Una aburrida tarde de trabajo
Relato de un encuentro sexual entre dos desconocidos en una oficina.
Una aburrida tarde de trabajo
Os pondré en situación, trabajo en unas enormes instalaciones de una empresa, en las que hay oficinas, y talleres mecánicos al lado de la misma empresa, mi oficina esta en la planta baja, con una gran ventana al lado del taller. Soy una chica joven, 25 años, no muy alta, morena, vamos una chica normal.
La tarde se presenta aburrida, sola en una oficina que se me hace enorme por momentos, intento entretenerme con el trabajo, un poco de música, unas llamadas de teléfono, ...
El calor de este verano se me hace insoportable aun con mi mini vestido rojo, voy al servicio y mientras ando concentrada en mis pensamientos me choco con un mecánico en el que no había reparado antes, alto, moreno, fuerte, y una mirada intensa y penetrante que no le quita ojo a mi escote, ni a mis piernas, pido disculpas y sigo mi camino, pero a la vuelta no puedo evitar fijarme en un hombre tan increíble, tan alto, fuerte, y con ese uniforme que le queda de impresión.
Mi mente aburrida de vuelta en la oficina, no puede evitar hacer volar su imaginación después de haberse cruzado con semejante ejemplar imaginándolo desnudándome en la oficina, ahí andaba yo ensimismada en mis pensamientos cuando sin darme cuenta veo que este mecánico no me quita ojo por la ventana de la oficina, empezamos un juego de miradas y sonrisas, debo seguir mi trabajo, atiendo unas llamadas telefónicas y cuando vuelvo no veo al mecánico por la ventana, vaya ya se habrá aburrido pensé yo, de pronto llaman a la puerta, y al abrir encuentro frente a mi a este increíble chico, del que no sabia ni su nombre. Sin mediar palabra me coge por la cintura y me besa apasionadamente mientras cierra la puerta tras de si.
Estaba temblando, nunca me había pasado algo así, pero a la vez veía como mis fantasías de unos minutos antes se iban haciendo realidad por momentos, andamos entre besos hacia el interior de la oficina, mientras empezaba a acariciarme por encima de la ropa, entre el calor y la excitación ya me sobraba hasta el vestido.
Sonó el teléfono, yo debía contestar, era la única en la oficina ese día por la tarde, y mientras contestaba al teléfono podía notar sus manos recorriendo mi cuerpo, acariciando y apretando mi pecho, y su boca experta en mi cuello, que me dejaba sin palabras, ahogando mis gemidos en mi garganta para poder atender a mi interlocutor al que cada vez, tenia mas ganas de colgar el teléfono, pues mi acompañante se acercaba peligrosamente a mi entrepierna, empezando a acariciarme con fuerza por encima de mi minúsculo tanga.
Colgué el teléfono temblando y dejando escapar unos gemidos de placer pues mi nuevo compañero empezaba a abrirse paso entre mi tanga y mi sexo acariciándome levemente haciéndome desear mas. Me di la vuelta y empecé a desnudar poco a poco al mecánico del que no sabia ni el nombre, dejando a la vista unos músculos increíbles, aun mas sin el mono de trabajo, lo iba acariciando y besando a la vez, el cuello, los labios, la oreja, mientras mis manos hábilmente iban acariciando cada centímetro de su cuerpo hasta llegar al bulto de sus calzoncillos cada vez mas abultado deseando salir, fui poco a poco disfrutando de ese cuerpo, saboreando cada centímetro de su piel hasta ponerme de rodillas frente a el, le baje los calzoncillos quedado maravillada con esa increíble poya, nunca había visto una tan perfecta, definida, grande, ... se me hacia la boca agua, me moje los labios, le mire a los ojos y empecé poco a poco a introducirla en mi boca, saboreando cada centímetro de piel como si fuera la primera vez, estaba disfrutando como nunca con aquello, dejándome llevar por completo por la pasión irrefrenable que sentía, jugando, metiéndomela y sacándomela de la boca, jugando con mi lengua en su punta, y escuchando los gemidos de placer de mi nuevo amigo.
Estuve así un buen rato, haciéndole disfrutar como nunca antes había hecho a otro hombre, hasta que me levanto del suelo, me cogió en brazos y me puso encima de mi mesa apartando todas las cosas que estorbaban de un golpe. Me abrió las piernas y de un golpe me introdujo toda su poya en mi húmedo coñito, no me lo esperaba pero estaba deseando sentir esa enorme poya en mi interior, estaba disfrutando como nunca con cada una de sus embestidas, notaba cada centímetro de su enorme poya adentrarse en mi, y mientras lo hacia, comenzó a morderme suavemente los pezones, no podía mas, mi cuerpo se estremecía de placer, y tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida pero no el ultimo. Aun tenia ganas de mas, y mi nuevo compañero también.
Le dije que se sentara en una de las sillas, ahora me tocaba a mi, fui acercándome poco a poco a el, mientras le veía, en la silla, con su enorme poya erecta, deseando que jugaran con ella un poco mas.
Me situé frente a el, y a la vez que le besaba y mordía el cuello, los labios, el lóbulo de la oreja me fui sentando poco a poco, sintiendo cada milímetro de esa enorme poya entrando en mi, disfrutando como nunca, estaba disfrutando tanto que me temblaba todo el cuerpo, pero no podía parar de moverme, una vez y otra, cada vez mas rápido, notando tus caricias en mi cuerpo, y mis tetas, y como me animabas a seguir, hasta que nos fundimos un abrazo interminable mientras nos corríamos los dos a la vez...