Una amiga me convierte en nena II

Segunda parte de mi transformacion

La tres bien arregladas salimos a la calle. Era mi primera vez, estaba nerviosa y la verdad, un poco asustada. No sabía que podría encontrarme esa noche. Aparcamos el coche en una zona repleta de bares de copas, había un excelente ambiente en la calle.

Enseguida lo note, note como éramos observadas como presas en una cacería. No podía ser menos, mis amigas se habían puesto provocativas para la ocasión, y a mi no me dejaron menos que a ellas. Nuestros tacones resonaban en toda la calle, al menos eso me parecía a mi. Mis amigas habían realizado un gran trabajo y pasaba realmente por una mujer y a juzgar por las miradas, bastante atractiva.

Entramos en un pub lleno de gente, teníamos que hacernos camino para pasar a la barra y pedir nuestras copas. Iba la última de la fila y note como mi trasero era acariciado disimuladamente por manos desconocidas, con tanta gente a mi alrededor era imposible identificar quien había sido. Me puse un poco nerviosa y se lo conté a mis amigas.

-¿De qué te sorprendes? Es lo más normal del mundo en estos sitios, sobre todo si nos ven solas, además, ese culito tan provocativo que te hemos dejado no iba a pasar desapercibido, jajaja. Tu no te preocupes y déjate llevar, disfruta tu momento. Vamos a tomar una copa y a bailar, la noche termina de empezar…

Después de unas cuantas copas, me iba soltando poco a poco…bailando me movía más sensualmente cada vez, y los chicos se nos aproximaban cada vez más, haciéndonos comentarios picantillos, acompañándolos ligeros y suaves toqueteos. Todo esto empezó a excitarme cada vez mas, afortunadamente lo tenía “todo” bien sujeto y no se notaba nada. Mis amigas me miraban y se sonreían, sabían que estaba empezando a disfrutar y que cada vez estaba metido más en mi papel. Mi amiga me guiño un ojo y me indicó con la mirada a un chico que bailaba junto a mi, lanzándome miradas invitándome a acercarme. Nunca lo hubiera pensado pero esto me excitó todavía mas. Me puse junto a él a bailar y se arrimó hasta que casi se rozaban nuestros cuerpos. Sin pensarlo dos veces le di mi espalda y delicadamente contoneé mi culito delante de él. Fue la señal que le indicaba que le esperaba. Me cogió por mi cintura y se puso a bailar conmigo, yo le rodee su cuello con mis brazos y seguí su ritmo al tiempo que bajaba sus manos hasta coger mi trasero y apretarlo y sobarlo constantemente. Me estaba volviendo loca, mi excitación iba a más en cada momento. Nunca había pensado que iba a ligar con un hombre y que esto me pondría tan caliente. Supongo que salió de repente todo el instinto femenino que llevaba dentro tanto tiempo y dirigí mis labios hacia su boca. Abrió su boca y me besó profundamente, noté como su lengua se introducía en mi boca, recorriéndola toda, lamiendo mis labios y apretándome fuerte contra él. Estaba totalmente derretida, había caído en sus brazos totalmente, no tenía casi voluntad, solo quería que me besara y me acariciara. No pude contenerme y baje una mano de mi cuello y empecé a acariciar ese bulto que estaba creciendo debajo de su bragueta. Lo notaba duro y caliente, se podía notar como por momentos era más grande. Estaba excitando a un hombre y eso me excitaba a mi también. No pensaba en nada más pero tenía que decirle realmente lo que era, no quería sorpresas amargas ni decepciones. Si íbamos a llegar más lejos tenía que contárselo.

Fuimos a un rincón apartado y le dije sin tapujos quien era, estaba esperando que se ofendiera y que se largara insultando en el mejor de los casos, pero nada de esto ocurrió. Me sonrió y me dijo que lo sabía y lanzó una mirada a mis amigas a la cual respondieron con complicidad. Hoy quiero que te sientas una mujer de verdad, y me voy a encargar de eso. Tus amigas me han hablado de ti y me lo han explicado todo, pero no pienses que todo esto estaba preparado, en parte si porque me habían hablado de ti, pero yo les dije que hasta que te viera no me comprometía a nada, y nada más verte tomé mi decisión…hoy te haré una mujer, la mujer que llevas dentro tanto tiempo.

Me quedé petrificada y tarde un par de segundos en reaccionar, pero me levanté y me tiré en sus brazos dándole el beso más apasionado que jamás había dado a nadie. Volvió a corresponderme besándome y acariciándome. Me besó el cuello, las orejas y me acariciaba todo el cuerpo. Yo me senté encima de él, moviéndome con suavidad sobre polla que se notaba erecta, la notaba como se apretaba contra mi culito.

Me levantó y cogiéndome de la mano me sacó a la calle y me dijo

-Vamos, te voy a hacer sentirte como una verdadera mujer, quiero que disfrutes esta noche y quiero que me hagas disfrutar…