Una amiga especial

Somos un matrimonio, Julián e Inma, metido en los cuarenta. Siempre he querido hacer un trío, metiendo, siempre, a otra mujer. Me excita ver a dos mujeres haciendo el amor. Pero Inma, cuando he realizado comentarios sobre el tema, no estaba por la labor. Eso sí, cuando estamos haciendo el amor, y le estoy follando en el coño, al oído, le digo: - como me gusta follarte, meterte la polla en tu chochete, mientras te la meto, me gustaría ver como le comes las tetas a otra mujer que esta follando con nosotros.

Una amiga especial

Somos un matrimonio, Julián e Inma, metido en los cuarenta. Siempre he querido hacer un trío, metiendo, siempre, a otra mujer. Me excita ver a dos mujeres haciendo el amor. Pero Inma, cuando he realizado comentarios sobre el tema, no estaba por la labor. Eso sí, cuando estamos haciendo el amor, y le estoy follando en el coño, al oído, le digo:

  • como me gusta follarte, meterte la polla en tu chochete, mientras te la meto, me gustaría ver como le comes las tetas a otra mujer que esta follando con nosotros.

Ella me dice:

  • me comería lo que tú quieras. Le chuparía los pezones y le daría bocaditos por todas las tetas.

Eso me pone a mil, y acelero la embestida; hasta que nos corremos los dos juntos.

Muchas veces hablamos del tema, pero ella sigue diciendo que no le atrae mucho. Pero en la cama la actitud es distinta, y se pone muy caliente con lo que le voy diciendo al oído, y tiene unos orgamos fenomenales.

Tenemos una amiga, que la llamaré Paloma, es un poco mayor que nosotros, está muy buena, y siempre he deseado echarle un buen polvo. Un día, follando, volví a la carga con el tema, pero esta vez le nombré Paloma. Y esa noche en la cama, mientras follábamos, le decía como chuparíamos las tetas a nuestra amiga, mientras le follaba a ella; que le comería a Paloma el coño, mientras ella le ponía el suyo en la boca de ella, etc. Esa noche fue una de las que mas gozamos en mucho tiempo. No hablamos más del tema, y deje correr el asunto.

Un día la invitamos a almorzar en casa, ya que es separada, y ya no nos veíamos tanto como antes, pues antes nos veíamos bastante los dos matrimonios. Como era avanzada la primavera, Paloma venía, con un conjunto bastante juvenil, para su edad, con un pantalón pirata, bastante ceñido, que le marcaba ese culazo que tiene tan bueno; y una blusa estampada, con un escote generoso, que le dejaba asomar buena parte de esas tetorras, tan apetecibles, que tiene. Ahora Inma tampoco se quedo atrás, ya que se vistió con una minifalda vaquera, la cual le deja enseñar sus piernas tan estupendas y como, también, tiene un buen culazo, se le sube por detrás la falda y deja entrever esas nalgas, para restregarle el nabo por ellas; además se puso un jersey, muy ajustado, que marcaban sus tetas, aunque no son tan grandes como la de Paloma, pero a mi me encantan, pues cuando le como una teta, me la puedo meter entera en la boca. Lo pasamos muy bien ese día, hablamos de muchos temas y como el que no quiere la cosa, derive el tema hacia el sexo, los intercambios de pareja, tríos. La cosa se fue animando y subiendo de tono la conversación.. Después de almorzar, tomando una copa, volvimos al tema del sexo, y la cosa se animo, pero no pude llegar a lo donde quería, pues desviaron el tema, no se si intencionadamente.

Al rato recogimos y llevamos los platos y vasos a la cocina, y volví al comedor. Como que no venían, me fui de nuevo a la cocina, y allí estaban de charla. Cuando las vi, y mostrando esos culos tan buenos y apetitosos, que tienen las dos. Me atreví a darle unos sobeos, a cada una en el trasero y decirles lo bueno que lo tienen, y como me los comería. Las dos empezaron a reírse, pero Inma no se molesto por ese atrevimiento, y Paloma me dijo si sería capaz. Como un resorte, les empecé a sobarlos, ahora bien, mientras las dos seguían riéndose. Mi mujer me dice,

  • te gusta nuestros culos,

  • pues claro, le respondo, como no me van a gustar estos dos culazos tan buenos; os lo comería entero,

  • a quién se lo comías primero, respondió Paloma.

