Una amiga de mi señora

Comprenderán que tuve más visitas a esa casa y daba clases de matemáticas y de sexo a mi discípula.

Una amiga de mi señora

Comprenderán que tuve más visitas a esa casa y daba clases de matemáticas y de sexo a mi discípula.

Todo comienza cuando una amiga de mi sra. me pide si yo, que soy profesor, puedo ayudar a su hija de 8º grado en matemáticas, su marido es un idiota y en vez de enseñarle la reta y castiga por no entender, en resumen peleas y más peleas y la niña no aprende.

Mi sra. conversa conmigo y me solicita que haga ese favor a su amiga Lissis, no sabiendo ella que hace tiempo que tengo unas ganas de ella. Lisis es una hembra de 35 años con un cuerpo normal, pero con enormes pechos y largas piernas; tengo ganas de chupar esos senos y manosear esas dos hermosas piernas, pero no he tenido oportunidad, aunque sé que Lissis esta loca por tener un amante ya que su marido la tiene abandonada, según cuenta ella, ya que solo dos o tres días al mes la ocupa como mujer, pues trabaja en faenas mineras y esta a cargo de la mina, llega muy cansado. A pesar de eso a veces pasan meses antes de que su marido la satisfaga ya que a veces por agotamiento se duerme casi todos los días y no le hace el amor. Esto la tiene desesperada e idiota por no satisfacerse sexualmente.

Ese día su hija tiene prueba y ella me pide que asista a colaborar con su hija, le comunico que no puedo por reuniones que tengo y ella insiste, diciéndome que me pagará muy bien, no es el dinero le digo, estoy comprometido con un evento, respondo…, te cancelaré con lo que tu quieras, pero ayuda a mi niña.

Sin darme cuenta abrazo a Lisis, y esta tirita cuando en forma cariñosa la tomo por los hombros y la regaloneo, vibra al sentirse apoyada por un macho. Todo aquello era un sueño, la mujer deseada vibraba ante mi abrazo de amigo, "Lisis solo dime si no sientes nada en este momento…, le digo…, siente como corre por mis venas ese impulso del deseo de estar contigo, de unir nuestros cuerpos, de alejar por un momento la soledad en que vive tu corazón…, de hacer vibrar nuestros cuerpos esta noche, al ritmo de nuestro apasionado mete saca…," ella solo responde…, "quieres ese tipo de pago y además quieres el pago adelantado…, me mira y me dice sabes que estoy necesitada de macho, bien ven papacito acá te espera tu rica hembra…soy toda tuya, no me mires como una amiga, quiero que me rompas todos mis huecos…., hazme tuya, hazme tu mujer quiero sentirme mujer, estoy desesperada papito, hazme tu…mujer, mi marido hace como un mes que no me satisface y una necesita de un macho ", yo lo único que pensaba y quería, en esos momentos, era comerme esa rica vulva que tenía entre sus piernas…., no pensé en nada mas y diciéndole mamaciiita… . subí sus vestimentas y la abrí de piernas me enterré de una vez en su vagina cálida y húmeda recibió el regalo de mi boca, luego cambie mi lengua por mi miembro, sentía las paredes de su cueva como querían "deglutirse" a mi pedazo de carne caliente que la hacía muy dichosa, clavé mi miembro en su vulva profundamente y ante el aullido de dolor al ser perforado ese sexo de mi mamacita, que placer sentía… Mi verga estaba entrando en su sagrada gruta muy apretada, percibía el dolor que Lissis, ante la entrada de mi pene más grueso que el de su marido, así que paraba un momento y seguía muy despacio con la penetración, era como si la estuviera desvirgando de nuevo, sentía como la punta de mi pene iba explorando esas cavidades muy bien lubricadas e iba tomando posición de ellas, fue realmente un ritual esta penetración, no quería que sufriera es por eso que demoraba bastante rato, hasta que la tenía totalmente penetrada, al estar toda mi verga dentro de ella, comienzo muy despacio a moverme, disfrutaba de la penetración, los movimientos se fueron intensificando, igual los quejidos, los gritos de satisfacción también, era una locura lo que estaba sucediendo en ese dormitorio, me vinieron las ganas de acabar, pero lo controlaba, pues bajaba la intensidad de los movimientos, mi miembro escarbaba en las profundidades de sus entrañas…, al tiempo sentía como ella tiritaba de emoción al sentirse mujer, después de meses de no ser satisfecha plenamente por su marido .., entraba y salía de ella, primero con delicadeza, luego dejé que ella marcara el ritmo como le gustara, como ella lo deseara. De repente todo era fuerza, le excitaba como mis bolas le pegaban en sus glúteos, gemía cada vez con más fuerza, hasta que por fin lo que tanto había esperado, romperle su hermosa vagina, podía realizar los movimientos mas bruscos y ella solo gemía y solicitaba mas…mas.

