Un viudo y su sobrina Andrea (6 y fin)
Ha llegado mi momento y lo aprovecho
Capítulo 6
Hoy se ha repetido la situación de ayer. Andrea me ha vuelto a pedir las llaves de mi apartamento para convertirlo en nido de amor con otro de sus ligues.
Les tengo preparada una sorpresa. Espío cuando entran en mi apartamento y cuando calculo que ya han tenido tiempo para echar un polvete, utilizo otra llave y entro.
Hago bastante ruido al entrar para que me oigan, voy directamente a la habitación y organizo un buen follón haciéndome pasar por el hermano mayor de Luisita.
El chaval recoge apresuradamente la ropa y sale disparado escaleras abajo. Al principio ella se enfada mucho conmigo pero luego nos reímos de la situación vivida y de la reacción de su amigo ocasional.
Ella ha estado muy cerca del orgasmo físico. Ha llegado hasta esa línea difusa donde empieza el placer intenso y que solo es el anticipo de lo que puede llegar a venir.
El orgasmo psicológico ha quedado muy lejano. Yo pretendo continuar la labor empezada con la ventaja de que Andrea está muy "calentita", confía en mi y ahora esta mucho mas relajada.
Me desnudo y ocupo mi lugar en la cama. Estiro de la sabana que cubre el cuerpo de Andrea. Poco a poco la voy desprendiendo de su protección, al tiempo que le describo como la veo, que es lo que mas me gusta y que sensaciones me produce.
Empiezo por su boca, sus labios, su barbilla y así todos sus rasgos. Intercalo mis opiniones sobre ella con suaves caricias sobre la piel.
La obligo a enseñarme todo su cuerpo desnudo y pongo la mano en la entrepierna para comprobar que todavía esta "bien calentita y húmeda". Ante mi acometida gime y trata de esconderse, pero no puede evitar que yo saque mis dedos húmedos y los lleve hasta mis labios para luego chuparlos con emoción.
Después de jugar un poco, forcejear y de simular que la tomo por la fuerza, me coloco encima de ella, a horcajadas sobre uno de sus muslos. Quedamos enlazados haciendo una especie de tijera. Una postura que unas amigas lesbianas me enseñaron para ir estimulando su coñito de una forma dulce y progresiva.
La parte baja de mi muslo entra en contacto con su entrepierna, mi huevos y mi polla reposan sobre su cadera izquierda y mi otra pierna se apoya sobre la cama, a un costado y sirve de apoyo para poder balancearme adelante y atrás para apretar su coño con mi otra pierna.
Estoy casi erguido y alcanzo a tocarle las tetas y a pasar la mano por todo el vientre y la cadera libre. Balanceo la cadera y le doy un apretado masaje a toda su vulva. Noto como se va ablandando y humedeciendo, para estar mas seguro, me retiro un poco y paso los dedos. Los retiro llenos de flujo y a continuación le muestro como los lamo para degustar su fluido dulce y viscoso.
— ¿Te gusta cariño? —le pregunto a pesar que su cara ya me está diciendo que los continuos apretones y roces de mi muslo sobre su rajita están haciendo el efecto deseado.
— Si papi…sigue…estoy tan mojada…nunca me había puesto así…creo que me voy a correr pronto — me confiesa si explicarse como puede estar tan perra sin todavía haber habido penetración, solo empujando con mi pierna sobre su sexo.
En alguna ocasión futura le explicaré que las posturas y trucos que utilizan mis amigas lesbianas también son aplicables por el hombre que quiera complacer plenamente a una mujer.
Hago que abra las piernas como una ranita y me coloco en medio. Apoyado sobre las plamas de mis manos, con los brazos extendidos, dejo que mi pubis se vaya acercando al suyo hasta que mi polla queda apoyada sobre su monte de venus. Unos empujoncitos me permiten rozar sobre su piel y hacer que me desee todavía más.
Me echo un poco hacia atrás, la punta se sitúa entre sus labios. Están tiernos y mojados, parece que una boca me quiera engullir la polla, aprieto y se la meto con mucho cuidado. Entra con bastante dificultad y con algo de dolor para Andrea. Ella lejos de quejarse se revuelve en la cama y se abre cada vez mas para recibirme bien profundamente.
