Una ama de casa muy especial (04)
Una ama de casa muy especial (04)...
Estaba en casa descansando despues de la noche loca con mi vecino Arturo, pensaba en lo que le había dicho de mi nueva profesión. La verdad es que estaba muy asustada, no entendía como le había podido decir que si, yo haciendo de puta. Debía haberme vuelto loca. Una cosa era follar con tios mas o menos conocidos y otra muy diferente con el primero que me pagara. En eso estaba cuando sonó el teléfono:
" Hola Maria, soy Pepe". Era el cornudo de mi marido. "Maria lo siento mucho por ti, pero no pienso volver a casa, he encontrado un compañero y vamos a unir nuestras vidas, te deseo que seas muy feliz". Vaya ahora me salía marica, con razón no me hacía ni caso.
" Muy bien Pepe, que te vaya bien".
Ahora ya no tenía mucho que pensar, el cabrón de mi marido me dejaba con nuestro piso y nuestra hipoteca. Alla te las compongas guapa. Menos mal que efectivamente era guapa y bien dotada y, además, había iniciado mis relaciones laborales con Arturo.
Volvió a sonar el teléfono, esta vez era mi chulo, Arturo:
- "Hola, Maria, buenos dias, ¿cómo estás? ¿descansada? Espero que si, ya tenemos nuestro primer encargo, unos amigos mios que hacen una despedida de soltero y quieren una tia cachonda que les alegre la noche. ¿qué te parece?
Si todo va como dicen puedes sacar entre 50 y 100000 pelas, ¿qué dices?"
"¿Dónde? y ¿a qué hora?"
"Tienes que estar en el hotel "La hamaca" a las ocho y media de la tarde"
"Muy bien alli estaré, ¿qué ropa me pongo?"
"Muy sexy, y muy poca, para lo que te va a durar"
Realmente iba a acabar escocidisima, mi pubis recien depilado no paraba de recibir visitas. Para esta noche escogí un vestido de tirantes, corto, con mucho vuelo y una braguitas muy caladas de color granate, mi color preferido. Nada mas, si me ponía sujetador seguro que me lo destrozaban, asi que mejor no llevarlo. Suponía que serían 10 o 15 mamelucos, mirando mientras el novio me hacia un buen repaso y me ocupaba los orificios naturales.
A la hora acordada llegué al hotel
" ¿El Sr. Garcia, por favor?
" ¿Es usted la "azafata"? Lo dijo con muchisima ironia, pero a mi como si se la machacaba.
"Si señor soy la azafata".
"Están en el salón "Mediterraneo", en la segunda planta.
Entré en el ascensor y subí a la segunda planta. Al salir del ascensor ya se podía oir el follón que tenían organizado los despedidores de soltero. Daba un poco de miedo oirlos. Llamé a la puerta y abrí. Me quedé helada, era un salón grande, con una mesa larga y numerosos sofás alrededor de la sala, luz tenue, y, lo peor, solo seis comensales. No era lo que yo pensaba...
"Buenas noches, vengo de parte del Sr. Arturo"
"¡Por fín, ya está aquí la puta!, ya no tendremos que cascarnoslas" El bestia que había gritado semejante barbaridad, se levantó y antes de que pudiera pensar en retirarme me metió la mano en la entrepierna.
"Humm, que calentito, como vas a disfrutar Manolo"
Manolo debía ser el novio, estaba sentado en la cabecera de la mesa, y hacia él me dirigieron entre dos, que aprovecharon el viaje, para meterme mano y desabrocharme la blusa. Esto se estaba precipitando.
"Venga putona, mámasela a nuestro amigo, enséñale como se hace para que mañana se lo pueda pedir a su mujer"
Me hicieron arrodillar delante del tal Manolo, que ya se había sacado la verga y se la acariciaba mientras me miraba con ojos de lujuria. Menuda polla!! A todo esto sus amigos no paraban de toquetearme y desnudarme, cuando me quitaron la blusa se oyeron varios silbidos de admiración. Ya solo me quedaba el tanga, y solo habían pasado 20 minutos desde mi llegada.