Entonces, sin dejar de sobarlas, le di un morreo a Paloma, que correspondió con ardor. Y a continuación le comí la boca a Inma.

Mientras morreaba a Inma note como Paloma le sobaba las tetas, por encima del jersey. Mi mujer empezó a suspirar, mientras seguíamos besándonos. Entonces mi mujer se separó y comenzó a besarla; mientras yo le metía mano por debajo de la minifalda y metiendo los dedos dentro de la braga de Inma, llegaba a su coño mojadísimo. Y a Paloma se desabroche los botones del pantalón pirata y le sobaba el culo, llegando al coño, que al tocarlo, pego un pequeño respingo, marcándosele los pezones por la blusa. Que decir que los pezones de Inma, estaban a punto de rasgar el jersey, de los duros que lo tenía.

Mientras las pajeaba, ellas no dejaban de besarse y de tocarse las tetas. Yo cada vez estaba mas caliente. De esa manera, y sin dejar de meterle mano en los coños y el dedo en sus culos, obtuvieron el primer orgasmo. Les dije, que por qué no nos íbamos al dormitorio, a lo que sin decir nada, nos fuimos, eso sí, sin dejarnos de sobarnos y besando.

Ya allí, nos arrancamos la ropa y nos tiramos en la cama. Inma empezó a comerle las tetas a Paloma, que tiene una tetas grandes como a mi me gustan, y unos pezones oscuros, preciosos y grandes; a lo cual me uní y le hicimos una comida de tetas que no tardo en gemir y correrse. A continuación, sin dejar Inma de chuparle los pezones a Paloma, fui bajando hasta el coño de mi mujer, para meterle la lengua y chuparle la pipa, que la tiene grande y muy buena. Empezó a gemir, entonces Paloma empezó a sobarle y comerle las tetas a Inma, que como ya he dicho no las tiene tan grandes, pero tiene los pezones mas pequeños, y mas oscuros que Paloma, que no dejaba de moverse y gemir, mientras notaba como se corría. Era un orgasmo, como hacia tiempo no tenía.

Deje de comerle el coño a mi mujer y le dije,

  • no quieres comerle el coño a Paloma.

Sin decir nada más, Paloma le puso el coño en la boca, y mi mujer empezó a devorarlo. Debió de gustarle, ya que comenzó a decir,

  • sí, sí, que bueno, cómeme el coño; como me gusta que me metas la lengua, chúpame la pipa. No pares, quiero que me hagas correr, como deseaba este momento, estaba loquita por que me comierais, deseaba tanto hacer el amor con ustedes.

Mientras mi mujer boca arriba en la cama, con el coño de Paloma en la boca, le seguía dando gusto, empecé a pasarle la punta de la polla por su pipa, a lo que de momento empezó a sentir los latigazos del placer, para a posteriori, metérsela y bombearla a conciencia, pues viendo esa escena estaba con la polla empalmadísima. Mientras, como tenía las tetas de paloma a tiro de boca, empecé a pasarle la lengua por esos grandes y marrones, pezones, que estaban durísimos.

Así estuvimos hasta que nos corrimos los tres. La primera en correrse fue Paloma, entre suspiros y gemidos,

  • me corro, me corro, no pares, chúpame el coño, méteme la lengua, aspírame la pipa; que gusto me das; como me gusta que me comas el coño.

Luego fui yo, dando los últimos embites y llenándole el coño de leche, a Inma. Para a continuación hacerlo Inma, entre gemidos de placer y dando los últimos lametones al coño de Paloma.

