Una ama de casa muy especial (07)
Una ama de casa muy especial (07)...
A las nueve menos cuarto de la noche estaba en la puerta del hotel, el taxista, muy caballeroso, bajó a abrirme la puerta y a ver que podía ver cuando bajara del coche. A tenor de su cara durante el viaje, si pudiera me haría un favor o mas de uno.
Está feo que lo diga yo, pero la verdad es que estaba guapísima. Me había recogido el pelo en un moño, unos pendientes largos y un collar de perlas realzaban mi largo cuello. Había escogido un vestido muy ajustado, de lycra azul, cortito, solo tapaba lo justito de mis muslos. Era como un guante, marcando mis nalgas de una forma casi ofensiva, mis tetas parecía que fueran a escaparse de su prisión. El atuendo era tan escandaloso que llevaba una gabardina para pasar desapercibida en el hall del hotel.
Muy buenas noches ¿el Sr. Hikida?, por favor.
Buenas noches, madame, Suite Imperial.
Muchas gracias.
Vaya como las gastaba el japonés, en la Suite Imperial. La noche parecía que iba a estar interesante. Y menudo carrerón el mio, llevaba cuatro dias en el negocio carnal y ya estaba en la suite de un hotel de lujo.
Ya estaba ante la puerta, llamé con los nudillos y se abrió inmediatamente.
Buenas noches ¿El Sr. Hikida?. Me envia Don Arturo.
Caray con el japonés, menudo tiarrón, no decian que los japoneses eran pequeñitos. Este estaba inmenso, al menos 1.90 m y muy guapo.
Buenas noches señorita, soy el Sr. Hikida, adelante.
Cerró la puerta tras de mi, echando la llave.
Para que no nos molesten. Me permite su gabán.
En ese momento, mientras yo me quitaba la gabardina, se abrió la puerta del salón y apareció otro japonés. Este era mayor, tendría unos 50 años, el Hikida tendría entre 35 y 40.
De modo que ya tenemos aquí a las chicas.
De chicas nada, yo he venido sola.
Arturo dijo que traería chicas para los dos. Pero por lo que estoy viendo me parece que vas a poder con los dos tu solita.
Me acababa de quitar el gabán y estaba tirando del vestido, solo un poco, para que no se me viera el culo. El mayor estaba babeando y ya tenía un bulto impresionante, parecía que iba a romper el pantalón.
¿Quiere tomar algo?
Lo mismo que tomen ustedes
Champán, aquí tiene una copa y brindemos por nosotros.
Nos sentamos en un sofá enorme de cuero, El joven se puso junto a mi y el mayor frente a mi, en un sillón.
Yo me senté sin ningún recato, dejando que el vestido se subiera cuanto quisiera, hice un cruce de piernas a lo Sharon Stone a la salud del japonés veterano. Se atizó la copa de golpe y empezó a acercarse a mi.
Anda preciosa, ¿por que no te desnudas?
Como vosotros queraís, si os gusta mas podeis desnudarme entre los dos.
El tal Hikida no se pensó dos veces, miró al mayor como pidiéndole autorización, este asintió, y empezó a subirme el vestido. Aparecieron mis braguitas, blancas, minúsculas. Siguió levantándolo, llegando a las tetas, se resistían a salir a la palestra. En un santiamén me dejó alli en medio del salón en bragas y sujetador. El mayor empezaba a acariciarse por encima del pantalón, mientras el joven empezaba a acariciarme a mi.
Yo, a mi vez, empecé a desnudarle a él. Le quité la camisa y menudo tio, estaba buenisimo, si todo lo tenía en proporción a los pectorales, lo ibamos a pasar en grande.
Se abalanzó sobre mi, apretándome las tetas y besándome.
Te vamos a follar a gusto, zorra. Te vas a acordar de esta noche.
