Una amiga me transforma III

La continuación de la noche cuando vestida y de fiesta con mis amigas conquisto al primer hombre de mi vida y me hace una mujer completa

Fui un momento a hablar con mis dos amigas, en el fondo estaba desconcertado. Le había dicho que no era gay, y en estos momentos estaba coqueteando con un hombre, y lo mejor del asunto era que me gustaba la situación y me excitaba. Al comentarlo con Inma, mi amiga, me contestó:

-No te preocupes, no es nada malo,ahora te sientes una mujer, atractiva además, y es normal que los hombres se te acerquen y que a ti te guste insinuarte. Vive tu sueño y disfrútalo…

No me lo pensé dos veces, volví donde mi conquista me estaba esperando con una sonrisa encantadora en su boca. Empecé a sentirme una mujer de verdad, pensaba como una mujer, lo veía apuesto, atractivo, galante..Me cogió de la mano y salimos a la calle, paseando entre la gente que se quedaba en la puerta de los bares charlando. Nunca un hombre me había cogido de la mano, era excitante, pero más lo fue cuado me soltó la mano y pasó su mano por mi cadera, deslizándola suavemente por mi trasero acariciandolo. Estaba derretida, deseaba que me tocara, que acariciara todo mi cuerpo. Pasé mi mani por su cintura, quería excitarle y provocarle, apoyé mi cabeza sobre su hombro y fuimos paseando como una pareja de enamorados.

Me llevó a su casa, subimos y preparó dos copas. Yo estaba sentada en el sofá, cruzando mis piernas y sintiendo el roce de las medias. Mi vestido era tan mini que dejaba ver todas mis piernas. Se me acercó en el sillón y no pude más que cerrar mis ojos y ofrecerle mis labios. Sentí sus labios sobre los mios y noté como su lengua se abría paso dentro de mi boca, recorriendo todos los rincones, mordisqueando mis labios y buscando mi lengua con la suya. Fue le beso más apasionado que jamás me habían dado, era el beso que indicaba que estaba empezando a ser poseída. Estaba besando como una mujer y me dejaba llevar. Estaba totalmente excitada y empecé a buscar con mi mano su sexo, se lo acaricié y notaba como iba creciendo. Desabrochó mi vestido, bajando la cremallera lentamente, dejándome en la preciosa lencería que mis amigas me habían puesto, tanga, medias, corsé…y con mis zapatos de tacón puestos, tal como siempre había soñado.

Me arrodillé delante de él, estaba a su merced, quería hacerle feliz y que disfrutara conmigo. Le desabroché los pantalones y se los quité, también su ropa interior, y saltó delante de mi un pene erecto como nunca había visto, y todo eso se lo había provocado yo…, me sentí orgullosa. Sin experiencia de ningún tipo me dejé llevar por el instinto de mujer que había despertado dentro de mi, empecé a besarle la puntita del pene suavemente, mi lengua se deslizaba lentamente recorriéndolo de arriba  abajo, notando como palpitaba y buscaba mi boca. Mientras lo hacía le miré a sus ojos viéndole su cara de placer y como estaba disfrutando el momento. Con sus manos sujetaba mi cabeza y  empezó a dirigir la situación, me empujaba hacia él y yo abrí mi boca al máximo para que entrara su pene al máximo dentro de mi boca, entrando y saliendo de ella suave pero firmemente. Me gustaba su sabor y el calor que desprendía dentro de mi boca y veía como estaba haciendo disfrutar a un hombre. Yo estaba totalmente excitada, y tenía una erección que había hecho que mi pene se saliera del tanguita que llevaba puesto, estaba totalmente húmeda y deseando ser poseída.. Como si leyera mi cerebro me dijo:

-Ya es hora que te haga una mujer completa, es el momento que te tome y que te folle ese culito virgen, que me sientas dentro de ti, que te sientas una mujer de verdad.

Me llevó a la cama, mi quitó el tanga y me puso de rodillas sobre la cama, estaba como una perrita ofreciéndole mi culito para que lo penetrara. En cierto modo tenía miedo, estaba asustada, tenía miedo a sentir dolor, pero ansiosa de que me hiciera el amor. Lubricó mi culo suavemente, cosa que me excitó todavía más, él también lubricó su pene, y cariñosamente me dijo:

-Relájate y déjate llevar nena, disfruta de ser mujer.

Acercó su pene contra mi culito, separando mis nalgas con sus manos, estiré mi espalda todo lo que pude, ofreciéndome al máximo. Empezó a introducir su pene en mi culito, poco a poco. Al principio le costó un poco abrirme,  introdujo su punta dentro de mi, sentí un poco de dolor, pero fue desapareciendo a medida que me iba dilatando. Empujó un poco más y sentí como se introducía dentro de mi, notaba su pene dentro de mi cuerpo, entrar cada vez más…, empezaba a notar un placer que nunca había sentido igual. No aguanté más y empecé a gemir como una mujer al tiempo que le decía:

-Métemela toda cariño, dámela toda..quiero sentirla dentro de mi.

Empezó a entrar y a salir de mi culo cada vez más deprisa, mis gemidos iban en aumento..

-Quiero que te corras dentro de mi, hazme tu putita.

Empecé a mover mi culito para darle todo el placer que pudiera imaginar, él entraba y salía de mi cuerpo cada vez más rápido, jadeando, cogido a mis caderas, hasta que al final empecé a notar como un chorro caliente empezaba a inundar mis entrañas y al mismo tiempo sentía un orgasmo profundo dentro de mi cuerpo…