Nos quedamos los tres tendidos en la cama, abrazados y besándonos. Cuando descansamos algo, decidimos tomar algo. Hablamos de lo que había sucedido,

  • siempre he deseado que hiciéramos un trío, dije yo, pero a Inma no le apetecía,

  • yo desde que nos conocimos, dijo Paloma, he tenido la fantasía de hacerlo con vosotros, pues es la primera vez que lo hago con una mujer,

  • Inma, me sorprendió al decir, lo mucho que le había disfrutado, y que teníamos que haberlo hecho antes, pero con Paloma, también,

  • por qué yo, pregunto paloma,

  • porque estas muy buena, y tienes unas tetas de escándalo, que a mi me tienen loco, para comértelas; le respondí,

  • cuando estamos en la cama follando, Julián, me dice cosas al oído, como que le gustaría verme comerle las tetas a otra mujer, mientras me folla, y cosas por el estilo. Pero hace algún tiempo, esa mujer tenía nombre, y era el tuyo; y no se porque, me excitó la idea de comerte las tetas, que como dice Julián, las tienes buenísimas,

  • también me ha gustado que me las comierais, nunca me habían comido las dos tetas a la vez, y menos tener dos lenguas chupándome los dos pezones a la vez, eso me ha puesto a cachondísima, que creía que me corría en ese momento,

  • yo no os digo lo que he gozado con ustedes dos, viendo como se comíais y follándome a Inma, mientras te comía el chochazo,

Terminamos la copa y decidí darme una ducha, dejándolas en el salón, a las dos hablando. Cuando salí de la ducha, no podía creer lo que veían mis ojos. Allí estaban las dos en el dormitorio, besándose y cuando me vieron llegar, me dijo Inma,

  • siéntate, ¿no quieres ver como se comen dos mujeres?,

Allí estaba, de mirón, viendo como mi mujer empezaba a comerle la boca a Paloma, mientras le sobaba las tetas. Empezó a besarla por el cuello y bajando a las tetas, para lamerle los pezones, mientras Paloma gemía de placer y le decía,

  • Inma, que lengua tienes, chúoame las tetas, que bien, como me gustas, así, así, dame mas gusto, que me corro, me corro.

Entre gemidos, tuvo una corrida fenomenal, pero Inma, ya estaba llegando al coño de Paloma, y le estaba chupando de nuevo la pipa, y metiéndole un dedo en el culo, que hizo que ella diera un respingo y comenzara a gritar de gusto, a lo que se tuvo de nuevo otro orgasmo, más fuerte que el anterior. Mientras Inma seguía a lo suyo, comiéndole el conejo, y haciendo que le pusiera la cara llena de jugos, que se bebía con deleite, mientras Paloma no dejaba de correrse. Pero en un instante, mientras mi mujer seguía comiendo coño, Paloma se empezó a poner tensa, y entonces fue cuando exploto en una corrida bestial, gritando,

  • Inma, Inma, no pares, no pares, no pares, me corro, me corro, me voy a mear de gusto, méteme la lengua mas a dentro, méteme mas dedos en el culo, que me corro.

Así fue como exploto, quedándose quieta en la cama y con la respiración agitada, pues no podía ni hablar. Poco a poco se fue reponiendo y beso a Inma, diciéndole,

ahora te voy a comer yo.

Comenzó besándole los pies, para a continuación, empezar a subir, pasándole la lengua, por las pantorrillas, gemelos, y cuando llegó a las rodillas, ya Inma, gemía y se había corrido una vez, pues se mordía el labio inferior y se tocaba las tetas, como a mi me gusta vérselas tocar;las rodillas es un punto débil de Inma, por lo que comenzó a gemir mas fuerte y pedirle,

  • cómeme el coño, que no aguanto más, chúpame la pipa, méteme los dedos en el coño, hazme correr, quiero sentir tu boca en mi coño, no me hagas esperar.

Entonces Paloma, hizo lo que le pedía, y empezó a pasarle la lengua por los muslos subiendo hacia su coño, lo que encendió más a Inma, que ya gritaba de gusto. Pero antes de llegar al coño de mi mujer, dio un pequeño rodeo, pues se dedico a las tetas, chupándole esos pezones color chocolate, y darle bocaditos, poniendo a mi mujer en un estado de frenesí, pues no paraba de correrse y de gritar,

  • me corro, me corro, sigue, sigue, pero cómeme el coño, que lo necesito, ya, ya méteme la lengua, chúpame la pipa, méteme los dedos en el coño, quiero correrme en tu boca, así, así, chúpame las tetas, muérdemelas, que gusto, como deseaba hacerlo contigo, cuantas pajas me he hecho, pensando ti, que me nos pajeábamos juntas y nos comíamos los coños.

