Un viudo y su sobrina Andrea (7)
Vuelve a casa de madrugada y le acompaña una amiga.
Capítulo 7
Te oigo llegar a casa. Son más de las cinco de la mañana, vuelves con una amiga, supongo que después de pasar una noche de fiesta habéis decidido que lo más prudente es regresar juntas y dormir en tu habitación, no es mala idea.
A esas horas cualquier ruido resuena fuerte, quizás tus padres tengan el sueño profundo y no se dan cuenta. Yo os escucho perfectamente, me llega el murmullo de vuestras voces, vuestras risitas, vuestros tropezones…parece que venís bien puestas…un poco torpes y sobre todo muy contentas.
Al pasar por delante de mí puerta, alguna de vosotras tropieza y da un fuerte golpe. Vuestras risitas os delatan, quizás lo habéis hecho a propósito para decirme: “aquí estamos…las chicas de la casa...”. esas mismas que me tienen bien encendido por las continuas provocaciones.
Andrea es mi sobrina, vivo en casa de sus padres desde hace aproximadamente un mes. Al ser viudo me tengo que arreglar solo, tuve un accidente que me imposibilita hacer las tareas de mi casay ante esa mi situación la hermana de mi difunta, mi cuñada y madre de Andrea me ofreció que fuera a vivir con ellos una temporada.
A regañadientes acepté con la condición de que fuera solo unas semanas hasta mi recuperación pues no quería perder mi vida independiente. No podía sospechar esta situación iba a ser aprovechada por mi sobrina para hacer todo lo posible por conducirme hacia la mas completa perversión.
Después de unos minutos de aventura por los pasillos de la casa, de idas y venidas hacia el baño, la cocina y el salón, se hace el silencio y vuelve la quietud de la madrugada. Las dos jovencitas aprovechan que son las dueñas de la noche, que sus padres duermen tranquilamente, para hacer lo que se les antoja.
Yo he encendido la luz de mi habitación un par de veces para hacerles ver que me han despertado. He carraspeado, a lo que me han respondido con nuevas risitas, conocedoras que estoy a la escucha y que me las imagino semi desnudas moviéndose por la casa a oscuras.
A estas horas el ruido me ha desvelado…para ellas ahora termina su día y pronto estarán durmiendo. Yo me acabo de despertar con un buen empalme. Por mi cabeza se cruza la idea de ir a visitarte antes de que te acabes durmiendo.
Con extremado sigilo abro la puerta de tu habitación. Imagino que tu amiga está al otro lado de la cama durmiendo a pierna suelta. Yo espero que me estés esperando, que el golpe sobre mi puerta no haya sido accidental, que fuera una señal para que venga a hacerte “mi beso de buenas noches” que muchos días me pides.
Mi corazón va a cien por hora. Se que tienes novio, que tu amiga esta justo al lado, si se despertase me sorprendería en una situación inexplicable. También puede ser que no me esperes, que todo haya sido fruto de mi incontrolable deseo de tenerte, de estar contigo.
Quizás cuando me descubras, ante la sorpresa se pueda producir un escándalo monumental... aun así, la excitación puede mas y me dejo arrastrar por mi lujuria incontenible.
Avanzo con cuidado a través de la oscuridad hasta llegar a ti, estoy convencido que no me vas a rechazar y que la noche tan excepcional que tuvimos hace un par de días va a repetirse. Desde la negra oscuridad te oigo respirar un tanto agitada, no se distinguir si duermes o no.
Me arriesgo... me desnudo y me cuelo junto a ti debajo de la sabana. Te mueves...te quejas, pero te acomodas a mi. Te encuentro desnuda, con la piel fría...te abrazo, te doy calor y me pego a ti.
Después de unos instantes de incertidumbre, aprieto mi pubis contra tu culito. Mi pene busca sitio entre tus piernas, está ardiendo... duro y grande. Se abre paso entre tus nalgas y busca el contacto con tu vagina.
— Uhmmm... uhmmm— dices mientras te regocijas apretando tu espalda a mi pecho, y tu culo contra mi entrepierna.