Su boca se llenó de palabras eróticas, gritó: " hijo de puta me estas matando" llorisqueo y rogó que por favor la siguiera perforando con mi tremendo miembro, quería sentirlo invadiendo las paredes de sus entrañas, le grité que llenaría su útero de leche y quien sabe que otras cosas, más gritamos desesperados. Mi mente y su mente estaban completamente fuera de si, ella solo quería sentir que se lo metieran con ganas y pasión.

Llegaron sus orgasmos. Fue el primer orgasmo de esa tarde cuando machaqué su clítoris y metí dos de sus dedos en mi culo. Yo rugía, bramaba, gemía y maldecía mientras las fuertes vibraciones de su placer me sacudían y abrazaba mi cuerpo. Hasta que no aguantando más y eyaculé mi semen en su útero. Estaba terminando de disfrutar ese clímax cuando sentí que sus piernas se abrían aún más y fueron levantándose hasta quedar bajo mis brazos a la altura de mis axilas. Sus manos estaban incrustadas, apretadas en mis nalgas, al tiempo que sus caderas subían y bajaban mientras su erotismo subía al máximo y sus entrañas sufrían al ser destrozado por la gran estaca que era mi duro miembro, clavándose en ella y logrando llevarla hasta terminar en su segundo orgasmo.

Continuaba penetrándola sin parar cada centímetro de mi pene se incrustaba en su interior, sentía mi cabezota entrar, salir y recorrer las paredes de su caverna sexual mientras ella jadeaba un poco, solicitando basta, …esta bueno, …me duele. Sacaba casi totalmente mi verga para después meterla lentamente. Después aumenté el ritmo. Gritaba nuevamente de placer, mientras sentía a mi falo entrar y salir de su cuerpo. No desaproveché la ocasión para dilatarme su culo agregando un tercer dedo que humedecía de vez en cuando con la leche que caía de mi vulva empotrada.

Así estuvimos un buen tiempo, durante ese tiempo sus piernas descansaban sobre mis hombros, finalmente la coloqué en cuatro patas para atravesarla desde atrás. Sentía el fuerte golpeteo de mis huevos en sus nalgas tratando de clavarle mi miembro por su culo ya dilatado por mis dedos, luego acelerando el ritmo violentamente mientras se lo clavaba en sus intestinos, me sentía desmayar pero no bajé el ritmo. A los diez minutos sentí que quería venirme, aguanté. Los jugos de su vulva eran abundantes y con un dedo los dirigía desde su vulva a su culo. Mientras entraba y salía mi pene en su estrecho y pequeño agujero negro. Me enloqueció el pensar que le estaba inundando sus agujeros.

Por lo menos estuve entrando y saliendo, no menos de media hora, luego no pude controlarme mas y arrojé borbotones de semen en sus intestinos, al quedar demacrado y sofocado sobre su cuerpo me di cuenta que Lissis se había desmayado ante la pasión con que apacigüe, mis ansias, sobre su cuerpo, la locura que me había provocado, llegando ambos a un feroz orgasmo y clímax…, .Luego recuperada me besaba y besaba.