Hago bastantes pausas para que su coñito se vaya adaptando, que el roce intenso sea placentero y no sienta dolor mientras mi verga se abre paso en su estrecho coñito.
En vez de dejarme caer sobre ella y bombear fuerte de forma continua, solo dejo que entren en contacto nuestros pubis. Mantengo las manos apoyadas a los lados de sus cuerpo, los brazos completamente extendidos y las piernas apoyadas sobre los dedos de los pies. Prácticamente mantengo el equilibrio apoyando la punta de los pies y las dos manos.
Me muevo con mucha lentitud y distraigo su atención diciéndole lo guapa que es, lo mucho que me gusta su pelo, lo atractiva que esta con ese bañador tan sexy que tiene, y el éxito que tiene garantizado en su relación con los chicos.
— A esta postura le llaman la espejo de los novios, pues permite ver la cara de la pareja como si fuese la tuya y además puedes ver en su cara el efecto de las caricias que le haces — le digo para distraerla y que se olvide de la presión de mi polla dentro de su vagina
— Te sientes cómoda?... ¿te gusta que me mueva así? — le pregunto mientras bombeo lentamente como si fuese un juego de resistencia.
— Tienes que relajarte mucho y dejar que te entre hasta el fondo...te proporcionara mas placer si tu pareja abalanza un poco su cuerpo hacia delante haciendo rozar la parte superior de tu chochito con su pene bien duro —
— ... o si mueve las caderas en circulo... así... para frotar intensamente por dentro de ti — le digo mientras realizo los movimientos que le describo.
Ella me presta mucha atención y me sigue sin apenas pestañear, aunque poco a poco mis movimientos van causando su efecto y noto como cada vez su coñito esta mas mojado y blando, acomodándose como una funda suave a mi miembro.
— Es como un baile romántico… unas veces te aproximas… otras te separas para a continuación volver inesperadamente, con decisión y con fuerza… o perezosamente, con timidez, despacio…o alternando unas formas con las otras — le digo mientras bailo sobre ella tal y como describo.
— Es bonito el cambio de ritmo… que la pareja no sepa exactamente como será el próximo empujón… pero también hay que darle una cierta continuidad… no puedes poner y quitar continuamente el dulce en los labios, debes dejar que saboree un poquito… y que desee mas…. mucho mas —
— … cuando ya se va a acomodar, cambias y le haces desear que continúes con lo anterior al tiempo que le pique la curiosidad por las próximas caricias… — le digo mientras juego con mis caderas a meterla y sacarla parcialmente, mientras ella no pare de gemir angustiada por no poder controlar el torrente de sensaciones que se acumulan en su interior.
— Me gusta que me hables… sigue sinvergüenza!... mas que sinvergüenza!!!…. Me estas follando como siempre soñé!!!... —
— Te siento tan dentro de mi… de forma tan intensa, que apenas puedo moverme…me siento como rota por dentro…pero me gusta horrores… sigue..sigue dame mas, mucho mas — me dice mi querido bomboncito entre suspiros.
Me inclino sobre ella y le doy unos cariñosos besos en los labios, al tiempo que le dejo ir dentro todo mi amor, hasta que nuestros pelitos se confunden y me mojo con sus fluidos.
Ella me abraza, se aferra a mis caderas, respira entrecortadamente, suspira, grita, me hinca las uñas en el culo y aprieta las piernas con fuerza…Descontroladamente empieza a gemir y a gritar como una ratita:
— hiiii hiii..hiiiiii — para luego pasar a —"uhhhhhh, auhhhhh, uhhhhhhh, uuuuuuuuhhhh, yaaaaaaaaaaaaaa!!!! — mientras se viene conmigo.
Le dejo la polla dentro durante un rato, mientras siento sus contracciones, luego la saco muy lentamente dejándola resbalar entre sus carnes. Una vez fuera me la froto con la mano y me corro con abundancia sobre sobre su vientre tal y como ella me había pedido en los preambulos.
NO me he atrevido a hacerlo en su vagina pues no tomamos ninguna precaución y siendo ella tan joven no creo que tome píldoras.
¡¡¡Por ahora ya esta bien!!!
Deverano