Esto puso más caliente a Paloma, y a mí ya ni os cuento, me dolía la polla de dura que la tenia. Sin demorarlo más Paloma toó posesión del coño de Inma, que al instante noto los ataque de la lengua de Paloma, gimiendo y danzando en la cama al compás de la lengua, que le estaba proporcionando tanto placer.

De esta manera llevaban como cinco minutos de placer, en los que las corridas de Inma eran casi seguidas, cuando decidí que ya había esperado bastante, y me acerque a Paloma, y le metí los dedos en el chochete, por detrás. Entonces ella al percatarse de mis intenciones levanto el culo, lo que aproveché para meterle la polla en su coño, que lo tenia encharcadísimo, y comenzó a mover las caderas, pero sin dejar de comerse el coño de Inma, que al ver que me follaba a Paloma, entre gemidos de placer y orgasmos, me decía,

  • así, así, ah que gusto, que gusto, métele bien la polla, darle gusto, como ella me lo esta dando a mí, méteme la lengua hasta el fondo de mi coño, como te meten la polla entera hasta el fondo del coño.

Nunca había, visto ni oído a mi mujer tan salida, ni fuera de sí como en estos momentos, cosa que me calentó más todavía, si era posible, y le dije a Paloma,

  • métele dos dedos en el culo, veras como le gusta.

No tardó ni un segundo, cuando le estaba metiendo un dedo en el culo, además de los dos que tenia en el coño, y le comía la pipa. Cosa que Inma sintió al instante aumentando sus gemidos y sus orgasmos, que ya eran seguidos, introduciéndola en un torbellino de placer y corridas sin cesar.

Con mi calentura no tarde en correrme, diciéndole a Paloma,

  • que gustazo, que coñazo tienes, toma mi leche, te voy a inundar el coño.

Sintiéndose inundada por la leche, que le entraba en su coño a borbotones, empezó a mover el culo más rápido y a lo que podría llamar mearse, ya que la corrida fue bestial. Pero la más bestial fue la de Inma, que parando de grita y gemir, se corrió, entre,

  • como me corro, así, así, me estoy corriendo, darle mas fuerte, quiero ver como te revientas el coño mientras me corro, que gusto, que boca tienes, quiero tenerla todas la noches en mi coño, mientras te folla Julián, así, así, así, me corroooo.

En ese momento se estiró y se quedó quieta con el culo levantado y gimiendo durante unos segundos, que parecían interminables, de la corrida tan bestial que tuvo. Para a continuación, quedar los tres extenuados, encima de la cama, y abrazados. Nuestras respiraciones eran agitadas, pero con signos de satisfacción.

Después de descansar un poco nos duchamos. Yo me duche primero, y luego ellas dos, juntas, que por lo que tardaron, no dudo con que se quedaron con ganas de un último apretón.

Ya anochecido, salimos a dar una vuelta, los tres, y cenar algo en algún bar del barrio. Charlamos de muchas cosas, pero no hicimos referencia de lo acontecido esa tarde, pues no hacia falta decir nada, ya que se nos veía en las caras.

Avanzada la noche nos despedimos de nuestra amiga Paloma, y nos fuimos a casa. Cuando nos acostamos, empezamos a hablar Inma y yo de lo ocurrido y empezamos a calentarnos, hasta que hicimos un 69, que no podré olvidar nunca, pues Inma me comió la polla como nunca antes me la había comido, parecía que le iba la vida en ello, cosa que se lo agradecí, haciéndole una buena comida de coño, pues me proporcionó una mamada de las mejores.

De esta forma nos quedamos los dos dormidos, placidamente. Para terminar, deciros, que nuestra amistad con Paloma, paso a ser muy, pero que muy especial.

Esta historia, ha sido escrita con el consentimiento de Inma y Paloma.

Muchos besos.

AMORLIBRE2010.