Muevo las caderas adelante y atrás haciendo resbalar el glande entre los labios de tu vagina. Separas las piernas lo suficiente para que se deslice dulcemente. Luego yo me separo hacia atrás, te pones boca arriba y en la mas completa oscuridad te adivino esperándome con la expresión vencida por la lujuria.
Con mucho cuidado, en silencio y a tientas, me coloco sobre ti, la meto en tu conchita lentamente, con parsimonia, sin retroceder ni una sola vez. Te siento deseosa, excitada e impaciente. Tu labios están sellados impidiendo que tus gemidos se aireen, pero siento tu corazón palpitar alocado y tu pecho respirar alterado.
Es una follada extraña... sin usar las manos... la boca...sin oír ningún sonido... sin ver tu rostro. A pesar de todo, noto como tu coño me abraza, me acoge y se acomoda a todos mis envites.
Lo siento cada vez mas caliente, mas húmedo y más acogedor. Bombeo suave, pero alterando el ritmo... tratando de evitar los incómodos ruiditos de la cama. Nadie debe saber que estoy aquí...solo tú.
Enroscas tus piernas sobre las mías, oigo como se altera tu respiración... me aprietas las nalgas y como brotan nuevos flujos en tu coñito y las paredes de este se sacuden de forma incontrolada. Me muevo muy suavemente, hasta que tus manos me retienen inmóvil sobre ti.
Después de unos instantes de quietud, haces que descienda a un lado y me ponga a tu costado. Te has corrido... pero no me has dado tiempo a mi a hacerlo. Me conformo pensando en que pronto podré dejarme ir... en cuanto te repongas.
Siento como tu mano recorre mi vientre, baja hasta enredarse con los pelos de mi pubis y termina cogiendo mi polla con firmeza. Estoy deseando que continúes... dame un masajito.... estoy a punto de explotar!
Pero... por la forma que me coges... no puedes ser tu. Esta mano no es tuya... ufff, es una locura. Esa mano me sacude... inexperta pero con ganas de agradar.
Tímidamente alargo la mano y busco en la oscuridad el resto del cuerpo al que pertenece la mano. Pronto encuentro la piel fría de un cuerpo de curvas muy pronunciadas sumido en un temblor continuo.
Es la amiga que hoy ha venido a dormir contigo. Esta desnuda sobre la cama, sin preguntarme nada más sobre ella, a tientas me pongo encima, le doy un beso en la barbilla y se la meto hasta el fondo haciendo que sordos gemidos salgan de su garganta.
Mientras bombeo alegre, noto como la mano de mi sobrina Andrea recorre mi culito, y juguetea con mis huevos que van dando golpes contra las nalgas de su compañera. Esta vez el polvo se hace mucho mas corto. Ella se corre a los pocos instantes de sentirla toda dentro, y yo hago lo propio al sentir como una oleada de calor me envuelve el pene.
Los dos suspiramos atropelladamente... la saco, corriéndome sobre su vientre. Me dejo caer exhausto y sudoroso sobre la cama. Las dos jóvenes mujeres me abrazan y me acarician satisfechas por la experiencia.
Sin mediar palabra alguna, unos mminutos más tarde me levanto, busco a tientas por el suelo mi ropa, hago un lío con todo ello y me dirijo hasta la puerta.
— Os deseo muy buenas noches... espero que durmáis bien— le digo en un susurro.
— Gracias querido tío... seguro que ahora vamos a dormir muy relajadas— me dice Andrea.
— Uy!, si…muy bien…gracias papi…¿Qué hay que hacer para tener un tiito así? —
A continuación ambas se ríen abierta y calladamente, después desde la oscuridad lanzan sendos besos al aire. Que suerte tener una sobrina tan caliente y tan puta…sabe encenderme y hacer que sea su amante… un amante maduro, dulce…que no le causa trastorno y del que puede disponer a su conveniencia.
Por mi parte siento que he rejuvenecido veinte años, hacia muchísimo tiempo que no se me ponía tan grande y dura, ni tampoco tenia unas corridas tan abundantes. Doy gracias a la vida por este regalo que me ha dado.
Deverano.