosotros, de nuestros trabajos, nuestras vidas y de nuestros secretos.
Un día quisimos dar el paso para vernos y poder hablar de otra manera. Estaba nerviosa por ese encuentro, pero a la vez muy cómoda con la idea de poder al fin estar junto a él. No me equivoque, allí sentados, uno al lado del otro, podíamos sentir como nuestros brazos, estratégicamente separados, se atraían como dos imanes. Jugamos con esa fuerza durante un rato, sentir esa atracción era puro...placer. Ese jugueteo no tardó para que él reaccionará, dándonos nuestro primer beso. Ese beso fue una combinación de deseo, magnetismo, fuerza y pasión que transportaba al cielo. A la misma vez podía notar la gravedad que había a nuestro alrededor. Esto no estaba bien, pero había entrado en un juego de seducción que sabía que no podría parar. Esta historia que tan solo acababa de comenzar se convertiría en mi mayor riesgo, mi mayor aventura, mi mayor travesura...se convertiría en una dulce maldición.
Ese día nos fuimos a casa con ese beso prohibido que solo nos dejo con muchas ganas, muchas ganas de más.
Cuando llegue a casa no podía parar de morderme el labio inferior recordando cada instante de ese beso. Recordaba como su boca se unía a la mía con movimientos coreografiados para que nuestros labios encajaran a la perfección. Un baile super fácil de seguir 1,2,3 su labio inferior estaba entre los míos, 4, 5 ,6 su lengua penetraba despacio, suave, cálida y traviesa 7 y 8 su calidez que hacía irrefrenablemente desearle.
Me sentía como la protagonista de Dirty Dancing, en ese momento, en el que Patrick Swayze la levantaba por los aires, me sentía libre, deseada, ardiente, fuerte, irresistible y sexy.
Había despertado en mí a una auténtica…DIOSA.