Yo manoseaba sus pechos. Que placer de degustar esos dos melones, sus senos, así que chupé, succioné, chupé y chupé, como queriendo sacarle leche…, seguí hacia su estomago, ombligo, pelvis, que besaba, acariciaba, mordía y lengüeteaba como un perro con su hueso, mientras estaba en eso ella acariciaba mis espaldas, mi cabeza como haciendo un masaje, ella abrió sus piernas dejando al descubierto esos labios vaginales listos para ser devorados por este enfurecido macho que hasta el momento estaba realizando un excelente trabajo, tomé sus piernas se las encogí, despejé sus labios vaginales de los abundantes vellos que tenía a los costados, comencé un ritual de succión, lengüetear e introducir mi lengua en esa cavidad. Ella no daba más de la calentura que tenía y la excitación y me decía, así mi amor, más, mas…, así mi amorcito…. Su clítoris crecía hasta asomarse fuera de su vulva, lo removía con mis labios y tiraba de el, Lissis loca solo gemía y suspiraba, en eso miro hacia la puerta y veo a Teresita, la hija de 14 años, mirando como se satisfacía su madre de sus ansias de sexo, al tiempo que su lengua se saboreaba entre sus labios, como si gustase un delicioso postre y sus manos se perdían entre los pliegues de su falda uniforme, sobandose su entrepiernas, con desesperación…, luego se retiró.

Le comento a Lissis lo observado y se preocupa de que su hija, vaya con el cuento cuando llegue el padre, nerviosa se muerde los dedos…, tranquilízate, comento, yo lo arreglo.

Voy al dormitorio de Teresa y esta está tirada sobre la cama boca abajo, me acerco y antes de que se dé vuelta meto mi mano derecha entre sus piernas agarrándole su sexo, el cual esta húmedo y su prenda interior mojada ante las caricias que ella se estimulo anteriormente…, estas caliente le digo a su oído, ¿quieres satisfacerte como tu madre con mi instrumento?... soy virgen me susurra…, quiero, pero tengo miedo…, me va a doler. No, digo, si te lo hace un hombre con experiencia y deseoso de ti, mientras mis manos recorrían su sexo y sacaban su braga. Se gira y abriéndose de piernas me atrae hacia su cuerpo, rápidamente bajo mis ropas y ubico mi pene a medio empinar, después de la lucha contra la madre, pero al sentir esa vulvita virgen abriéndose y cerrándose de emoción y pasión se dilató rápidamente e introduciéndose entre los pliegues de esa hermosa vagina trató de ingresar siendo rechazado por el duro himen, por fin mi cabezota pudo ingresar en su vagina, mi pene se deslizo dentro de su lubricada vagina y la penetre hasta sentir su himen intacto, el dolor tiene que haber sido terrible, se cortaron sus gemidos y su respiración, quedó paralizada con su boca abierta buscando aire, y escapó un grito que tuve tapar su boca , pasado el dolor empezó a sentir placer y producía en ella un placer que desconocía, llegando rápidamente a su primer orgasmo, lo que la llevó a sentir un colosal placer de sentir ocupado su matriz, sentía sus estremecimientos y los apretones de sus labios sexuales contra mi falo extrayendo de mis testículos el semen acumulado, vaciándome con enorme placer estallando dentro de su sexo inundándola y obteniendo un nuevo orgasmo de ella, tan intenso y gustoso que me araño mi espalda al tiempo que apretaba mis testículos con sus nalgas convirtiéndose en una gata en celo.

Su madre ingresó en esos momentos y ella la abraza diciéndole "ahora entiendo porque deseas tanto tener el placer de un macho en tu sexo", luego se recuesta y se relaja en su cama, retirándome con su madre mientras subía mis ropas.

Comprenderán que tuve más visitas a esa casa y daba clases de matemáticas y de sexo a mi discípula.