"Chupamela!!!" Abrí la boca y me metí aquella tranca inmensa, empecé a chuparla desde la base hasta la punta, rodeando el capullo, bajaba otra vez hasta la base y chupaba los huevos. Mis manos se aferraban a sus nalgas, controlando sus movimientos. En un momento estaba corriendose en mi boca, este chico, si seguia asi, tenia poco futuro como amante. Se tiró hacia atrás sobre el sofá. Me decía para mi: pues si que ha sido fácil, el dinero mejor ganado de mi vida. Si, si !! Pues no me faltaba nada.
" Ven aquí, zorra" dijo el que llevaba la voz cantante, tirando de mi brazo.
" Oye yo he venido a satisfacer al novio y ya he cumplido"
"Tu has venido a hacer lo que te mandemos y cuando te lo digamos"
"De eso nada monada" Hice el ademan de coger la ropa para irme y el "jefe", Juan según supe despues, me azotó el culo con una fuerza que me hizo caer sobre el sofá. Todavia conservaba el tanga, aunque me duraría poco. Saltó sobre mi y empezó a darme cachetes en las nalgas. Me arrancó el tanga y me volvió boca arriba
"Tu no vas a ningún sitio, so puta, ahora te voy a morder las tetas y vamos a follarte todos, verás como te gusta"
"Por favor, dejarme marchar, acabo de empezar en el trabajo y estoy muy asustada"
"Y mas que lo estarás dentro de un momento"
Los otros se fueron acercando a nosotros y empezaron a sobarme, me estaba poniendo cachondisima. Mi chocho empezaba a humedecerse.
"Venga pellizcarle las tetas, chuparle el clitoris, besarla, tiene posibilidades para satisfacernos a todos" decía Juan.
Yo estaba temblando, estos salvajes me iban a follar todo lo que quisieran y no podría evitarlo.
" Juan , ven aquí, dejame que te la mame" Se acercó a mi, con la verga en la mano, sus ojos rojizos, entre el alcohol y el deseo, no se apartaban de mi. Yo me relamía solo de pensar en lo que se me venía encima. Me puso la polla en la boca y empezó a follarme por tan especial agujero, me llegaba hasta la garganta. Mientras otros dos se dedicaban a meterme dos dedos en la vagina y en el ano, era el preludio de la follada que vendría a continuación. Los otros tres, entre ellos el novio, que ya estaba recuperado, estaban meneándosela en un sofá mirando con ojos desorbitados.
Era evidente que estaban dispuestos a taparme todos mis agujeros. En un momento me encontré cabalgando sobre Juan con su polla en mis entrañas mientras otro de sus acólitos me la metía por detrás y el tercero me obligaba a chuparle la verga. Despues de un frenético bombeo empezaron a derramarse, el primero fue el que tenía en la boca, me sujetó la cabeza y me obligó a tragarmelo todo.
"Trágatela toda, putón, no desperdicies ni una gota de leche"
Los otros dos me regaron las entrañas. Su leche calentita me chorreaba entre las piernas y entre las nalgas.
Lo mismo se repitió dos veces mas, al final tuve que pedir por favor que me dejaran, mi coño estaba tan inflamado que no cabía ni un lapicero, y yo estaba tan satisfecha, que lucía una sonrisa de oreja a oreja.
Me quedé dormida y al despertarme encontre un montón de billetes de 10000 pesetas, mi primer sueldo!! Me lo había ganado, si señor.
Me fui a casa decidida a descansar. Me metí en la cama y dormí durante un dia entero. Al despertarme, tomé un baño y comprobé que mis genitales habían vuelto a la normalidad. Sonó el teléfono, era Arturo
"Maria, menudo éxito, mis amigos han quedado muy satisfechos con tu trabajo . Me parece que nos vamos a forrar" Menuda cara que tiene, "nos vamos a forrar" yo trabajando como una furcia y él cobrando, en fin ese era el trato.
- " Te he comprado ropa interior, Maria, ahora te la bajo" Ya estamos, este quiere cobrarse su parte, seguro que viene a follarme con la excusa de la lencería, en fin no le diremos que no.... pero eso ya es otro historia...