El mayor de dijo que me llevara a la cama, que quería empezar. El otro muy obediente, me cargó con una habilidad asombrosa y me llevó al dormitorio. En la mano libre llevaba la botella de champan, estaba muy frio, buenísimo.
Me tendió en la cama y me quitó los sostenes.
Menudas tetas, tenía razón Arturo, estás para comerte. Cogió la botella de champan y empezó a verterlo sobre mis tetas y en la barriguita, llenándome el ombligo y él iba bebiendo. El mayor llegó en ese momento y se tumbó desnudo junto a mi e iba bebiendo lo que chorreaba por mis costados. Menuda verga tenía, corta pero gorda, sin duda me lo iba a hacer pasar bien.
Sigue mas abajo, échame mas champan. Y el muy obediente, me roció la vulva con el líquido espumoso. Empezó a agitar la botella, tapándola con la mano, y de pronto me la metió en la vagina mientras empezaba la "erupción" del champan, que sensación mas extraña y agradable. Tuve mi primer orgasmo de la noche.
Mientras tanto, el mayor no paraba de besarme y pellizcarme los pezones, que empezaban a responder a las caricias. Yo sin pensarmelo dos veces le agarré la polla y empecé a menearsela, se estaba poniendo inmensa. El joven me atacaba por la retaguardia, todavia no le había visto el aparato y estaba intrigadísima. Le eche mano al paquete con la otra mano y realmente parecía impresionante.
Anda putita, ¿por qué no me la comes un poco? y sacandósela de su encierro me la plantó delante de la boca. Venga chupamela!!
No mo lo dirás dos veces... y empecé a mamar como una loca, era de impresión, talla king-size. El japonés joven me colocó en posición para un 69 y empezó a chuparme el coñito, mientras el mayor me acariciaba el culo, y me metía un par de dedos preparando el camino.
Te vamos a dar por culo, zorra. Caray con el japonés, y decía "te vamos", los dos, menuda nochecita...
El joven me estaba dejando el chocho como una patena, vaya lengüetazos... y yo pasando de su verga a sus huevos, se los iba a dejar bien secos...
A todo esto el mayor ya no podía esperar mas y empezó a encularme, despacio al principio, moviendose en círculos, y empujando hasta el fondo. En un momento estaba follándome el culo y agarrándome las tetas, mientras me mordía el cuello y los hombros. Segundo orgasmo....!!!
Estaba deseando que el joven me la metiera hasta la empuñadura, y me sorprendí pidiéndoselo a gritos:
Métemela, follame.... No se como lo hizo, salió de debajo mio, se dio la vuelta poniéndose boca arriba y se volvió a meter debajo y me la metió sin contemplaciones...
Ahí la tienes putona... ¿te gusta eh?
Muchisimo... Me vuelves loca... Realmente, sabian como hacer gozar a una mujer. El mayor no aguantó mucho mas y empezó a regarme el culo...Salió de mi y se echo junto a nosotros sin perderse detalle del polvo, de vez en cuando seguía metiéndome mano.
El joven no paraba, en un momento se colocó detrás mio y siguió con la faena. El moño se había deshecho del todo y me sujetaba por el pelo con una mano y con la otra me fregaba el clitoris. Ya había perdido la cuenta de los orgasmos. Cuando estaba a punto de correrse me la sacó y me giró poniéndome la polla en los labios,
Trágatela toda, zorrita...te gustará
Y, naturalmente, con lo obediente que soy, me la tragué todita...
A lo largo de la noche, el joven me folló dos veces mas, el mayor se quedó dormido. La segunda fue en el yakuzzi... apoteósico!!! Menuda noche y encima me pagaron en dolares...Salí del hotel a las nueve de la mañana, despues de un opíparo desayuno, sin la gabardina y ante la estupefacción de todo el personal de recepción... Todavía estaba para comerme...Conseguí entrar en un taxi y regresar a casa... Me duché y me metí en la cama, haciéndome el firme propósito de no follar hasta mañana. Je, je, je !!! a ver si era posible...